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“¿Que podemos hacer para abrir los ojos de todo el mundo sobre el estado escandaloso de la salud mundial y sobre las posibilidades inmensas que existen para remediar esta situación?
Podemos usar de la persuasión y de la información de quienes conducen los destinos del mundo y de los que gobiernan las naciones y las comunidades, para darles a conocer que las aspiraciones y necesidades sociales y sanitarias han llegado a un límite de insatisfacción intolerable, y que lo peor sucederá si esas aspiraciones no son escuchadas o son tergiversadas.
Es urgente, por encima de todo otro interés, una decisión política correcta al servicio de finalidades sociales y humanas claramente establecidas por los epidemiólogos”

H.Mahler
DIRECTOR GENERAL DE LA O.M.S.
(Extracto tomado del Discurso ante la Asamblea Mundial de la Salud,
1978, Ginebra, Suiza)
En la Provincia de Buenos Aires, el 26 % de la población que lo necesita, no accede económicamente a la obtención de una ayuda visual (anteojo o lentes de contacto).
Con una población de 14.104.517 de habitantes, se han analizado los efectos de la utilización del servicio de atención oculo-visual en la Provincia de Buenos Aires, en el período comprendido entre Junio de 1999 y Mayo del 2000, considerando como parte del mismo (solución a los problemas detectados) el suministro y consumo de ayudas visuales (anteojos y/o lentes de contacto).
Durante el período descripto, el 65,20 % (9.196.145 personas) de la población bonaerense, acudió a consulta oftalmológica.

El 26,33 % (3.713.333 personas) no acudió, en razón de no tener problemas oculo-visuales o bien no percibir la presencia de los mismos y el 8,47 % (1.195.039 personas) se autoprescribiò (cuadro 1)

Si tenemos en cuenta la clara diferenciación entre los problemas de origen visual y ocular, observamos que los porcentajes de incidencia sobre la población que acudiò a consultar (cuadro 2), refleja que los visuales (79,87 %) son notoriamente superiores a los oculares (20,13 %).

A fin de efectuar un análisis de la situación referida, se han considerado solamente los problemas visuales.

Para dar solución a los problemas visuales, se puede optar básicamente por dos conductas (cuadro 3): con ayudas visuales (anteojos o lentes de contacto), o entrenamiento o fisioterapia visual, o ambas a la vez (cuadro 4).

Con base en datos estadísticos que incluyen todos los grupos etáreos, surge que el 50,66 % de la población que es atendida por Optómetras, requiere el uso de Rx (anteojos u otro tipo de ayuda visual); mientras que el 49,34 % no lo necesita. En el cuadro 5,  los porcentajes son proyectados sobre la población total.

Con idéntica proyección sobre la población que se prescribe, observamos en cambio (cuadro 6) que los porcentajes son notablemente diferentes.

Hasta aquí, no hemos visto nada sorprendente.


Pero, al observar los cuadros 7 y 9 y, comparándolo con el 6, surge un evidente desfasaje: en el período indicado (Junio de 1999 a Mayo del 2000) hubo 2.239.243 personas (con acceso a obtener A/V) que fueron formuladas incorrectamente, entre las cuales el 48,64 % (1.089.204) recibieron, sin que su problema lo requiera, una “indicación” para comprar anteojos o lentes de contacto y el 51,36 % (1.150.039) fueron mal formuladas o se autoprescribieron.
Este grupo está en serio riesgo de generar nuevos problemas o agravar los existentes.

En el
cuadro 5, se observa que 7.145.348 personas requieren el uso de Rx; sin embargo no todas están en condiciones económicas de acceder (cuadro 8).

Solamente en la Provincia de Buenos Aires, 1.857.565 personas (26 % de la población que lo necesita) no acceden económicamente a la obtención de una ayuda visual (anteojo o lentes de contacto).
METODOLOGÍA DIAGNÓSTICA DE LA SITUACIÓN
Para poder formular una estrategia o una planificación, que conlleve a solucionar problemas de este tipo, es necesario tener un diagnóstico confiable de la situación.

Con el diagnóstico, podemos caracterizar la situación. Para ello, optamos por conformar el marco de referencia del análisis con las categorías básicas siguientes:

a) El estado de salud en lo que respecta a la descripción epidemiológica del problema visual y sus causas.
b) Los servicios que se prestan.
c) Los factores concurrentes con los que la sociedad atiende el problema.

Cada parte del sistema de salud (en general), debe dar lugar al diagnóstico o a un aspecto particular del mismo:

epidemiológico: define la naturaleza y magnitud de los problemas;
administrativo: corresponde al tratamiento;
estratégico: al estudio de las opciones y alternativas válidas, factibles y viables;
ideológico: a la legitimación;
concurrente: a los subsistemas extrasectoriales.

Se consideró la diversidad de estas formas y los ámbitos distintos de la realidad a los que se refieren; lo epidemiológico, a la población; lo administrativo, al sector; lo estratégico, principalmente a las fuerzas sociales en relación con la totalidad, y lo concurrente, a la política de desarrollo.

El diagnóstico de las necesidades en salud visual de la población, debe constituir el paso inicial de la planificación, encuentren o no expresión en la demanda de servicios.

La validez de la información sobre la morbilidad visual en la población depende, en primer lugar, de la cobertura de servicios y del sistema de información disponible.

Apropiándonos de las formulaciones de la Organización Mundial de la Salud, destacamos que “el diagnóstico no debe quedar en el análisis sino que debe culminarse con una síntesis integradora de las observaciones que componen los diferentes niveles. Para este propósito resulta de particular importancia la utilización de indicadores aptos”.
El área de salud visual de nuestro sistema sanitario, deberá ir arbitrando las medidas pertinentes para controlar la evidente distorsión de los mercados de la óptica minorista, como parte del servicio visual, para que no queden excluidas tantas personas de la accesibilidad a obtener sus ayudas visuales como consecuencia de la preservación de su salud y del libre desarrollo de su personalidad.

Ópticos y Optómetras, tenemos una gran motivación por realizar nuestro aporte, actuando profesional e interdisciplinariamente, en el nivel primario de la salud visual, detectando precozmente, evidencias semiológicas y remitiéndolas si corresponde hacia otros profesionales, tornando al sistema auténticamente dinámico, económico y por consiguiente ordenado y eficiente.

Desde hace muchos años, venimos investigando la problemática visual de la población y hemos podido establecer parámetros autóctonos de las diferentes morbilidades visuales detectadas.

Hemos logrado definir también, el perfil epidemiológico visual de las comunidades atendidas, lo cual equivale a contar con información sumamente valiosa para poder establecer estrategias, que conlleven a implementar programas “visuales” de carácter permanente, resolviendo racionalmente la problemática planteada
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Por qué en la Provincia de Buenos Aires, 1.857.565 personas (26 % de la población que lo necesita) no acceden económicamente a la obtención de una ayuda visual  ?