by
Rei Kinomoto
Capítulo
7
Una profecía, un destino
¿Por
qué?...
¿Por qué tenía que suceder algo así?...
¿Por qué le había atacado de manera tan despiadada?...
Ella... Ella era su amiga ¿no?
Pero de todas formas ahí estaba, mirándola con sus ojos
azules, sin ningún sentimiento o emoción visible, sólo con una profunda y
aterradora frialdad... como si su vida no valiera nada.
Esa no era la Bridget Wesley que ella conocía... No, no
podía ser la chica serena y calmada que se encontró en la calle el primer día
de clases, la misma con la que charló tan agradablemente durante los descansos
y con la caminó tantas veces rumbo a la secundaria... Es más, ella fue una de
las personas que los ayudó a escapar de portador de la hoz aquella vez en la
plaza, la que evitó que Shaoran muriera atravesado por las ramas y la que curó
sus heridas...
En su mente seguía sin tener sentido lo que estaba
sucediendo, era como estar soñando despierto... no, no era así, era como estas
atrapado en una espantosa pesadilla.
Ni pensar que hace tan solo un par de días estaban todos
juntos conversando alegremente en el patio de la escuela, ella había llevado a
Tomoyo para que los conociera sin saber que la estaba presentando a sus
verdugos. Los gemelos se veían tan... tan gentiles, agradables y sinceros...
¿O acaso sólo era una farsa?
¡No, no era así!
Se negaba a aceptar esa triste realidad. Ella confió en
ellos, no podía haberla traicionado de esa manera tan despiadada ¿Verdad?...
¿VERDAD?
Un destello azul parecido a un fuego artificial iluminó
el oscuro cielo, llamando la atención tanto de Bridget como la de Sakura. La
joven inglesa se quedó mirando al cielo, con la misma seriedad que había
mantenido durante todo ese tiempo y aun con la bola de energía en su mano
brillando sin parar.
- “Brian ya debió acabar con Li...” - comentó la
rubia.
Esas palabras retumbaron en los oídos de la japonesa,
dejándola completamente en shock.
- “Sha... Shaoran...” - susurró de forma casi
imperceptible
Tenían razón... Ellos tenían razón.
Tanto Kero como Shaoran tenían razón al decir que esto
era una trampa.
Jamás se había sentido tan mal como en ese instante, se
sentía traicionada, humillada y burlada por personas en las que tontamente había
confiado... y sus amigos habían pagado las consecuencias.
La japonesa cerró los ojos con fuerza mientras agachaba
la cabeza, provocando que gruesas lágrimas corriera por sus mejillas en un
llanto mudo.
Todo esto era su culpa, por estúpida, por tonta, por crédula...
Ella llevó a sus seres queridos a esa emboscada...
Abrió los ojos y observó a lo lejos las dos esferas en
las que se encontraban Kero y Tomoyo completamente inconscientes en el fondo de
ellas, y una mirada determinada apreció de repente en medio de sus lágrimas.
Shaoran había sucumbido, pero a ella aun le quedaba una oportunidad de salvar a
sus amigos y no la iba desperdiciar, no permitiría que otra persona muriese por
su ingenuidad.
Aprovechando que la inglesa se encontraba de espaldas se
paró con mucho cuidado, ignorando por completo el agudo dolor de su hombro
dislocado y comenzó a buscar con la mirada su báculo, el cual no se encontraba
muy lejos de allí. A penas lo localizó corrió con todas sus fuerzas hacía él,
tenía que recuperarlo costara lo que costara para poder enfrentar a Bridget y
liberar a sus amigos.
- “¿A dónde vas?” - escuchó una sorprendida voz a
sus espaldas - ”¡No te muevas!”
La maestra de cartas palideció al reconocer la voz de la
hija de Susan, si no se daba prisa seguramente correría la misma suerte de Li.
Corrió con todas su fuerzas hacía el objeto mágico, sin él, ni ella ni los
demás tendrían la más mínima oportunidad de escapar con vida.
Oía los el paso acelerado de la rubia acercarse cada vez
más
- “Debo ser fuerte, debo se ser fuerte” - se repetía
una y otra vez - “No quiero que mis amigos mueran ¡Yo no quiero morir!” -
gritó con lágrimas en los ojos
Se angustia llegó al límite cuando la inglesa la agarró
de su brazo lesionado con su mano izquierda y con su extremidad libre (y en la
que aun brillaba la esfera de energía) la tomó por el hombro, en el cual la
bola de magia fue absorbida seguida por el ruido seco de parecido al de las
ramas de árboles quebrándose.
Quería gritar....
Quería gritar con todas sus fuerzas, pero no podía, su
voz no salía de su garganta, debido al dolor que se extendía por todo su
brazo, su cuello y su pecho; mientras, una luz verdosa la cegaba completamente y
sentía que caía lentamente aun poso sin fondo.
Un golpe seco escuchó antes de que el lugar fuera
invadido por un silencio sepulcral. En medio de la noche la frágil silueta de
una chica yacía boca abajo en un devastado claro rodeado por tenebroso árboles
de ramas retorcidas, que formaban siniestras figuras en la oscuridad; junto a la
muchacha se erguía ser con su túnica verde al viento.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
La fiesta había sido divertida en muchos sentidos: había
conseguido agradable compañía, una charla interesante, se había liberado de
asedio de las Mc Alpine, pero lo mejor de todo fue la expresión de las hermanas
al verlo tan unido a la señorita Symonds... sin contar con la alegría de los
padres de esta.
Si, había sido muy divertida...
Sin embargo aun no podía quitar esa sensación de
profundo vacío y culpa que lo acosada deshacía meses; algo faltaba en lo que
se había vuelto una patética existencia, sin sentido ni rumbo aparente, llena
de apariencias y en especial de soledad. Se hundió aun más en el tapiz rojo de
su sillón favorito, mientras miraba de reojo la inmensa ventana de su cuarto,
el cual permanecía en la penumbra solo interrumpidos por la espectral luz de
unos ojos felinos. Los minutos comenzaron a aparecerle horas desde que sintió
aquellas presencias en la fiesta.
Seguramente estaban en peligro enfrentándose a solo Dios
sabe que, y él allí, haciendo nada, viendo correr las horas y sin poder saber
que estaba ocurriendo... ¿Y si les sucedía algo? ¿Y si resultaban gravemente
heridos? ¿Cómo se sentiría él?... O las más aterradoras posibilites ¿Qué...
qué pasaría si ella mue..?
- “Amo Eriol” - se escuchó una chillona en medio de
la oscuridad.
El inglés se sobresaltó un poco ante el inesperado
llamado, pero luego se volvió a ver de donde provenía con una mirada
inexpresiva en su rostro, descubriendo una especie de gato negro, de inmensos
ojos azules y pequeñas alitas del mismo color en su espalda, estaba sentado
frente a un libro bastante grueso en la cama del muchacho.
- “¿Qué quieres Spinel?” - murmuró fríamente
Hiragisawa hundiéndose nuevamente en su sillón
- “No se preocupe amo, ellos saldrán muy bien de esta
prueba” - dijo tranquilamente el pequeño guardián - “Usted mismo lo dijo,
confiemos en sus poderes”
El felino guardo silencio por unos momentos, esperando
alguna reacción de su amo, pero no sucedió nada, este solo se mantuvo callado
hasta que la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a una muchacha de
poco más de 20 años con un pijama de pantalones anchos y camisa manga larga de
color rojo oscuro, con unos ositos en el pecho que le daban cierto toque
infantil.
- “¡Qué cansada estoy!” - exclamó Nakuru mientras
estiraba los brazos perezosamente - “Esta fiesta si que estuvo genial... hasta
podría decir que fueron demasiadas emociones para una noche” - concluyó
mientras se acerca al sofá y se sentaba en el respaldo de los brazos ante la
completa indiferencia de su amo, el cual permanecía con la cabeza apoyada en su
mano, mirando a la ventana - “No sabes lo feliz que estoy de que hayas vuelto
Eriol, te extrañaba como no tienes idea...”
- “¿Cómo van los preparativos de la mudanza?” - la
cortó repentinamente el muchacho
La falsa identidad de la guardiana se sorprendió por la
forma en Eriol la había interrumpido... eso era muy raro en alguien como su
amo; confundida lanzó una mirada a Spi, el cual sólo hizo un leve gesto
negativo con la cabeza.
- “Pues... bastante bien, para la semana que viene todo
estará listo para mudarnos a Belgravia (3)”
- “Muy bien...” - murmuró el ingles mientras se
colocaba de pie y se dirigía a su cama. Una vez allí tomó a Spinel y el libro
que este leía con cuidado y sin más se los entregó a la chica de cabellos
castaños - “Esta noche dormirás con Nakuru... quiero estar solo. Buenas
noches” - terminó con una mirada que parecía decir “váyanse”
Ambos guardianes comprendieron inmediatamente el mensaje
y sin rechistar cruzaron la puerta de la habitación, llegando al enorme pasillo
que conectaba algunas de las habitaciones del piso superior de la mansión; el
corredor tenía un decorado muy antiguo, pero no menos elegante y bello, la
ligera iluminación dada por algunas lámparas de pared unido con el enorme
silencio que reinaba en el lugar le concedía un aire espectral, mientras un
viento gélido se apoderaba del ambiente. La chica sintió el rechinar de la
puerta del cuarto de su amo al moverse seguido por el sonido del seguro de la
misma, por lo que se volvió encontrándose con una majestuosa puerta de madera
hermosamente tallada y con una decorativa manillas dorada del lado derecho de la
misma.
- “Por un momento, cuando lo vi en la fiesta, pensé
que realmente se estaba divirtiendo, que estaba mejor...” - murmuró
decepcionada la guardiana
- “Te parecerá absurdo, pero creo que eso es lo que más
le molesta” - comentó Spinel aún mirando la puerta.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
-
“Sakura, Sakura” - oía una voz lejana mientras que una mano la movía un
poco - “Sakura despierta”
La oriental abrió lentamente los ojos, mientras un
ligero mareo desaparecía poco a poco a medida que recuperaba el conocimiento.
Lo primer que sintió fue el molesto cosquilleo que le producía el pasto en la
cara, por lo que se levantó perezosamente al tiempo que intentaba recordar como
había llegado allí...
Imagines confusas invadían su mente a medida que se iba
recuperando de la conmoción: unas esferas de luz, Shaoran volando junto a ella
en el báculo, una persona vestida con una túnica verde, Tomoyo llegando sobre
Kero al lugar de la batalla, el monstruo enloquecido destruyendo todo a su paso
y la fría expresión de Bridget mientras el dolor la consumía...
El dolor... ya no sentía dolor.
Sorprendida miró su brazo izquierdo con detenimiento al
tiempo que lo movía en todas direcciones sin ningún problema...
- “No debías haber huido de esa manera” - se escuchó
de nuevo esa voz, esta vez con un tono enojado - “Pudiste lesionarte aun más
de lo que esta, entonces curarte abría sido aun más difícil”
La maestra de cartas inmediatamente se volvió en la
dirección de donde venía aquel sonido que se le hacía tan familiar, encontrándose
nuevamente la hermana de Brian, mirándola tranquilamente y con una sonrisa
apacible dibujada en su rostro, tal y como ella recordaba haberla conocido.
La inglesa se acercó a ella ante la total perplejidad de
antigua Card Captor, la cual no estaba segura de que hacer, si correr o
enfrentarse nuevamente a aquella chica que alguna vez había considerado su
amiga
Sin embargo...
- “Toma, se te cayó cuando aquella cosa te golpeó”
- murmuró la chica, extendiendo su mano hacia ella, en la cual estaba un pequeño
objeto que sin duda conocía muy bien... la llave que escondía el poder de su báculo.
La japonesa la miró con una mezcla de confusión y
desconfianza ¿Cómo era posible que cambiara de actitud tan rápido? Pero...
había algo... algo en los ojos de esa chica, en sus gestos, en su tono de voz
que parecía realmente sinceros... ¿Sería prudente volver a depositar su
confianza en ella?...
La chica sacudió su cabeza en un intento desesperado por
aclarar sus pensamientos y tomar una decisión
¡¡¡¡Por su puesto que no debía confiar!!!! ¡Sería
muy tonto!
Pero... Pero ella quería hacerlo... Aún no quería
aceptar lo que era evidente.
- “Esta bien, comprendo que no me tengas mucha
confianza después de todo esto” - dijo repentinamente la chica de verde como
si hubiera leído los pensamientos de Sakura, al tiempo que ponía el dije en el
suelo y se alejaba unos pasos de él - “Solo piensa esto por un momento... si
hubiera querido matarte... ¿No crees que lo hubiera hecho mientras estabas
inconsciente?”
Era cierto... ese era su propósito ella ya no estaría
en este mundo... ni mucho menos le devolvería su báculo. Aun con un poco de
aprensión, la Maestra de Cartas recogió la pequeña llave que escondía el
poder de su báculo, que a simple vista, tan solo era un gracioso dije de color
rosa con una estrella dorada de cinco puntas encerada en un aro, y a los lados
de este unas pequeñas alas; buscó la cadena que lo sujetaba a su cuello y se
lo colocó, mientras observaba fijamente a la inglesa y un sentimientos difíciles
de definir, oscilando entre el alivio y la decepción, el resentimiento y la
concordia, la tristeza y la alegría, la invadía...
- “Bridget...” - murmuró Sakura - “¿Por qué?”
Ante estas palabras la chica solo la observó fijamente
por unos momentos antes de de apartar su mirada y darle la espalda
- “Pronto lo sabrás” - dijo - “Ahora lo más
importante es ir por tus amigos”
- “¡Tomoyo, Kero!” - exclamó la antigua Card Captor
con alarmada - “¡Oh por Dios! Ya ha pasado demasiado... deben... deben
estar...”
- “Profundamente dormidos” - la interrumpió, para
luego agregar casi en forma de chiste - “¿No creerías que de veras los iba a
asfixiar hasta morir?”
- “Pues...” - murmuró Sakura mientras bajaba la
cabeza.
- “Así debió ser, era necesario” - dijo un poco
triste, llamando nuevamente la atención de la oriental - “Pero será mejor
que vaya por tus amigos... ya deben estar preocupados ¿no crees?” - fue lo último
que mencionó antes de darse media vuelta.
La japonesa la vio alejarse con la serenidad que la
caracterizaba, completamente estupefacta por el repentino cambio de actitud de
la muchacha.
- “¿Qué les dan a los orientales de comer? ¿Piedras?”
- se quejaba la voz de un chico sin paraar - “Santo Dios, este tipo pasa media
tonelada... Estoy a punto de creer que sólo se desmayó para hacerme el trabajo
difícil.... desde que apareció sólo me ha traído problemas...”
Sakura buscó con la mirada de dónde provenía aquella
voz, encontrándose con un grupo de arbustos que se sacudían un poco a la vez
que una persona vestida con una larga túnica azul oscuro emergía de ellos con
dificultad, inmediatamente reconoció el cabello rubio de Brian Wesley, el cual
traía algo cargado encima de su hombro derecho; se paró y caminó hacía él
un momento con paso rápido, tratando de averiguar que era exactamente lo que
esta llevando. Reconoció a Shaoran, en cual parecía inerte, con los brazos,
piernas y cabeza colgaban como si se tratara de un muñeco de trapo.
- “¡Shaoran!” - gritó la japonesa mientras corría
hacia su amigo - “¿Qué le hiciste?” - le reprochó al joven ingles con
rabia mezclada con decepción mientras le miraba fijamente a los ojos.
El muchacho tuvo que desviar la mira en seguida, ante el
gestó indignado de la oriental. Se agachó despacio y depositó al muchacho con
cuidado en el pasto, completamente inerte.
- “No preocupes sólo esta inconsciente” - murmuró -
“Bridget y yo tenemos nuestra razones para hacer esto” - intentó defenderse
al ver la inquisitiva expresión de joven japonesa - “Era necesario Sakura,
pronto lo vas a comprend... ¡arrggg!”
- “¿Qué te sucede?
- “Nada...” - dijo entre cortadamente tratando de
soportar el dolor, mientras la antigua Card Captor lo miraba alarmada - “Tal
vez un par de costillas rotas cortesía de tu amigo, pero no te asustes, yo sólo
me puedo curar o en todo caso Bridget me ayuda... Sabes, como cuando te sané en
el parque aquella noche” - comentó mientras la miraba con una sonrisa algo
torcida por el sufrimiento que intentaba disimular.
Sakura lo observó fijamente por unos instantes, mientras
la mano que tenía sobre su costado derecho se iluminaba con un resplandor azul,
pero repentinamente perdió el equilibrio y solo la rápida intervención de la
antigua Card Captor impidió que cayera al suelo.
- “¡Brian detente, estas muy débil!”
- “Tienes razón... creo que no me queda otra más que
esperara a mi hermana” - confirmó en tono resignado - “Tengo que aceptar
que ese sujeto me dio una buena pelea, es bastante fuerte” - finalizó con una
pequeña sonrisa, para luego dar un vistazo a su alrededor y observar la
devastación del lugar - “¿Tu y Bridget hicieron todo esto?” - finalmente
preguntó sorprendido.
A la maestra de cartas le surgió una gran gota en la
cabeza.
- “Eeehhh, si... bueno no... en realidad más o
menos” - finalizó la muchacha con una sonrisa nerviosa llevándose una mano a
la cabeza, al tiempo que la cara del inglés se formaba un gesto de confusión -
“Es que... paso algo muy extraño”
- “¿Qué exactamente?”
- “No estoy segura sólo se salió de control y comenzó
a destruir todo” - dijo mientras hacía gestos con lo brazos - “entonces
enloqueció...”
- “¿Mi hermana?” - preguntó incrédulo el muchacho.
- “¡No! La cosa”
- “¿Qué cosa? - replicó nuevamente cada vez más
confundido.
La antigua Card Captor dio un gran suspiro.
- “Mejor esperamos a que vuelva Bridget, creo que ella
te explicara mejor lo que sucedió”
Brian tan solo se encogió de hombros antes las confusas
explicaciones de la japonesa, y sin más que decir se paró y se alejó un par
de metros de ellos hasta un cedro donde se sentó apoyado del tronco. Al verlo,
Sakura recordó aquella vez en cuando les presentó a Tomoyo, cuando el se
encontraba en la misma posición en un árbol del colegio completamente dormido,
seguramente agotado después de haberla ayudado el la plaza; al recordar esta
imagen una mirada agradecida se formó en sus ojos.
No, no se había equivocado, los gemelos Wesley realmente
era buenas personas.
A lo lejos, Bridget hacía descender las esferas en las
que estaban encerrados Tomoyo y Kerberos, las cuales se fueron desvaneciendo
lentamente depositando a los dos cautivos suavemente sobre el pasto. Pensó en
todo lo que había sucedido en esa noche, en especial lo ocurrido cuando tanto
el hechizo de Sakura como el de ella se fusionaron, creando un ser de poderes
devastadores y casi imposible de controlar. Sacó la carta que había guardado
en su manga y nuevamente brillo con el solo contacto de su mano y una extraña
sensación de familiaridad la invadió al percibir la presencia de la Card, por
alguna extraña razón, sentía que esta también sentía esa afinidad hacia
ella ¿Qué clase de objeto mágico era este? Era la primera vez en su vida que
veía algo como esto, por lo que decidió examinarla con más detenimiento: era
de color rosado con detalles en dorado, tenía dibujado a una extraña mujer de
orejas puntiaguda y alas muy parecidas a las de una libélula, en la frente de
esta se podía ver un intrincado dibujo; en la parte inferior se podía leer en
caracteres occidentales y perfecto inglés “The Windy” además del nombre de
Sakura, y en la superior había una estrella con un carácter al parecer
oriental, aunque no sabía lo que significaba. Volteó la carta y observó el símbolo
que se encontraba detrás...
- “Una estrella...” - dijo en voz baja y de manera
calmada, pero pronto el asombro invadió su rostro y sus ojos se dilataron de
horror - “Una estrella del Este...” - susurró atónita al recordar la
profecía.
- “Arrrggg”
Aquel gemido atrajo la atención de la joven inglesa, la
cual se volvió hacía donde provenía encontrándose con un mal herido Kerberos.
Miró piadosamente a la pobre bestia que yacía inconsciente en el suelo, con
todo el cuerpo golpeado y una de sus hermosas alas casi completamente
destrozadas, derramando un espeso líquido rojo sobre las delicadas plumas
blancas. Al ver tan lamentable escena y saber que ella era la causante de todo
aquello se sintió profundamente avergonzada de si misma; sabía perfectamente
que su último ataque contra aquel bello felino había sido excesivo y hasta
brutal, incluso considero que su trato hacía Daidouji fue muy duro.
Por más que trataba de convencerse de que lo que había
hecho era necesario, no dejaba de sentirse culpable por todo el daño que había
causado.
Guardó nuevamente la carta entre su ropa, se arrodilló
junto a él y acarició el pelaje dorado del animal con suavidad; colocó su
mano derecha sobre el ala herida, y la izquierda sobre su lomo haciendo brillar
su símbolo debajo de los dos haciendo que sus heridas se cerraran por completo.
Apenas lo curó, las enormes alas blancas envolvieron al guardián, regresándolo
a su forma falsa, la cual tenía la apariencia de un pequeño y gracioso muñeco;
el cual ella lo tomó entre sus brazos con delicadeza y lo observó por unos
momentos. Recordó su aspecto como una bestia enorme he imponente, sus poderes y
las forma en que los utilizaba, el repentino cambio de apariencia que había
sufrido hasta tomar el aspecto de un adorable gatito...
¿Por qué?
¿Por qué era tan parecido a...?
- “¿Qué pasó?” - murmuró una voz muy confundida a
sus espalda, para luego agregar asustada - “¿Dónde esta Sakura?”
La inglesa no tuvo que girarse para verificar de quien
era aquella voz, sin duda se trataba de una aturdida Tomoyo, que recién se
levantaba del profundo sueño al que la había inducido unos minutos atrás...
- “Sakura se encuentra bien, Daidouji” - respondió
la chica vestida con la túnica verde oscuro.
La japonesa la miró asombrada a aquella muchacha que se
encontraba parada frente a ella, vestida con una larga túnica del color de las
hojas de los árboles, de largo cabello rubio y ondulado agitado suavemente por
una brisa fría que inundaba el lugar, y en conjunto le daba un aspecto solemne
en medio de la noche. La chica se giro lentamente para que poco después sus
ojos azul cielo se encontraran con los de Tomoyo, con Kero aun acurrucado entre
sus brazos como si se tratara de un bebé.
- “¿Wesley? Acaso usted fue la persona que...” -
murmuró la japonesa intentando asimilar lo que acababa de suceder.
- “Vayamos a donde esta Kinomoto” - la interrumpió
antes de que dijera algo más - “Todo las preguntas que tengas serán
respondidas allá en su momento”
Al decir esto, Bridget se dio la vuelta y comenzó a
caminar hacía el otro lado del claro del bosque, sin embargo Tomoyo permaneció
sentada en el verde pasto observándola con suspicacia; ese cambio de actitud no
le parecía normal, aunque no se lo había dicho directamente, era evidente que
ella, Bridget Wesley, fue la persona que hacía escasos minutos atacaba
fieramente a su querida prima e hirió gravemente a Kero... y ahora se hacía
pasar por alguien completamente inofensivo.
Se levantó con mucho cuidado, y comenzó a caminar en
dirección contraría a la que le había indicado la rubia tratando de no hacer
ruido, se dirigió al bosque en el cual se perdería de su vista y evitaría por
todos los medios ser encontrada por esa mujer. Sabía perfectamente que al no
tener magia no podría hacer nada por Sakura, así que lo mejor sería tratar de
escapar y buscar a Li, él sabría que hacer...
- “No confías en mi ¿verdad?” - dijo repentinamente
la inglesa - “Para serte sincera, si yo estuviera en tu lugar tampoco lo haría
La chica de cabello oscuro se quedó de piedra ante aquel
comentario, permaneció quieta por unos segundos, con la mano en el lado
izquierdo de su pecho y el corazón latiéndole fieramente. ¡Vaya susto le había
dado! Sin embargo luego de asimilar las palabras de Bridget, se sorprendió
bastante ante su significado, por lo que se volvió a mirarla y se asombró aun
más al ver la expresión dulce y comprensiva de la muchacha.
- “Que... ¿Qué quieres decir?” - murmuró Tomoyo
aun confundida.
La muchacha permaneció silenciosa por unos instantes
mirando tristemente al pequeño guardián que dormía profundamente, para luego
dar un gran suspiro y comenzar a hablar.
- “La verdad yo les mentí en muchas cosa, no soy todo
lo que les di a conocer y ni les di a conocer todo lo que soy; pero aun así,
aun que sé que es muy difícil de creer, les mentí por su bien y las cosas que
pasaron esta noche son para protegerlos en un futuro cercano... de ahora en
adelante Daidouji, tanto Li como Sakura tendrán que pasar situaciones muy
duras, donde sus vidas estarán en autentico peligro frente a uno de los seres más
infames y despiadados que este cielo ha visto. Hubiera preferido que esto nunca
sucediera y que ellos pudieran continuado con sus vidas normalmente, sin tener
que pasar por las dificultades que mi hermano y yo estamos viviendo...” - hizo
una pequeña pausa, con mucho cuidado de no molestar a Kero, introdujo la mano
derecha dentro de la manga del brazo contrario, sacó la card y observó el
reverso donde el símbolo de la estrella brillaba nuevamente y una pequeña
sonrisa apareció en su rostro - “Pero por lo que veo él tenía razón al
decir que no existen las casualidades, solo lo inevitable”
La joven japonesa se quedó completamente muda ante
aquellas palabras ¿Sakura y Li en peligro? Observó fijamente a la muchacha
frente a ella y por primera vez notó algo que la llenó de inquietud: la mortal
palidez del rostro de Wesley, era como si estuviera gravemente enferma, pero de
todas formas se mantenía erguida con el mismo aire de dignidad que la
caracterizaba al igual que la profunda tristeza que vio reflejado en sus ojos el
día en que la conoció, la cual se hacía más patente en esos momentos.
El corazón se le encogió ante el angustioso aspecto de
la chica
- “Será mejor que nos demos prisa” - dijo
repentinamente la oriental - “Sakura nos debe estar esperando... y supongo que
Li también debe estar por aquí ¿no?”
Al terminar, Tomoyo se dirigió hacía la inglesa y ambas
comenzaron a caminar para reencontrarse con sus amigos.
OOOOOOOOOOOOOOOOO
La vista de la ciudad era especialmente hermosa aquella
noche desde lo alto Canary Wharf Tower (3), en la cual se podía apreciar
claramente el Tower Bridge y la Torre de Londres en toda su imponente belleza;
el cielo tenía algunas nubes por donde los rayos de la luna se escurrían hasta
tocar los tejados de los edificios y laminándolos con un resplandor plateado.
Sin embargo, aquel sombrío espectador no estaba para
nada interesado en la belleza de aquella vista, por el contrario, desde donde se
encontraba la ciudad le parecía patética e insignificante al igual que sus
habitantes. Le gustaba aquella visión, ya que lo hacía sentir mas poderoso de
lo que ya era, como si pudiera aplastar a todos aquellos inmundos seres con su
pie o arrancar las construcciones más sólidos sólo con su aliento...
Pero pronto... muy pronto podría hacerlo.
Sonrió satisfecho.
El sujeto de la túnica negra se puso de pie con ayuda de
su hoz después de terminar con sus meditaciones, para luego mirar hacia el este
de la ciudad con una maliciosa sonrisa dibujada en sus labios; había acabado
con otra victima y obtenido lo que quería...
A pesar de que ese estúpido sujeto intento evitar lo
inevitable.
Que importaba... esto no era más que otro paso en su
camino para obtener la victoria.
OOOOOOOOOOOOOOOOO
Un
fuerte dolor de cabeza lo tenía totalmente aturdido en medio de la oscuridad,
al tiempo que escuchaba varios murmullos a su alrededor, no entendía nada de lo
que decían pero era terriblemente molesto todo aquel ruido; se llevó las manos
a la cabeza con gesto adolorido sintiendo el sudor que corría por su frente y
su cabello despeinado y húmedo pegado a su piel. Notaba una debilidad general
en todo su cuerpo, el cual sentía como si estuviera hecho de plomo por lo que
permaneció tranquilo por unos momentos antes de intentar cualquier cosa.
- “¡Ya esta despertando!” - oyó decir con alegría
a una dulce voz femenina que creyó reconocer - “¿Shaoran te encuentras
bien?”
Comenzó a abrir ojos lentamente y una imagen difusa
apareció ante el ante él, parpadeó un par de veces antes que se hiciera más
nítida permitiéndole reconocer aquel hermoso rostro que se inclinaba sobre él,
de piel pálida del cual resaltaban unos inmensos ojos verdes como esmeraldas,
que lo observaban con gran alegría.
- “Sa... ¿Sakura?” - murmuró confundido.
- “Si, soy yo. ¡Que bueno que estés bien!” - dijo
con una encantadora sonrisa
- “Si... sólo estoy algo cansado” - murmuró débilmente
mientras se esforzaba por sentarse con la ayuda de Sakura, cuando de repente
recordó todo lo sucedido anteriormente - “¿Dónde esta ese desgraciado Brian
Wesley?” - preguntó furioso mirando a todos lados.
- “Buenos días bella durmiente” - le saludó
repentinamente este de forma burlona, antes de que Kinomoto pudiera decir nada.
Apenas escuchó esa voz se volvió buscando con la mirada
el lugar de donde provenía, no tardando en encontrarlo: bajo la sombra de un árbol
pudo apreciar la silueta de un hombre recostado del tronco y ligeramente
iluminado los rayos de la luna que se colaban entre las hojas; aquel ser caminó
hacia los asiáticos dejando ver se indumentaria azul oscura decorada con extraños
bordados en dorado. Li reconoció de inmediato a Wesley y la rabia lo invadió
al ver aquella sonrisita burlona y gesto de superioridad en su rostro.
- “un buen amigo” - murmuró entre dientes
Se colocó de pie de un saltó metió su manos en el
bolsillo derecho como buscando algo, pero al ver que no estaba allí intentó
con el bolsillo izquierdo... pero nada no esta allí. La desesperación del
muchacho aumenta al ver como eses sujeto se acercaba cada vez más a ellos,
mientras introducía su mano en la manga de la túnica
- “¿Buscas esto?” - dijo el rubio mostrándole su
talismán.
Apenas lo vio, Li se lo arrancó de las manos con furia
he inmediatamente invocó su espada y se interpuso entre el muchacho y la
japonesa en posición defensiva, sujetando con ambas manos el arma, inclinándola
ligeramente hacía adelante listo para repeler cualquier ataque; sin embargo
Wesley parecía no alterarse en lo más mínimo ante la actitud del joven.
- “No te permitiré que te acerques a Sakura”
- “Shaoran, tranquilízate” - intentó calmarlo la
japonesa mientras le ponía las manos sobre los hombros.
- “¿Y quien dijo que yo quería hacerle algo malo? Ya
deja de hacerte el héroe y tranquilízate que no voy hacerles nada”
- “¿Entonces por qué nos atacaste?” - lo enfrentó
nuevamente el chino.
- “Para medir tus poderes”
- “¿Qué?....” - se desconcertó por completo Li,
para luego agregar enojado - ¿Y para qué lo quieren hacer?”
- “Para ver que tanto pueden hacer contra el Soul
Hunter”
- “¿Y quien es ese?” - preguntó el muchacho aun muy
receloso de las intenciones del inglés sin descuidar su posición con la
espada.
- “El Soul Hunter, también conocido como el cazador de
almas, fue la persona que los atacó aquella noche en la plaza” - le respondió
repentinamente una voz femenina con marcado acento inglés - “El mismo que
intentó matarme en el aeropuerto”
Todos los presentes se volvieron a ver al recién
llegado: una muchacha largo cabello rubio y ondulado, de ojos azul claro y piel
pálida que les sonreía de manera amistosa, estaba vestida de con una hermosa túnica
de color verde oscuro, con dibujos de intrincados diseños bordados en hilos de
oro el pecho, los bordes de las mangas y la capucha. Entre sus brazos cargaba un
pequeño animalito de pelaje dorado y cara graciosa, el cual dormía
profundamente, mientras su cola colgaba mecida por la brisa. Unos instantes
después llegó Tomoyo a espaldas de la muchacha, se veía en buenas condiciones
físicas, sin un solo rasguño, para el gran alivio de Sakura.
Shaoran bajó la guardia dejando su espada caer hasta que
la punta tocara el suelo, completamente boquiabierto ante la visión de aquella
muchacha rubia, pero más aun por la vestimenta que poseía: la túnica del
color de las agujas de los pinos y tan hermosamente decorada.
La misma de la persona que lo salvó su vida unos días
atrás.
- “Bridget... ¿Tu fuiste la persona que me salvó...?”
- “¿El jueves en la plaza? Si, yo lo hice” - dijo la
muchacha tranquilamente.
Inmediatamente lo invadió el recuerdo de la
reconfortante sonrisa de aquella persona rescató de las garras de la muerte; Li
la miró por unos instantes, y su espada volvió a su forma original.
- “Muchas gracias por ayudarme” - susurró.
- “Te lo debía después de que evitaste que el cazador
de almas acabara conmigo” - le respondió la chica - “Será mejor que nos
sentemos, Brian y yo tenemos que explicar muchas cosas y eso nos tomara
tiempo”
Sin más que decir, la joven se acercó a la antigua Card
Captor y con sumo cuidado le entregó a su pequeño guardián, para luego
sentarse junto a su hermano al igual que los demás, formando un círculo en los
que todos se podían ver las caras. El chico rubio miraba verdaderamente
asombrado al diminuto ser de pelaje dorado que la antigua Card Captor acariciaba
con ternura, y sin más se volvió a su hermana como pidiendo una explicación,
pero esta solo hizo un leve gesto negativo que él comprendió de inmediato...
Sin embargo aun no podía creer que fuera tan similares ¿Acoso estarían
relacionados de alguna forma con...?
Sus meditaciones fueron interrumpidas al darse cuenta que
era fijamente observado con gran desconfianza por ese estúpido sujeto chino.
La abierta hostilidad que mostraban las miradas de Brian
y Shaoran no pasaba desapercibida por las muchachas, las cuales solo dieron un
profundo respiro de resignación... parecía que esos dos nunca se iban a llevar
bien, cuando una voz chillona llamó la atención de todos los presentes.
- “Sakurita” - dijo débilmente el pequeño guardián
lleno de alegría - “Sakurita estas bien. Lograste vencer a ese sujeto de la túnica
verde... sabía que lo harías...”
- “No Kero” - lo interrumpió su ama - “Yo no la
vencí”
- “¿Qué? Entonces...” - comenzó a buscar con la
mirada y para su total horror la vestimenta verde que llevaba esa chica rubia
era el mismo de la persona que atacó a su querida ama... y muy cerca de ella
estaba Tomoyo - “¡¡¡AAAAAHHHHH!!! ¡Tomoyo aléjate!” - gritó mientras
se escapaba de los brazos de su ama y se interponía entre esta y la inglesa
aunque apenas y se podía mantener a flote - “No te preocupes Sakurita yo no
voy a permitir que...”
- “Tranquilo, ellos son amigos...”
- “¡¿Amigos?! ¡¡Pero si casi nos matan!
- “Bien, creo que fuimos un poco rudos con la prueba”
- murmuró la muchacha con una gran gota en la cabeza, tratando de calmar a la
pequeña bestia del sello... aunque aun seguía en su mente el enorme parecido
que tenía con... - “Pero te juro que nunca les haría daño ni a ella ni a
nadie... por si no te has dado cuenta estas perfectamente bien ¿no?”
Kero abrió la boca para decir algo pero se detuvo y
enseguida comenzó a ver su cuerpo... era verdad, antes de desmayarse estaba tenía
heridas por todos lados, ahora, aunque se sentía un poco débil y había
regresado a su forma falsa, estaba completamente curado. Sorprendido, observo a
aquella muchacha rubia, la cual solo le respondió con una astuta sonrisa y una
cara de “inocencia” que se le hizo extrañamente conocida al pequeño guardián.
- “Esta bien...tienes razón, pero ni creas que confió
en ti, ni en ese otro sujeto” - dijo aun receloso señalando a Brian de forma
algo despectiva, para luego volar hacía su ama y sentarse en su regazo mientras
cruzaba las patitas con decisión - “Eso si, será mejor que comiencen a
explicarnos por qué hicieron todo esto”
- “¿Ustedes saben como ese sujeto... el cazador de
almas creo que lo llamaron, me quitó mis poderes?” - inquirió Li con
impaciencia
- “El hechizo no te quitó tus poderes, más bien los
selló por un corto periodo de tiempo” - contestó Bridget tranquilamente -
“A mi me sucedió lo mismo aquel día en el aeropuerto..... Cuando nos.....
“topamos” por primera vez”
La cara de chino tomó un rojo encendido al recordar el
incidente más embarazoso de su vida, mientras la cara del inglés reflejaba un
verdadero enfado.
- “Si, recuerdo que Brian dijo que la primera vez que
ustedes y Shaoran se encontraron fue en el aeropuerto de la ciudad, el día en
que yo llegué, pero nunca explicaron por qué la señora Wesley no nos dijo
nada de presencia” - recordó la Maestra de Cartas
Los gemelos suspiraron al unísono al recordar ese
momento, en que la oportuna aparición de Carrie, el desinterés de Russell y la
blanda memoria de la japonesa los salvó de un incomodo interrogatorio en el
momento más inoportuno; ambos intercambiaron una mirada para ver quien
comenzaba a relatar lo sucedido aquel día, lo cual se decidió cuando Bridget
hizo un pequeño gesto la cabeza y Brian tomó aire para empezar.
- “El día en que llegaron a Londres, notamos la
presencia de ese sujeto en los alrededores, sabíamos que alguien moriría ese día
y que nosotros debíamos impedirlo” - comentó el inglés haciendo memoria -
“Al ver que no podíamos encontrarlo estúpidamente decidimos separarnos para
buscarlo de manera más rápida”
- “Así es” - confirmó su hermana - “Me adentré
en las salas tratando de que mamá no me viera, y fue entonces cuando sentía la
presencia de aquel ser por unos segundos, pero luego desapareció
repentinamente... al igual que la de mi hermano. ¡Me asusté mucho! No tenia
idea de que hacer y solo atiné a acercarme los ventanales del aeropuerto y
aclarar mis ideas”
- “Entonces yo vi cuando aquella cosa se aproximaba a
Wesley, con su gran hoz alzada; pensé que debía salvarla y por esos...” - a
cada palabra Shaoran bajaba un poco más la voz, mientras movía sus manos
nerviosamente y un color rojo intenso se apoderaba de su rostro - “...por eso
me lance sobre ella y entonces... entonces... este... caímos de una forma no
muy... apropiada” - finalizó deseando que se lo tragara a tierra ante aquel
recuerdo.
- “Si, tu encima de mi hermana, detrás de la fila de
sillas, con tus sucias manos en su pecho”
- “Brian... ese tipo de detalles esta de más” - le
reprochó la inglesa bastante incomoda y con algo de rubor en sus mejillas
- “¿Pero si tu puedes sentir la presencia de ese
sujeto como fue posible que te emboscara de esa manera?” - la interrogó
Tomoyo.
- “Como lo dije antes, el utiliza un conjuro para
sellar los poderes de mágicos de una persona por un corto tiempo, en el cual
somos cualquier otro ser humano y por ende no sentimos su aura ni podemos
realizar ningún tipo de hechizo... estamos completamente indefenso ante ente él”
- “¿Y cuánto tiempo tardaré en recuperarme por
completo del sello colocado por ese sujeto?” - preguntó Li aun sonrojado.
- “Dos o tres días después que el sello es conjurado
se desvanece por completo; así que dentro de poco tiempo estarás al 100% de
tus capacidades” - le respondió la joven con una encantadora sonrisa
- “Ese sujeto es demasiado poderoso...” - se lamentó
Brian - “Ni hablar lo difícil que puede ser encontrarlo”
- “¿Que quieres decir?” - preguntó la hija de
Sonomi - “¿Acaso ustedes no fueron los que salvaron Sakura y Shaoran de él?
¿Porque dices que es muy difícil encontrarlo si lograron llegar a tiempo?”
- “Veras” - acotó Brian - “El Cazador de almas
tiene una presencia extremadamente confusa, que parece que viniera de todas
parte al mismo tiempo y de varias personas a la vez... es como si estuvieras
rodeado por un ejercito; es casi imposible saber donde se encuentra con
exactitud”
- “Pero yo solo sentí una enorme presencia maligna”
- murmuró la antigua Card Captor.>
- “Quizás sea porque solo percibiste de una manera muy
superficial... sabes, entre la lucha tan solo te diste cuenta de las energías
negativas que lo envuelven” - comentó el chico - “Porque en realidad se
trata de un gran conglomerado de presencias de muchas personas distintas... pero
todas contaminadas con el aura maligna de ese sujeto”
- “¿Y por qué no atacan al Cazador de almas de
frente?” - murmuró Kero con suspicacias.
- “Por que sería la forma más estúpida de
suicidarnos” - le contestó el inglés mirando al guardián alga enfadado -
“Mi hermana y yo no tenemos el poder para enfrentarnos al Soul Hunter y tener
una mínima posibilidad de vencer. Es verdaderamente frustrante, nosotros
tratamos de impedir que asesine a inocentes, pero... muchas veces logramos
localizarlo demasiado tarde...” - dijo con amargura antes de posar sus ojos
azules en la Maestra de Cartas con dulzura - “Para ser sincero, la única vez
que hemos tenido éxito ha sido al salvarlos a ustedes”
- “El se apodera de lo poderes de las personas que mata
¿no?” - dedujo Shaoran bastante pensativo.
- “Si, así es... ¿Cómo lo supiste?”
- “Es que hace un tiempo, pude sentir esa extraña
presencia junto a otra mucho más pequeña, esta desapareció y la de ese sujeto
aumentó reflexionó
el chino - “Por eso le llaman Soul Hunter... el debe absorber las almas de sus
victimas y por eso su presencia resulta tan caótica, porque en realidad son
muchas presencias a la vez”
- “¡Vaya! Tal parece que Li es un chico muy
inteligente” - dijo Bridget mientras su hermano hacía un ademán de fastidio.
- “Pero si les es tan difícil saber donde esta con
exactitud... ¿Cómo es posible que llegaras al lugar donde ese sujeto nos
estaba atacando?” - los interrogó Kero bastante desconfiado.
Al escuchar esto, chica de la túnica verde metió la
mano entre el escote se sus ropas y sacó una cadena dorada que colgaba de su
cuello, y de la cual pendía un hermoso dije en forma de lágrima invertida
hecho de una resplandeciente gema transparente, completamente lisa y montada en
intrincado diseño muy parecido a las ramas de una enredadera hecha de finos
hilos de oro, que curiosamente en conjunto tenía el aspecto de una baya
silvestre.
- “Es bellísimo... ¿Acaso es un péndulo?” - comentó
Daidouji admirada.
- “Más que eso es una brújula” - aclaró la joven
inglesa - “Es lo que nos indica donde se encuentra el Cazador de Almas cuando
se manifiesta. Cuando su presencia se hace sentir, comienza a brillar y a
moverse en círculos cada vez más rápido, hasta que nos indica la dirección
en la cual se encuentra y lanza un rayo de luz”
- “¿Si tenías eso por qué no te diste cuenta de que
ese sujeto estaba detrás de ti?” - inquirió Li
- “Porque en ese momento ella no lo tenía, lo tenía
yo” - explicó Brian - “Por eso fue que pude encontrarla. Pero después de
ese incidente se lo di a ella, para que estuviera más protegida en el caso de
que algo así volviera a suceder”
De repente, el recuerdo de la extraña luz que emergía
del tablero cada vez que ese sujeto se hacía presente vino a la mente del
hechicero chino... ¿Acaso tendría algo que ver con ese dije que poseía
Bridget? De todas maneras no mencionó el objeto, aun tenía sus dudas con
respecto a la intención de los Wesley y era mejor mantener ciertas ventajas
sobre ellos.
- “Sin embargo no entiendo que es lo que desea al
atacarlos a ustedes...” - murmuró pensativa la inglesa mirando fijamente a
los dos antiguos Card Captors - “Hoy comprobé que ustedes dos no pertenecen a
las casta de la Orden... sus poderes me resultan sumamente extraños”
- “¿Orden? ¿A qué Orden te refieres? - preguntó
completamente desconcertada la Maestra de Cartas
Los dos hermanos intercambiaron una mirada sorprendida,
realmente no esperaban que ellos no supieran nada sobre eso.
- “¿Realmente no saben nada la Orden...? ¿Ni siquiera
de la Cofradía? - preguntó desconcertado el hijo de Susan.
Los orientales realizaron un gesto negativo con la cabeza
mientras que el guardián de las cartas parecía tan confundido como los demás.
- “No lo entiendo... como es posible que no sepan nada
de esto...”
- “Tal vez si nos explicaran algo sobre esto nosotros
podríamos entenderlo mejor” - intervino la joven de cabellos negros
- “Es difícil de explicar... creo que será mejor
comenzar desde el principio” - indicó Brian recuperándose de su asombro,
mientras buscaba con la mirada algo en el suelo. Al poco tiempo se levantó un
momento para tomar una rama que se encontraba en el piso, muy cerca de donde se
habían sentado y en un pequeño claro de tierra (dejado por la devastadora acción
del monstruo accidentalmente creado por Sakura y Bridget) comenzó a dibujar un
triangulo y sobre este otro invertido formando una estrella de seis puntas, la
cual encerró en un círculo y en cada punta dibujo unos extraños símbolos -
“En total existen seis castas, cada una representando un elemento de la creación”
- dijo señalando cada una de los símboloos a los extremos de las puntas de la
estrella - “Agua, Fuego, Viento, Tierra, Luz y Oscuridad. Cada una controla el
tipo de magia más relacionada con su elemento, por ejemplo yo pertenezco a la
Casta del Agua por lo tanto la mayor parte de los poderes que manejo están
relacionados con este elemento” - miró a los orientales a ver si habían
comprendido y lego continuó - “Este esquema esta basado en la organización
de la más antigua de las ordenes druídicas, La Sagrada Orden del Triskell”
- “¿Triskell? ¿Qué es eso?” - preguntó confundida
Sakura.
- “Para los celtas, el número 3 era la cifra que
expresaba su visión del mundo; su número mágico por excelencia, al que se lo
representaba gráficamente como un "triskell", símbolo solar derivado
de la rueda. El triskell presenta la doble espiral de fuerzas que se
contraponen, característica del Yin Yang, pero, además, contiene una tercera
espiral que se considera el aporte celta a la diferencia entre la espiritualidad
de Oriente y la de Occidente. Esta tercera espiral es el ser humano, que para
nosotros es un elemento tan importante como los otros dos”
- “Y esto forma un equilibrio...” - concluyó Shaoran
- “No, no es así” - corrigió Bridget - “Crea una
dinámica, una interacción entre todos los elementos que da como resultado una
evolución constante, esto es lo que mantiene al universo y da origen a nuestro
mundo. Para nosotros el equilibrio total entre las partes da un movimiento neto
de cero, por lo tanto un estancamiento de las energías que más que favorecer
traería desgracias al mundo”
- “Eso sería un caos” - inquirió Li
- “No lo es” - le contestó Brian - “Claro que hay
un movimiento de energías y que estas nunca deben estancarse, sin embargo lo
hacen de una manera ordenada y continua, a la vez que cambian muy lentamente, si
este se diera rápidamente o de manera caótica y desordenada ocurren
desastres”
- “Para nosotros el ser humano es un elemento tan
importante como los otros dos, un ser con la capacidad de escoger el camino que
ha de recorrer, ya sea el del bien o el del mal, a diferencias de los orientales
quienes creen que el hombre es ínfimo y que se encuentra a merced de estas dos
fuerzas” - acotó la hechicera de los vientos - “Por eso nosotros creemos
que no existe nadie totalmente bueno, ni nadie totalmente malo, siempre habrá
algo de maldad y bondad en el corazón de una persona. En esta filosofía es que
se fundamenta la Orden”
- “Entre el blanco y el negro existen diferentes tonos
de gris...” - murmuró Tomoyo pensativa, para luego agregar sonriente - “Ya
comienzo a comprender lo que quieren decir”
- “Entonces... eso quiere decir que hasta el Soul
Hunter puede ser una buena persona” - concluyó la Maestra de Cartas.
- “No Sakura, te equivocas” - le corrigió Brian -
“El hecho de que una persona malvada tenga aunque sea un poquito de bondad en
su corazón no quiere decir sea recuperable, ya que los seres humanos tienen la
facultad de elegir cual camino tomar y nadie puede evitar este hecho si la
persona esta convencida de que ese es el mejor camino”
La hija de Fujitaka bajó la cabeza algo consternada
cuando repentinamente el recuerdo de lo dicho por uno de los hombres que se
encontraban en la plaza el día después de su encuentro con el portador de la
hoz vino a su mente... “Es verdad, han sucedido cosas muy extrañas en el país
desde ese día”
Ese día...
El día en que descubrieron el Arca de Salisbury
- “Disculpen” - dijo tímidamente la japonesa -
“Estaba pensado y... les puede parecer una tontería, pero... ¿El Arca de
Salisbury tendrá algo que ver en todo esto?”
- “En realidad... el Arca de Salibury el centro de todo
esto, Sakura” - murmuró la joven inglesa - “Y el Soul Hunter va tras
ella”
- “¡¿Quieres decir que mi papá puede estar en
peligro?!” - se alarmó la menor de los Kinomoto confirmando sus peores
temores, al tiempo que veía la excesiva tranquilidad con que los gemelos
tomaban un asunto tan importante - “Parece que no les importara...¿No es esta
preocupados por la señora Susan?” - les recriminó la japonesa
- “¡¡Por su puesto que si!!” - saltó la rubia algo
ofendida, para luego agregar con profunda frustración - “Pero no sabemos como
alejarla de esa cosa, es decir, es el sueño de su vida participar en un
descubrimiento tan trascendental como ese... Mamá no tiene idea de lo peligrosa
que es el Arca y más cuando el Soul Hunter esta tras ella” - sus ojos se
llenaron de profunda tristeza al continuar - “Lo intentamos todo para
quedarnos en Oxford cuando trasladaron el Arca a Londres, sin embargo fue en
vano, ella piensa que la razón era nuestro padre...”
- “Bien, sabemos ese sujeto esta muy interesado en el
Arca de Salisbury ¿Qué guarda la dichosa Arca?” - los interrogo Li
- “El ser más terribles de todos Li, un ente de maldad
pura” - le contestó Brian muy serio - “Un ser sin piedad, sin la capacidad
de sentir un mínimo de afecto por nada ni nadie, que se maneja bajo el único
fin destruir todo lo que encuentre en su camino”
- “¿Pero no acaban de decir de que no hay nada
totalmente malo?”
- “Por eso, es que ese ser debe ser destruido. Es una
aberración, un ser que va contra las reglas de todo lo establecido y el cual
tiene la capacidad de destruir el equilibrio dinámico que mantiene a nuestro
mundo. Su existencia representa un peligro demasiado grande”
- “¿Y cómo saben lo que esa cosa duerme dentro del
Arca? - comentó Kero bastante suspicaz.
- “Bien, existe una leyenda... no, más bien es una
profecía que explica más o menos todo lo que sucedió, lo que sucede y sucederá
hasta el fin de la Orden” - explicó Bridget, cuando repentinamente su vista
se nubló un poco, pero después de parpadear un par de veces volvió a la
normalidad, por lo que prosiguió la charla - “Pero es difícil de comprender
ya que la mayor parte del escrito esta en gaélico antiguo, una lengua muerta
(4), y ésta a su vez se expresa en metáforas muy complicadas de interpretar.
Además algunas partes están traducidas a nuestro idioma en especial algunos párrafos
de la mitad, muy pocos del principio y ninguno del final” - La joven hizo una
pausa y observó a la antigua Card Captor con atención - “Y creo que tu eres
parte de ella... La estrella de Este” - finalizó con una pequeña sonrisa
- “¿Yo?” - preguntó visiblemente consternada.
- “¿Sakura?” - dijeron al unísono Kero, Tomoyo y
Shaoran.
La joven inglesa se limitó a asentir, mientras su
hermano parecía intentar recordar algo.
- “En el anochecer de los tiempos...” - murmuró con
seriedad el joven - “estrellas brillantes colmaran los cielos, cosuelo de los
sufrimientos que han de venir, pero ninguna más brillante y hermosa, que
aquella que del Este a de surgir, por el mismo camino que el pequeño lobo ha
recorrido, con el ímpetu de las tormentas ha aparecido, en tierras
desconocidas, para marcar su destino, en un lugar ajeno al que a nacido” -
luego miró a su hermana algo desconcertado - “¿Y eso que tiene que ver con
Sakura? Ok, ella vino del Este, es japonesa, pero de resto no tiene nada en común,
si es por eso incluso podría estar hablando de Tomoyo”
- “¿Quieres apostar hermanito?” - dijo al tiempo que
sacaba una carta de su manga y le mostraba el reverso en el cual se apreciaba un
complicado diseño del cual destacaba una estrella para la completa sorpresa
Brian.
- “Esa es la carta Windy” - comentó Kerberos, para
luego agregar visiblemente enfadado - “¿Qué haces con ella? Solo Sakura
tiene derecho a tocar esas cartas”
- “Se le cayó a Sakura después de que terminó la
lucha” - musitó encogiéndose de hombros, para después poner toda su atención
en la carta que tenía en la mano - “Es la primera vez que veo algo como esto,
se puede sentir que son artefactos muy poderosos...” -murmuró mientras
acariciaba la superficie de la Card, produciendo que los lugares donde la punta
de sus dedos y las áreas en los que el objeto tenían contacto brillara con una
misteriosa luz verde, sin embargo esta era mucho más débil que cuando la había
tocado anteriormente; ella sabía muy bien el porque, pero prefirió guardar
silencio, no quería angustiar a su hermano por algo que tal vez no ocurriría -
“Y no entiendo porque reacciona de esa manera cada vez que la tocó... ¿Acaso
tu las creaste, Sakura?”
- “En realidad no, yo no lo hice”
- “Pero tiene tu nombre y el símbolo que apareció a
tus pies cuando estábamos luchando... incluso pensé que tu habías creado ese
pequeño animal” - comentó confundida señalando la forma falsa del guardián
de la Luna
- “Si, pero yo solamente convertí unas cartas ya
creadas por alguien más para que pudieran adaptarse a mi magia”
- “Entonces... ¿Quién habrá creado este tipo tan...
peculiar de objeto mágico?” - se preguntó Brian examinando con la vista la
Card
Antes de que Li o Kinomoto pudieran decir una palabra, el
pequeño guardián de las Cartas Sakura se colocó justo en frente de los dos
occidentales con cierto aire arrogante, flotando en el aire mientras comenzaba a
hablar con un tono muy teatral.
- “Por supuesto que el mago más poderoso de todos los
tiempo, el amo de las artes mágicas, el señor de los hechizos, el todopoderoso
poseedor de los más antiguos secretos de oriente y occidente, el único, el
inigualable, el extraordinario, el excepcional, el creador de las cartas y un
servidor... ¡EL MAGO CLOW!”
Los ingleses parpadearon un par de vez ante tal
despliegue de halagos, para luego mirarse las caras con un montón de signos de
interrogación alrededor de su cabeza.
- “¿Y ese quien es?” - dijeron los gemelos al unísono
Los orientales presente y el guardián de las cards se
cayeron de la impresión
- “¿¡¿¡¿¡Cómo es posible que no sepan quien es
el mago Clow!?!?!?” - les gritó enfurecido Kero con una enorme vena en la
cabeza, apenas se reincorporó.
- “Pues ni idea de quien es....” - le contestó Brian
encogiéndose de hombros - “Por un momento pensé que ibas a decir el mago
Merlín o David Coperphil” - dijo con un poco de burla - “Para nosotros ese
Clow es un perfecto desconocido, así que no creo que sea tan poderoso como
dices”
- “Como te atreves a...” - dijo con furia el guardián
del sol, y justo cuando se disponía a cerrarle la boca al occidental su dueña
lo tomó de las alas y lo llevó hacía ella tomando lo fuertemente entre sus
brazos para evitar una inminente pelea.
- “¿Saben que pasaría si lo que esta dentro del Arca
fuera liberado?” - preguntó Sakura mientras la Bestia luchaba por liberar se
su cautiverio.
Bridget parecía completamente ensimismada en sus
pensamientos, como recordando algo, mirando a la nada, mientras en sus ojos se
reflejaba el miedo que le producía aquella frase.
- “El terror se esparcirá por el mundo, cuando el
viento desgarre la carne, la tierra devore a los pueblos, el fuego nos consuma
hasta los huesos y los ríos se alimenten de sangre... ¡Llorad cuando el terror
sea liberado! Porque esta tierra no será suficiente para enterrar a nuestros
muertos” - murmuró la joven.
Un incomodo silencio se apodero del lugar...
Aquellas palabras eran tan... crudas y atemorizantes.
Nadie sabía que decir, y en realidad nadie tenía deseos de opinar sobre el
asunto hasta que finalmente Brian decidió tomar la palabra.
- “Les hemos dicho todo lo que sabemos con respecto a
este tema...” - dijo en tono bastante serio mientras se colocaba de pie -
“Además esta semana muy ajetreada, tomaremos el domingo para descansar y
seguiremos hablando el Lunes”
Sin más que decir extendió su mano hacia su hermana
para ayudarla a pararse, ambos se alejaron del lugar donde habían conversado
con los orientales desapareciendo tal como lo habían hecho aquella vez cuando
lucharon con el portador de la hoz.
OOOOOOOOOOOOOOOOOOO
Lunes
por la mañana...
La vida en la universidad era, cuando menos, rutinaria.
Touya acababa de salir de la última clase antes de la
hora del almuerzo y lo único que quería era mantener su mente ocupada para no
pensar en el asunto de del taxista asesinado y el sicótico que andaba suelto en
la ciudad, que para su total desgracia, lo hacia pensar en aquella pesadilla.
Para ello se había armado con un pesado libro de medicina que encontró en la
biblioteca, así podría estudiar y distraerse de sus problemas al mismo tiempo;
la verdad esto no era fácil, antes de salir había escuchado en el noticiero de
la mañana que un muchacho de 16 años fue encontrada muerto en su casa en
condiciones muy similares a otras 11 victimas a lo largo de un mes, todas
asesinadas a puñaladas, con largos y profundos cortes en todo el cuerpo. Hasta
ahora no habían encontrado ninguna evidencia, ni siquiera estaban seguros de
que tipo de arma utilizaba el asesino para matar y la opinión pública estaba
comenzando a impacientarse por la falta de respuestas concretas por parte de la
policía.
Mejor no pensar en esas cosas... lo único que hacían
era preocuparlo sobre manera y en realidad no podía estar seguro de nada...
Aunque sea por ahora.
El muchacho caminaba por los pasillos en medio de la
multitud de personas pertenecientes a las diferentes facultades que salían de
sus clases y se dirigían a diferentes sitios; muchos de ellos conversaban
animadamente, otros sencillamente pasaban en silenció como lo hacía él; la
verdad es que no tenía a nadie con quien hablar, en ese tiempo no había hecho
un solo amigo o por lo menos un compañero agradable que compartiera alguno de
sus intereses. Dirigió una discreta mirada a un grupo de muchachos que reían a
carcajadas y continuaban charlando animadamente mientras disfrutaban enormemente
del momento, y no pudo evitar sentir un poco de envidia.
Sabía perfectamente que su carácter era bastante
reservado y no muy sociable, siempre le había costado hacer amigos debido a que
generalmente parecía antipático, en ocasiones cortante y hasta sarcástico, y
esto muchas veces alejaba a la gente. Desde que llegó a Londres había pasado
la mayor parte de su tiempo con su familia, más que todo con su hermana pequeña,
visitando algunos lugares turísticos, pero después del inicio de clases su
vida transcurría de la casa a la universidad y de la universidad a la casa en
completa soledad...
Como desde hacía 4 años, cuando Yukito se fue.
Los recuerdos del mayor de los Kinomoto se vieron
interrumpidos repentinamente, haciendo que se detuviera en seco en la mitad de
uno de los pasillos de la universidad al percibir algo...
Una presencia extraña, que había sentido un par de
veces antes, era muy densa, y pesada, llena de sentimientos negativos....
Tristeza, angustia, dolor... pero todos muy bien
escondidos, aunque se podía notar y distinguir vagamente...
Esto ya había sucedido antes, desde que entro a la
universidad por primera vez, y cada día aquella presencia se hacía más
fuerte, como insistiendo en que le prestara atención: muchas veces lo seguía
por los pasillos o por los jardines de la institución, movía levemente objetos
cercanos a el cuando se hallaba solo en la biblioteca y en algunas ocasiones
lanzaba con rudeza los libros contra el suelo, lo que le había ganado
injustamente la fama de “torpe” entre la bibliotecaria y algunos compañeros
que con frecuentaban el lugar. Sin embargo, aquel ente jamás había dado la
cara
Y para ser sinceros esta situación comenzaba a
fastidiarlo, así que lo mejor sería comunicarse con él y averiguar que
demonios era lo que quería para que lo dejara en santa paz.
El resto de los estudiantes continuaba caminando con
normalidad, mientras Touya se ocultaba un poco en la esquina de un pequeño
corredor que conducía al baño de hombres, se apoyó en la pared y permaneció
parado, con los ojos cerrados y en completo silencio, tratando de descifrar de
donde provenía aquella presencia. Comenzó a percibir como una extraña fuerza
comenzaba a envolverlo lentamente, adormeciéndolo ligeramente, tuvo la sensación
de que algo arenoso y húmedo rozando la piel de su rostro y manos, al tiempo
que oía claramente todo lo que sucedía a su alrededor: cada paso de la gente a
su alrededor, cada murmullo y risa de las conversaciones, el sonido de las páginas
de libros y cuadernos al ser movidas, el salpicar de el agua de un bebedero
cercano, los cierres de los morrales abrirse o cerrarse, el rechinar de las
puestas al ser cerradas, su propia respiración y el latido rítmico y fuerte de
su corazón...
Una brisa gélida golpeaba su rostro.
El sonido de unos pasos que se anteponía sobre todos los
demás ruidos.
Una extraña silueta se acercaba frente él en medio de
la oscuridad de su propia ceguera...
- “Fiann...” - se oyó un murmuró espectral y
profundo, parecido más al silbido de una serpiente que a una palabra.
Touya despertó repentinamente de su trance encontrándose
de nuevo con los confusos ruidos de la universidad, estaba algo aturdido con lo
que acababa de sucederle...
La presencia se dejó de sentir de un instante a otro,
hasta perderse por completo en los pasillos de la universidad. El muchacho se
quedó quieto y pensativo... nunca había escuchado esa extraña voz... Podía
deberse espíritus atormentados, después de todo el edificio no era muy nuevo
que digamos y Londres hacía gala de una amplia colección de fantasmas de todas
las épocas.
Sin embargo algo le decía que esto no era normal...
bueno, lo que entraba entre los límites de particularmente él llamaba
“normalidad”
Continuó su camino hacía la café mientras trataba de
comprender lo que acababa de sucederle, y una vez comprada la comida buscó un
asiento en la concurrida cafetería, a lo lejos divisó una mesa vacía y sin
perder más tiempo se sentó, puso el libro de un lado y comenzó a comer
mientras leía.
- “Disculpe ¿Este puesto esta ocupado?” – preguntó
repentinamente una voz femenina.
- “No” – respondió con indiferentemente y sin
siquiera voltear.
- “¿Y no le importa que traiga un par amigos?”
- “No”
- “Bueno, gracias. ¡Oigan, encontré una mesa!”
- “Vaya, por un momento pensé que comeríamos
parados” – dijo una voz afable, que se acercaba al lugar.
El japonés casi se atraganta con un trozo de carne al
escuchar aquella voz que sin duda conocía muy bien.
Pero era absurdo, él no podía estar en Inglaterra... ¿Verdad?
- “Tu podrías comer de cabeza con tal de comer” –
comentó otra voz masculina con burla.
- “Es que tengo buen apetito”
- “¡No me digas! A veces creo que comes por dos...”
- inquirió de nuevo el otro hombre - “Innsisto, no es normal que comas el
doble que yo y no engordes ni un gramo; deberías hacerte unos exámenes para
estar seguro de que no tienes parásitos intestinales o una mala absorción de
los nutrientes o...”
- “Ya déjalo Joe. Él solo tiene un metabolismo rápido,
ya quisiera yo comer todo lo que me gusta y no engordar...” - se lamentó la
mujer.
Touya no podía ni moverse, todavía le parecía increíble
que esto le estuviera pasando a el. Levantó la vista del texto con lentitud.
Ante él estaban tres personas: una mujer de cabello castaño, corto, ojos
pardos y de estatura media; el otro era un hombre muy alto, fornido, de cabello
castaño y extraños ojos violetas, pero el que realmente llamó su atención
fue aquel sujeto de cabello plateado y ojos marrones, que usaba lentes y de
expresión extremadamente serena. Se quedó boquiabierto por unos segundos
mirando a aquel trío; estaba tan sorprendido que no notó cuando los cubiertos
se le resbalaron de las mano y cayeron aparatosamente sobre el plato causando
mucho ruido.
Las tres personas voltearon a ver al sujeto sentado en la
mesa.
- “Yuki ¿Eres tu?” - se atrevió a preguntar
finalmente el hermano de Sakura
El aludido le miró asombrado al reconocer a su viejo
amigo de la secundaria; pero más que estar dichoso parecía estar horrorizado
con su presencia, al punto de que la bandeja con 4 platos de almuerzo casi se le
cae, si no fuera por una rápida reacción de sus reflejos para evitarlo. De
repente, todo lo ocurrido anteriormente comenzaba a tomar sentido en la cabeza
del joven Tsukishiro mientras observaba a un expectante Touya, el cual esperaba
algún comentario de parte de su viejo amigo, al igual que los dos acompañantes
de la falsa identidad del guardián de la luna, los cuales se veían bastante
sorprendidos por su actitud; al ver que era el centro de atención y para evitar
preguntas embarazosas sobre su conducta, decidió guardarse sus preocupaciones
para otro momento y aparentar estar muy alegre por aquel encuentro.
- “¿Touya? Realmente eres tu” - dijo Tsukishiro
tratando de parecer entusiasmado – “¡No puedo creer que este aquí!”
- “Yo tampoco” – murmuró su viejo amigo todavía
desconcertado.
- “Vaya, no tenia idea de que se conocieran” –
comentó la mujer
- “Ah, sí. El es mi mejor amigo de la preparatoria
Touya Kinomoto. Touya, ellos son Charlotte Wood y Joseph von Slin... no, no era
así, Scha...” – luego de intentarlo varias veces agregó un poco apenado
– “Lo siento Joe, todavía no se pronunciar tu apellido”
El hombre suspiró con resignación.
- “Es Von Schlegel. Supongo que eso es lo malo de tener
un apellido con más consonantes que vocales; nadie lo sabe pronunciar, ni
escribir, ni deletrear...” – suspiró con estoicismo el muchacho, para luego
dirigirle un gesto jovial al recién llegado - “Mucho gusto en conocerte
Kinomoto” - saludó extendiéndole la mano, después de dejar su bandeja de
comida en la mesa.
- “Igualmente”
Sin embargo al estrechar sus manos la expresión en
principio cordial de Joseph, se petrifico en cuestión de segundos y se le quedó
observando a Touya fijamente por unos instantes, como examinándolo
detenidamente, con el seño fruncido y sus ojos extraños ojos violetas
brillando con una luz algo siniestra. Kinomoto se comenzó a incomodar con esta
actitud, no solo con la insistente e inquisitiva mirada de ese sujeto, sino
también por aquella atmósfera pesada y densa que se empezaba a formar a su
alrededor... y curiosamente muy parecida a la que había sentido en el pasillo
unos minutos atrás.
Muy lentamente separaron sus manos en medio de la tensión
producida por el momento. El japonés volvió a sentir la misma extraña textura
arenosa y húmeda entre sus dedos.
- “Deberías lavarte las manos antes de comer y más si
estuviste manejando tierra” - dijo en tono serio mirando las manchas marrones,
húmedas y de textura arenosa que se apreciaban en su mano
- “Pero si yo no he...” - intentó decir extrañado,
pero al ver sus manos impregnadas de barro y al recordar lo sucedido en el
pasillo prefirió no discutir - “Si, tienes razón, ahora vuelvo”
Touya se levantó de la mesa aparentemente muy perturbado
por todo lo que le había ocurrido aquella mañana, y se dirigió al baño muy
confundido ¿Cómo era posible? Sus manos estaban limpias cuando compró la
comida... Necesitaba unos momentos a solas para poder pensar con más claridad,
eran demasiadas cosas al mismo tiempo como para asimilarlo todo y peor aun, la
presencia de aquel ente se hacía cada vez más fuerte a medida que se alejaba
de la mesa donde se encontraban los otros; con el rabillo del ojo pudo ver a una
silueta difusa de lo que aparentaba ser una persona, la cual caminaba algo
alejada de él pero en moviéndose en la misma dirección.
- “Supongo que habrás sido tu el que lo hizo...Estas
decidido ha hacer mi vida miserable ¿verdad?” - murmuró el japonés enojado
ante la completa indiferencia de aquel fantasma.
Por otra parte, la mirada amenazante y extraña de Von
Schlegel no dejaba de seguir al muchacho a medida que se alejaba del lugar,
mientras Yukito solo se limitaba a observar la escena en completo silencio,
consumido por la angustia y la confusión ¿Qué rayos estaba sucediendo?
- “¿Qué pasa?” - murmuró con cierta preocupación
la muchacha que lo acompañaba ante la extraña actitud los dos hombres.
– “Yo lo he visto antes...” - dijo finalmente Von
Schlegel tono de voz muy serio, y con la punzante mirada de sus ojos violetas
clavada en el hermano de Sakura
OOOOOOOOOOOOO
Sentir como el agua fría corría por sus manos era
agradable, y al tiempo que refrescaba sus manos el cristalino líquido iba
arrastrando consigo los últimos restos de tierra. Dejó el grifo abierto por un
rato, mientras se perdía en sus pensamientos, tratando de ordenarlos para que
tuvieran algo de sentido.
Lo primero que vino a su mente fue la penetrante mirada
de es tipo... Joseph, si no recordaba mal. En un principio le pareció una
persona bastante amistosa, pero luego, por alguna razón se tornó bastante
serio y distante justo en el momento en que estrecharon sus manos y esas manchas
de barro aparecieron de la nada... lo cual era bastante extraño... Aunque también
podía ser uno de esos sujetos obsesionados con la limpieza.
Si, tal vez era eso.
Pero ahora que lo analizaba... el sujeto le era conocido,
si.... su cara le era familiar.
¿Pero de dónde?
Touya se restregó la cabeza con una mano, lleno de
frustración.
¿Y que demonios importaba? Solo saldría de allí, iría
hasta la mesa donde se encontraban todos, diría que se resbalo en los jardines
de la universidad y por eso se manchó de lodo, como tenía prisa compró la
comida sin ir antes a lavarse y... ¡listo! Eso fue lo que sucedió. Auque claro
esta, le luego le contaría la historia verdadera a Yukito, porque seguramente
el no le creería una palabra de todo lo anterior.
Sin embargo...
La forma en que Tsukishiro lo recibió fue tan... fría.
A pesar de que intentó aparentar que estaba feliz por su rencuentro, él se
pudo dar cuenta de que fingía, era como si deseara que no estuviera allí.
Acaso.... ¿Abría cambiado en estos 5 años?
Tal vez solo eran ideas suyas... ¡Claro, eso tenía que
ser! Yukito Tsukishiro siempre sería el ser más amable, comprensivo y paciente
de toda la faz de la tierra, tal vez solo a tenido un mal día; y Joseph solo se
le parecía a algún compañero de clases de Japón o tal vez de alguno de sus
colegas de los diferentes trabajos que había tenido para ganar un poco de
dinero y no depender tanto de su padre. Lo que sucede es que estaba algo
nervioso por esas pesadillas que había tenido últimamente, el cambio de
ambiente después del viaje y la intromisión de ese estúpido espíritu en su
vida, por eso es que sus pensamientos estaban tan confusos últimamente.
Pero si era así... ¿Por qué no dejaba de sentirse tan
desdichado, triste y enfadado consigo mismo?
Tomó un poco de agua entre sus manos y enjuago su cara,
como si tratara de despertar de un sueño. Se miró en el espejo, mientras
gruesas gotas de aquel líquido corrían por su rostro, intimando de creerse él
mismo la explicación más “lógica” que se le había ocurrido en ese
momento, para poder tranquilizarse, almorzar y continuar con su ajustado horario
de clases.
El rugido de su estomago le recordó la hora del almuerzo
y la comida que había dejado en la mesa de la cafetería; se secó la cara y
las manos, se dirigió a paso acelerado a la puerta del lavado y pudo apreciar
que la presencia de aquel fantasma se había desvanecido nuevamente para su
total complacencia... por lo menos no tendría que aguantar sus caprichos por un
rato. Sin más motivo para quedarse en ese lugar, salió hacía la cafetería en
silenció y sin saber que esperar.
OOOOOOOOOOOOO
La fila parecía interminable, y lo más desesperante era
ver como los postres iban desapareciendo uno a uno a medida que pasaban las
personas frente al mostrador del cafetín. Se puso de puntillas y contó las
personas que le faltaban para llegar hasta el cajero y el número de pasteles de
chocolate que aun quedaban. Eran 6 pasteles y 6 personas contándose ella misma;
así que si cada una compraba uno, ella tendría ese delicioso postre en sus
manos... eso si es que a alguien no se le ocurría comprar dos o se acercaba
otro tipo a la fila y le pedía a un amigo que le comprara uno...
- “...Y dos tortas de chocolate, por favor” - dijo el
muchacho que se encontraba una persona delante de ella.
¡¡¡Nooooooo!!! ¡¡¡¡No era justo!!!! Ya no podría
tener su ansiado postre... la especialidad del cafetín y casi legendario en
toda la universidad por ese delicado y fresco sabor, esa textura esponjosita, la
crema dulce, suave, de impecable color blanco con la que rellenaban una franja
en la mitad del pastel, más esa exquisita cubierta de chocolate fundido....
¿Y todo por qué? Porque el estúpido tragón que tenía
en frente no podía conformarse con uno... noooooo.... ¡¡¡tenía que comprar
dos!!! ¡¡Eso debería ser ilegal!!
- “Una ensalada César y un agua mineral, por favor”
- escuchó decir a la mujer que tenía en frente.
- “Mandy ¿Sólo eso vas a comer?” - le preguntó su
amigo, que esperaba cerca de la caja con la bandeja de comida en la mano y los
dos trozos de postre en una de las esquinas- “Pero si el pastel de chocolate
es tu favorito”
- “Es que estoy a dieta” - le respondió la aludida.
Esas palabras eran como música para sus oídos; se tuvo
que controlar para no empezar a dar brincos de alegría por todo el lugar, pero
a un así se le notaba a kilómetros su cara radiante de felicidad y aquella
sonrisa de oreja a oreja. Realmente nunca pensó que la palabra “dieta”
pudiera hacerla tan feliz y mucho menos que ésta estuviera relacionada con
obtener algo con TANTAS calorías como un pastel de chocolate con crema....
pero... ¿quién le importan las calorías? Comer era uno de los más grandes
placeres de la vida y no se va a privar de algo como una torta.... aunque después
tuviera que quedarse media mañana en el gimnasio para no rodar en vez de
caminar...
Tan solo tenía que esperar a que la muchacha que tenía
en frente terminara de pagar y ese trozo de pastel sería suyo.
Sólo unos segundos más y...
Alguien la tomó del brazo, sacándola de la fila antes
de pudiera hacer nada. Ni corto ni perezoso, el sujeto que estaba detrás de
ella tomó su lugar y sin más pagó su almuerzo (pastel de chocolate incluido)
y se fue muy contento ante la impotente mirada de la muchacha, la cual solo pudo
ver como comenzaba a comerse SU postre, saboreando cada pedazo con gran
placer...
¡¡¡¡¡Era como si le estuviera restregando en la cara
que él lo tenía y ella no!!!!
- “¡Cecile! Te he estado buscando por todas partes”
- dijo una voz que ella conocía muy bienn.
Se volvió a ver a la persona que acababa de hablarle muy
lentamente, con una mirada mortífera reflejada en sus ojos castaños,
especialmente dirigida a aquella muchacha que estaba a su lado con una sonrisa
de oreja a oreja y la que parecía no darse cuenta de que estaba verdaderamente
furiosa.
- “Espero que esto sea algo MUY importante Nakuru
Akizuki” - murmuró en tono amenazante.
La falsa identidad de la guardiana ni se inmuto ante el
comentario de la chica, la cual un poco más baja que ella, piel morena, cabello
negro y rizado, con grandes ojos castaños. Era su mejor amiga desde que volvió
de Japón, su compañera de aventuras y confidente y hasta cierto punto una de
las pocas personas que tenían la paciencia y la energía para aguantarla.
- “¿Acaso no lo sientes?” - dijo haciendo caso omiso
a su compañera
- “¿Sentir qué?” - preguntó enfadada.
- “¿No lo percibes en el aire?” - insistió su compañera
- “¡Es él! ¡¡¡Estoy completamente seguraa de que es él!!!” - casi gritó
con jubilo.
- “¿Hablas de un chico?”
- “¡¡¡SI!!”
Al recibir esta respuesta de su muy risueña amiga una
gran gota se formó en su cabeza.
- “Ya sabía que este día llegaría, ya hasta puedes
oler a los hombres a distancia...” - comentó con resignación la morena.
Antes de que pudiera hacer algo Nakuru la tomó
nuevamente del brazo y prácticamente la arrastro por el cafetín hasta llegar
al otro lado de la misma, donde había una infinidad de mesas todas repletas de
personas y el barullo de las conversaciones retumbaba por las paredes haciendo
casi imposible hasta escuchar su propio pensamiento. Una vez allí la identidad
falsa de la guardiana comenzó a ver a todos lados, como buscando algo.
- “¿Dónde esta? ¿Dónde esta?” - murmuraba ansiosa
- “Se que esta aquí, pero no lo veo”
Cecile la miraba de reojo con cara de fastidio. Aun que
por lo general Akizuki iba detrás cualquier sujeto que tuviera buen aspecto,
ella conocía perfectamente el tipo de hombre que le gustaba a su amiga:
atractivos, varoniles, de piel morena y cabellos oscuros, altos, del tipo atlético
y de preferencia asiático; en cuanto a la personalidad.... por alguna extraña
razón trataba de que fueran antipáticos, muy callados y en términos generales
poco sociables... ¿Sería porque polos opuestos se atraen? Cuando encontraba
uno con estas características lo acosaba día y noche hasta que por cansancio o
porque realmente le empezaba a gustar Nakuru, se hacía su novio, pero siempre
que la relación comenzaba a marchar sobre ruedas, ella lo dejaba sin mayor
explicación que “necesito mi espacio.... bla, bla, bla.... será mejor que
nos demos un tiempo para pensar mejor las cosas... bla, bla, bla... por lo que
será mejor separarme de ti”... y después se buscaba otro; así que tenía
una amplia colección de corazones rotos, desde la preparatoria hasta la
universidad.
Nunca entendió por qué hacía este tipo de cosas...
Hasta el día de hoy.
Entre la multitud vio a un muchacho que reunía todas y
cada una de las características físicas que buscaba Nakuru en un chico ¿Sería
este el chico que su amiga prácticamente olfateó en el aire? Lo curioso es que
estaba es que se dirigía hacía la mesa donde se encontraban Yukito, Charlotte
y Joe... aunque este último parecía no agradarle mucho el recién llegado.
- “¿Por casualidad no estarás buscando al hombre que
esta sentando en la mesa de Yukito y los demás?” - murmuró señalando
discretamente hacia la mesa, mientras se preparaba para el grito de jubilo, pero
al no recibir respuesta volvió a preguntar - “¿Es él Nakuru?... ¿Nakuru?”
- miro a los lados al ver que se amiga nno contestaba... solo para encontrarse
completamente sola.
De repente vio a la chica de largo cabello castaño
aproximarse a grandes zancadas al lugar que ella le había indicado; por lo
visto si la había escuchado, pero no perdió tiempo en responderle y se fue de
una vez a la casería de su nueva “presa”.
- “Oh no... aquí vamos de nuevo” - dijo con pena
ajena al ver como su vieja amiga se parecía tomar impulso para saltar sobre
aquel pobre hombre.
OOOOOOOOOOOOOOO
Yukito
comía con inusual lentitud su almuerzo, llevándose a la boca el tenedor con un
trozo de lo primero que encontraba en el plato; su mirada se perdía en el
infinito completamente ajeno a lo que ocurría a su alrededor. El ruido de un
vaso al chocar contra el suelo lo trajo nuevamente a la realidad y vio a Touya
sentado justo frente a él (no se había dado cuenta de que había llegado) con
una actitud bastante retraída, al tiempo que tenía una pequeña conversación
con Charlotte, quien intentaba por todos los medios bajar la tensión acumulada
en el ambiente aunque Joseph no dejaba de lanzarle miradas suspicaces a su viejo
amigo.
¿Por qué?
¿Por qué él se encontraba en Londres? Dios, si tan
solo se hubiera quedado en Japón...
Pero ahora que lo pensaba, el hecho de que él estuviera
aquí no tenía que significar que la pequeña Sakura estuviera aquí ¿Verdad?
Tal vez solo se encontraba por los estudios, alguna beca que haya ganado en Japón
o algo así, mientras su padre y hermana aun permanecían en Tomoeda.
Y sin embargo aun no podía estar tranquilo, si sus hipótesis
eran ciertas eso significaba que la joven Maestra de cartas estaría al cuidado
exclusivo de Kerberos... no era que desconfiara de él pero... no estaba seguro
de que el la bestia guardiana pudiera con esa responsabilidad solo, en el caso
de que un verdadero peligro amenazara a su ama.
Recordó lo sucedido hacía unos días, cuando sintió
que su cuerpo estallaría en pedazos y el símbolo de la estrella se formó a
sus pies, era claro para el que Yue estaba intentando romper el sello que lo
mantenía dormido en su interior, y esto solo podía significar dos cosas: o
Sakura estaba en grave peligro en ese momento o su magia había disminuido
demasiado debilitando el sello realizado por ella hace años.
Apoyó la cabeza en su mano con gesto preocupado.
¿Cómo era que su vida hace un mes tranquila se había
convertido en un infierno de preocupaciones?
- “Ya recuerdo quien eres” - dijo repentinamente Joe
llamando la atención de todos - “Si... Tu eras el loco que estaba en la Torre
de Londres con una niñita de ojos verdes”
Yukito palideció ante la frase “niñita de ojos
verdes”, su última esperanza, la de que Touya hubiera venido solo a Londres,
se había desvanecido por completo; ya no tenía duda, su pequeña Sakura estaba
en la ciudad.
Antes de que Kinomoto pudiera asimilar esa frase sintió
una presencia, que sin duda conocía muy bien, acercarse por detrás... un
escalofrío recorrió su espalda y un sudor frío comenzó a correr por su
frente, realmente no tenía el valor de voltearse y confirmar sus más terribles
presentimientos
- “¡¡¡¡¡¡TOUYA!!!!!”
Joseph, Charlotte y Yukito, solo pudieron ver una la
chica de largo cabello castaño saltar como una leona al ataque sobre un
indefenso Touya, el cual lucía bastante pálido y con una cara de horror con la
que parecía decir “por favor... díganme que no es cierto”
¡¡¡¡PLAFFFFF!!!!
- “Touya, no puedo creer que estés aquí ¡Es como un
sueño hecho realidad!” - decía con alegría Nakuru, mientras se aferraba a
su cuello aun más de lo que estaba, impidiéndole respirar al muchacho - “¿Tu
no estas feliz de verme de nuevo Touya?... ¿Touya?”
Al ver que no había ni la más mínima respuesta por
parte él, Akizuki lo soltó lentamente y se paró a sus espaldas con las manos
unidas detrás mirándolo como una niña pequeña llena de curiosidad, y como el
japonés se mantenía inmóvil, inclinado sobre la mesa y sin siquiera decir su
habitual “¿Qué haces aquí Akizuki?” decidió asomó a un lado para ver la
cara de Kinomoto, pero lo que encontró la dejó perpleja: el pobre muchacho tenía
la cabeza literalmente enterrada en su plato de almuerzo, completamente inerte,
y sin señales de vida fuera de algunas burbujas que salían del puré de papas.
Los otros tres presentes, se quedaron mirando al
infortunado con expectación esperando que pasara algo, mientras la amiga de la
guardiana se acercaba con cara de espantó al ver aquel espectáculo.
- “Ya lo mató” - dijo alarmada Cecile
- “Eso tuvo que doler...” - murmuró Joe en tono
compasivo mirando al japonés, mientras que la joven Wood asentía con la cabeza
al tiempo que una gran gota en la cabeza.
- “Como en los viejos tiempos...” - comentó con una
gran gota de sudor y una sonrisa resignada ante la familiaridad de aquella
escena.
Sin embargo...
A pesar de ese pequeño momento de diversión, el
apacible rostro de la forma falsa del guardián de la luna mostró evidentes
signos de preocupación nuevamente. Observó silenciosamente el gran alboroto a
su alrededor, con Akizuki tratando de reanimar a Touya sacudiéndolo tan fuerte
como podía, mientras Joseph y Cecile intentaban detenerla y explicarle que lo
que hacía sólo empeoraría la condición del muchacho, por su parte Charlotte
estaba toda roja de vergüenza al ver que eran el centro de atención de toda la
cafetería.... Pero aun así, una espantosa sensación de que estos momentos de
alegría durarían poco invadió su mente.
- “Sólo... Sólo espero que esto no sea más que
tonterías mías” - dijo en voz casi imperceptible, rogando que sus
presentimientos no fueran más que ideas sin sentido.