Franz J. T. Lee:
"
SUDÁFRICA: MANDELA, ¿QUO VADIS?"


en: Estudios de Africa y Asia (Compiladores)
Universidad de Los Andes,  C.D.C.H.T., Ediciones GIEAA, Mérida, Venezuela, 1999


Republicado en: Pandemonium Electronic Publications, Mérida, Venezuela, 2002
URL:
http://www.oocities.org/maymartin2001/quovadis.html


Indice

 

A. Introducción

B. El remate total de Sudáfrica

C. Austeridad y Explotación Capitalista

D. La traición por parte del Partido Comunista de Sudáfrica (SACP)

E. La situación política actual precisada

F. Sudáfrica: ¿Quo Vadis?

G. Conclusión

 


A.      Introducción


El primer año del gobierno de Nelson Mandela es una lección práxico-teórica por excelencia de lo que es la traición a la emancipación humana. Pero, esto no es nada de extraño, ni es sorpresa. Hace dos décadas, en agosto de 1976, advertí sobre este posible engaño y la traición venidera:

 

„La piedra angular de toda la estrategia del gobierno sudafricano es cultivar una burguesía negra, dócil, extraída de los diversos pueblos africanos. Estas clases elitéscas serán nutridas para extender la base del Estado capitalista sudafricano. Todas ellas tratarán de establecer ‘su propio mercado nacional’ en sus ghettos rurales y parcialmente urbanos. Formarán la base económica y la última ratio para la ideología del ‘nacionalismo’ de las naciones xhosa, zulúe, mestiza, etc. Para desarrollar una clase de este tipo, el gobierno sudafricano necesitará mucha táctica, tiempo y estabilidad. Hasta será necesario movilizar una gran parte de los movimientos de liberación y algunos de sus líderes carismáticos (y, ¿quién es más carismático que Nelson Mandela? - FL) en este proceso: si es menester tendrá que repatriarlos del exilio o liberarlos del campo de concentración de la Isla de Robben.”1

 

Por lo menos la esposa „extrañada“ de Mandela, Winnie y sus seguidores, han tomado cuenta de esta traición a la emancipación humana sudafricana, cuando Winnie misma expresó: „This is not the South Africa I ruined my life for.“ (Esta no es la Sudáfrica para la cual he arruinado mi vida).2 Esta es „la nación del arco iris en paz consigo mismo y con el mundo“ (Mandela),3 es la Sudáfrica de „pan y juegos“, del rugby, y de los pasmosos „Springboks“, que ganaron la Copa Mundial de Rugby de 1995. Según el vicepresidente de Sudáfrica, Federíco W. de Klerk, „este juego quiere decir todo. Ha unificado la nación y se ha solidificado el espíritu de reconciliación.”4

 


B.      El remate total de Sudáfrica


Veremos ahora el fondo histórico del „sell-out“ de Sudáfrica, de la subasta política, que traiciona a todas las aspiraciones emancipatorias de Sudáfrica.

 

Después de su victoria abrumadora, el Congreso Nacional Africano de Sudáfrica (CNA) olvidó su famoso lema patriarcal, „one man, one vote“; al contrario, el gobierno mayoritario exigido originalmente fue reemplazado por unas elecciones fraudulentas, y por si fuera poco, el CNA aceptó un derecho al veto „blanco“. Además descartó la nacionalización de los medios de producción como lo había exigido originalmente en su Carta de Libertad, y se hizo partidario de la privatización y de la austeridad para pagar la deuda del gobierno blanco racista anterior, del Apartheid mismo.

 

Lo que el CNA ofrece a Sudáfrica, a las personas empobrecidas y explotadas, se encuentra en su „Reconstruction and Development Program“. Entre otras cosas fantásticas, promete lo siguiente:

 

a)    la construcción de un millón de viviendas dentro de cinco años;

b)    electricidad para 2,5 millones de hogares;

c)    diez años de educación gratis para cada niño;

d)    redistribución de 30 por ciento de las tierras;

e)    la creación de 2 millones de puestos de trabajo.

 

Obviamente, estos planes son insuficientes para cubrir las necesidades de la población sudafricana, pero, como veremos más adelante, ni siquiera éstos fueron cumplidos hasta hoy, y no hay esperanza de que serán realizados hasta el fin de este milenio.

 

Veamos los hechos. Según Newsweek (15/05/95), en el primer año del gobierno de Mandela, menos de 10 mil casas baratas han sido construidas; el desempleo afecta todavía a un 40 por ciento de la población activa; el desarrollo económico subió a 3 por ciento - muy lejos del 10 por ciento requerido; 2 millones de una población de 40 millones viven en pobreza extrema, y la violencia ha incrementado. Respecto a esta última, las cifras siguientes lo muestran con claridad:

 

La violación reportada ascendió de 25 mil mujeres en 1992 a 33 mil mujeres en 1994; el intento de homicidio ascendió de 15 mil personas en 1992 a 21 mil en 1994; el homicidio efectuado de 16 mil personas en 1992 a 18 mil en 1994. Entre las naciones con los indices de homicidio más altos del mundo, Sudáfrica ocupó el primer lugar en 1994, con un 44,6 por 100 mil personas.5

 

Además, por el momento, en cuanto a la educación libre, sólo alumnos, que tengan una edad menor de 6 años, recibirán enseñanza gratis. A fin de cuentas, el Programa de Reconstrucción y Desarrollo se ha convertido en una soga alrededor del cuello del Sudafricano explotado, es decir, en el Programa de Austeridad.

 


C. Austeridad y Explotación Capitalista


Primero, la política económica sudafricana fue desarrollada por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que prometieron ayuda financiera, de la cual hasta hoy, Mandela sólo recibió una fracción sin mayor importancia. Esto siempre pasa cuando „gallinas subdesarrolladas“ firman „pactos del Diablo“ con „zorros desarrollados“. Este „pacto“ se puede verificar en Business Day (Sudáfrica) del 30 de abril de 1994: Entre las exigencias del FMI fue incluido un plan para debilitar los esfuerzos de los trabajadores organizados en sindicatos quienes luchan para mejorar su estándar de vida, y de congelar los sueldos en un nivel bajo, en virtud de que Sudáfrica pueda competir con países como Taiwán, Bangladesh y México.6

 

Este „plan de austeridad“ es la continuación de la explotación económica bajo el Apartheid de antaño, ahora disfrazada como, y dirigida por, la „democracia reconciliadora“ de Nelson Mandela: „Los ministros de finanzas me recomiendan la austeridad. Pienso que podemos convencer al pueblo de aceptarla.”7

 

Como es bien sabido, el plan de austeridad cae dentro del contexto de los programas de ajuste económico neoliberales. Ante los representantes de 800 empresas multinacionales, en el hotel Waldorf-Astoria de Nueva York en 1994, Mandela firmó la subasta de Sudáfrica. El Wall Street Journal comentó al respecto: „El señor Mandela, en tiempos recientes se parece más a Margaret Thatcher que al revolucionario socialista de tiempos pasados.”8

 

En cuanto a los sindicatos, en Sudáfrica el CNA mismo los trata de manera mucho más rígida como anteriormente lo hizo el propio sistema del Apartheid. El Johannesburg Star del 22 de marzo de 1995 subrayó: „La ironía es que el gobierno, encabezado por el CNA, de muchas maneras adopta una política económica más conservadora que su predecesor, es decir el Partido Nacional.“ El New York Times, (22/04/95) reiteró: „El señor Mandela y su gobierno de cierto modo son más amigables con el negocio que sus predecesores blancos.“

 

No obstante, Mandela es más astuto que sus „amos blancos racistas“. El 16 de agosto de 1995, tranquilamente Mandela visitó por primera vez la famosa urbanización blanca de Oranje, para tomar té y disfrutar galletas junto a la viuda del también famoso „arquitecto del Apartheid“, Hendrik F. Verwoerd, quién apoyó a los nazis alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Los „principios democráticos“ del „nuevo“ gobierno de Sudáfrica no tienen límites de reconciliación traidora.

 

Aquí no vale el argumento de que Mandela no tiene alternativa, porque esto equivale a decir que los capitalistas tampoco la tienen; por lo tanto, su reconciliación es una afirmación escondida del status quo de la explotación económica, la opresión política, la discriminación social y de la deshumanización patriarcal misma.

 

Es importante hacer notar aquí, que la reconciliación política global es la afirmación del sistema capitalista patriarcal en todas sus esencias y existencias mundiales. La „alternativa“ histórica es la „negación de lo negativo“ capitalista-patriarcal, es lo histórico-emancipatorio. Esta alternativa jamás correspondió a los intereses del CNA, y no la perseguirá ni hoy, ni tampoco mañana.

 

Entonces, ¿De qué se trata en el fondo del „sell-out“? En mi tesis doctoral mencionada anteriormente, publicada en 1976 como „Sudáfrica en Vísperas de la Revolución“, he explicado la tendencia pro-capitalista e imperialista del CNA. Además he señalado reiteradamente en centenares de conferencias a escala mundial el peligro de traición a la emancipación humana por el C NA, si éste conquistara el poder en Sudáfrica.

 

En los años ochenta, Apartheid-Sudáfrica experimentó en medida extrema la crisis económica mundial, y empezó a sentir su dependencia exclusiva de la exportación de sus recursos minerales - principalmente oro y diamantes - y de la importación de capital y tecnología. Al comienzo de los años noventa, la tasa de ganancia promedio cayó por la mitad y la economía decreció un 3,5 por ciento. Para frenar el deterioro económico era necesario realizar la última ratio explicada anteriormente, y precisamente por eso tuvieron lugar las negociaciones urgentes del gobierno sudafricano con el CNA. Detrás de la „victoria“ del CNA estaba y está así una necesidad económica simple, puesto en el orden del día por el sistema capitalista mismo.

 


D. La traición por parte del Partido Comunista de Sudáfrica (SACP)


La historia estalinista traidora del SACP está muy bien conocida.9 También se conoce su colaboración „revolucionaria“ con el CNA a través de las últimas décadas. De lo que se trata aquí, es sólo enfatizar su última traición al movimiento emancipatorio sudafricano.

 

Primero, es lógico, que el CNA tuviera que „reconciliarse“ con la clase dominante blanca de Sudáfrica. El CNA mismo es la expresión política de la pequeña clase urbana capitalista, que no tiene sus raíces estructurales en las „masas“ de la clase trabajadora „no-blanca“. El SACP, por lo menos proforma las tenía, y esto no era difícil dentro del contexto de una conciencia emancipatoria casi nula de estas mismas „masas“. No obstante, en el sentido „revolucionario“, „las masas“ estaban (y todavía están) luchando por sus „derechos humanos proletarios“, a través de varias formas de lucha intrapatriarcal, intra-capitalista, con esperanzas „socialistas“ para superar al sistema capitalista.

 

Dentro de este contexto, ya en años anteriores, el SACP subrayó la necesidad de la „revolución socialista“, encabezada por la „revolución democrático-burguesa“ dirigida por el CNA. Claro que sí, esta „revolución“ se llama „National Liberation Struggle“. El SACP insistió en que los trabajadores africanos deberían apoyar al CNA hasta que el Apartheid fuera derrocado, y hasta que la „democracia“ fuera establecida en Sudáfrica. Pero el famoso „proletariado“ sudafricano no debería nunca jugar un papel „revolucionario“ independiente.

 

Después de la victoria de Mandela, los líderes „comunistas“ del SACP participaron en el nuevo gobierno y ocupan puestos centrales dentro del mismo. El SACP mismo mantiene su „independencia organisatoría“ para poder seguir confundiendo a la clase trabajadora de una manera más efectiva. Ya en los años ochenta, el SACP logró tomar el liderazgo del sindicato principal, el Congress of South African Trade Unions (COSATU), y de subordinarlo a los intereses del CNA. Durante el largo período de negociaciones el SACP a través del COSATU aseguró la lealtad de la clase trabajadora al CNA.

 


E. La situación política actual precisada


Debido a la crítica general al gobierno de Mandela el SACP introdujo un „debate teórico“, insistiendo en que el CNA debería continuar la „revolución nacional-democrática“, expuesto en su propio periódico MAYIBUYE durante las elecciones de 1994.10 Lo que los „camaradas comunistas“ no saben, es que con la conquista del poder del CNA, con sus reformas y sus negociaciones con el FMI, al fin, la revolución democrático-burguesa se ha completado en Sudáfrica. Analizaremos ahora brevemente esta situación política actual.

 


F. Sudáfrica: ¿Quo Vadis?


Veremos las tres tendencias principales en el „National Liberation Struggle“ sudafricano. Históricamente, en el siglo XX tenemos los siguientes movimientos dominantes sudafricanos de liberación:11

 

a)    en los años veinte el African National Congress (CNA) y la Industrial and Commercial Workers Union (ICU);

b)    en los años treinta, el CNA y el Communist Party of South Africa (CPSA);

c)    en los años cuarenta y cincuenta, el CNA y el Non European Unity Movement (NEUM);

d)    en los años sesenta, el CNA y el Pan Africanist Congress of South Africa (PAC);

e)    en los años setenta, el Black Consciousness Movement (BCM);

f)      en los años ochenta, el BCM y el CNA.

 

En los años noventa las tres tendencias políticas dominantes son:

 

a)    los Charterists, partidarios del „Freedom Charter“ de 1955 (principalmente el CNA);

b)    los Azanians, (predominantemente PAC);

c)    los Socialists, (de la tendencia NEUM, trotzkista y de la National Liberation Front, etc.).

 

En términos „modernos“, los Charterists se reclutan del CNA, del SACP (se llama así desde los años cincuenta), del United Democratic Front (UDF) y del COSATU. Mencionado antes, el CNA encabeza el National Liberation Struggle contra el Apartheid, y el SACP se preocupa de la „Socialist Revolution“ contra el capitalismo. Los Azanians predominantemente vinieron del PAC y del BCM. El BCM quiere „unir“ todos los „infelices“ de Sudáfrica; el PAC se preocupa con la „competencia“ contra el CNA, contra los Charterists. Ambos son „Africanists“, quiere decir, que insisten en que los „blancos“ son extranjeros, y que deberían devolver la tierra y los recursos naturales al „pueblo“ sudafricano. El BCM se caracteriza más bien por tendencias izquierdistas y socialistas, por ejemplo, la Azanian People’s Organisation (AZAPO).

 

Los Socialists no son „comunistas“ del SACP, sino los Workerists, los cuales apoyan al SACP, pero también a los pequeños movimientos socialistas dentro del AZAPO, de la Azanian Student’s Organisation (AZASO), de la Azanian Youth Organisarion (AZAYO), del Azanian Student’s Movement (AZASM), del Cape Action League (CAL), del National Forum (NF), etc. Ellos tratan de conquistar el liderazgo político del CNA y así controlar la clase media africana, y convertirse en populistas.

 


G. Conclusión


Por lo tanto, dentro de este contexto del „National Liberation Struggle“ y de la „Democratisation“, ¿Quo vadis, Mandela?, y por consiguiente, ¿Sudáfrica?

 

Aunque los „socialistas“ sudafricanos todavía sueñan con la revolución socialista intrapatriarcal de los siglos XIX y XX, es evidente, que para el siglo XXI este „último“ intento revolucionario pasará de moda, y que la época histórica de la emancipación lo superará dialécticamente. Dentro de la Patria se acabó la lucha humana emancipatoria, mejor dicho, ya está superada en el sentido hegeliano-marxista. O bien la Patria, con todo lo que pertenece a ella, se desvanecerá en la Nada cosmico-óntica, o bien la Historia también llevará a Sudáfrica a otras mensiones y niveles-grados, minimo-máximos, cósmico-ónticos, a la Historización de los Seres Humanos, y a la Humanización de la Historia misma.

 

¿Qué quiere decir esto en el caso de Mandela-Sudáfrica? La atomización, la diversificación, ya es una realidad sudafricana; es parte del proceso dialéctico emancipatorio de la aniquilación patriarcal en el contexto histórico. Esto se ve en la „fraccionización“ política, en la subasta económica, en la desaparición de la Praxis-Teoría de la Ciencia-Filosofia, de la Emancipación en Sudáfrica; y no sólo allá, sino también en la perversión y en lo absurdo del sistema capitalista-imperialista patriarcal a escala mundial, de la „globalización“ neo-liberal.

 

Sólo queda destacar que para emancipar a Sudáfrica, es menester que existan Seres Humanos que no tengan ninguna alternativa, los cuales ya están en el proceso histórico de la Emancipación, la cual es esencialmente y existe, y es existencialmente humana. Se ha verificado que hoy en día ni los „revolucionarios“ ni los „partidos revolucionarios“ ni el „liderazgo revolucionario“ sudafricanos, a través de las últimas décadas, han tenido esta calificación emancipatoria. !Ojalá que una posible chispa histórico-humano-emancipatoria todavía pudiera realmente encender a la pampa sudafricana! Lo único, que es a Ciencia-Filosofia cierta, es, que este destello no vino, no viene, y no vendrá jamás ni de Nelson Mandela, ni del CNA. En este asunto histórico, el Ser Humano mismo tiene la „última“ palabra-acto, la Teoría-Praxis, la Filosofia-Ciencia, la Emancipación.

 

 


Notas


(1)             Franz J.T. Lee, Südafrika am Vorabend der Revolution 2. Auflage, ISP-Verlag, Frankfurt am Main 1976, p. 178. Mi traducción. Este libro fue prohibido tres veces sucesivas por el gobierno sudafricano al fin de la década de los setenta.

(2)             Newsweek International (Latín America), 10/04/95, p.11.

(3)             Newsweek 15/05/95, p.14.

(4)             Newsweek.03/07/95.

(5)             Newsweek 02/10/95, p.21.

(6)             Vease también el caso venezolano actual en cuanto a las exigencias del FMI dentro de la „Agenda Venezuela“. Rudensindo Oberto, presidente de FETRAMAGISTERIO manifestó lo siguiente respecto a la intención del gobierno venezolano de eliminar la contratación colectiva en el campo educativo: „Está planteado en el país acabar con el movimiento sindical organizado, porque este es un mandato del FMI que se planteó desde hace tiempo: Que serían los trabajadores los que tendrían que pagar los platos rotos y la deuda.“ [El Observador, viernes 6 de octubre 1995]

(7)             Socialist Worker (EEUU), Septiembre 1994.

(8)             Citado en: Proletarian Revolution (EEUU), 1995, Nr. 49, p. 4. Muchos datos e informaciones de esta exposición se deben a esta revista.

(9)             Ver Lee, Sudáfrica..., op.cit., pgs. 78-92; 124-130.

(10)       Ver African Communist. Nr. 137, 1995.

(11)       Ver Lee, op.cit., pgs. 18-63.