Al mediodía, Michelle obligó a James a detenerse en un pequeño supermercado anexo a una gasolinera. Luego entraron en él, no sin antes recordarle a James que llevaba la pistola en el bolsillo de su chaqueta de cuero. En uno de los pasillos del local, vigilado con espejos, Michelle cogió con fuerza la cabeza de James y le dio un beso en la boca...muy intenso mientras le presionaba con el cañón de la pistola, a través de la chaqueta.
- ¿Sabes una cosa? En este momento me das tanto asco, Michelle, que ni siquiera siento lástima por esa cicatriz...
Michelle cogió un paquete de chocolatinas, y le obligó a pagar a él. Entonces, Michelle sacó la pistola y apuntó a la cajera, exigiéndole que le diera todo el dinero de la caja. La joven le hizo caso y levantó las manos, después de entregárselo. Finalmente, aturdido, James salió corriendo de allí con Michelle...
- Pero, ¿qué has hecho? Ahora pensarán que yo soy tu cómplice en el robo...
- Estamos unidos para siempre, de una forma u otra... – dijo ella mientras subían al auto – Anoche no te lo pasaste muy bien esposado a la cama, pero esta noche podríamos progresar en nuestra nueva relación...y hacer algo más excitante.
En el Hospital Dallas Memorial, Pamela había sido examinada por su ginecóloga personal, además del doctor de Urgencias.
- No sé qué me ha pasado...Lo siento, Anita, tendría que haber venido antes...
- Eso creo, Pam. Hace mucho tiempo que nos conocemos, desde antes de nacer tu sobrino John Ross. Esperaba tu visita hace años...pero me enteré de que te habías trasladado a Toronto con Bobby.
- Sí...¿Estoy embarazada?
Anita sonrió con simpatía. Siempre le había gustado la cándida sinceridad de Pam.
- No, por supuesto que no. Has perdido algo de sangre de camino al hospital, pero esto es sólo algo que tenía que pasarte, más tarde o más temprano. Nos pasa a todas las mujeres de nuestra edad...
- ¿Te refieres...a la menopausia?
Anita movió la cabeza afirmativamente, sonriendo y apoyando la mano en su brazo.
- Es curioso...Olvidé que tenía que pasarme algún día. Habiendo adoptado a Christopher...y con los problemas que tuve con mis embarazos, creo que, de algún modo, pensé que no me llegaría nunca. Lo más divertido es que fui capaz de pensar que estaba embarazada, a mi edad...
- No es divertido, es...una muestra de cómo eres, y cómo no has dejado que el tiempo te cambie como persona. Cuenta conmigo para lo que necesites, Pam.
Las dos mujeres se abrazaron, no como paciente y doctora, sino más como dos amigas que habían llegado a un momento decisivo para una de ellas.
Michelle salió del cuarto de baño del motel, con el pelo teñido de rubio otra vez. James volvía a estar esposado a la pata de la cama.
- Y ahora, ¿cuál será el próximo paso, Michelle? ¿Robar otro coche?
- Tú lo has dicho. Nos iremos en cuanto me vista. He visto un par de coches antiguos que no se me resistirán...En la oscuridad, todo será pan comido...Además, le he dado una propina al gerente para que no nos molestase: le he dicho que estábamos en luna de miel...
- Tú y tus malditas fantasías retorcidas... – James observó cómo se acercaba la joven semidesnuda y se colocaba encima de él...
- ¿Recuerdas cómo éramos en la cama, James? ¿Está esa palurda de Cally a la altura...?
Cuando Michelle acercó su cara a la de James, éste le escupió.
- Aunque vivieras cien años, nunca estarías a la altura de Cally. Abandonaste a tu hermana, te quedaste con su dinero cuando murió y lo utilizaste para comprarme, a mí y a la Ewing Oil...
Michelle le abofeteó, y luego le sacó las esposas, añadiendo:
- Vístete y rápido. Nos vamos de compras. Necesitamos un nuevo coche...
En las oficinas del Grupo Ewing, que ahora pertenecían a las Industrias Westfork, nombre propiedad de Gary desde los tiempos de California, éste y Alan Beam sostenían una reunión crítica.
- Hemos adquirido gran parte del antiguo Grupo Ewing, y necesitamos cerrar un negocio realmente importante lo antes posible, de lo contrario nos quedaremos sin líquido dentro de poco, y los bancos no conceden créditos con tanta facilidad como antes...
- No me digas que un Ewing, no tiene carta blanca en cualquier banco de Tejas. Además, creo que la otra noche cenaste con el vicepresidente del Cattlemen´s Bank.
- Veo que estás muy bien informado, Alan. Will Monahan es primo de mi cuñada Pamela, nada más. Pero no hablamos de negocios, ese es un tema tabú a la hora de la cena...
- Tengo un as bajo la manga. Se trata de alguien que está buscando un socio para una inversión realmente espectacular, y pronto vendrá a Dallas. El negocio es muy, muy importante, y podría ser el golpe de gracia para las Industrias Westfork, y hacer olvidar a la ciudad de Dallas que eres el hermano mediano de J.R.
- Suena muy bien, pero tengo demasiadas cosas en la cabeza. Necesito que te ocupes de la primera toma de contacto. Consigue todos los detalles posibles y empezaré a moverme, y rápido. ¿Y esta persona tan ambiciosa cómo se llama?
- Aún no puedo revelar su nombre, pero en San Francisco, se dice que hay dos cosas en la vida que provocan el pánico: una es la muerte violenta, y la otra...nuestro posible socio.
Aquella noche, Bobby llegó a casa, encontrándose con la limusina negra de Clayton aparcada frente a la entrada de su casa.
- Hola, Howard. ¿El señor Farlow se va de viaje?
- Sí, vamos a San Angelo.
Clayton se acercó con una maleta y se la dio al chófer.
- Qué sorpresa, Clayton...Pensaba que os quedaríais más tiempo.
- Sí...pero creo que ha llegado la hora de marcharse, y volver a mi otro hogar, Bobby. Aquí os tengo a vosotros, pero, en Southern Cross, están Dusty y su esposa Carrie. Tengo ganas de que Madeleine les conozca...
- Clayton, sinceramente, creo que has tenido mucha suerte al conocerla. Espero que seáis felices.
En ese momento, salía Madeleine con su bolso de mano, seguida por Pam, Lucy y Cally.
- Diablos, parece como si hubiera pasado un huracán por mi cuarto de baño, no puedo encontrar mis medicinas donde las había dejado...Seguro que es cosa del servicio...
Lucy escuchó a la mujer, haciéndose la despistada...Luego, se adelantó hacia Clayton, diciéndole con cariño:
- Perdona si me he pasado de la raya en algún momento...Te quiero mucho, Clayton...
- Yo también, cariño... – abuelo y nieta se abrazaron. Madeleine levantó ligeramente la voz para hacerse notar:
- Clayton, mi amor, si no nos vamos enseguida, perderemos el avión... – Lucy levantó la ceja...
Madeleine se despidió de todos con la mano y se subió al coche. Clayton les dio una última mirada, a ellos y a la casa:
- No reconozco la casa como Southfork, pero sí a la familia Ewing...
En ese momento, llegaron los Krebbs, Maggie incluida, y ésta entregó al anciano un regalo que había hecho especialmente para él...
- Os echaré de menos a todos... – dijo Clayton. Enseguida, Madeleine ordenó al chófer que arrancase, y este lo hizo, aunque no apretó el acelerador.
Allí quedaron Pam y Bobby, Ray y Donna, Cally y Maggie, y, cómo no, Lucy...
(fundido en negro)

Michelle y James iban acercándose a cada minuto a Galveston. Tenían previsto llegar aquel día, aunque Michelle no había podido confirmar la salida del barco que la llevaría lejos de allí, ilegalmente, por supuesto.
De repente, detrás de ellos apareció un policía motorizado. James decidió jugarse el todo por el todo, y preguntó a Michelle:
-¿Mataste a mi madre? Dime la verdad o giraré el volante y nos estrellaremos contra ese árbol y tendrás a la policía encima de ti en un minuto.
- Ha salido por fin tu gen de J.R., James. Si quieres una respuesta, la verdad es que no...
James fue aminorando la velocidad hasta que el policía pasó de largo, y, al final, James aparcó el coche en un descampado. Apoyado en el volante, le preguntó:
- ¿Me explicarás todo lo que ocurrió?
- Sí...antes de marcharme: esta noche....
En la salita de estar de Southfork, Lucy encontró a una deprimida Cally.
- ¿Qué te pasa, Cally? No te preocupes por James, seguro que les encontrarán. Ya oíste ayer al detective, les habían localizado en un motel y...
- Y les volvieron a perder la pista. Quizá no sea buena idea que estemos juntos, Lucy...
- No digas tonterías y escúchame. James no es mi primo favorito, pero ha sobrevivido a J.R. y eso tiene mucho mérito. Según me contaste, incluso le internó en un sanatorio para vengarse de él...y ahora, míralo: se lo rifan los programas dedicados a jóvenes ejecutivos. Tu hija tiene un nuevo papá y un nuevo hermanito y eso es lo más importante: que seáis felices todos juntos. En mi familia nunca lo hemos podido conseguir.
- Pero, Lucy, ¿cómo le diré a Ellie que James y ella son también hermanastros, además de padre e hija?
- Oh, nena, las relaciones simples no han tenido mucho éxito aquí en Southfork...Preocúpate de eso en su momento. Muy pronto, James estará aquí, y podréis vivir en Southfork si lo deseáis...
- Lucy, eres una gran amiga...Ojalá tuvieras todo lo que buscas...
- De momento, me conformo con el pequeño Pete...aunque ha llegado la hora de enfrentarse a la verdad...con Alan.
Aquella noche, en la zona más oscura de los muelles de Galveston, una mujer menuda vestida con una chaqueta de cuero negro se movía con la rapidez de un ave de presa. Michelle subió al barco que tenía que llevarla lejos de Tejas, en concreto a Shangai. Había contactado en la cárcel con una joven china cuyo padre se encargaba de realizar trayectos clandestinos para antiguas compañeras de su hija, eso sí, por una gran cantidad de dinero. Dicha cantidad la había conseguido Michelle accediendo a una cuenta abierta al poco de marcharse de Dallas, antes de la muerte de April. Había creado un plan de pensiones y éste había creado sus beneficios. Suficiente para pagarse el pasaje.
Michelle se acercó luego hasta el coche aparcado en una esquina, robado la noche anterior. En él, James le daba vueltas a la cabeza y se preguntaba si Michelle había sido sincera con él...¿Cómo podría llegar a saber cómo murió su madre?
Gary Ewing conducía por las calles de Dallas y se disponía a salir de la ciudad y coger la carretera que llevaba a Southfork. De repente, divisó un bar con rótulos luminosos y decidió aparcar el coche y entrar. No sabía muy bien el porqué, pero necesitaba entrar en aquel bar. Estaba prácticamente vacío, pero el camarero se ofreció a servirle, siempre y cuando fuera una sola copa.
Gary estuvo repasando las marcas del “bourbon” y el vodka expuestas frente a la barra y, finalmente, dijo al camarero, dándole un billete de cinco dólares:
- Un Ginger Ale, sin alcohol, por favor...
En el puerto de Galveston, Michelle relataba una triste historia:
“Os había estado espiando, y mi intención era armar un poco de jaleo en la boda, no matar a nadie. Cuando salí de la cárcel, me encontré con que mi compañera Sheree, estaba obsesionada con matarte, pero yo no quería eso, yo quería que volvieras conmigo. Así que no me quedó más remedio que deshacerme de ella. Estaba enganchada y no fue difícil, ni tampoco que creyeran que era yo la que había muerto. Poco a poco, fui poniéndome al día de tus progresos como ejecutivo y padre de familia y tomé la decisión de separaros.
“El día de la boda, cuando tú llegaste al apartamento, yo ya estaba en la casa, escondida en el jardín. Cogiste a Cally, tu novia, y se la arrebataste a tu madre, dejándola sola allí. Entonces, entré yo desde la terraza.
- ¡Michelle...! – exclamó, asombrada, Vanessa.
- Y tú eres la madre de la novia... – Michelle observó la decoración de la casa – No me habéis decepcionado, James lleva ahora un nivel de vida mucho más alto que antes, cuando reparaba motocicletas...
- Lo siento, Michelle – Vanessa había sacado una pequeña pistola de su bolso. – Estoy dispuesta a hacer lo que sea para que esta boda se celebre – Vanessa apretó el gatillo y una bala pasó rozando el hombro de Michelle. Entonces, ésta se lanzó encima de la mujer y empezaron a forcejear por el arma. De repente, Michelle se la quitó y le dio un empujón hacia atrás. Vanessa cayó al suelo, y su cabeza fue a parar contra un aplique metálico que la mató inmediatamente...Michelle, al ver la sangre, se sintió presa de la ira y empezó a destrozar todo lo que veía, hasta que, cuando reparó en la firma de Cally que había en algunos cuadros, cogió el atizador de la chimenea y los rasgó con ira...
-...Y todo esto se pudo haber evitado si yo hubiera llegado antes y hubiera eliminado a tu blanca novia...desde la terraza. Por lo tanto, yo no maté a tu madre, James...sino que lo hiciste tú mismo.
Un coche de la policía les observaba en la distancia, amparado en la oscuridad de la noche...
Lejos de allí, en Dallas, Lucy llamaba a la puerta del apartamento de Alan Beam...Éste había escondido la foto de Peter y Lucy en un cajón antes de abrir la puerta.
- No esperaba verte por aquí... – exclamó él, haciéndole pasar. – Eres la última persona que pensaba ver aquí.
Lucy recorrió el apartamento con la vista y dijo:
- No sabía que fueras un abogado tan cotizado como para pagarte un apartamento como este, Alan.
- Hay muchas cosas que no sabes de mí... – añadió él, mientras se servía una copa, y le hacía un gesto a ella para servirle otra. Lucy negó con la cabeza.
- Tienes razón.. Por eso estoy aquí – se acomodó en uno de los sillones, mientras Alan hacía lo mismo frente a ella. A continuación, sacó de su bolso un documento fotocopiado. – Desde que regresaste a Dallas, nuestros encuentros no nos han causado más que tensiones...especialmente el día de la boda. Por eso he tomado una decisión – diciendo esto, le enseñó el documento.
Alan lo leyó detenidamente, con un semblante serio que se tornó cada vez más sombrío y expresaba decepción.
- Lo siento, Alan. Sé que pensabas que Peter era hijo tuyo, porque habíamos tenido una aventura nueve meses antes de nacer él. Pero el niño fue prematuro: nació a los siete meses, casualmente también en una boda que no se llegó a celebrar: la de James y Mandy Winger. – No quería verme obligada a hacer esto, pero, después de todo, si tienes derecho a saber que tienes un hijo, también tienes derecho a saber que no lo tienes...El padre de Peter es otro hombre...
Lucy se levantó y dijo:
- No te preocupes: no me negaré si quieres que hagamos una prueba de paternidad...Espero que seas feliz con tu nueva vida en Dallas, trabajando para mi padre...
Acto seguido, Lucy salió por la puerta del apartamento. Alan se puso en pie, sacó la foto del cajón y la tiró al cenicero, para luego prenderle fuego con una cerilla.
- Esto cambiará los planes... – se dijo Alan, mientras marcaba un número con prefijo de California. – Hola, soy Alan Beam. Sí, todo está preparado. Gary Ewing está ansioso por entrevistarse con nuestro amigo. Exacto. No hay mejor sitio que el Baile de los Petroleros para que alguien como Richard Channing se dé a conocer en Dallas...
Una vez hubo colgado, Alan murmuró:
- De acuerdo, Lucy. Me olvidaré de ti y de tu hijo. Pero no de tu padre. Él pagará por todo lo que me hizo J.R. Ewing, y la familia volverá al sitio de donde salió...
En Galveston, Michelle se disponía a despedirse de James, mientras el dueño del barco le hacía gestos para que se apresurase...
- Bueno, James...creo que ha llegado el momento de despedirse... – el joven intentó mirarla a la cara, pero el rencor se lo impedía – Tu madre parecía manejar muy bien las armas, no lo hubiera esperado de alguien tan distinguido...
- No te mereces recordar a mi madre. Espero que recibas tu merecido, vayas donde vayas... – James se dio la vuelta y oyó un ruido, cerca de un almacén. – Ojalá pudiera decir que te quise, pero sólo puedo decir que has conseguido que te odie...más de lo que nunca odié a mi padre...
Michelle sintió un escalofrío, y se dio la vuelta en dirección al barco. Luego se giró, y cuando volvió a mirar al barco, se dio cuenta de que se estaba moviendo. El hombrecillo oriental había soltado las amarras. Ella ya le había dado su dinero, y echó a correr hacia el barco.
Entonces, James miró hacia atrás, de nuevo hacia el almacén, y vio cómo salían varios hombres de allí, con armas en la mano.
- ¡Alto, policía! ¡Tiren las armas y levanten las manos! – gritó una voz.
Michelle sacó de su bolsillo la pistola, mientras gritaba al capitán del barco: “¡Espéreme!”.
De repente, James dejó de ver en Michelle a la persona que le había secuestrado, o quizá había asesinado a su madre. Vio a la hermana de April, sintió un impulso protector que le hizo levantar las manos e interponerse entre la policía y Michelle...
- ¡No disparen! – gritó, desesperado – su pistola está descargada – aseguró, enseñándoles las balas que le había quitado, en un momento de descuido...
Michelle se quedó paralizada, mientras el barco se iba alejando. Un poco más lejos, le esperaba un barco de la patrulla portuaria...
La policía se acercó rápidamente, y esposó a Michelle, mientras le leían sus derechos, y luego hicieron lo mismo con James, cuya muñeca izquierda sangraba. La lesión causada por el accidente de coche había empeorado debido a la presión de las esposas que había usado Michelle. La pareja subió al coche de policía, y este se dirigió hacia la comisaría más cercana.
Dos días después, el funeral de Vanessa se llevó a cabo finalmente, en presencia de toda la familia Ewing, a excepción de Val, que seguía en California, y de Clayton. James también se encontraba presente, con la muñeca de nuevo enyesada.
Después del funeral, Bobby y Pam se alejaron de los demás, mientras James y Cally recibían el pésame de amigos y conocidos.
- Espero que todo haya terminado, por nuestro bien... – dijo ella.
- Seguro que sí. Michelle volverá a la cárcel, y, afortunadamente, la policía ha creído la versión de James: no fue más que una víctima de Michelle. Pobre Vanessa...
Algo ajenos a la situación, los gemelos Bobby y Betsy charlaban cerca de una de las limusinas...
- Bueno, veremos ahora cómo salimos de esto...
- ¿Qué quieres decir, hermanita?
- Vamos, no disimules: tuviste suerte de que conseguí entrar en la habitación antes que el director, y le dimos la vuelta a las cosas...pero, la próxima vez, no pienso ayudarte: tendrás que asumir lo que sabemos y delante de toda la familia. Ya has conseguido que nos expulsen de la academia...
- Te compensaré, Beth...Te lo prometo.
- Más vale que así sea. Porque, cuando llegue el momento, te pediré que me devuelvas el favor...
Betsy entró en la limusina, mientras Bobby miraba a James, vestido de negro, unos cincuenta metros más allá...Betsy bajó la ventana, y observó a su hermano:
- A veces creo que no eres hermano mío, a pesar de que seamos gemelos...
- ¿Ah sí? ¿Por qué?
- Yo nunca he sentido pasión por los chicos morenos, como tú...
Bobby sonrió, levemente sonrojado, mientras volvía a mirar a su primo James.
La familia Ewing había entrado en una nueva época, llena de incógnitas sin resolver...aunque ellos lo ignoraban. ¿Volvería el frenesí de los años pasados?
FIN DEL EPISODIO 8
Actores invitados:
Kimberly Foster (Michelle)
Randolph Powell (Alan)
Gayle Hunnicutt (Vanessa)
y, en el flashback,
BARBARA BEL GEDDES
como ELLIE
"IMPERIO EWING" es un ciberserial creado, escrito y editado por TONI DÍAZ y PAM´S TWIN SISTER.
Los personajes principales de este ciberserial fueron creados por DAVID JACOBS para las series "DALLAS" y "KNOTS LANDING".
Las fotos que se han utilizado pertenecen en su mayoría a WARNER BROS. Su finalidad es exclusivamente ilustrativa y no lucrativa. Ninguno de los actores, guionistas, productores o actores ajenos a estas series, tienen ningún tipo de relación con el ciberserial, aunque estamos abiertos a todo tipo de ofrecimiento.
Dedicamos este episodio con todo cariño al recientemente desaparecido HOWARD KEEL, nuestro CLAYTON FARLOW en DALLAS.
EPISODIO 9: "PRÍNCIPES, BARONES Y HALCONES"