Gladys, quiero que mis hijos Consagrados le den a la Madre, cuanto Ella pide.

1. Dedicar a la oración al menos una hora diaria.

Podemos meditar el Santo Rosario, la Palabra de Dios, las virtudes de algún santo, algún punto de un libro de espiritualidad, los mensajes de María del Rosario de San Nicolás... y también hablarle  a Jesús con el corazón.

2.    Comulgar diariamente

Si realmente no podemos recibir la comunión diaria, podemos ofrecer la Comunión Espiritual, de la siguiente manera:

-Examinamos nuestra conciencia, y le pedimos perdón a Jesús por nuestros pecados.

-Leemos el Santo Evangelio del día –preferentemente-, y tratamos de llevar lo leído a nuestras vidas.

-Rezamos el Padre Nuestro, poniéndonos en manos del Señor, y le pedimos su ayuda.

-Le decimos a Jesús que queremos recibirlo espiritualmente en nuestros corazones. Puede usarse esta oración de San Alfonso María Ligorio:

“Creo Jesús mío que estás en el Santísimo Sacramento del Altar. 

Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte dentro de mi alma.

Ya que no puedo hacerlo ahora sacramentalmente,

ven al menos espiritualmente a mi corazón. 

[Comunión Espiritual] 

Como si ya te hubiese recibido,te abrazo y me uno del todo a Vos.

No permitas Señor que vuelva jamás a apartarme de Vos. Amén.”

 

-Le damos gracias a Jesús por la comunión espiritual.    (Subir)

3.    Ser humildes , reconocernos totalmente dependientes de nuestro Dios y necesitados de nuestros hermanos. Pidamos a Jesús nos ayude para obrar con un corazón semejante al Suyo.    (Subir)

4.    Estar al total servicio de María

Demostrándolo en las pequeñas cosas de cada día.      (Subir)

5.    Agradecer cada día vivido como consagrado

Podemos hacerlo con esta oración de Acción de Gracias (Mensaje 768):

Gracias por ser mi guía,

por el aire que respiro

porque puedo ver el día,

por estar viva y sentirte dentro mío.

Por saber que no estoy sola,

por querer a mis hermanos,

por mi familia, mi hogar,

por la Luz que has derramado.

Gracias por las alegrías,

por darme a tu Madre, como Madre,

por la Cruz de cada día,

porque con ella quieres salvarme. Amén.

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6.    Estar unidos al Amor del Hijo

Si vivimos como María del Rosario nos enseña, en lo que hagamos, siempre será desde Dios.    (Subir)

7.    Pedir la Gracia de vivir bajo la Luz del Espíritu Santo

Podemos rezar la oración que nuestra Madre nos enseña en el Mensaje 156:

“Espíritu Santo luz y poder,

te agradecemos la fuerza

que nos das, para que

en ella podamos apoyarnos

y caminar.

Tú que ahondas en lo profundo

de nuestro ser,

y avivas la llama de nuestra fe,

libéranos de todo lo impuro

que podamos albergar

en nuestro pobre corazón.

Te pedimos que con tu Amor,

nos hagas dignos de entrar

en las puertas del Eterno. Amén”.

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8.    La Consagración debe hacerse un día especial de la Madre

Un día 25 por ejemplo, ya que es el día que se celebra la advocación de María del Rosario de San Nicolás.    (Subir)

9.    Es la Consagración que María pide desde Su Santuario

A todos sus hijos de cualquier parte del mundo.

Oración para Consagrarnos:

“¡Oh Madre! Quiero Consagrarme a Ti.

Virgen María hoy Consagro mi vida a Ti.

Siento necesidad constante de tu presencia en mi vida,

para que me protejas, me guíes y me consueles.

Sé que en Ti mi alma encontrará reposo

y la angustia en mí no entrará,

mi derrota se convertirá en victoria,

mi fatiga en Ti fortaleza es”.

Amén.

A todos mis hijos que se Consagren a vuestra Madre, os digo: Mi corazón recibe gozoso esa entrega, ese amor que ofrecéis porque son almas que se salvan de las garras del mal mereciendo la Gloria Eterna, la Gloria del Señor. Amén. Amén.

Dadlo a conocer.

Que esto sea meditado, quiera Dios iluminar vuestros espíritus para que lleguen a comprender el valor de la Consagración.

Que vuestra adoración al Señor y la veneración a la Madre no sea obstaculizada por nada y no disminuya jamás.

Que la consagración, sea el vínculo que una vuestro corazón con el Mío.

Hijos míos, sedme fieles.

Cada hijo necesita una particular atención de la Madre.

Gloria al Altísimo por los siglos de los siglos.

Hijos míos: Dad vuestra prueba de que amáis a esta Madre, consagrándoos a Su Corazón.

En la Consagración, el hijo se entrega a la Madre y Ella a su vez, será su Refugio y su Consuelo, porque es el Arca, donde los hijos depositan el corazón.

Responded a Mi llamado, responded a Mi pedido, veréis que tiernamente seréis conducidos por Mí.

Amén, amén.

Cómo vivir nuestra Consagración una vez realizada:

14-9-89,    Mensaje 1706

Esto digo a todos los Consagrados: Vivid vuestra Consagración, ofreciéndola constantemente al Señor.

Vivid vuestra Consagración, con total disponibilidad hacia el Señor; alimentaréis así, vuestro espíritu de vida de Consagrados.

Que todo vuestro obrar sea por Cristo, que murió en la Cruz, por todas las criaturas del mundo.

Permaneced en El, para bien de vuestras almas.

Amén, amén.

Predícalo hija.

Hija mía, como Auxilio de los Cristianos, quiero rescatar a mis hijos, pidiéndoles la conversión y luego la Consagración a Mi Corazón de Madre.

Yo les digo: Responderé a vuestra consagración con Mi Protección, es decir, os defenderé de toda adversión.

Haceos pequeños e interiormente humildes y entraréis en Mi Corazón.

Gloria a Dios.

Predica a todos tus hermanos.    (Subir)