A
Maceo
Titán
de Bronce, ante ti
permite
a mi mano franca
ponerte
una rosa blanca
que
me dio José Martí.
Con
un traje de mambí
se
ha vestido el Cacahual
y
cuentan que en el cristal
se
advierten como rasguños
producidos
por tus puños
cuando
Cuba andaba mal.
Titán
de Bronce, tu nombre
se
lo sabe el mundo entero
como
sabe que hubo acero
fundido
en la piel de un hombre.
No
hay pueblo que no se asombre
de
lo que en tu historia está
y
es que mucho más allá
de
lo que sin hablar dices
siguen
echando raíces
los
Mangos de Baraguá.
Titán
de Bronce, tu vida
no
terminó en Punta Brava
tu
estas vivo como en Duaba
con
la mirada escondida.
Ya
tu patria redimida
luego
del mejor combate
y
es que fuiste un acicate
para
las nuevas guerrillas
que
echando fuego y patillas
salieron
a tu rescate.