"Razones para construir juntos"
Revista electrónica semanal, Puebla, México, año 1, núm. 3, 5 de septiembre de 2004
Política - Sociedad - Cultura
Política
LAS DOS MARCHAS (primera parte)

Jorge Navarro

La Marcha por la Seguridad y la Marcha contra el desafuero. A través de los medios de comunicación se mostró la primera como un ¡ya basta! de una sociedad que ha sido asaltada, violada, secuestrada, torturada de manera brutal. Un ¡ya basta! que se dirige a unas autoridades que no atinan a establecer acciones y estrategias contra tal fenómeno o que no han encontrado mejor acción que declarar ante los medios que las ultimas estadísticas ya muestran un "ligera tendencia a la baja". Es evidente que en tales acciones las autoridades muestran su ineficacia operativa frente al  fenómeno. Pero también la ineficacia simbólica de la su imagen y su palabra.
La primera marcha -escuchamos de parte de muchas voces- fue una marcha cívica y civilizada, el orden y la moderación de ánimo sorprendía a los observadores y a los mismos participantes.
La primera marcha parecía, una suerte de "despertar" de la sociedad civil, un síntoma claro de un cambio importante en la dinámica sociopolítica de México hacia lo que se suele llamar "democracia participativa", que, dicho sea de paso, ante el agotamiento -supuesto agotamiento- del modelo democrático representativo, no queda más alternativa que la participación de la sociedad como vía y garante del orden y de la convivencia civilizada.  Porque en la primera marcha las organizaciones convocantes no elevaban sólo su reclamo, ofrecían su propuesta, se comprometían a participar. La participación más que el derecho a manifestarse y a reclamar les daba la obligación de hacerse cargo, no sin las autoridades, de los problemas.
Muchas virtudes las de la primera marcha, civilidad, diálogo, participación, despertar de una nueva conciencia ciudadana, capacidad de propuestas y de consensos, etc. de manera que en el imaginario social estaba comenzando a coagularse la figura de un antes y un después de la marcha. Muchas virtudes, pero también algunos defectos.
La primera marcha fue como pronunciar la frase fatídica, "el rey esta desnudo".  Todos los días escuchamos a alguno "decir" que la autoridad es responsable de la seguridad, y se invocan  todas las razones habidas y por haber, pero el problema no esta en que deba garantizar la seguridad, el problema es que "no puede", quiero decir, ni su imagen ni su palabra tienen la fuerza para "conjurar" el mal.  En una sociedad normal se espera que esa palabra y esa imagen sean eficaces y que conjuren las "fuerzas oscuras", las inhiban o las mantengan sometidas a niveles tolerables para la misma sociedad.
Lo que vimos inmediatamente después de la primera marcha, fue un agitarse de acciones, de las tipificables como las  "ahora si". Escuchamos a muchos actores políticos, excepto uno por ahí, acusando recibo como niño regañado, de las "señales" que nos está enviando la sociedad civil. Que "ahora sí hay que atender a fondo el problema", "ahora sí se van a tomar medidas", "ahora sí se aumenta el presupuesto, "ahora sí nos coordinamos todos los niveles de autoridad".  Pero todo esto sin eficacia operativa, ni simbólica.  Y durante un tiempo no habrá más que informaciones estadísticas, de las curvas de criminalidad y de acciones eficaces, que no alcanzan nunca el efecto deseado en el imaginario social.
Jorge Navarro
Foto de La Jornada 28-jun-04
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Foto de El Universal 28-jun-04