Rosario

Las promesas para quienes recen devotamente todos los días el Santo Rosario

Las siguientes promesas se las dio la Santísima Madre a San Dominico y al Bendito Alan en el siglo doce. Estas promesas son quince en número y son para los cristianos que rezan el Santo Rosario. La Santísima Madre prometió:

1. Quienquiera que Me sirva con fe al rezar el Santo Rosario, recibirá gracias de señales.

2. Prometo mi protección especial y los mayores dones a todos aquellos que recen el Santo Rosario.

3. El Santo Rosario debe ser una poderosa coraza contra el infierno. Destruirá el vicio, disminuirá el pecado y derrotará herejías.

4. Motivará que florezcan la virtud y las buenas obras. Obtendrá para las almas abundante misericordia de Dios. Sacará los corazones de los hombres desde el amor del mundo y sus vanidades, y los elevará al deseo de cosas eternas. Oh, cómo se santificarán las almas por este medio.

5. El alma que se recomienda a sí misma a mí por el rezo del Santo Rosario, no morirá.

6. Quienquiera que rece el Santo Rosario devotamente, dedicándose a sí mismo a la consideración de los misterios sagrados, nunca caerá en el infortunio. Dios no lo castigará en Su justicia. No morirá una muerte desamparada. Si es justo, permanecerá en la gracia de Dios y le hará digno de vida eterna.

7. Quienquiera que tenga una verdadera devoción por el Santo Rosario no morirá sin los sacramentos de la Iglesia.

8. Aquellos que son fieles a rezar el Santo Rosario tendrán, durante su vida y en su muerte, la luz de Dios y la plenitud de Sus gracias. En el momento de la muerte, participarán en los méritos de los santos en el paraíso.

9. Liberaré del purgatorio a todos los que fueron devotos del Santo Rosario.

10. Los hijos fieles al Santo Rosario serán merecedores de un alto grado de gloria en el cielo.

11. Obtendrán todo lo que Me pidan al rezar el Santo Rosario.

12. A todos los que divulguen el Santo Rosario los ayudaré en sus necesidades.

13. He recibido de mi Hijo Divino que todos los defensores del Santo Rosario tengan como intercesores a toda la corte celestial durante sus vidas y en la hora de la muerte.

14. Todos los que recen el Santo Rosario son mis hijos y hermanos de mi único Hijo, Jesucristo.

15. La devoción a mi Santo Rosario es una gran señal de predestinación.

† Imprimatur:

Patrick J. Hayes, D.D.

Arzobispo de New York

Indulgencia Plenaria

De acuerdo con las regulaciones revisadas emitidas en la Santa Sede en 1968, se puede obtener una indulgencia plenaria por el rezo del Rosario con las condiciones siguientes:

1. Confesión Sacramental (en una semana)

2. Comunión Eucarística (el mismo día)

3. Oración por la intención del Papa (un Padre Nuestro, un Salve María y un Gloria)

4. El Rosario debe ser rezado en la iglesia o en un oratorio público, en la familia, en una comunidad religiosa, o en una asociación piadosa. Cinco décadas deben ser rezadas seguidas, sin interrupción. Debe haber una devota meditación sobre los Misterios. En la meditación pública los Misterios deben anunciarse de acuerdo con las costumbres. En la meditación privada ese no es un requisito.

Además a esas condiciones, es necesario carecer de cualquier vínculo con el pecado, incluso el pecado venial. Esta, por supuesto, es la condición más difícil. Si cualquiera de estas condiciones no se cumple, entonces se recibirá una Indulgencia Parcial.