Metafísica: Cuerpo y Alma: Inmortalidad
Los humanos somos seres eminentemente religiosos y quizás ésta sería la primera pregunta que deberías hacernos. ¿Porqué somos tan religiosos y creyentes?
Esta pregunta es pertinente puesto que si observamos a los demás animales veremos que ellos se rigen por comportamientos de supervivencia y subsistencia y sin embargo en nosotros los seres humano ha nacido una “necesidad” imperiosa de creer en un Dios o unos principios morales y éticos que nos guíen y nos acerquen a una supremacía espiritual que los demás animales no buscan.
A esta búsqueda de una religiosidad, moralidad o consistencia espiritual se le han querido dar muchas explicaciones y soluciones de todo tipo desde las psíquicas de la evolución, miedo a la muerte, etc.
Sin embargo yo entiendo que existe una que es debida a la “sub-conciencia humana”, y que late dentro de nosotros debido a un conjunto ingente de “datos inconscientes” que nos indican que realmente existe un Espíritu Universal que todo lo crea y dirige en todos y cada uno de los instante de nuestra vida. No tenemos ninguna prueba comprensible para nosotros de esta existencia, pero tenemos muchas pruebas incomprensibles e inconscientes para ello.
Pues bien en este capítulo lo que trato muy resumidamente es de subir a la conciencia datos y razonamientos de la existencia del este Espíritu Universal y también de nuestra alma.
El ser humano podríamos dividirlo en dos bloques principales, el cuerpo y el alma.
El cuerpo todos lo conocemos perfectamente y nadie tiene duda de su existencia y sería la materia de la que estamos hechos, así como la forma y características que toma nuestro cuerpo; por tanto no lo tomaremos en consideración para su estudio.
El alma sería el conjunto de cualidades no materiales, sensitivas y de inteligencias que todo cuerpo se supone contienen dentro de sí y que realmente sería cualidades inmortales y quizás no pertenecientes a los seres que las poseen sino a su entorno o en todo caso a ese Espíritu Universal que mencionamos.
¿Pero realmente existen esas cualidades?
Habrá que responder rotundamente que sí.
Por ejemplo, a un físico que durante toda su existencia ha estado estudiando, enseñando y practicando la física ¿podemos decirle que la física no existe?. Es claro que no.
Pues bien, esa física que dirige su vida es pura inteligencia, inmaterial y no muere cuando muera el físico.
Si seguimos analizando al físico, veremos que también tienen otras muchas cualidades de caracter inteligente que tampoco le pertenecen ni mueren cuando él muera.
Pero además si observamos su parte sensitiva podemos ver que está dotado de muchos sentimientos y aptitudes que no son suyas en exclusiva sino que la tienen los demás humanos, e incluso los animales.
Además su cuerpo está organizado y desarrollado por ingente de leyes físicas que los trasladan y dirigen desde su nacimiento hasta su muerte y tampoco estas leyes físicas que lo crean y dominan son materia sino pura inteligencia cósmica. Si el ser humano muere este conjunto de facultades cósmicas seguirán creando nuevos seres indefinidamente.
Luego podemos considerar que el ser humano (y todo lo creado) más que materia es eminentemente poder y capacidad creativa inmortal, es decir, alma.
Ahora podríamos preguntarnos ¿Quién estado dotado de alma, solo los humanos?
En este punto la conclusión sería que las fronteras del alma o espíritu son mucho más amplias que las que no dan nuestros religiosos.
Todas las cosas tienen su cuota de alma, precisamente porque están creadas y dirigidas por un supuesto Espíritu Universal creador o “pensador” de todas las cosas.
Yo podría preguntar en este punto a un religioso ¿Si Dios dirige y crea en todas sus facetas y en cada uno de sus puntos por ejemplo a un árbol? Podemos entonces decir que este árbol no está impregnado del espíritu, sabiduría y sensitividad de ese Dios al cual volverán dichas facultades cuando el árbol deje de existir? . Al igual un rio, una montaña, un bosque etc.
Como ejemplo de posesión de alma suelo poner a un libro.
En un libro podemos distinguir claramente su cuerpo, el cual serían sus hojas, tinta, forro, etc. Y su alma la cual sería las poesías; enseñanzas matemáticas o físicas, fotografías, etc.
Su cuerpo puede ser destruido en cualquier momento, pero sus enseñanzas son exteriores a él y perduraran después de su destrucción.
No obstante, para lo humanos resulta un poco difícil de aceptar la existencia del alma y ello es debido a la existencia de nuestro YO psíquico.
Nuestro problema real es que todavía somos unos seres muy primitivos y nuestro YO es solo un mecanismo defensivo de nuestro cuerpo cuando en realidad debería ya ser un mecanismo de apoyo a nuestra alma, o sea, un dispositivo psíquico situado a nivel de nuestra alma a la cual defendiera y apoyara con objeto de sentirnos auténticamente seres superiores y no simples animales con miedo a la subsistencia física y no a la subsistencia espiritual y a la amplitud sensitiva y moral.
Cuando seamos verdaderamente conscientes de nuestras facultades intelectuales, sensitivas, morales, etc., las valoremos como nuestra auténtica personalidad y nuestro auténtico YO y comprendamos que estas pertenecen a un Universo inmortal, entenderemos que aunque se produzca nuestra muerte corporal, seguiremos participando de la creatividad de Cosmos a través de estas facultades cósmicas, lo mismo que el conjunto del Cosmos participaba de nuestra decisiones a través de dichas facultades cósmicas.