El año Yugoslavo de 1948
Sorry, no english
translation planned in the near future, try Altavista:translations
Por Radovan Radonjic
Profesor en la universidad de Titogrado
Publicado el 12 de Diciembre de 1988 en El país.
Evocar el año Yugoslavo 1948 -como
muchos lo denominan con razón- no tiene sólo un caracter ocasional. El sentido de ese
acto es más profundo y continúa teniendo actualidad.
El año 58 el movimiento comunista entró en un periodo extraordinariamente tempestuoso,
pero igualmente productivo, de su desarrollo.
El drama por el que pasaría ese año y parte de los siguientes fue causado, por una
parte, por el propósito de la muy influyente dirección soviética, con Stalin a la
cabeza, de conservar a toda costa su posición al frente del movimiento y subordinar toda
el desarrolo de los países de orientación socialista al fortalecimiento de un partido y
un estado líder en la constelación de bloque que se estaba creando con la
descomposición de la coalición antifascista y la propaganda de la Guerra fría, y, por
otra parte, por el anhelo de los comunistas Yugoslavos de solucionar las cuestiones
internas y problemas de política exterior de su país en concordancia con sus propias
condiciones y posibiladades, fuera de los esquemas dogmático-doctrinarios del concepto y
praxis del socialismo de Stalin.
Esta orientación de los comunistas Yugoslavos se contraponía a la lógica implacable de
la dirección soviética, según la cual en la situación surguida después de la Segunda
Guerra Mundial ningún país pequeño podía ser autónomo e independiente , sinó que
debía pertenecer o al bando del socialismo, con la URSS al frenta, o al bando del
Imperialismo, con el imperialista USA a la cabeza.
Por eso fué condenada duramente y calificada de renegada por el Movimiento revolucionario
y por el marxismo.
Aceptando la resolución sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia, a esta
condena de los comunistas Yugoslavos se adhirieron también los demás partidos comunistas
y obreros.
La excomunión de los herejes Yugoslavos del bando de los Ortodosos fué total y
despiadada.
Aislacionismo.
Las consecuencias del cierre de filas de los partidos comunistas y obreros sobre la
plataforma antiyugoslava fueron numerosas y graves.
En lugar de seguir la lógica de las diferentes vías y formas de construir el socialismo,
de estimular sobre esta base las acciones progresistas de otros y de fortalecer, con
una orientación auténticamente democrática, su prestiguio e influencia
internacional, estos partidos emprendieron la dirección contraria.
Es más, pusieron sus acrecentados potenciales al servicio del juego del Lager contra el
bando imperialista, cayeron en un nuevo aislacionismo y sectarismo y comenzaron a perder
afiliados y el apoyo del cuerpo electoral.
Mucho más dificil fué la situación de
los comunistas yugoslavos.
Quedaron solos y expuestos a una presión brutal,
que desde mediados de 1948 y en adelante fue ejercida con todos los medios disponibles de
la política estatal,
incluyendo las amenazas de guerra.
Ellos no solo tuvieron que dar respuesta a la cuestión de cómo pudo producirse ese
conflicto, sino también ofrecer una solución al problema.
Conscientes del hecho de que la causa por la que lucharon podía triunfar sólo si en base
a una crítica radical de la praxis socialista existente conseguían crear nuevas
perspectivas de revolución, los Comunistas Yugoslavos dedicaron preponderantemente su
atención no a contrarrestar la campaña propagandistica desatada contra ellos, sinó a
explicar las causa sociales de ese femómeno.
De ese modo -estudiando las condiciones internas y las relaciones de los países
socialistas de Europa Oriental y con una actitud crítica para con sus propias
experiencias y logros
- llegaron a conocimientos de que muchas cuestiones pendientes de la teoría y praxis
socialistas quitaron el velo de las racionalizaciones y mistificaciones ideólógicas
estalinistas.
La base de esos conocimientos la constituía la tesis de los comunistas yugoslavos de que
la burocracia es el último y más resistente bastión del sistema de clases y, con ello,
el enemigo más grande del socialismo, que podía ser derrotado únicamente haciendo que
la función de la gestión social y económica se transformara, sistemática y
consecuentemente, de instrumento de monopolio de la propiedad estatal en instrumento de la
autogestión de los trabajadores.
En concordancia con estos conocimientos y paralelamente a ellos, los Comunistas Yugoslavos
efectuaron cambios en la práctica social de su pais y desarrollaron relaciones y
cooperación con los partidos y movimientos progresistas del mundo.
Esto les posibilitó salir del conflicto como vencedores, es decir,
demostrar:
que la diversidad de caminos y formas de construir el socialismo no es una invención de
los revisionistas, sinó una ley objetiva,
que la solidaridad y cooperación entre los portadores sociales y políticos de ese
proceso se pueden establecer sólo voluntariamente y sobre la base de los principios de
igualdad, autonomía y no injerencia en los asuntos internos de otros y
que el internacionalismo no comienza allí donde terminan la autonomía e independencia,
sino que sólamente en ellas puede basarse.
Este desenlace del conflicto entre el Partido Comunista de Yugoslavia y el Cominform
convino tanto a los Comunistas Yugoslavos como a las fuerzas mucho más amplias del
socialismo, la paz y la democracia.
Muchas cuestiones esenciales del Mundo contemporáneo y del socialismo se promovieron
justamente en ese conflicto.
El modo en que los comunistas yugoslavos mediaron en ello posibilito que la gran mayoría
de esas cuestiones recorriera con éxito, a lo largo de los 40 años transcurridos, un
largo y complejo camino:
de presentimientos iniciales a explicaciones integrales
y que llegaran a ser un contenido insoslayable de aquella base sobre la cual hoy se
establecen y desarrolllan las nuevas relaciones entre los partidos comunistas los países
socialistas y las relaciones políticas y económicas internacionales en global.
Esto es lo que hace que el año Yugoslavo de 1948 sea un hito en la nueva historia del
movimiento revolucionario y del socialismo, cuyos mensajes y lecciones también hoy laten
con tanta actualidad.
Sobre lo que paso
en Yalta del 4 al 11 de febrero de 1.945
|