La Coordinadora Nacional de Comunidades
Afectadas por la Minería (CONACAMI), creada en 1999, reúne a sectores que hoy son, por lo general, áreas
muertas. Su interés en Tambogrande se basa en evitar el daño que se puede palpar en otros países. La organización ha sugerido buena
parte de la plataforma de acción para afrontar el
problema de la posible explotación, pero a ello deben
agregarse otras iniciativas de diversas personas e
instituciones que podemos resumir en los siguientes
puntos:
1.
Acciones antes que protestas: Los
organismos especializados en el tema han sugerido
que se exponga la situación ante autoridades de
mayor influencia, como las del Congreso (a mediados de 2000, Áncash
lo hizo y consiguió algo) documentando el tema y
exigiendo soluciones. Asimismo aprovechar todos
los foros pertinentes nacionales e
internacionales para expresarse al respecto y
defender el derecho a comer antes que cargar el
bolsillo con metales. Por ejemplo, en este sitio, usted, puede
suscribirse gratuitamente a una lista
de interés donde puede expresar sus aportes.2. Tener y expresar ideas
claras: En las guerras de estrategias,
mientras más transparentes sean las intenciones,
es mejor para todos y todas, puesto que sabemos
ante quien enfrentarnos. Manhattan y el Gobierno
Peruano pecan de ambigüedad, vehemencia y
soberbia en
los mensajes que envían a la opinión pública. Hay que ser asertivos
y asertivas a la hora de dar un respaldo. En todo caso, la
exaltación no trae consecuencias positivas.
3.
Diálogo y concertación: Manhattan
es una sola (pero no tan grande como aparenta) y
representa un bloque asociada al Gobierno y las otras empresas
mineras; la otra parte tiene dos
frentes: gobierno local y sociedad civil. Hace
falta concertar; el problema es que aquí no hay
confianza. Por un lado, el Frente quiere eliminar a la autoridad local, pero por otro lado, ésta
representa la otra parte del diálogo. El Frente
deberá diseñar una estrategia altamente eficaz
para cumplir con su mayor objetivo: sacar a las mineras del
valle de San Lorenzo. Adicionalmente se debe fiscalizar a todos los
actores.4. Reactivar la agricultura:
Hay ONGs preocupadas al respecto. El tiro aquí
es no duplicar esfuerzos, sino ver la manera de
aliarse a quienes ya están trabajando, para
reforzar, cumplir y ampliar metas. La pobreza del
valle es tan virtual como su riqueza. Faltan
manos para invertir --no importa si poco, si
mucho-- y pasar de la virtualidad a la
concreción. Y ese es trabajo de todos y todas.
Si la Agricultura resurge como a inicios de los
80s, tendremos un argumento al nivel que le
encanta manejar a Manhattan, para echar
por tierra sus intenciones: poder económico.
5.
Proponer una campaña de moralización y ética: No
de palabras, sino de hechos... No hace falta
explicar nada más aquí. A buen entendedor,...
Aún queda un paso por resolver, y es pedir que el
destino de Tambogrande sea decidido por sus habitantes y no por el
Gobierno, y obviamente, las opciones son dos: minería y
contaminación, o agricultura y trabajo duro. |