LA POESIA COMO ARMA DE DEFENSA



Poetisa





En Colombia muchos medios son válidos para profundizar la violencia, a excepción de las metáforas, que son precisamente las armas que esgrime una niña colombiana de apenas 11 años de edad para defender su mensaje de paz, de esperanza, de amor y de arco iris, en medio de una nación que se desangra desde hace tres décadas.

Elízabeth Torres nació en un país donde "se vive la violencia, se siente la violencia y es difícil estar ajena a ella. Lo que hice fue desahogar el dolor de mi tierra, Colombia, en algunos de mis poemas".

Con plena conciencia de su entorno social afirma que "hay un pueblo clamando la vida en medio de un país que se desangra en pedazos. Las fuerzas de todos los huracanes y tempestades nos azota, nos empuja de un lado para otro y a veces nos hace dudar si reaccionaremos y si sobreviviremos a este naufragio".

"Pero en medio de todo, una pregunta: ¿por qué hay dos Colombias? y enseguida una, aún más fuerte que llega al corazón: ¿a cuál de ellas pertenezco?".


"En mi país hay dos leyendas:
Una enloquece por amor a su historia
a otra le averguenza su cédula colombiana.

En mi canción hay dos palabras:
Una busca disculpas para no vivir
para nacer en otro planeta
y clama por una migaja de lo que fuera un sueño;
no entiende el por qué el pasado se eterniza
mientras destiñe su vestido.

La otra vibra con fuerza de cóndor.
No espera un futuro,
lo construye de azadón y ladrillo
de la mano de los soñadores
sobreviviente del naufragio
agradecida, sabia.

En el silencio hay dos Colombias.

Nacieron en la misma guarida
compartiendo fuego y nieve.
Ninguna conoce sus padres,
las dos murieron en la guerra
y la una no pronuncia el nombre de la otra
para no romperse.

Tal vez por miedo o por ignorancia
nadie responde:
¿Quién remienda
los lazos rotos de mis leyendas?


Torres, quien es quizá la poetisa más joven de América Latina, participó en la Feria Internacional del Libro de Miami, de 1999, y presentó su poemario "Preguntas sin respuestas", ilustrado por ella misma y galardonado por la Cámara Colombiana del Libro como el "Mejor Libro de Poemas".

"Siempre me han gustado las preguntas, son el tema de mi inspiración y por eso he titulado mi último libro de poemas Preguntas sin respuestas, tan es así que desde los ocho años escribí este pequeño poema que hoy es la introducción de mi libro:

"¿Acaso mis preguntas no tienen respuesta?
¿Son tal vez formadas sin posible solución?
¿Me habrán caído como un acertijo?
Son desilusiones perdidas en el tiempo
que ha callado el mundo al haberlas dicho...
¿Qué es lo que forma aquellas preguntas
que no han germinado
sus propias respuestas?
[..]
¿Tantos silencios se irán al olvido?
La vida no sabe responder
Preguntas sin una Respuesta".


La poetisa también fue seleccionada como la "Revelación del año 1999" por Flamingo Producciones y la Asamblea Departamental de Cundinamarca la condecoró con la Medella al Mérito de la Orden "Policarpa Salavarrieta", en el grado de la Gran Cruz.

Sin embargo, los premios no son lo esencial en su vida, aunque no niega que le proporcionan alegría. Lo más importante para ella es saber que su mensaje llega a las personas a través de las alas de sus poemas.

"Cuando ustedes acuden a mi llamado, cuando alguien de entre la multitud se asoma y me dice 'Elízabeth, te comprendo', cuando veo una mirada emocionada y cuando alguien se acerca y me dije 'Elizabeth, me ayudaste a encontrar una mejor manera de vivir', esa es verdaderamente la razón de vivir".

Torres cautivó a un público adulto con la profundidad de sus pensamientos, pese a su poca edad y lo conmovió casi hasta el llanto con algunos de sus poemas.

Inició su diálogo definiéndose como el "viento fuerte" que corre las calles de su país, "con las manos llenas de perfume. Soy la canción de melodías desconocidas que aún nadie ha inventado. Soy Elízabeth Torres, soy yo con mi gente, orgullosa de ser como soy, colombiana, colombiana".

"Soy la voz de la esperanza, he venido desde una nube hasta este arco iris porque mi corazón vibra por un deseo: que todos los soñadores encontremos una luz en el corazón, una luz que nos guíe hacia un mundo más humano", agregó.

Durante su presentación, la pequeña poetisa habló sobre la misión que tienen los escritores, los poetas que lee, los temas que la inspiran, el gran apoyo de parte de sus padres, quienes recabaron los mensajes que ella escribía desde los cinco años y los convertían en pequeños libros para motivarla.

"Ayudándome a encontrar un mensaje que hoy vengo a dejarles en las manos para que ustedes también lo den a conocer y es que todos los niños, cualquier niño, es un niño talento. Todas las personas tenemos talento y podemos sembrar una nueva vida, una vida de amor, de paz y de reflexión", expresó.

En relación a los escritores afirmó, mientras observaba con curiosidad los rostros de sus interlocutores, que "los que hemos recibido el don de la palabra tenemos una misión: descubrir el pensamiento, los sentimientos de la gente y poner nuestro corazón, no importa si duele, para que así el que lo reciba también desnude el suyo, sin pudor".

Comentó que los sentimientos, las vivencias de otras personas y el amor del universo son sus principales fuentes de inspiración, además de los ángeles y de las propias poesías que "cada mañana me despiertan y me dicen Elízabeth hoy tienes que escribir esto".

Torres, quien tiene un hermano escultor de 10 años que desea ser arquitecto y astronauta, lee a grandes poetas y escritores de Latinoamérica, Europa y de Estados Unidos, como al bardo chileno Pablo Neruda, al español Gustavo Adolfo Becquer, a los estadounidenses Ernest Hewingway y Walt Whiltman.

"En Colombia a Jairo Anibal Niño, un amigo escritor, un ancianito muy lindo, un Papa Noel con alma de niño, de él he aprendido mucho; a José Asunción Silva y a muchos", dijo la poetisa.

Culminó su presentación leyendo su poema "Volaré", tras expresar que "como todos los libros, este recital también tiene un final, un final de colores, de duendes, de magia, de sueños y de poemas. Tiene un final eterno, de poesía, tiene un final con alas de espacio".


"Emprendo mi vuelo, no sé si regresar...
Las alegrías se irán en palabras,
las ilusiones se perderán en el vacío.
Mas no mis tristezas, ellas con sus alas se buscaron
y envueltas en lágrimas impregnaron mi alma.

Volaré por un mar oscuro, mar de silencio,
formado por recuerdos solos,
palabras olvidadas, sentimientos perdidos,
oraciones confusas trascendiendo los tiempos.

No te olvidaré...
Serás mi consuelo,
mi impulso al reempezar el vuelo.
[...]




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