La Alianza no ha desmentido todavía sus "errores"
informativos
Periodistas sin Fronteras acusa a la OTAN de faltar a la verdad
Si no hubieran aparecido en público aún
creeríamos que están muertos. El pasado 29 de marzo, la OTAN aseguró en
Bruselas que varios y destacados intelectuales albaneses habían sido ejecutados por las
fuerzas serbias, entre ellos Veton Surroi, el editor del diario en lengua albanesa Koha
Ditore. El anuncio conmocionó a toda la comunidad internacional y provocó la ira
unánime de la prensa. Apenas un par de días después se descubrió que todo era mentira.
No existieron tales ejecuciones. Pero tampoco hubo ningún desmentido. La Alianza no ha
reconocido aún que difundió información falsa.
El caso de los intelectuales es uno de los múltiples ejemplos que
la organización Periodistas sin Fronteras expone en un reciente informe en el que se
llega a la conclusión de que "la OTAN ha faltado varias veces a la verdad", en
relación con lo ocurrido a lo largo de los 78 días que ha durado el conflicto de Kosovo.
Entre las irregularidades cometidas por la Alianza
Atlántica, Periodistas sin Fronteras destaca "informaciones falsas, cifras
desorbitantes e inverificables y la utilización de referencias históricas ampliamente
discutibles", y justifica todas esas acusaciones con fechas y sucesos.
Una de las denuncias más destacadas en el informe Guerra en
Yugoslavia: los "errores" informativos de la OTAN es el del bombardeo
aliado al convoy de refugiados que tuvo lugar el 14 de abril y en el que murieron 75
personas. Las versiones posteriores de la Alianza fueron múltiples y variadas. En un
primer momento, el Ministro alemán de Defensa, Rudolf Scharping, acusó a la aviación
serbia de ser la responsable del ataque. Al día siguiente, un comunicado de la OTAN
emitido desde Bruselas reconocía que se había bombardeado a un vehículo civil por
error. Cuatro días después, el 19 de abril, se dio, de nuevo, otra versión: en realidad
había alcanzado a dos convoyes.
Pero las informaciones acerca de los famosos daños colaterales
-expresión que, curiosamente dejó de utilizarse al iniciarse el tercer mes de campaña
militar- , no son los únicos que, a juicio de Periodistas sin Fronteras, han hecho poner
en tela de juicio la honestidad de la Alianza. A la OTAN se la ha descubierto
también por el lenguaje utilizado.
El portavoz aliado Jamie Shea parece haber tenido la misión de
demonizar a Milosevic con términos como "organizador de la catástrofe humanitaria
más grande desde 1945" o "instigador de un éxodo similar al de la evacuación
de Phnom Penh por los Jemeres Rojos". Todo ello, con el fin de obtener el respaldo
mundial a la acción aliada.
Pero más que los términos empleados, el informe se lamenta de las
acusaciones que la OTAN ha lanzado contra periodistas como el corresponsal de la BBC, John
Simpson, al que se le acusó de "hacer llegar la propaganda serbia" al afirmar,
por ejemplo, que el conflicto había unido al pueblo serbio con su presidente.
Lo curioso es que responsables de la propia OTAN han admitido el
fracaso de su estrategia de comunicación. Este mismo diario hizo público un informe de
la organización que señalaba que "la OTAN no tiene los mecanismos ni los medios
necesarios para llevar a cabo una campaña de información en tiempos de guerra". Y,
según Periodistas sin Fronteras, esta última anotación ha quedado más que demostrada.
Ahora bien, Periodistas sin Fronteras recuerda también en un
documento aparte del informe mencionado que la República Federal de Yugoslavia ha
establecido un férreo estado de censura. "El régimen de Slobodan Milosevic ha
reducido a la nada a la prensa albanesa, a la vez que tiene amordazados a los medios
independientes de comunicación serbios", recuerda el documento.
Pero, por ello, Periodistas sin Fronteras apunta que "se
hubiera podido esperar que una coalición de democracias se comportara más honestamente
que la dictadura a la que combate".
Silvia Román
Madrid. El Mundo, 19 de junio de 1999
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