SEGUNDA PARTE DE "TIEMPO DE MORIR"
Pamela se acercó a su marido y a la pareja, aún sorprendida por lo que acababa de oír...
- ¿Qué ha ocurrido, Bobby?
- Han encontrado a una pobre mujer en un callejón...Ha muerto en el hospital de una sobredosis, y resulta que llevaba el certificado de matrimonio de James y Michelle. Además, alguien con muy poco sentido del humor se ha hecho pasar por April para identificar el cadáver.
Cally se sintió tan mareada que decidió sentarse en una de las butacas. Bobby y James hicieron lo mismo, mientras Pam iba a la cocina a prepararles una infusión...
La noche cayó como una losa sobre Southfork. Bobby y Pam tenían muchas preguntas que hacerse, pero ninguno de los dos se atrevía a romper el silencio. Finalmente, fue Pam quien habló...
- Ya sé que prometimos olvidar el pasado, pero no puedo evitar pensar...¿qué tipo de mujer era April...? Cliff sólo me ha contado cosas divertidas de ella...
Bobby siguió abrazado a su mujer mientras la imagen de su segunda mujer volvía a su cabeza, por primera vez en mucho tiempo...y se sentía culpable.
- Era una persona muy especial...y muy diferente de ti en todo. Era rubia, con el pelo rizado y rubio, y los ojos azules. Y tenaz, muy tenaz...Esperó mucho tiempo a que yo me sintiera seguro emocionalmente.
- He lamentado muchas veces haber tomado aquella decisión y causaros tantos problemas a todos...
- Me costó mucho entenderlo, pero creo que ahora lo entiendo. Sólo querías evitarnos el dolor de verte morir, cuando te hicieron creer que estabas enferma...April se esforzó mucho por darme su amistad y su compasión, antes de ir más allá...Las cosas no le habían sido fáciles, y nunca perdía la esperanza...
- ¿Y su hermana, cómo era? ¿Michelle se le parecía en algo...?
Bobby se sonrió, al recordar la primera vez que la vio, estirada en el suelo del apartamento de April...
- Estaba completamente loca...y me temo que se volvió realmente loca en la cárcel. Adoraba a James desde el momento que le conoció. Hizo todo lo que pudo y más para conseguir su amor y darle lo que más ambicionaba: la Ewing Oil. Pero... - Bobby tragó saliva y acarició a Pam - lo que ocurrió en París cambió sus planes...y también los míos.
Pamela le miró fijamente, y le dijo susurrando:
- Te quiero, y nunca más me alejaré de ti. Lo prometo.
A la mañana siguiente, Gary Ewing fue a buscar a su nuevo abogado al aeropuerto Love Field de Dallas. El avión llegaba de Chicago con media hora de retraso, y Gary no disponía de ninguna foto de Alan, por lo que temía que no pudiesen encontrarse. Alan le había dicho por teléfono que había visto su foto en el periódico, así que podía estar tranquilo. Gary oyó sonar su móvil, y aceptó la llamada: era su mujer Valene. En aquel momento, un hombre se acercó a él, saludándole. Creyendo que debía ser Alan, se disculpó ante su mujer y apagó el móvil.
- ¿El señor Beam, supongo...?
- Correcto - afirmó el recién llegado. Era un hombre de cuarenta y tantos años, con las cejas espesas y el pelo negro. Sólo llevaba una bolsa de viaje y una pipa en la mano - pero, por favor, llámeme Alan...
- Y tú a mí Gary. Bienvenido a Dallas... - dijo, estrechándole la mano.
- Gracias, pero, como le dijo mi socio Frank Williams, ya estuve aquí, pero hace ya mucho tiempo, en los años 80...Fueron tiempos difíciles...pero recuerdo que me marché con buen sabor de boca...
En ese momento, la mente de Alan retrocedió veinte años, al momento en que se disponía a dirigirse al aeropuerto y volver a Chicago...
- Kristin... - dijo el entonces joven Alan Beam a su compinche en traiciones...
- Alan...¿Todavía eres sospechoso?
- No, me estaba registrando en un hotel de Missouri a la hora en que dispararon contra J.R., así que tengo una coartada de hierro. Además, Kristin, me imaginé que lo hiciste tú...
- Quería hacerlo...Me trató tan mal... - contestó ella, en tono de víctima...

- Bueno, creo que ha llegado la hora de decirnos adiós - añadió él, dándole un beso amistoso. - Siento que hayamos estado tanto tiempo en bandos opuestos, podíamos haber formado un gran equipo. Escucha, si alguna vez vas a Chicago...
- Pasaré a verte. - Dijo ella, riendo alegremente. Alan se dio la vuelta y subió a su coche. Rumbo a casa, alejándose a cien kilómetros por hora de una condena por abuso de menores...
Alan volvió al año 2000. Se subió a la limusina de Gary, y se alegró sinceramente de que las cosas hubieran cambiado. Ahora, ya no era un perdedor, y Dallas iba a comprobarlo. Igual que Gary y su hija Lucy...
James bajó de su lujoso descapotable delante del edificio Ewing, que seguía siendo conocido así, a pesar de que los Ewing llevaban muchos años sin trabajar en él. Cuando se disponía a entrar, Sue Ellen le hizo una señal con la mano. James sonrió y ella le devolvió la sonrisa.
- Hola, James. He pensado que podríamos dar una vuelta en vez de subir al despacho. John Ross no ha podido venir, tenía que acercarse a la Universidad para hacer unas gestiones.
Sue Ellen y James empezaron a caminar, buscando la sombra, ya que, aunque había llegado septiembre, el sol del verano aún brillaba con intensidad y el calor era insoportable cuando no hacía viento.
- Quería hablar contigo porque ha ocurrido algo...
- Lo sé. La hermana de April, ¿verdad?
- Una vez más, las malas noticias vuelan...sobre todo en Dallas.Tengo que salir urgentemente de la ciudad. Debo asistir al funeral de Michelle en su pueblo, Springdale. Su madre se ha quedado completamente sola. Cally me acompañará...
- Tenemos un asunto pendiente, James...
- Lo sé. Sólo te pido dos días más. Dentro de dos días, te diré si me uno a vosotros en la Ewing Oil o sigo en el Grupo Ewing, con Gary y Bobby.
- De acuerdo - dijo Sue Ellen. - pero no olvides lo que te dije en nuestra última reunión: nadie debe salir malparado y menos John Ross. Hace mucho tiempo que se ha estabilizado y ha pasado demasiadas crisis debido a su adicción...Además, últimamente, ha dejado de ir a sus sesiones con la doctora Wyler...
James frunció el ceño y miró a la mujer, empezando a entender ciertas cosas...

En la mansión Wentworth, Pamela, Afton y la hija de esta, Beckie, nadaban en la piscina...Aquella mansión había acogido primero a la madre de los Barnes y Katherine, Rebecca, luego a Pamela y Christopher, y por último, y después de años de abandono, a la familia que formaban Cliff, Afton y la joven Beckie.
- Nena, no camines con los pies mojados, vas a acabar cayéndote...
- Oh, mamá , siempre tienes que esperar lo peor de mí...Estoy harta...
- Pamela Rebecca, entra en la casa... - ordenó Afton con una mirada fija, mientras salía de la piscina y se secaba el pelo. Pam la siguió y las dos se sentaron en las hamacas.
- Dime, Afton: ¿qué le ocurre a Beckie? - preguntó Pam sonriéndole.
- Nada anormal, supongo. Cosas de la edad... - evitó la mirada de su amiga y se recostó sobre la hamaca.
- No me digas que se ha enamorado...
- Oh, no...Eso ya no está de moda. La encontré en mi camerino con un chico mucho mayor que ella, uno de los técnicos de iluminación del estudio...No he podido mantener una charla seria con ella desde entonces.
- Bueno, Beckie tiene casi dieciséis años, y por lo demás, es una chica excelente: buena estudiante, le encanta la natación y no se deja deslumbrar por el dinero de los Barnes...
- Pam...Tengo miedo...
- ¿Miedo, de qué...? - dijo mirando confusa a Afton.
- Cuando yo tenía su edad, no salía con chicos del instituto...ya tenía la ambición de convertirme en una cantante famosa y buscaba a todo aquel que pudiese ayudarme...Participé en varios concursos de radio y en uno de belleza. Y cuando llegué a Dallas...
Pam alargó la mano y le tapó la boca con suavidad, para añadir:
- Cuando llegaste a Dallas, conociste a J.R. Ya lo sé, Afton.
Afton enrojeció y soltó un par de lágrimas, avergonzada.
- Tengo miedo de que Beckie quiera conseguir algún objetivo similar a través de sus amigos o de la gente de la emisora...como hice yo. Además, Cliff ha vuelto a empezar...
Llegado este punto, Pam endureció sus facciones:
- ¿Qué quieres decir? - dijo, mientras la otra mujer sacaba una tarjeta de un neceser que había encima de la mesa de la terraza.
- Esta es la tarjeta de vuestro primo, de Jimmy. Ahora se hace llamar Will y fue nombrado presidente del "First Bank". Pero Cliff ha conseguido que dimita y ha ocupado su lugar...y ni siquiera me ha hablado de él. Todo lo he sabido por el periódico. El antiguo Cliff Barnes y sus retorcidos secretos han vuelto otra vez...
(Fundido en negro)

Pamela despertó sola: seguramente Bobby se había marchado a cabalgar antes del desayuno. Se duchó, se secó el pelo y se puso su batín de seda rosa. De repente, recordó que hacía veinte años que lo tenía. Desde que fue a pasar una temporada en el sanatorio Brooktree. Bobby se lo había regalado. Ella lo llevaba puesto el día que escribió la carta...en el lejano 1981.
"Querido Bobby: He decidido abandonar mi terapia con la doctora Conrad y volver al rancho, pues creo que he superado mis problemas y he hecho las paces con mi pasado. Pero, de la misma manera, me he dado cuenta de que siento una necesidad enorme de darte un hijo, lo que más has deseado en toda tu vida. Algo que yo nunca podré darte. Por tanto, voy a marcharme y dejarte vivir tu vida. Nuestros abogados tramitarán el divorcio. Por favor, no me busques: necesito hacer las paces conmigo misma. Quizá vuelva, algún día..."
Fue entonces cuando Pamela dejó de escribir: unos gritos provenían de la sala de estar de la planta baja. Eran J.R. y Ellie, enzarzados en una discusión terrible, relacionada con los negocios fraudulentos de J.R. Estaba tan ensimismada con la carta que no les había oído llegar. En ese momento, también Bobby aparcó su descapotable rojo fuera...
Pamela bajó las escaleras llena de dudas...
- ¡No hay excusa para lo que has hecho...! - aseguraba Ellie.
- Mamá, no quiero hablar de eso... - intentaba escabullirse J.R.
- Quieras o no, tendremos que discutirlo...
Pam bajó las escaleras, presa de la emoción, al ver a un sorprendido Bobby con un sonriente bebé en los brazos...¿Podía ser cierto...?
- ¡Un bebé, tenemos un hijo! Oh, Bobby...¿por qué no me dijiste que por fin habías podido adoptar un niño?
Pam regresó al presente, tras haber recordado el día más feliz de su vida. Desde aquel día, Christopher se convirtió en su prioridad, sí, hasta el día del accidente de coche...cuando todo pareció desaparecer entre las llamas...Pam se miró al espejo: tenía poco más de cincuenta años, pero a veces se sentía agotada, exhausta, emocionalmente vacía, sobre todo cuando estaba en Canadá, lejos de Christopher. Bobby lo era todo para ella, pero ambos querían recuperar la relación con su familia y amigos... por eso habían vuelto. Pero...¿podrían volver a convertirse en los padres de Chris...o él elegiría a sus padres naturales, aunque estuvieran los dos muertos?
Pamela se quitó el batín y abrió de par en par su armario, para elegir el vestido que iba a ponerse. En el estante que había sobre los colgadores, se amontonaban algunas cajas, y Pam alargó las manos para bajar una de ellas. En aquella caja de colores pálidos, había ido guardando fotografías de sus seres queridos: fueron apareciendo su padre emocional Digger, su hermano Cliff junto a un jovencísimo primo Will (entonces Jimmy), después, entraron en escena los Ewing: primero Ray, que era sólo el capataz de Southfork, y su primer novio formal, en todos los sentidos; Jock y Ellie, Lucy, Sue Ellen...
Y más tarde, su madre Rebecca, que siempre fue un misterio para ella, y su prometido Mark Graison, ambos con un final tan trágico...Y cuando encontró la primera foto que le hicieron junto al pequeño Christopher, Pam no pudo contener las lágrimas y todas sus emociones se desbordaron...
"Cada cosa tiene su estación, y un tiempo para cada propósito bajo el cielo: un tiempo para nacer y un tiempo para morir; un tiempo para matar y un tiempo para curar; un tiempo para llorar y un tiempo para reír; un tiempo para amar y un tiempo para odiar; un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz..."
El sacerdote recitaba el salmo mientras James y Cally, ambos vestidos de negro, le escuchaban respetuosos pero alejados del grupo de la familia. Michelle Stevens iba a ser enterrada junto a la tumba de su hermana April, en la localidad de Springdale, Arkansas. James se había sentido obligado a acudir para ofrecerle su ayuda a la madre de April, casi octogenaria.
Una vez finalizó la ceremonia, James se acercó a la llorosa mujer, que era consolada por varias vecinas, que le miraron con recelo.
- Señora Stevens... - balbuceó James - Soy James Beaumont. Estuve casado con Michelle...
- Eso es imposible - dijo ella sin dirigirle la mirada - Mi hija nunca se casó...Lo habría sabido. Váyase.
- Soy el sobrino de Bobby Ewing, el marido de su hija April...
Los azules ojos de Amy Stevens se abrieron de par en par y penetraron el rostro de James...
- ¿Qué han tenido que ver los Ewing con la muerte de mi hija Shelly?
- Nada, nada en absoluto...Michelle no pudo superar su estancia en la cárcel y fue encontrada al borde de la muerte, en un callejón...
- Mi hija, ¿en un callejón? Usted está loco...¿Por qué ha venido a decirme esas mentiras?
Una de las vecinas intervino, alejando a James con la mano...
Cally también se acercó, intentando arreglar las cosas:
- Señora Stevens, soy Cally, y fui amiga de su hija April. Sólo hemos venido para decirle que necesita algo, puede contar con nosotros...
- Cally...sí, recuerdo que April me dijo algo ayer...sobre usted.
Cally miró con lástima a la mujer y luego a James...De repente, Amy empezó a gritar y a exigirles que se marchasen...
"Los Ewing tienen la culpa de lo que les pasó a mis hijas...sobre todo usted...El cielo tenga en su gloria a mi querida Shelly...y que el diablo les lleve a todos ustedes...uno a uno." - En ese momento, el grupo formado por las vecinas se acercó y rodeó a Amy, llevándosela de allí. James se quedó pensativo unos instantes...y Cally le abrazó, intentando consolarle...
- ¡Ha pasado tanto tiempo!
- Sí, demasiado...Me alegro de volver a verte, Sue Ellen.
- Yo también, Bobby.
La pareja de ex cuñados se había citado en uno de los restaurantes favoritos de ella, "Les Saisons".
- Espero que no te molestara que insistiese en que vinieras solo...sin Pamela, quiero decir.
- Supongo que tendrás tus motivos.
- Claro. No sé si lo sabes, pero Christopher nos engañó a las dos, hace unos días, para encontrarnos en vuestra casa y hablar de sus padres naturales...
- ¿Christopher hizo eso? Vaya, sabía que Pam me ocultaba algo pero no podía imaginar algo así...Debía haber algo de sangre Ewing en vuestros antepasados, y lo digo por mi hijo...Es casi digno de J.R.
- Te he llamado, en primer lugar, para comunicarte que John Ross, yo, y tal vez James, nos asociaremos en una nueva Ewing Oil. Sin rivalidades con vosotros, por supuesto...por lo menos personales.
- No debería haberlas de ningún tipo porque el Grupo Ewing va a abandonar el negocio del petróleo, si de mí depende.
- Pero lo que realmente me preocupa es la reacción que Pam tuvo al verme, casi de pánico...
- No puedo entenderlo - dijo Bob, mientras declinaba el vino que le ofrecía el maître y pedía dos botellas de Perrier.
- Desde que regresó a Dallas, ha llevado una vida tranquila y feliz. Hemos ido a Houston a visitar a Chris siempre que hemos podido, y él ha pasado las vacaciones con nosotros...Tal vez nos equivocamos al inscribirle en aquella escuela especial...
- No pienses eso, Bob. Habéis sido unos padres excelentes, mucho mejores que J.R. y yo. Estos últimos años, he procurado ofrecerle a John Ross todo lo que el dinero puede comprar, además de una filosofía positiva de la vida. Nunca me perdonaré la crisis que atravesó cuando murió J.R., pero creo que ya la ha superado. De todas formas, como yo con el alcohol, él siempre será un adicto...
- No hablemos de cosas tristes...Cuéntame, Sue Ellen, ¿cómo van tus otros negocios?
- Oh, si te contara...Nunca sé qué hora es ni con quién estoy hablando por el móvil...
Curiosamente, en ese momento, sonó el móvil de Bob. Este se disculpó y, al ver que era Pam, aceptó la llamada. Tras despedirse con un "te quiero", Bob guardó el aparato y miró a su amiga:
- Lo siento, Sue Ellen, pero tengo que marcharme.
- ¿Es algo grave, puedo hacer algo por vosotros?
- Ya lo has hecho...Según creo, nuestros problemas están en vías de solución...
"Estoy preparada". Eso era todo lo que le había dicho Pam por teléfono. Media hora después, ella y Bob llamaban a la puerta del apartamento de Chris...El joven les abrió, con una mirada de sorpresa en su rostro...

- Hola, hijo - dijo Pam, sonriendo. - Hemos venido a responder a tus preguntas. Finalmente.
Christopher abrió la puerta mientras retrocedía para dejarles paso. Mientras entraban, Bob presionó ligeramente el antebrazo de su mujer, para transmitirle confianza...
Aquella noche, en el único hotel de relativo lujo de Springdale, James meditaba silencioso, mientras Cally se cepillaba el pelo con suavidad...James recordó algo que había pasado diez años antes, en la prisión de Dallas donde Michelle había pasado unos meses. Era el día anterior a su traslado a la penitenciaría del Estado para mujeres. James consiguió que le fuera concedida una última visita. Su relación con Michelle había degenerado en odio mutuo. Antes de marcharse, él le había dicho:

"Estás donde te mereces estar, y yo también he conseguido lo que me merezco: la empresa de mi padre. Voy a hacerme con ella aunque para ello tenga que matar a Cliff..."
Poco después, Cliff apareció con varias balas en su cuerpo...pero James no había tenido nada que ver con aquello. El joven volvió a la realidad cuando Cally le llamó por su nombre:
- James, ¿qué te pasa?
- Nada. Supongo que es sólo la parte de culpa que tengo por el sufrimiento de la pobre Michelle...Estoy seguro de que ni siquiera le fue fácil matar a aquella mujer...
- Tienes que dejar atrás aquella época de tu vida. Tienes a tu hijo Jimmy y también a la pequeña Ellie. Un trabajo que te gusta y que te da lo que necesitas y más...No cometas el mismo error que tu hermano John Ross. No cargues con un peso que no te corresponde...
- ¿Qué he hecho yo para merecer a una mujer tan maravillosa como tú? - dijo él, acercando su cuerpo desnudo al de ella. James abrazó cariñosamente a Cally y luego apagó la luz. Hicieron el amor, pero no podía dejar de pensar que, tal vez, en alguna parte, Michelle podía estar viva en alguna parte...y preparar su venganza...Su último pensamiento de la noche fue para ella:
"Descansa en paz, Michelle...Estés donde estés..."

FIN DEL TERCER EPISODIO
Actores invitados del Episodio 3:
LUCY LIU (Chow)
KIMBERLY FOSTER ("April" y Michelle)
K CALLAN (Amy Stevens)
PETER KRAUSE (Joe)
y, en los "flashbacks" de DALLAS:
LARRY HAGMAN (J.R.)
BARBARA BEL GEDDES (Ellie)
y MARY CROSBY como KRISTIN
Fotomontaje obra de RAÚL de GLAM-FACTORY.
Dedicamos este episodio a las actrices que nos han inspirado a la hora de recrear a los antiguos personajes: VICTORIA PRINCIPAL, LINDA GRAY, CATHY PODEWELL y AUDREY LANDERS.
EPISODIO 4: "DALLAS CONFIDENCIAL"