Extraños vuelos nocturnos sobre Tuzla
Los "cascos azules" denuncian que EE UU está suministrando
clandestinamente armas a Bosnia
El Mundo, 28 de febrero de 1995
Miguel Gil, Sarajevo.- Noche cerrada. Aviones de carga pintados de negro volando a
baja altura sobre un aeropuerto vacío.
La compuerta de cola abatida. Se deslizan rápidos varios palés pesados, pertrechados de
paracaídas.
El embalaje esconde los más sofisticados misiles antitanque.
Los aviones alzan el vuela antes que los palés aterricen.
Y desaparecen dejando tras de sí el inconfundible aroma de unas siglas: CIA.
Tan hollywoodiana escena constituye la sospecha más firme que los representantes de
Naciones Unidas en Bosnia albergan de cuanto ha venido ocurriendo durante el último mes
en el aeropuerto de Tuzla, ciudad al norte de la capital.
La historia acaba de salir a la luz a raíz de las contradicciones
manifestadas por FORPRONU y OTAN respeto a un reciente informe de los cascos azules.
Según el mismo, en cuatro ocasiones distintas este mes, oficiales de Naciones Unidas en
Bosnia habrían avistado aviones militares de carga volando de noche, al norte del país,
en violación de la prohibición de sobrevolar espacio aéreo bosnio impuesta por Naciones
Unidas.
Los aviones, del tipo C-130, y que según el informe iban escoltados por una pareja de
aviones de combate, sobrevolaron a baja altura el aeropuerto de Tuzla, en la actualidad en
manos del Ejército Gubernamental.
Entre quienes vieron u oyeron los vuelos en las noches del 10, 12 y
16 de febrero
se encontraba un piloto noruego y miembro de un equipo de tierra de controladores aéreos.
Dichos equipos, distribuidos por todo el territorio bosnio, prestan apoyo desde tierra a
las aeronaves aliadas que vigilan el respeto a la zona de exclusión aérea. Los
incidentes despertaron las sospechas en la misión de naciones Unidas de que esos aviones
volando a baja altura podrían haber lanzado armas para el Ejército gubernamental sobre
la base aérea de Tuzla.
Cuando "cascos azules" nórdicos intentaron investigar el primer
incidente fueron atacados por disparos de soldados bosnios y se les prohibió inspeccionar
la pista de aterrizaje.
Las tropas bosnias continúan impidiendo a los oficiales de Naciones Unidas entrar en el
área del aeropuerto sito al sur de la ciudad.
Desde entonces, Naciones Unidas tiene constancia de nuevos vuelos sobre la base aérea de
la ciudad realizados los días 17 y 23 de febrero.
El informe redactado al respeto por la OTAN, responsable de
implementar la zona de exclusión aérea, señala que sus vuelos de reconocimiento, así
como otras patrullas de los aviones aliados, no encontraron evidencias de presencia de
aparatos de carga alguno durante el fin de semana del 10 de febrero.
Y que lo que los "cascos azules" vieron u oyeron fue precisamente las aeronaves
aliadas vigilando la zona de exclusión aérea.
Como señalaba ayer un oficial de Naciones Unidas, "excede de lo razonable
que un equipo de controladores aéreos y un piloto militar expertos confundan entre el
vuelo a ras de suelo de un avión de carga y el vuelo a gran altura de los aviones aliados
vigilantes".
Los responsables de la Alianza Atlántica han enviado los resultados de su investigación
al Cuartel General de Naciones Unidas.
Se espera que Willy Claes, secretario general de la OTAN, se manifieste en breve.
El incidente ha significado uno de los más graves encontronazos entre las dos
instituciones.
Pero sobre todo, a sacado a la luz una creencia extendida
entre los responsables de la misión de Naciones Unidas en Bosnia.
Que dichos vuelos no sólo existen, sino que patrocinados por el Gobierno Norteamericano,
está suministrando el más sofisticado armamento al Ejército leal al Gobierno de
Sarajevo.
La especulación entre oficiales de alta graduación de FORPRONU es que EE UU, ya
directamente, ya sirviéndose de un mandatario como Turquía, ha organizado los vuelos.
La Administración Clinton sufre en los últimos meses la creciente presión
del Congreso par que fuerce el levantamiento del embargo de armas que pesa sobre Bosnia.
El Mundo, 28 de febrero de
1995
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