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"Razones para construir juntos" | |||||||||||||||
Revista electrónica semanal, Puebla, México, año 1, núm. 5, 19 de septiembre de 2004 | |||||||||||||||
Política - Sociedad - Cultura | |||||||||||||||
Internacional | |||||||||||||||
UNA PRETENSION CUBANA José Prats Sariol La lectura del tomo I de Por qué la iglesia ?La pretensión permanece? del Curso básico de cristianismo, ofrece múltiples sugerencias. La apreciación de sus méritos tiene, en nuestro caso, derivaciones literarias, que intentarán ser pertinentes, apropiadas a mi condición de escritor. Desde ellas ?como homenaje a su talentoso autor, el brillante pedagogo y erudito italiano Luigi Giussani? compartiré con ustedes algunas reflexiones sobre Dios y la Iglesia Católica a partir de ciertas experiencia de mi vida, no de mi biografía ?esa vanidad tan exaltada por lo medios sensacionalistas. Mi gratitud al Padre Mario González y a Comunión y Liberación es al diálogo que une la sencillez como forma de la imprescindible humildad cristiana con la solidaridad como tributo al sentido universal de la caridad. Esta tarde del 9 de septiembre, un día después de que los nacidos en Cuba celebramos a nuestra patrona, la Virgen de la Caridad del Cobre, me honra compartir un texto cuya resonancia espiritual solo pretende enunciar un punto de vista, favorecer meditaciones llenas de divergencias y con algunas coincidencias. Nuestro Presbítero Félix Varela ?de quien José Martí dijera que fue "El primero que nos enseñó a pensar"? estuviera complacido de la prosa aparencialmente sencilla del Padre Luigi Giussani. Las Cartas a Elpidio de Varela, tienen muchas de las cualidades estilísticas del autor italiano, apuntan a la esperanza. Como me muevo en el campo de la palabra ?que mi maestro José Lezama Lima consideraba un tributo al Espíritu Santo?, creo que este enfoque podrá añadir a las consideraciones teológicas un toque inmanente, a partir del lugar común de que se piensa con palabras, de que ellas siempre comportan creencias e ideas, complejos intuitivos y a la vez lógicos, como señalara el teórico literario italiano Galvano della Volpe, redimensionando a la vez el ideario del filósofo napolitano Giambattista Vico en su Principi di una scienza nuova d'intorno alla natura delle nazioni, per la queale si ritruovano i principi di altro sistema del diritto naturale delle genti, más conocida por el nombre de Ciencia nueva. Como sé que muchos de los presentes han estudiado el libro, me limitaré a dar saltos por sus capítulos, a partir de los tres que comprende la "Introducción" y los dos que forman "Los factores constitutivos del fenómeno cristiano en la historia". Glosas de estilo, el trayecto rebasa mi resultado ?como le gustaba decir a Paul Valery cuando prefería el proceso de creación a la obra terminada. Aunque en la cuartilla final me permitiré una referencia personal, contextualizada en la dolorida Cuba de hoy. |
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Desde la primera oración sentimos que la relación con la lengua que establece Luigi Giussani es la de un orfebre, que la traducción al castellano respeta tal amorosa metáfora. Dice: "La iglesia no sólo es expresión de vida, algo que nace de la vida, sino que es una vida". Observo para los que me escuchan que el segundo es aparece en cursivas. Observen además la sutileza conceptual que deslinda lo que expresa de lo que tiene existencia per se, es decir, razón de ser antes de que por sus acciones la identifiquemos. Así va a moverse todo el libro, de perspicacia en perspicacia. Ello exige un lector muy atento a tales sagacidades, que siempre implican un discernimiento esclarecedor. Los que descuidan la expresión oral y escrita, aun escudándose en la bondad y en la justeza del ideario que profesan, tienen aquí un inmejorable antídoto. A veces hemos asistido a misas donde las palabras del sacerdote en la homilía se sienten deshilvanadas, carentes de la preparación adecuada, de la imprescindible impresión de espontaneidad que se asienta sobre un arduo trabajo de creación. No pocos textos católicos fatigan por su escritura machacante o didactista, bostezante o críptica, lejana de su modelo bíblico. La prosa de Luigi Giussani encanta precisamente porque no hay una pausa mal puesta, una adjetivación superflua, una sintaxis que traumatice al receptor. El mismo dice: "Para que se produzca la comprensión tiene que haber correspondencia". ¿Cómo lograrla si no es a través de un amoroso uso del idioma? Siempre he creído que cuando se le concede a los apóstoles el don de lenguas, no sólo hay una referencia al dominio de un idioma extranjero sino al materno. El milagro de la interiorización de significantes y significados, que rompe la torre de babel, jerarquiza la importancia del signo lingüístico, y desde luego que sus referentes literarios. Casi antes de que termine la segunda cuartilla, como sospeché desde la primera oración, nuestro autor nombra a dos genios literarios: Dante Alighieri y William Shakespeare. Eran de esperar. La felicidad de su prosa no podía excluir referencias al canon literario. El poeta florentino y el dramaturgo inglés también forman ?agónicamente?, para cualquier escritor de Occidente y quizás ya de todo el planeta, una cima a escalar, aunque sepamos que nuestro esfuerzo quedará trunco en la ascensión. Natural de Desio ?el mismo pueblo donde naciera Pío XI?, la familiaridad con la lengua toscana, jerarquizada por la fe religiosa, le debe haber llevado desde muy joven a los inigualables tercetos del florentino Dante en su Comedia. Pero junto al poeta católico, sin una pizca de sectarismo, nombra al artífice de Hamlet y Lear, de Coriolano y Macbeth. Una fuerte formación literaria, de cimientos clásicos, traslucen sus párrafos. La excelencia pedagógica, como intentaré argumentar, también es obra de lecturas, de buenas lecturas. Claro que la catequesis comienza por el ejemplo personal, de autenticidad plena, diaria y ante los avatares, pero si a ello se le suma la capacidad para comunicar ?el arte de la palabra? quedan pocas dudas de esta otra enseñanza implícita en los libros de Luigi Giussani. |
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