COMUNIDAD BUDISTA SOTOSHU

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Historia de la Escuela Budista Sotoshu en Perú

La primera misión Budista de la Escuela Sotoshu hacia América del Sur se realizo en el año 1903, con la llegada del Reverendo Taian Ueno. Según el documento de nombramiento emitido el 16 de mayo de 1903 por el maestro superior de la escuela Sotoshu, la misión fue ordenada con el objetivo de propagar las enseñanzas budistas (edificación y moralización) entre los emigrantes japoneses del Perú.

En América del Sur, la mas antigua inmigración japonesa fue hacia el Perú. En 1899, 790 inmigrantes desembarcaron y se instalaron en las haciendas de la costa, para trabajar en labores relacionadas con la agricultura. Los artículos publicados en el boletín oficial de la Sede Administrativa de la Escuela Sotoshu, contienen mucha información sobre la motivación detrás de la decisión de establecer misiones ultramarinas. Un año anterior a la primera inmigración japonesa al Perú, una crónica titulada "La religión en el Perú de la América del Sur" (No.30, 1897), abre la interrogante sobre los problemas espirituales y culturales que podrían afrontar los futuros inmigrantes. También en el No. 142 (1902), hay un artículo llamado "La misión ultramarina" el cual manifiesta; "Ahora, hay miles de compatriotas nuestros que están en Europa, América, Australia y Rusia. Pues, el ser humano debe tener fe, y guiarla es sin duda la vocación de los religiosos." Esta ultima es la esencia y la motivación principal para el inicio de las misiones.

La labor de La misión ultramarina era la misma que la que se realizaba dentro del Japón, ofrecer meditaciones, sermones y charlas budistas. El 29 de Julio de 1903 desembarco en el Puerto del Callao el Reverendo Ueno, conjuntamente con 1178 personas en la segunda migración japonesa, dando inicio a la presencia cultural y espiritual de la Escuela Budista Sotoshu en el Perú.

Misiones Oficiales al Perú

Taian Ueno

El Reverendo Taian Ueno, nacido en la prefectura de Hyogo en 1871, tuvo un gran logro al iniciar la misión en Sudamérica y fundar el mas antiguo templo dentro de ese continente, el Templo Jionji de Cañete. El reverendo para cumplir con su misión, hizo un contrato con la empresa de inmigración, y consiguió el cargo de superintendente de los trabajadores japoneses en la hacienda Tumán en el departamento de Lambayeque. El deseaba realizar los deberes de monje para la comunidad, pero tuvo que soportar el trabajo de superintendente para sobrevivir económicamente.


En la hacienda Tumán, el Rev. Ueno se dedico a las labores de moralización, específicamente trabajo con las damas japonesas. En junio de 1905, el Reverendo y los inmigrantes de Tumán se mudaron mayormente a las haciendas de la Prov. de Cañete- Lima.

En 1907 Rev. Ueno inauguro un templo en dicha hacienda. "Un templo ha sido establecido por el entusiasmo de un monje, Taian Ueno, y por muchas donaciones de los inmigrantes de esa zona. Aunque no es magnifico, es el primero y actualmente el único templo budista en Sudamérica. Los domingos ofrecen charlas, y se hacen ceremonias para los difuntos". (Ryoji Noda, Investigación sobre lugares laborales de los inmigrantes de nuestra patria, Ministerio de los Asuntos Exteriores del Japón, 1908.) Al costado del templo se inauguro un colegio primario; el Rev. Ueno era un profesor licenciado y empezó a enseñar a los niños japoneses. Este fue el primer colegio japonés en Sudamérica.

Al principio, al templo lo llamaban privadamente como "Buttokuzan (o Taiheizan) -NANZENJI", y luego se le dio el nommbre oficial de "Taiheizan-JIONJI", obsequiado por dos grandes maestros sumos de la escuela Sotoshu, el 15 de abril de 1908; el diploma hecho por los dos maestros esta colocado en el Templo Jionji, actualmente.

Un año mas tarde, el maestro dejo el cargo de la misión y los servicios religiosos en Jionji a su sucesor el Reverendo Senpo Saito. El 18 de agosto de 1917, Taian Ueno regreso a su pueblo natal después de 14 años de ausencia, tenia 46 años de edad.

A su llegada a Japón, el Reverendo Ueno, recibió cargos importantes de la sede regional los cuales nunca acepto prefiriendo quedarse en su pueblo. Abrió un nido para niños y llego a ser considerado por los pobladores como un gran Maestro de Budismo Zen. El 11 de febrero de 1950, Taian Ueno murió; tenia 79 años de edad.

Senpo Saito

El segundo misionero, Senpo Saito, nació en la pref. de Yamagata en 1888. El Rev. Saito recibió la orden, de la Sede Administrativa de la Sotoshu, de realizar la misión en el Perú. Llegó al puerto del Callao en febrero de 1917, durante un tiempo, los dos monjes Ueno y Saito, trabajaron juntos en el Templo Jionji, luego el maestro Saito regresó al Japón para casarse. En abril de 1919 a los 31 años, el Reverendo Senpo Saito murió víctima de influenza en Cañete, Actualmente la tumba del Reverendo Saito se encuentra en el Cementerio de Casa Blanca, Cañete.

Doyu Oshio

El tercer misionero Doyu Oshio nació en la pref. de Hiroshima en 1894. En Febrero de 1919 recibió la orden de la sede administrativa para inmigrar al Perú. Durante la misión del Rev. Oshio, los inmigrantes japoneses empezaron a inmigrar de las zonas rurales hacia las zonas metropolitanas con el objetivo de incursionar en el comercio. El Reverendo Doyu Oshio visitó varias ciudades en donde vivían los japoneses, extendiendo así el área geográfica de su misión. En mayo de 1927, el Rev. Oshio regresó al Japón encargando la misión al siguiente misionero, Reverendo Kenryu Sato.

Kenryu Sato

El cuarto misionero, Kenryu Sato nació en la pref. de Akita en 1894, se recibió como misionero en junio de 1926. En Lima, abrió un local para reunir, ofrecer sermones y charlas para la colectividad japonesa. Esta asociación social fue llamada "JIKO KAI" y estuvo ubicado en el Jirón Zamudio 630 del Cercado de Lima. Durante su misión se realizaron bastantes actividades tales como la "Fiesta de las flores" y el "Concurso de composición de niños", aparte de las Ceremonias. Según su información, contaban con 283 socios, 158 infantes y 32 damas (Kenryu Sato, Investigación de la situación actual sobre lugares de la misión, 1929.)

El Rev. Sato visitó otras ciudades, al igual que su predecesor el maestro Oshio, pero nunca dejó su lugar principal de trabajo en el Templo Jionji de Cañete manteniendo buena amistad con la gente de esa región. Por su personalidad atraía a la gente, y ello le facilitó la construcción de una torre para el descanso del alma de los difuntos antepasados en el Cementerio Japonés de Casa Blanca, en 1932. En julio de 1935, el maestro Sato murió en el Perú a la edad de 41 años de edad. Actualmente hay un monumento dedicado a su memoria en el Cementerio de Casa Blanca, Cañete.

Shodo Nakao

El quinto misionero Shodo Nakao nació en la pref. de Tottori en 1907. Recibió la orden como misionero asistente en junio de 1935. Abrió un nuevo templo oficial: "Nambeizan-Chuoji" autorizado por la Sede Administrativa de la secta Sotoshu entre 1936 y 1937. Aunque era una casa simple, Chuoji estaba ubicado en el jirón Puno del Cercado de Lima.

En 1941, antes de que empiece la Segunda Guerra Mundial, el Reverendo Nakao volvió al Japón. El gobierno peruano de la época le declaro la guerra al Japón y por motivos de seguridad, persecución y hostigamiento, la Sotoshu se vio obligada a interrumpir su misión espiritual en el Perú.

Post Guerra

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, la Escuela Sotoshu retomo nuevamente sus misiones ultramarinas. Ya que las relaciones diplomáticas entre Perú y Japón no se restablecieron finalizada la guerra, dirigió su atención al Brasil No obstante, en noviembre de 1961, el inmigrante japonés Ryoko (Ryotetsu) Kiyohiro recibió el encargo de velar por el Templo Jionji de parte de la sede administrativa del Japón. El Sr. Kiyohiro no era un monje pero tenia conocimiento de los sutra budista para la ceremonia de los difuntos (O-Kyo). Debido a la necesidad espiritual y cultural de la colonia japonesa, fue considerado un Bo-San (sacerdote). El Sr. Kiyohiro estableció al Templo Jionji como un "Centro de Ceremonias para los Difuntos Antepasados". El Sr. Ryoko (Ryotetsu) Kiyohiro murió en 1992.

A partir de la muerte del Sr. Kiyohoro, el Señor Roberto Tokuda, feligrés del Templo Jionji retoma las actividades de O-Kyo para la colectividad japonesa en Lima.

A partir de 2005, llega al Perú la Ven. Jisen Oshiro, se encarga de impartir la doctrina de la escuela  y celebrar los oficios memoriales; siendo hoy misionara oficial de la escuela y encargada del Templo Jionji (Cañete) y Zuihoji (Lima).  

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Para el presente resumen se ha tomado información de:

Boletines "ZEN: AMIGOS ESPIRITUALES" Vol. 4. No. 2. y Vol. 5, No. 1; ambos de la Sede Administrativa de la Escuela Sotoshu, Tokio – Japón. Año 2004.

Las investigaciones históricas sobre el Zen en el Perú pertenecen al historiador y periodista Hirohito OTA.