NUEVAS DIMENSIONES DEL TEXTO Y DE LA IMAGEN
Relatos Poesía Monográfico Ártículos
Espido Freire
Belén Reyes
Luis Pliego Iñiguez
Adolfo Vargas Blanco
Rafael Moriel
Marisa Hurtado
Michel Butor
Juan Carlos Abril
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Concha Murua
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Jorge Girbau Bustos
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Daniel Ruben Mourelle
Chus Pato
monografico
Frida Kahlo
Francisco AlisedaJulian AlonsoAngela SernaFrancisco PeraltoPedro GonzalvesChristian BurgaudJ. M. CallejaGraziella BorghesiMaría Da Silva Andrade

J. Seafree
Bartolomé Ferrando & Carmen González Royo
Sandra Monleón
Angela Serna
Seve Calleja
         
 

       
Relatos
Espido Freire

"NUESTRA FAMILIA "

Nuestra Familia La idea había sido de Berta, como de costumbre, pero las dos esperaron al cartero y escondieron las cartas de Mayo. Cuando comprobaron el caos que habían provocado y escucharon a Mayo llorando, se arrepintieron, y las devolvieron sin ni siquiera haberlas leído. La madre de Berta llamó por ellas, y aprovechó que no quedaba nadie en casa para reñirlas.

[...]

Subieron a la habitación a cambiarse de calzado, y pasaron ante el cuarto individual que Mayo ocupaba, como privilegio por ser la mayor. Entreabrieron la puerta con cuidado. Mayo escribía febrilmente, en la penumbra de las persianas bajadas y con la cara muy cerca del papel. Las dos primas bajaron las escaleras y se ataron los zapatos viejos sentadas en el suelo.

-No sé para qué escribe -dijo Berta-. Si total, llegareis vosotros antes que la carta. -Ella es así. Todo el día escribiéndole. Y cuando no, llena las hojas con su nombre. Ojalá se casen de una vez.

-No digas eso...

[...]

 
Belen Reyes

"Sólo encuentro momentos verdaderamente felices en la soledad.
Mi soledad es mi palacio. Ahí tengo mi silla y mi cama,
mi viento y mi sol. Cuando estoy sentada fuera de mi soledad,
estoy sentada en el exilio, estoy sentada en un país engañoso".

"L´avalée des avalés",( REJEAN DUCHARME)

"Porque sueño yo no lo estoy. Porque sueño, sueño.
Porque me abandono por las noches a mis sueños
antes de que me deje el día. Porque no amo.
Porque me asusta amar. Ya no sueño. Ya no sueño..."

(LEOLO)

YO NO LO ESTOY

Mi casa es mi templo. En ella me siento seguro y arropado. Suenan los vecinos y los coches, pero no me despistan de esta oración. Mi oración es constante y fuerte. Soy un gigante, crecí a base de heridas. Llegó un día en el que vertí toda mi sangre, puede incluso que muriera, ya no lo recuerdo. Soy un gigante. El dolor me hizo correr hacia arriba y ahora puedo rozar con los dedos cualquier estrella. No sirve de nada, pero eso me hace confiar en la noche.

Cuando era un enano tenía miedo de la noche, era lo que más me asustaba. Después descubrí que a las doce de la mañana sobre un pupitre, también tenía miedo. Y supe que la noche estaba dentro de nosotros, aunque los rayos del sol acariciaran nuestro rostro.

Sé de otros gigantes que se alimentan de gatos y de ciegos, para que les ayuden a caminar en sus pasillos interiores. Los gatos y los ciegos son de la misma familia. A mí no me gustan ni los gatos ni los ciegos, me dan grima. No soportaría tener a ninguno de los dos caminando dentro de mí y orientando mis pasos.

Prefiero los niños. Me encanta comer niños, sobre todo por los juguetes que me dejan. Mi templo está lleno de juguetes. Mi corazón está lleno de juguetes. Prefiero los niños. Dentro de mí habitan montones de ellos. No me ayudan a caminar, pero la noche es más fácil con sus latidos. Me gustaría hacerles un Parque de Atracciones como Michael Jackson, pero dentro todo es diferente a lo de afuera. No existe el dinero, ni el cemento, ni las máquinas de fotos, ni nada. El Duque de Feria y Michael Jackson lo pasarían mal en mi país interior...

 
Luis Pliego Iñigues
EL CORAZÓN Y LA ESPADA

Sostenía la espada a la altura del corazón, contemplando la solidez de la hoja y la belleza de la empuñadura. Incansables, sus heraldos habían buscado al artesano capaz de hacerle la mejor espada que conocieran los tiempos. Ahora, tras ser defraudado por varios, tenía ante sí a quien afirmaba estar a la altura de su demanda.

-¿Sadán!

Los caballeros abrieron un amplio círculo y su mejor guerrero saltó frente a él. Lo miró como si fuera su peor enemigo y cargó con fuerza. El choque fue violento, las espadas desprendían sonidos metálicos y chispas de fuego. Entre el tintineo de espuelas, los contendientes luchaban con bravura, propinándose mandobles por el aposento, evolucionando entre las armaduras, los cortinajes y los muebles y derribando algún objeto; quienes los rodeaban los seguían con expresión atenta. A un gesto suyo, cesó el regio combate. Miró de nuevo el acero y sonrió: ni un solo arañazo, ni una sola mella. Por fin, había conseguido lo que tanto deseaba; aquel arma perfecta inmortalizaría su brazo legendario....

[...]
Adolfo Vargas Blanco

EL CAFÉ (en recuerdo de la librería Herrikoia)


Con la presura de quien lleva tiempo buscando un sitio donde sentarse al rescoldo del prójimo, el hombre del traje azul marino y maletín de cuero negro paró delante del ventanal, miró, entró y ocupó una de las dos mesas libres de la cafetería, exactamente la situada bajo la luna de la pared frontal de la barra.

Dando la espalda, mientras con gestos ya tranquilos dejaba maletín y chaqueta en una silla, recorrió en su reflejo el local, al que entraba -se percató- por vez primera. Dentro del espejo, una camarera lo aguardaba risueña, servicial. El cliente se volvió, se sentó dominando el lugar y pidió un café.

-¿Alguna especialidad?

- Solo.

- Si me permite...

La camarera, amable, le acercó la carta de cafés colocada en el centro de la mesa junto al cenicero. El cliente, por cortesía, recogió aquel cuadernillo de treinta y dos páginas, lo abrió sin convicción y se puso a leer las dos columnas apretadas de la página undécima. Elevó las cejas y miró sonriente a la camarera.

-¿No falta un poco para los Santos Inocentes?

-¿Perdone...?

-Gracias -dejando la carta-, pero yo siempre llevo qué leer -y extrajo del maletín una carpeta marrón con un membrete que rezaba: "VICTOR JUSTINO UDALA. AGENTE INMOBILIARIO".

- ¿...?

-Un café solo.

-Va a ser difícil; nuestros cafés...

-La especialidad -interrumpiéndola bromista- la dejaremos al azar, a la causa o al destino...A la voluntad de Dios -deteniendo a la camarera, que se giraba- ... o a su capricho.

-Como guste -afable.

[...]

 
Rafael Moriel

EL SEÑOR NO

El Señor No era enorme y fuerte como ningún otro. Su pelo era el mismo carbón y su piel como tres maletas de cuero; grande su corazón, nobles sus palabras.

El Señor No trabajaba de sol a sol para disponer un mendrugo de pan con aceite y un vaso de vino. El campo era con frecuencia verde, con frecuencia amarillo. El Señor No tenía un triste pasado y no lo sabía. El Señor No siempre quiso conocer el mar y un inspirado día se le manifestó una extraña fuerza que le sugirió sentíase cansado de pan y vino. El Señor No le dijo: "¡¡No!!" a su patrón y se tapó la boca instintivamente. Su mano temblaba y aquel que lo alimentaba irritó hasta el agua de los ríos. Le señalaron con el dedo y le marcaron como el ganado. El Señor No pensó que era injusto. A nadie importaba.

El Señor No carecía de planes pero decidió partir. Tenía una mochila y tres camisas, un par de pantalones y dos piernas. Atardecía...

[...]

Marisa Hurtado
.
Homero dice en la Odisea que hay dos clases de mujeres: Penélope amante fiel y abnegada. Helena destructora de hombres y ciudades. Y yo digo que Homero no tenía idea de mujeres. .

Se llamaba Helena, pero todos la trataban como si se llamara Penélope. Siempre se la podía ver detrás del mostrador, con su bata blanca, perfectamente peinada, con un moño grande y redondo sobre la nuca, sin salirse un solo cabello de su sitio, aparentando más edad de la que ya tenía.


[...]

Y era en el umbral de la alcoba donde Helena se desprendía de Penélope y al cerrar la puerta recobraba su propio nombre y entre aquellas cuatro paredes recreaba su otra vida, voluptuosa, de hembra ardiente. Sacaba del armario un vestido ceñido y escotado, se soltaba el pelo, que caía en cascada sobre los hombros, pintaba los labios y echada en la cama, miraba las fotografías de sus amantes de película y con los ojos semientornados los veía postrarse ente ella, disputándose sus favores; y ella infiel y frívola se paseaba entre los brazos de sus hombres, sin recalar en ninguno después de haberlos amado a todos...

( SE BUSCA: si alguien conoce el paradero de Marisa comuníquelo urgentemente a la revista Texturas)



[...]
 
Monográfico Frida Kahlo
Ana de Begoña

Kahlo, un mundo alrededor

Simbolista, expresionista, realismo exacerbado, ingenuismo, surrealista... Barájense de nuevo las cartas y repártanse entre los estudiosos y los curiosos de Frida Kahlo, entre los que metemos la nariz, los ojos y los dedos en sus cosas. Porque la pintura de Frida es una de sus cosas y por mucho que le apliquemos los términos convencionales de los movimientos y corrientes de la primera mitad del siglo XX, o nos pasamos o nos quedamos cortos.

Artísticamente, Frida se expresa en muchos lenguajes y en muchos idiomas, como visitada por un especial paráclito y, me atrevería a decir, que la pintura es sólo uno de ellos, ni siquiera el más importante.

En ocasiones, el arte va más allá de los territorios y de las obras acotadas en los manuales. El arte se ensimisma y, desde lo más profundo del yo, resbala como una espesa capa de aceite sobre lo próximo y lo lejano, invade un espacio, sumerge los objetos cotidianos, conquista lo extraño, contagia, coloniza, inventa y chantajea con sus especiales códigos de seducción a los extasiados gentiles, a los otros.

Lo de menos es que Frida pinte. Lo de más es que Kahlo conquiste. Armada con su temprana poliomielitis, revestida con la armadura gris de su médula, enarbola su columna vertebral partida y se instala sin rival posible en un personaje de sobra justificado por la enfermedad. Kahlo, de lo malo extrajo lo bueno. Rebasó los límites de la tragedia una vez muerta y se reconstruyó en esfinge.

En el "Autorretrato con traje de terciopelo" (1926) se nos ofrece como estilizada Gioconda, conocedora del valor estético que encierra su mirada. No son los ojos, con serlo, sino la mirada la que sobrevive, la misma que la sostiene en su última comparecencia pública durante la manifestación del 2 de julio de 1954 en protesta por el derrocamiento del presidente guatemalteco Jacobo Arbenz. Frida moriría diez días más tarde.

Frida mira hacia adentro. Kahlo nos devuelve las imágenes reveladas en su laboratorio interior. Lo hace con un saludable exhibicionismo de sus heridas, evidentes o íntimas, donde la sangre se mezcla con el óleo, los huesos con las piedras, la nodriza con la máscara, las selvas con los astros, los frutos con el sexo, el agua con los acontecimientos de su vida. Donde su habitación se convierte en teatro-museo recubierto de espejos y su lecho en escenario de vida-muerte.

Frida exprimió lo que tuvo, a conciencia, y, probablemente, supo disfrutarlo.

Acerca de sus pinturas se ha escrito mucho; de su militancia política, también; de sus amores se sabe casi todo; de la veneración que despierta todavía más.

A estas alturas, hablar de Frida Kahlo, al menos en lo que a mí respecta, es acercarme peligrosamente a las amables orillas de un estanque turbulento.

"Pues si bien, Señora, en mucho aprecio vuestra gloria, no quisiera ser yo quien se acercara a vuestro misterio".


(Con este bello texto, Ana de Begoña introduce el Monográfico Frida Kahlo, en el que encontramos además los trabajos siguientes:

"La vivencia de la muerte en Frida Kahlo" (Andere Larrinaga Cuadra)
"De Diego Rivera" (Concha Garrido)
"De ella y de los otros" (Oscar Moreno Ibarra)
"De la política y el activismo" (Koldo Ocejo Tapia)
"De sí misma" (Andere Larrinaga y Amaia Gallego)
"Frida. De una infancia maltrecha a una juventud rota" (Amaia Gallego Sánchez).

Todo ello sazonado con los poemas visuales (distintas visiones de Frida) de José Blanco, Angela Serna, María Da Silva Andrade, Carmen Peralto, Francisco Aliseda, Francisco Peralto y Juan López de Ael. Al Monográfico K accedemos desde su propia portada, realizada, en esta ocasión, por María José Plasencia.)
 
Artículos
J. Seafree
Fernando Aguiar o los signos esenciales

...
Las obras visuales y las acciones o performances de Fernando Aguiar comparten determinadas señas de identidad: el hallazgo y el poder de persuasión de los elementos empíricos, es decir, la participación del mundo sensorial como medio para transmitir al espectador los mensajes, y como fin hacia el que el hecho o acto devienen. Nuestros sentidos aguardan tales descubrimientos y su percepción, su lectura o su interpretación hace que nos sintamos elegidos.

Además, cuando Fernando Aguiar abre sus manos, mueve sus brazos, enfatiza con su voz vocablos y frases, dispone, en fin, heterogéneos enseres, figuras y trazos, la mente des espectador queda agitada con benevolencia, del mismo modo que una hermosa sinfonía envolviera nuestros oídos, puesto que el poeta/performer especula lo menos posible con la arbitrariedad de cualquier código lingüístico...

(El texto completo está acompañado de fotos de acciones realizadas por Fernando Aguiar en Tokyo y en Portugal)


Ángela Serna

Mosaico de escritura (Apuntes para la lectura de Description de san Marco de Michel Butor)

Publicada en 1963, Description de san Marco refleja, con más fuerza si cabe que las obras anteriores, la búsqueda y ambición literarias de Michel Butor. Un Michel Butor "constructor" de un espacio de escritura cuyos límites "sobrepasan" el plano que, en tanto que soporte, proporciona la página. Description de san Marco es concebida por el autor y recibida por el lector como un espacio tridimensional en el que se deja sentir no sólo el volumen del edificio descrito sino también el del texto que lo describe. San Marco consigue plasmar simultáneamente cuantos materiales configuran su arquitectura: Reflejo de la autorreferencialidad presente en toda la trayectoria de Michel Butor en los distintos dominios que cultiva. [...]

( Description de san Marco se estructura en 5 apartados-capítulos-estancias y en tres cajas de texto, en un guiño mallarmeano evidente. Este artículo ofrece algunas pautas de lectura con el mero objetivo de facilitar el desplazamiento por los distintos itinerarios propuestos en el libro.. Ha sido traducido al español por Angela Serna y publicado por Ed. Bassarai, Vitoria-Gasteiz, 2000, en su colección de poesía por deseo del autor, con el título Descripción de san Marcos )



Bartolomé Ferrando & Carmen González Royo
La sexualidad en el arte de acción: Juan Hidalgo, Esther Ferrer y Carles Santos.

Resumen

La mirada que observa, la mirada que siente, la mirada que goza; pero también la mirada que interpreta, que lee, en definitiva. Hemos querido leer cómo aparece, como nos aparece, a los ojos del espectador la sexualidad en las performances o en las propuestas de artistas actuales tan individuales y que se valen de recursos tan diferentes como son Esther Ferrer, Juan Hidalgo y Carles Santos. Porque todo es lenguaje, el lenguaje está por todas partes, parafraseando a Barthes.

Résumé

Le regard qui observe, le regard qui sent, le regard qui jouit, mais aussi le regard qui interprète, et qui lit, enfin. Ici, on a voulu lire, comment la sexualité surgit et apparaît aux yeux du spectateur dans les performances ou les propositions d´artistes dont le travail inclassable est si personnel et le langage si différent, comme celui d´Esther Ferrer, de Juan Hidalgo et de Carles Santos. Parce que tout est langage, le langage est partout, en citant Barthes.

Abstract

The sight that watches, the sight that feels, the sight that enjoys, but also the sight that performs, that reads. We want to read the sexuality in the performances as il is shown, or as it is shown to the spectator´s eyes, or in the proposals of individualistic artists such as Esther Ferrer, Juan Hidalgo and Carles Santos who use very different resources. Because everything is language, language is everywhere, paraphrasing Barthes.

(Bartolomé Ferrando y Carmen González Royo son profesores en la Universitat de Valencia. El artículo recogido en Texturas fue presentado en el congreso "Miradas sobre la sexualidad en el arte y en la literatura del siglo XX en Francia y en España", 29/febrero - 4/marzo 2000, Valencia.)



Sandra Monleón

Simbología de la visión-ceguera en Pasión de la tierra

[...] "cierra los ojos" dice Aleixandre. Mas no debemos ceñir la imagen tan sólo en relación con la realidad, pues también cabe considerarla como un atributo de la figura del cuerpo, símbolo usado en Pasión de la tierra dentro de la ecuación amor=muerte que configura parte de la cosmovisión aleixandrina.

Las imágenes visión-ceguera, en nuestro caso, aparecen desmarcadas, marginales, pero no por ello hemos de imaginarlas aisladas del conjunto de poemas, pues en sí dans lugar a la misma lucha contra los límites reales o simbólicos del caos en que se encuentra el poeta.

Tal y como Aleixandre nos dice, su poesía ha sido "un camino hacia la luz" [...]




Seve Calleja

Jules Supervielle, poeta marino

De Jules Supervielle (1884-1960) se ha dicho que hizo de puente entre Francia y América Latina por su doble condición de francés y uruguayo. Se ha dicho también que, junto a Saint-John Perse, cuenta menos en Francia que fuera de ella y acaso sea por haber permanecido al margen del Surrealismo y sus variantes de época. Junto con Jules Laforgue e Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont, fue uno de aquella pléyade de franceses fuera de Francia. Y si se le pregunta sobre él a un uruguayo dirá: "una de las puntas de aquel triángulo de montevideanos que sólo cumplieron con el rito de nacer en la capital del Plata". Y esto a pesar de haber vertido en su obra las esencias del americanismo ( El hombre de la Pampa, 1923). Aunque sea cierto que optó por rehusar a cualquier compromiso político o social, excepción hecha tal vez de su poemario Por la Francia desdichada, de 1924, que son cantos de guerra desde los que mira a su patria con dolor. [...]

(El presente artículo incluye la traducción de algunos textos de Supervielle que reenvían a la imagen de "poeta marino" anunciada en el título)
 

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