SEGUNDA PARTE DE "LA BODA DE MI MEJOR ENEMIGO" (II)




Aquella noche, Vanessa disfrutaba del silencio sentada en una de las hamacas que había junto a la piscina de su hijo James.

- Vas a enfriarte, madre – dijo James. Ella sonrió. El comentario solía ser al revés, no mucho tiempo atrás.

- Entraré en la casa dentro de un minuto. Quería preguntarte algo, hijo. – James se sentó a su lado. - ¿Te queda alguna duda sobre tu boda con Cally?

Él lo negó, en redondo.

- Entonces, ¿qué problema hay? – ella era su madre y había sido su confidente hasta que James se trasladó a Dallas. Notaba cuándo su hijo estaba obsesionado con algo que prefería no explicar.


- Madre: voy a contarte algo, pero no quiero que te asustes, ni que se lo cuentes a nadie. Tiene que ver con mañana, con nuestra boda, con nuestro futuro...

- Si estás seguro de casarte con ella, por favor, no la dejes marchar, como yo hice con tu padre, con J.R. Quizá si yo no le hubiera abandonado, él seguiría aún con vida...

Los recuerdos de aquella época se entremezclaron con sus temores actuales, y James sintió un escalofrío, como si alguien estuviera observándoles...



A la mañana siguiente, James se dirigió a la mansión Southfork, ya que sería Cally la que llegaría en limusina desde Dallas. Ella había pasado la noche con su hija Ellie, en su antiguo apartamento. El padrino de James sería su hermano John Ross, aunque su amigo Bill le iba a acompañar al rancho como invitado. Cally se quedó en el apartamento de James, con Vanessa, la modista y el resto del equipo que la ayudaba a prepararse para la ceremonia.

En la habitación de John Ross, en el edificio principal, este le daba los últimos retoques a su hermano. Vestía un frac azul oscuro, con pajarita, diseñado por un amigo de Cally. Bill asomó la cabeza, y le entregó su regalo: un guante de piel con sus iniciales marcadas, pero adaptado a la escayola, no a la medida de su mano. De esa forma, no dejaría de ser un novio elegante...

En la habitación contigua, la de Christopher, este hacía una llamada a través de su móvil.



- Hola, sí, ¿puedes oírme? – una voz lejana parecía no saber quién la estaba llamando.

Por fin, la comunicación mejoró: era la voz de una mujer la que estaba al otro lado:

- ¿Quién eres? No puedo oírte bien... – dijo ella.

- ¿Eres Lisa Farraday? Soy Christopher Ewing...tu sobrino. Quisiera que nos volviéramos a ver...



Sue Ellen había llegado en una lujosa limusina, y corrió a saludar a Pam y a Barbara:

- Me alegro mucho de volveros a ver, estáis estupendas...¿Y la novia?

- En el apartamento de James, vendrá desde allí con Vanessa.

- ¿La madre de James? Nunca pensé que tendría la oportunidad de conocerla...he oído muchas cosas sobre ella...Oh, ahí veo a Bob, iré a saludarle...



En la casa contigua, perteneciente a Gary y Val, estos se preparaban para reunirse con el resto de la familia...

- Por favor, cariño, imagínate que es John Ross quien se casa y no James. Hazlo por mí...

- Con todos los ranchos que hay en Tejas, han tenido que venir a casarse en el jardín de este...No te preocupes, Val. Hoy haré una tregua, pero mañana – dijo besándola en la boca – será el día 1 de una nueva guerra de los Ewing.

- No tienes remedio, Gary Ewing. Bajemos ya...



Pam había contratado a varias camareras para el servicio del cóctel previo a la boda y la comida posterior. Una de ella, morena, con los ojos azules, se acercó al hijo de Jimmy, que jugaba con Ellie y Peter delante de la niñera...

- Oh, qué niños más guapos... – dijo la desconocida – A que adivino cómo os llamáis. Tú eres Jimmy Beaumont y tú, la pequeña Ellie, ¿verdad?

Los niños asintieron, mientras la niñera sonreía.

- ¿Y vuestra madre dónde está?

- La mujer que va a ser mi nueva madre se ha quedado en nuestra casa de verdad, en Dallas. Pero pronto vendrá para aquí con mi abuela...

La niñera interrumpió la conversación: “Lo siento, perdone si le están molestando los niños. Parece que la están llamando a usted y sus compañeras...”

La camarera se dio la vuelta y, disimuladamente, salió al exterior y se escondió en la parte trasera de la blanca mansión. En un rincón, se quitó el uniforme de camarera y lo tiró en un cubo de basura. Vestida con camiseta sin mangas y pantalones de cuero, caminó unos cien metros y, detrás de unos robles cercanos a la casa, encontró su motocicleta en el mismo sitio donde la había dejado. Había llegado con unos planes, pero estos planes habían cambiado...

(Fundido en negro)

Dentro de la mansión, Pam golpeó suavemente la puerta de su hijo Chris. Él salió, ya vestido para la ocasión, y su madre le ajustó la corbata.

- ¿Dónde está papá? – le preguntó a Pam. “En la salita, con Lucy”, respondió. Los dos bajaron a reunirse con ellos, y Christopher anunció algo sorprendente: - Después de la boda, iré a visitar a Lisa Farraday, la hermana de mi padre natural. Quería que lo supiérais...y que lo entendiérais, aunque tal vez os resulte difícil.

Lucy se levantó y le besó: “Buena suerte, cariño. Pero no te olvides de nosotros...” Acto seguido, salió de la habitación, arrastrando de la mano a su sobrino Chris, y dejando a Bob y Pam confundidos...



James conducía su deportivo último modelo a toda velocidad por la carretera que llevaba a Dallas, a pesar de que tenía la mano derecha escayolada. Había tenido un presentimiento: en su mente, no podía dejar de oír las palabras del detective que había llevado el caso de Michelle:

“Según nuestros análisis de ADN, la persona enterrada en Springdale era sin duda alguna Sheree, la compañera de celda de Michelle Stevens...”

“Habían tramado que, cuando salieran de la cárcel, acabarían con usted, señor Ewing...”

“¿Quiere decir que tenían alguna especie de plan que salió mal y una asesinó a la otra?” – preguntó él, con un nudo en la garganta.

“Yo en su lugar, cancelaría la boda, cogería a su esposa y me iría a Las Bahamas a casarme...”

“¿Tienes alguna duda sobre tu boda con Cally?” – había inquirido su madre, unas horas antes. “No la dejes marchar, como yo hice con J.R. Quizá si yo no le hubiera abandonado, él seguiría aún con vida...”

Su memoria retrocedió un par de días más, hasta la conversación que mantuvo con Cally en la azotea del Edificio Ewing: “Piensas lo mismo que yo – afirmó ella - Michelle está viva y ha vuelto. Y quiere vengarse de nosotros.”

James apretó el acelerador y reafirmó su mano derecha en el volante...



El cóctel pre-nupcial estaba resultando un éxito, y Sue Ellen se sentía la reina de la fiesta, como en los viejos tiempos, aunque aún no había tenido ocasión de charlar con Madeleine...así que se acercó y se presentó:

- Hola, es un placer conocerla. Soy Sue Ellen Lockwood. Clayton es uno de mis mejores amigos.

- ¿La Sue Ellen que estuvo casada con J.R. Ewing? ¿Y la que estuvo a punto de casarse con mi hijastro Steven? Pensaba que serías más joven...- Madeleine ya había tomado un par de copas y empezaba a decir lo que pensaba, sin adornarlo con cortesía.

El gesto de Sue Ellen era indescriptible, pero lo cambió enseguida, sonriendo y respondiendo:

- Pues yo creía que serías mucho mayor, ya que estás casada con Clayton. Ellie le puso el listón muy alto a cualquier otra mujer. Tenlo presente, querida Madeleine...

Sue Ellen hizo mutis por el foro, mientras Madeleine susurraba: “Sue Ellen Ewing, copropietaria de la nueva Ewing Oil y la mujer más rica de todo Tejas...Toda una mujer...y una amenaza.”


En casa de James, Cally estaba lista para partir. Vanessa llamó a Southfork para informarles de que salían. Pero antes, dijo en confianza a la joven:

- Cariño, te deseo toda la felicidad que te mereces. Tú y mi hijo. Cuida de él, no dejes que su torpeza te despiste. Siempre pensé que hacías mejor pareja con él que con J.R.

- Te agradezco la sinceridad. Perdona todos los momentos desagradables que te causé cuando supe que habías tenido un hijo con J.R.

- La familia Ewing está esperando. Estás preciosa. Voy a avisar al chófer... – dijo Vanessa, saliendo al vestíbulo...



En Southfork, Barbara empezaba a cansarse de tantos parabienes y de saludar a desconocidos, y decidió servirse una copa: una ocasión especial bien valía romper su abstinencia. Subió a su habitación, donde guardaba una petaca con “bourbon”. Entonces, le llegaron ecos de una conversación que se mantenía en otra habitación. Alguien hablaba por teléfono: era Madeleine la que hablaba por su móvil.

“Cariño – decía – escúchame bien. Ese hombre ha tenido dos ataques al corazón y posee una de las mayores fortunas del estado de Tejas. Nuestro plan surte efecto pero necesito más tiempo. Poco a poco, se va debilitando por la presión familiar y quiere que vayamos a ver a su hijo a su rancho. Oh, calla, claro que te mantendré informado...Oh, espera, creo que oigo un ruido. Tengo que colgar. Ciao.”



Barbara oyó cómo Madeleine bajaba otra vez al piso de abajo. Miró por la ventana: se había reunido con los demás, y estaba besando cariñosamente a Clayton. Algo tramaba esa mujer, y, si estaba en lo cierto, les acabaría afectando a todos...Tenía que hacer algo...





Mientras, en el piso de abajo, Pam y Val se empezaban a impacientar, en teoría la limusina con Cally y Vanessa tenía que haber llegado ya. Llamaron al apartamento, pero no recibían ninguna señal...y los móviles estaban apagados. De repente, alguien se percató de que el coche de James había desaparecido y decidieron ir a buscarles al apartamento...Tal vez algún accidente de coche en el camino...Bob, Gary y Bill se subieron al lujoso Porsche de Gary y este pisó el acelerador.

Una vez allí, descubrieron con sorpresa que la policía había acordonado la zona perteneciente a la entrada del apartamento. Sólo al identificarse Bob, les dejaron pasar. El apartamento estaba completamente destrozado, los cristales de las paredes que daban a la piscina se habían hecho añicos, y los cuadros se habían rayado con un objeto punzante.

“Parece como si alguien se hubiera vuelto loco y hubiese querido destruirlo absolutamente todo...”

Bob, Gary y Bill intentaron entrar en las habitaciones, pero sólo lo consiguió Bob. Allí, en el suelo, había un cadáver que iba a ser trasladado al depósito. A medida que se acercaba, cada vez tenía más claro cuál era su identidad...

- ¿Conoce a la difunta? – preguntó el policía.

- Sí. – tragó saliva, conmocionado. - ¿Hay más víctimas?

El policía le miró, y su expresión no transmitió nada a Bob. Una muerte violenta, de nuevo, se cruzaba en el camino de los Ewing...






FIN DEL EPISODIO Y DE LA PRIMERA TEMPORADA



Actores invitados:

KIMBERLY FOSTER (Michelle)

SETH PETERSEN (Bill)

Y GAYLE HUNNICUTT como VANESSA



Dedicamos este episodio a los amigos de knotslanding.net que nos ayudaron a confirmar la información necesaria para las tramas de GARY, VAL y los gemelos en IMPERIO EWING: Seaviewer, owenwarland y Laura Avery-Sumner. Gracias a todos.


EPISODIO 7: LA BODA DE MI MEJOR ENEMIGO (III):

MARCHA FÚNEBRE