SEGUNDA PARTE DE "EL SOBRINO DE DIGGER"

Ray Krebbs miró a su mujer sin que ella lo advirtiera: la notaba frágil emocionalmente, y deseaba de todo corazón que se recuperara y volviera a ser aquella mujer fuerte, independiente y feliz que siempre fue. Toda la familia se había reunido para despedir a los Krebbs. Había llegado el día de la partida. Ray, Donna y Maggie se marchaban a Sydney, donde pasarían una semana, y después visitarían otras zonas de Australia.
Bobby, Pam, Gary, Val y los gemelos estaban allí. Se despidieron afectuosamente de la pareja. Val le regaló a Donna un reloj antiguo que había pertenecido a su abuela, y a Maggie una cadena de oro. Pam le hizo un par de encargos, mientras Ray se aseguraba de que Bobby tuviera los datos correctos del hotel de Sydney...Atrás quedaron los dos matrimonios, y Donna asió con fuerza la pequeña mano de su hija, mientras respiraba profundamente...
James había sido citado por su hermano John Ross en las antiguas oficinas de la Ewing Oil. Lo que el joven no se esperaba era encontrarse el mismo nombre en la entrada...Una vez dentro, fue recibido por Sue Ellen, con traje de ejecutiva y una actitud sorprendentemente amistosa. Los dos habían tenido sus desavenencias en el pasado, sobre todo cuando James intentó manipular a John Ross para controlar su herencia, aunque para ello Sue Ellen tuviera que recaer en su alcoholismo...
Pero Sue Ellen también había adoptado algunas normas de su ex marido y, después de todo, James era hermano de su hijo...y John Ross no tenía más hermanos. James saludó a su hermano con efusión, y luego entraron los tres en el flamante despacho de John Ross Ewing III.
- Bien. ¿Cuál es vuestro plan?
- Te queremos...- dijo Sue Ellen con cierta malicia. - Te queremos con nosotros. Hemos fundado la nueva Ewing Oil y queremos que seas nuestro socio.
John Ross y Sue Ellen se miraron sonrientes el uno al otro, mientras James sacudía la cabeza aturdido...
Christopher miraba fijamente la pantalla de su ordenador, comprobando la numeración de las páginas del documento que acababa de adquirir ilegalmente. De repente, se dio cuenta de que, justo cuando iban a declarar su tía Sue Ellen y su tío Bobby, se habían eliminado varias páginas de la transcripción. Cualquier otra alusión a ambos había desaparecido, así como el veredicto final del juez...
Chris contactó con "Águila Ilegal" vía Internet.
- Me has estafado, faltan la mitad de las páginas...
- Eso es todo lo que había en el archivo, tío...
- Es ininteligible. No vale lo que te pagué...
El otro comunicante ignoró el último mensaje y se desconectó de la red...
En el Hospital General de Dallas, no se había podido evitar la pérdida de una vida. La joven rubia que había llegado horas antes, acababa de morir. El doctor que había intentado salvarla hablaba con una enfermera.
- ¿Dónde están las pertenencias de la chica rubia?
- Aquí - dijo la enfermera, mientras colocaba en el mostrador de recepción el monedero que se había hallado en la ambulancia.
- Un par de centavos, una foto partida en dos...y un certificado de matrimonio...
La enfermera unió las dos mitades de la foto y dijo:
- Le conozco: es un Ewing, James Beaumont...
(Fundido en negro)
James Beaumont-Ewing giró la cabeza para mirar a Sue Ellen.
- ¿Cuál es el truco? - preguntó él.
- No hay trucos - contestó sin vacilar John Ross. - Necesitamos alguien con experiencia en el negocio del petróleo. Tú trabajaste con papá en la Ewing Oil, con Cliff en la Barnes-Wentworth y luego te pasaste a las energías alternativas...y ahora, eres uno de los ejecutivos más importantes del Grupo Ewing.
James sonrió y, al reparar en la expresión irónica que Sue Ellen, decidió evitar los rodeos...
- Todo eso es cierto, pero también lo es que hace muchos años, nuestra relación no era precisamente amistosa. Lo que es más, diría que éramos casi enemigos...Sue Ellen decidió que era el momento de intervenir. Ella tampoco era amante de dar rodeos...
- Esta es la propuesta: queremos que te unas a nosotros y nos ayudes a convertir la nueva Ewing Oil en una empresa poderosa que se adapte a los nuevos tiempos. El Grupo Ewing pronto cerrará sus últimos campos, y el precio del petróleo ha vuelto a estabilizarse...Sin la WesStar ni la Barnes-Wentworth, sólo podemos tener cartas ganadoras...
James miró de reojo a su hermano y luego volvió a mirar a Sue Ellen.
- Además, eres parte de la familia: eres el único hermano de John Ross.
- Dame un par de días para pensarlo...- pidió con seguridad James. Sue Ellen sabía que, al día siguiente, se iba a celebrar una reunión extraordinaria del Consejo de Dirección del Grupo Ewing.
Madre e hijo se miraron, y asintieron.
- Una última cosa: - añadió Sue Ellen - como en los viejos tiempos, no se trata sólo de negocios, sino también de familia. Si traicionas la confianza que depositamos en ti, nadie en esta ciudad recordará quién era James Beaumont...
A la mañana siguiente, en las oficinas centrales del Grupo Ewing, Bobby, como Presidente Ejecutivo de la corporación, había reunido a todos los miembros de la familia con voz y voto en la empresa. Creada después del hallazgo de petróleo en el subsuelo de Southfork, había nacido como una forma de unir a la familia en un momento en que las desgracias atmosféricas y las venganzas personales habían hundido a la familia, simbolizada en el derruido rancho.
Varias fortunas se habían fusionado para crear la empresa: por un lado, la de Bobby y Pamela, casados de nuevo; por otro, la de Gary, cuya herencia se había convertido en una serie de negocios ambiciosos pero sin demasiada suerte; en tercer lugar, estaban las herencias de Lucy, John Ross y Christopher, por parte de Ellie, que habían controlado hasta ese momento Bobby y Pamela; se añadían a esta las de los Farlow, Clayton y Dusty, este último co-propietario del rancho y, junto a Barbara Baxter, auténtico salvador de la propiedad. También estaba James, que había invertido lo que le quedaba de la herencia de Ellie para apoyar moralmente a la familia.
- No os voy a aburrir con discursos formales: esta siempre ha sido una empresa familiar y nos conocemos mejor de lo que quisiéramos - los asistentes no pudieron menos que sonreírse - así que vamos a ir al grano: dentro de un mes se celebrará la Reunión del Consejo de Dirección y trataremos dos cuestiones: la primera, la reestructuración de la empresa tras mi regreso y la partida de Ray y Donna, y la segunda, el asunto de los pozos de Southfork. Habrá que decidir si se mantienen abiertos o se cierran definitivamente, y con ellos, el negocio del petróleo asociado al apellido Ewing. Cuando regrese Clayton de Suiza, resolveremos la primera cuestión y, dentro de tres meses, la segunda. Hasta entonces, sed felices. Os espero a todos en la boda de James y Cally que se celebrará dentro de tres semanas en Southfork.
Chris conducía su coche por las calles de Dallas: retiró la mano izquierda del volante para pulsar una tecla en su móvil, con el manos libres conectado. La voz femenina que contestó al otro lado era la de su tía...
- Hola, tía Sue Ellen. Mi madre me ha pedido que te invite mañana a comer en Southfork, para que podáis poneros al día las dos...
- De acuerdo, cariño. Allí estaré. Pero me gustaría que tú también estuvieses allí...
- ¿Querías hablar conmigo de algo en particular?
- No, sólo hablar...
Cliff recibió amistosamente a su primo Will...
- ¡Qué sorpresa, no sabía que vendrías, Will...!
Will le miró fijamente y dio un puñetazo en la mesa.
- Y yo no sabía que tenía a un desgraciado por primo...
Cliff parpadeó fingiéndose ofendido.
- ¿De qué diablos estás hablando?
- Hablo del detective que has contratado para que investigue mi pasado, empezando por mis años universitarios en Harvard. Un buen amigo me ha dicho que alguien ha empezado a hacer preguntas sobre mi vida privada a los profesores y a algunos compañeros de carrera que siguen viviendo en Boston...
- Jimmy, creo que te equivocas...
- No me llames Jimmy, ahora mi nombre es Will. Para ti, Sr. Monahan. Me has defraudado, Cliffie. Pensaba que, en el fondo, te preocupabas por mi madre, aunque hacía diez años que no la visitabas cuando murió...Sólo Pamela se acordaba de ella el día de su cumpleaños y la llamaba siempre. Debí haberte calado en cuanto me dijiste lo de Tennessee, porque mi madre nunca vivió allí, sino en Kansas.
- No es lo que piensas.
- No, es peor: eres tan manipulador como aquel enemigo que tantas veces te derrotó, ¿cómo se llamaba, J.R.?
- Fui yo, quien le derrotó a él... - aseguró mientras se levantaba de la silla e intentaba contraatacar.
- Acabo de presentar mi dimisión. Recuerdo que, cuando éramos pequeños, Maggie insistía en que Pammie, tú y yo bendijéramos la mesa antes de comer. Tú siempre empezabas a comer sin esperarnos y te levantabas cuando habías acabado. Espero que recuerdes alguna de las oraciones que nos enseñaba Maggie porque las vas a necesitar...el día que nuestros caminos vuelvan a cruzarse...
Cliff tragó saliva mientras Will se marchaba, dejando la puerta abierta...
Sue Ellen se había alojado en la mejor suite del hotel más caro de Dallas, mientras las reformas de su mansión llegaban a su fin. Había decidido apagar su móvil para no ser molestada con asuntos de negocios. Tenía una entrada para la Metropolitan Opera House, la obra que se representaba era "Carmen", de Bizet. Antes del final, Sue Ellen se levantó de su butaca y se fue. Caminó por los jardines del recinto, elegantemente vestida, con un pañuelo verde para protegerse del frío de la noche veraniega de Dallas.
Al llegar junto a un estanque, miró a lo lejos y pensó en todas las veces que ella y J.R. habían ido a ese mismo teatro, cuando aún se comportaban como un matrimonio feliz. Todo había pasado, él ya estaba muerto y Sue Ellen se aferraba a su vida con fiereza. Pero no pudo evitar derramar una lágrima. Sería duro volver a Southfork. La ópera terminó, dentro del teatro.
James, Cally y el pequeño Jimmy se disponían a cenar, cuando sonó el timbre de la puerta. James se levantó para abrir. Cuando encontró en el umbral a dos desconocidos con aspecto de policía, se quedó boquiabierto...
- ¿James Beaumont?
- Sí, soy yo. ¿Qué ocurre?
- Queremos que nos acompañe a la comisaría- dijo el primer hombre, tras identificarse con su placa de la policía de Dallas.
- Tenemos que hablar con usted del asesinato de su esposa - dijo el otro policía, mientras Cally aparecía por detrás, más sorprendida que James.
- ¿De qué está hablando?
- De la muerte de su esposa, Michelle Stevens Beaumont. Ayer murió en el Hospital General de Dallas.
Pamela esperaba a su hijo Christopher en el rancho, saboreando una taza de té y leyendo uno de sus libros favoritos. El día anterior, le había llamado para decirle que quería ir a verla a Southfork para hablar con ella. Se alegraba de que fuera él quien quisiera verla en vez de al contrario, más habitual. Su único hijo, de 19 años, adoptado por ella y Bobby en 1981, poseía un elevado coeficiente intelectual y había pasado varios años en una escuela especial para jóvenes superdotados. Ya tenía suficientes motivos para sentirse orgullosa de él, pero sabía que el futuro le traería agradables sorpresas relacionadas con Chris...
Un coche había aparcado en la entrada de la mansión. Era un "Mercedes" de color gris, del que salió una puntual Sue Ellen. Levantó la mirada y recorrió con la vista la fachada de aquella mansión en la que nunca había vivido. Respiró aliviada. "Qué distinto habría sido si hubiera vuelto al antiguo Southfork..."
Al mismo tiempo, llegaba en su motocicleta Chris, que aparcó en la parte de atrás de la casa y entró por la puerta que daba a la piscina...Pamela bajó las escaleras al oír cómo el coche, primero, y luego la moto de su hijo rompían el silencio de la casa. No había nadie más allí, en aquel momento. A medio camino, Pamela se detuvo, al reconocer a su ex cuñada...
- Hola, Pamela - dijo Sue Ellen, sonriendo tímidamente...
- Qué sorpresa, Sue Ellen...
- ¿Sorpresa? Pero si Chris me dijo que me esperabas para comer...
La llegada del joven disipó sus dudas:
- No te preocupes, tía Sue Ellen. Has llegado a tiempo...
- A tiempo, ¿para qué?
- Para que me cuentes toda la verdad sobre mi verdadera madre, tu hermana...sobre Kristin Shepard.
Las dos mujeres se miraron fijamente, tan fijamente que el joven Ewing pensó que una de las dos iba a caer desmayada allí mismo...
FIN DEL SEGUNDO CAPÍTULO
Actores invitados del Episodio 2:
LARRY RILEY (FRANK WILLIAMS)
DEBORAH TRANELLI (PHYLLIS)
Fotomontaje obra de RAÚL de GLAM-FACTORY.
Este episodio está dedicado cariñosamente a todos los actores de seriales de los 80 que, como Larry Riley (Frank en KNOTS LANDING), Dack Rambo, Rock Hudson, Timothy Patrick Murphy o Tom Fuccello, han desaparecido a consecuencia del sida.
EPISODIO 3: "TIEMPO DE MORIR"