Breve repaso a señalamientos críticos y a defensas activas.
En su presentación del Informe sobre los Resultados Económicos del año 2007
y los lineamientos del Plan Económico y Social para el 2008,
José Luís
Rodríguez, Ministro de Economía y Planificación de Cuba, al tiempo que daba a conocer que la
economía
cubana se consolidaba gradualmente y acumulaba un
incremento del 42.5% en su PIB, solo entre el
2004 y el 2007, apuntó: "En este
sentido, no debemos dejar de señalar, tal y
como explicamos ya el pasado año, que el PIB
de Cuba resulta hoy perfectamente comparable
con cualquier país del mundo. Para ello nos
atenemos a sistemas estadísticos reconocidos
internacionalmente y nuestro país reitera su
derecho a que se reflejen limpiamente sus
logros sin cortapisas ni cuestionamientos mal
intencionados, como se pretende en las
publicaciones de algunos organismos
internacionales y en los órganos de prensa al
servicio de los enemigos de nuestro pueblo. Como ya hemos
señalado, se trata de Cuba y para nadie pasa
inadvertida la fuerza del ejemplo de este país
agredido, bloqueado y calumniado y que, no
obstante, se encuentra entre los de más alto
crecimiento de la región.
Adicionalmente debe señalarse que el
crecimiento logrado se obtiene en medio de una
elevación de precios de los alimentos
importados de casi un 24% y más del 7% en los
del petróleo, así como de tensiones
financieras acrecentadas y del recrudecimiento
de la guerra económica desatada por EE.UU
contra nuestro país, cuyo bloqueo nos cuesta
ya más de 89 mil millones de dólares"....
Por su parte,
Osvaldo Martínez, Presidente de la Comisión de Asuntos Económicos de la
Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, recordó: "Los enemigos de la Revolución
Cubana tienen en la crítica a nuestra economía uno de sus temas predilectos.
Repiten una y otra vez que la economía cubana es un total fracaso, que es débil,
e incluso es frecuente encontrar cierta nostalgia batistiana al pintar de rosa
la economía de Cuba en 1958, llamándola ´economía próspera´.... El propósito es transparente: presentar a la Revolución como la destructora de
una ´economía próspera´ para implantar el fracaso y también afirmar que el
triunfo de la Revolución no fue el resultado de una acertada táctica,
organización y dirección revolucionaria actuando en una sociedad profundamente
injusta, excluyente y tiranizada, que era la base objetiva de la Revolución,
sino de la acción aventurera de un grupo de violentos. .. Más allá de las mentiras y deformaciones nacidas del odio de los enemigos y más
allá también de las insatisfacciones que tenemos los revolucionarios, la verdad
es que la economía cubana no sólo no es débil, sino que ha dado muestra de una
gran vitalidad, una extraordinaria capacidad de resistencia, que es la vitalidad
y la resistencia del pueblo....
Nuestra economía ha resistido durante 48 años el bloqueo económico más intenso y
extenso y el de mayor desproporción de fuerzas entre el bloqueador y el
bloqueado, que registra la Historia Económica. En el último decenio el bloqueo
nos arrebata unos 3.000 millones de dólares anuales. Los más de 89 mil millones
de dólares que nos ha arrebatado -sin mencionar los sufrimientos que no se
expresan en dinero- representan casi 2 años de nuestro actual PIB. ¿Podría otra
economía diferente a la cubana resistir siquiera un año lo que se ha resistido
casi medio siglo?....
Hasta el momento de la desaparición de la Unión Soviética nuestros críticos
tenían un argumento fácil: el bloqueo era compensado por el llamado subsidio
soviético, de modo que Cuba era una economía subsidiada en la que cualquier
avance económico-social era artificial e insostenible si se terminaba el
subsidio....
Ese argumento murió hace 16 años al desaparecer la URSS, pero fue sustituido de
inmediato por la predicción del derrumbe a corto plazo, al ser forzada nuestra
economía a recibir el impacto del mercado mundial neoliberal, sin Unión
Soviética y con bloqueo redoblado......
Nuestra economía ha resistido los últimos 16 años y no sólo lo ha hecho, sino
que ha retomado una pauta de alto crecimiento.... Ella ha resistido el bloqueo, el desafío del cerco neoliberal, la desaparición
de la URSS y también el enorme costo de dos transformaciones radicales en sólo
tres décadas, de su base tecnológica y su tejido de relaciones externas. La
primera cuando la tecnología de procedencia norteamericana fue sustituida por
otras procedentes de la URSS y otros países, y la segunda cuando éstas quedaron
paralizadas y fue necesario sustituirlas al comenzar el período especial.
Ninguna economía –excepto la cubana- ha enfrentado y resistido estos procesos
conmocionantes en tan breve plazo"...
El PIB, como indicador del
Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) en Cuba
En la primera parte de esta reflexión,
apunté que el PIB es considerado por los especialistas sólo como uno de los
indicadores que integran el denominado "Sistema de Cuentas Nacionales" (SCN)
surgido como consecuencia de la necesidad de uniformar los diversos métodos de
cálculo para poder determinar el ingreso nacional de los países, especialmente
aquellos que corresponden a la balanza de pagos.
El tal SCN, según algunos autores, nació
oficialmente en 1947, cuando el Subcomité de Estadísticas del Ingreso Nacional,
del Comité de Expertos Estadísticos de la Liga de las Naciones publicó, en su
primer informe, un apéndice denominado "Definición y medición de la Renta
Nacional y sus totales relacionados", en el que se mostraba cómo calcular el
ingreso nacional o producto
interno bruto y el producto nacional bruto, seleccionando y combinando datos de
las operaciones económicas, agregando y presentando en cuadros generales
resumidos, el resultado de tales transacciones. Posteriormente, en el año 1953
la Organización de Naciones Unidas publicó el primer "Manual del Sistema de
Cuentas Estadísticas" y más tarde -1968- se logró obtener un "Manual del SNC".
En el año 1993 se hizo una nueva edición -vigente en la actualidad, hasta donde
conozco- que permitió que la Comisión de Estadísticas y el Consejo Económico y
Social (ONU) solicitaran, la adopción del SCN por todos los países con el fin de
unificar los métodos para la estimación del ingreso nacional y el resto de las
cuentas de cada país (a principios de 2005, unos 191 países lo empleaban en
mayor o menor medida pero solamente el 27%, es decir 52 de ellos, habían podido
compilar completamente los datos mínimos establecidos; el mayor avance se
observaba en los de la Unión Europea).
Así las cosas, en el año 1999,
la Comisión de Estadísticas la ONU (CENNUU) estableció un mecanismo para la
actualización continua del SNC que incluía cuatro aspectos: (Correcciones
editoriales, Clarificación en caso de discrepancias, Interpretación de normas y
procedimientos y Cambios) y en 2002 acordó la
creación de un Grupo de Expertos Asesor para valorar algunos aspectos
metodológicos y estudiar su desarrollo futuro, que debería presentar, en 2007,
la correspondiente propuesta.
En Cuba,
la actividad estadística comenzó
en la época colonial, continuó durante la etapa de la república
burguesa (especialmente a
partir de las primeras recomendaciones de la CENNUU, en 1947) y
después del triunfo revolucionario de 1959 comenzó un ascendente
perfeccionamiento hasta llegar a nuestros días, en los que el país
se encuentra entre las 10 naciones de su Región que han logrado un avance
notable en la implementación del SCN y donde la Oficina Nacional de Estadísticas
(ONE) ha contado con el asesoramiento activo de especialistas de la Comisión
Económica para América Latina (CEPAL).
De este último período, se debería destacar dos hechos:
a) desde el año 1962 Cuba aplicó la metodología
del Sistema del Producto Material (SPM) del Consejo de Ayuda Mutua Económica
(CAME), aunque trató en diversas oportunidades de llevar a cabo comparaciones
con otros países, bajo la óptica del SNC
b) en el año 1982 tuvo lugar en La Habana el
Seminario de Cuentas Nacionales y Balances de la Economía, donde se presentó
un ejercicio de conversión de los principales indicadores macroeconómicos del
SPM al SNC.
Sin embargo, y no obstante los esfuerzos realizados y el desarrollo alcanzado en
la materia, no cabe dudas de que los cambios sociales, políticos y económicos
que se venían produciendo en el país, a partir de la llegada al poder de la
Revolución, no se reflejaban adecuadamente en el SNC.
En este sentido, el presidente
cubano F. Castro, en una intervención en la Asamblea Nacional del Poder Popular
en julio de 1988 manifestó: "...constantemente el enemigo hace unaincesante campaña, que el socialismo no halogrado esto, que no ha logrado lo otro; yresulta que con el socialismo, que haavanzado no sólo en la producción material,ha avanzado en un campo en que elcapitalismo y los países
del Tercer
Mundo sehan quedado muy atrás, que es la educación,la salud, y otra serie de servicios tremendos.Un país que hace trasplantes de corazón,¡que cuestan!; pero el trasplante de corazónno cuenta en nuestro Producto Social Globalpara nada. El trabajo de 700 mil ciudadanos—en sólo dos ramas de las actividadesnacionales— no cuenta como aporte a laeconomíadel
país. Esa es una lucha quevengo manteniendo hace mucho tiempo...."
Años más tarde, en el evento de Globalización y Desarrollo, celebrado en La
Habana en el mes de febrero del 2002, volvería públicamente sobre el tema: "...porque todo es engañoso, todo se midepor toneladas. En el sistema en que se viveen el mundo, los valores más altos quenosotros producimos en los serviciosmédicos, de salud y otros muchos —si esose estimara produciendo, por ejemplo, en SanFrancisco— serían decenas de miles demillones de dólares en el
PIB"....
"Entonces todo ese servicio detelevisión, el tercer canal, todosesos programas mediante loscuales les enseñamos inglés ocualquier otro idioma a millones depersonas y le estamos inculcandolos conocimientos de forma culta,integral, y disfrutar el placer de losconocimientosy
elevar suautovaloración, eso no computa unsólo centavo en el
PIB...."
Llegados hasta este punto y con los elementos
aportados, cabe ahora la pregunta: ¿qué hizo entonces Cuba para tratar de
reflejar mejor los llamados "Servicios Sociales no Mercantiles" en la medición
de su PIB?
(continúa...) |