Alegría
Yo
no soy un indicado
para
hablar de la alegría,
dada
la melancolía
que
me ha caracterizado.
Al
dolor acostumbrado
tengo
el modo de sufrir,
y
he podido concluir
que
hasta cuando estoy de fiesta
trabajo
inmenso me cuesta
alegrarme
y sonreír.
La
alegría debe ser
algo
que no experimento,
en
eso de estar contento
tengo
mucho que aprender.
La
alegría es un placer
que
yo ignoro todavía,
pues
por esta sangre fría
que
en las venas me ha corrido
no
tengo un amplio sentido
de
que cosa es la alegría.
Yo
ni cuando niño supe
alegrarme
y todo fue
porque
donde más soñé
estar
fue donde no cupe.
Hoy
es normal que me ocupe
de
otra vida y de la mía
y
siempre le busco el día
más
brillante un punto negro
por
eso es que no me alegro
ni
con la misma alegría.