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NUEVAS
DIMENSIONES
DEL TEXTO
Y DE LA
IMAGEN
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"NUESTRA
FAMILIA "
Nuestra
Familia La idea había sido de Berta, como de costumbre, pero las
dos esperaron al cartero y escondieron las cartas de Mayo. Cuando
comprobaron el caos que habían provocado y escucharon a Mayo llorando,
se arrepintieron, y las devolvieron sin ni siquiera haberlas leído.
La madre de Berta llamó por ellas, y aprovechó que no quedaba nadie
en casa para reñirlas.
[...]
Subieron a la habitación a cambiarse de calzado, y pasaron ante
el cuarto individual que Mayo ocupaba, como privilegio por ser la
mayor. Entreabrieron la puerta con cuidado. Mayo escribía febrilmente,
en la penumbra de las persianas bajadas y con la cara muy cerca
del papel. Las dos primas bajaron las escaleras y se ataron los
zapatos viejos sentadas en el suelo.
-No sé para qué escribe -dijo Berta-. Si total, llegareis vosotros
antes que la carta. -Ella es así. Todo el día escribiéndole. Y cuando
no, llena las hojas con su nombre. Ojalá se casen de una vez.
-No digas eso...
[...]
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"Sólo
encuentro momentos verdaderamente felices en la soledad.
Mi soledad es mi palacio. Ahí tengo mi silla y mi cama,
mi viento y mi sol. Cuando estoy sentada fuera de mi soledad,
estoy sentada en el exilio, estoy sentada en un país engañoso".
"L´avalée des avalés",( REJEAN DUCHARME)
"Porque
sueño yo no lo estoy. Porque sueño, sueño.
Porque me abandono por las noches a mis sueños
antes de que me deje el día. Porque no amo.
Porque me asusta amar. Ya no sueño. Ya no sueño..."
(LEOLO)
YO
NO LO ESTOY
Mi
casa es mi templo. En ella me siento seguro y arropado. Suenan los
vecinos y los coches, pero no me despistan de esta oración. Mi oración
es constante y fuerte. Soy un gigante, crecí a base de heridas.
Llegó un día en el que vertí toda mi sangre, puede incluso que muriera,
ya no lo recuerdo. Soy un gigante. El dolor me hizo correr hacia
arriba y ahora puedo rozar con los dedos cualquier estrella. No
sirve de nada, pero eso me hace confiar en la noche.
Cuando era un enano tenía miedo de la noche, era lo que más me asustaba.
Después descubrí que a las doce de la mañana sobre un pupitre, también
tenía miedo. Y supe que la noche estaba dentro de nosotros, aunque
los rayos del sol acariciaran nuestro rostro.
Sé de otros gigantes que se alimentan de gatos y de ciegos, para
que les ayuden a caminar en sus pasillos interiores. Los gatos y
los ciegos son de la misma familia. A mí no me gustan ni los gatos
ni los ciegos, me dan grima. No soportaría tener a ninguno de los
dos caminando dentro de mí y orientando mis pasos.
Prefiero los niños. Me encanta comer niños, sobre todo por los juguetes
que me dejan. Mi templo está lleno de juguetes. Mi corazón está
lleno de juguetes. Prefiero los niños. Dentro de mí habitan montones
de ellos. No me ayudan a caminar, pero la noche es más fácil con
sus latidos. Me gustaría hacerles un Parque de Atracciones como
Michael Jackson, pero dentro todo es diferente a lo de afuera. No
existe el dinero, ni el cemento, ni las máquinas de fotos, ni nada.
El Duque de Feria y Michael Jackson lo pasarían mal en mi país interior...
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EL
CORAZÓN Y LA ESPADA
Sostenía
la espada a la altura del corazón, contemplando la solidez de la
hoja y la belleza de la empuñadura. Incansables, sus heraldos habían
buscado al artesano capaz de hacerle la mejor espada que conocieran
los tiempos. Ahora, tras ser defraudado por varios, tenía ante sí
a quien afirmaba estar a la altura de su demanda.
-¿Sadán!
Los caballeros abrieron un amplio círculo y su mejor guerrero saltó
frente a él. Lo miró como si fuera su peor enemigo y cargó con fuerza.
El choque fue violento, las espadas desprendían sonidos metálicos
y chispas de fuego. Entre el tintineo de espuelas, los contendientes
luchaban con bravura, propinándose mandobles por el aposento, evolucionando
entre las armaduras, los cortinajes y los muebles y derribando algún
objeto; quienes los rodeaban los seguían con expresión atenta. A
un gesto suyo, cesó el regio combate. Miró de nuevo el acero y sonrió:
ni un solo arañazo, ni una sola mella. Por fin, había conseguido
lo que tanto deseaba; aquel arma perfecta inmortalizaría su brazo
legendario....
[...]
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EL
CAFÉ (en recuerdo de la librería Herrikoia)
Con la presura de quien lleva tiempo buscando un sitio donde sentarse
al rescoldo del prójimo, el hombre del traje azul marino y maletín
de cuero negro paró delante del ventanal, miró, entró y ocupó una
de las dos mesas libres de la cafetería, exactamente la situada
bajo la luna de la pared frontal de la barra.
Dando la espalda, mientras con gestos ya tranquilos dejaba maletín
y chaqueta en una silla, recorrió en su reflejo el local, al que
entraba -se percató- por vez primera. Dentro del espejo, una camarera
lo aguardaba risueña, servicial. El cliente se volvió, se sentó
dominando el lugar y pidió un café.
-¿Alguna especialidad?
- Solo.
- Si me permite...
La camarera, amable, le acercó la carta de cafés colocada en el
centro de la mesa junto al cenicero. El cliente, por cortesía, recogió
aquel cuadernillo de treinta y dos páginas, lo abrió sin convicción
y se puso a leer las dos columnas apretadas de la página undécima.
Elevó las cejas y miró sonriente a la camarera.
-¿No falta un poco para los Santos Inocentes?
-¿Perdone...?
-Gracias -dejando la carta-, pero yo siempre llevo qué leer -y extrajo
del maletín una carpeta marrón con un membrete que rezaba: "VICTOR
JUSTINO UDALA. AGENTE INMOBILIARIO".
- ¿...?
-Un café solo.
-Va a ser difícil; nuestros cafés...
-La especialidad -interrumpiéndola bromista- la dejaremos al azar,
a la causa o al destino...A la voluntad de Dios -deteniendo a la
camarera, que se giraba- ... o a su capricho.
-Como guste -afable.
[...]
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EL
SEÑOR NO
El
Señor No era enorme y fuerte como ningún otro. Su pelo era el mismo
carbón y su piel como tres maletas de cuero; grande su corazón,
nobles sus palabras.
El Señor No trabajaba de sol a sol para disponer un mendrugo de
pan con aceite y un vaso de vino. El campo era con frecuencia verde,
con frecuencia amarillo. El Señor No tenía un triste pasado y no
lo sabía. El Señor No siempre quiso conocer el mar y un inspirado
día se le manifestó una extraña fuerza que le sugirió sentíase cansado
de pan y vino. El Señor No le dijo: "¡¡No!!" a su patrón y se tapó
la boca instintivamente. Su mano temblaba y aquel que lo alimentaba
irritó hasta el agua de los ríos. Le señalaron con el dedo y le
marcaron como el ganado. El Señor No pensó que era injusto. A nadie
importaba.
El Señor No carecía de planes pero decidió partir. Tenía una mochila
y tres camisas, un par de pantalones y dos piernas. Atardecía...
[...]
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Homero
dice en la Odisea que hay dos clases de mujeres: Penélope amante fiel
y abnegada. Helena destructora de hombres y ciudades. Y yo digo que
Homero no tenía idea de mujeres. .
Se llamaba Helena, pero todos la trataban como si se llamara Penélope.
Siempre se la podía ver detrás del mostrador, con su bata blanca,
perfectamente peinada, con un moño grande y redondo sobre la nuca,
sin salirse un solo cabello de su sitio, aparentando más edad de la
que ya tenía.
[...]
Y era en el umbral de la alcoba donde Helena se desprendía de Penélope
y al cerrar la puerta recobraba su propio nombre y entre aquellas
cuatro paredes recreaba su otra vida, voluptuosa, de hembra ardiente.
Sacaba del armario un vestido ceñido y escotado, se soltaba el pelo,
que caía en cascada sobre los hombros, pintaba los labios y echada
en la cama, miraba las fotografías de sus amantes de película y con
los ojos semientornados los veía postrarse ente ella, disputándose
sus favores; y ella infiel y frívola se paseaba entre los brazos de
sus hombres, sin recalar en ninguno después de haberlos amado a todos...
( SE BUSCA: si alguien conoce el paradero de Marisa comuníquelo urgentemente
a la revista Texturas)
[...]
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Ana
de Begoña
Kahlo, un mundo
alrededor
Simbolista, expresionista, realismo
exacerbado, ingenuismo, surrealista... Barájense de nuevo las cartas
y repártanse entre los estudiosos y los curiosos de Frida Kahlo,
entre los que metemos la nariz, los ojos y los dedos en sus cosas.
Porque la pintura de Frida es una de sus cosas y por mucho que le
apliquemos los términos convencionales de los movimientos y corrientes
de la primera mitad del siglo XX, o nos pasamos o nos quedamos cortos.
Artísticamente, Frida se expresa en muchos lenguajes y en muchos
idiomas, como visitada por un especial paráclito y, me atrevería
a decir, que la pintura es sólo uno de ellos, ni siquiera el más
importante.
En ocasiones, el arte va más allá de los territorios y de las obras
acotadas en los manuales. El arte se ensimisma y, desde lo más profundo
del yo, resbala como una espesa capa de aceite sobre lo próximo
y lo lejano, invade un espacio, sumerge los objetos cotidianos,
conquista lo extraño, contagia, coloniza, inventa y chantajea con
sus especiales códigos de seducción a los extasiados gentiles, a
los otros.
Lo de menos es que Frida pinte. Lo de más es que Kahlo conquiste.
Armada con su temprana poliomielitis, revestida con la armadura
gris de su médula, enarbola su columna vertebral partida y se instala
sin rival posible en un personaje de sobra justificado por la enfermedad.
Kahlo, de lo malo extrajo lo bueno. Rebasó los límites de la tragedia
una vez muerta y se reconstruyó en esfinge.
En el "Autorretrato con traje de terciopelo" (1926) se nos ofrece
como estilizada Gioconda, conocedora del valor estético que encierra
su mirada. No son los ojos, con serlo, sino la mirada la que sobrevive,
la misma que la sostiene en su última comparecencia pública durante
la manifestación del 2 de julio de 1954 en protesta por el derrocamiento
del presidente guatemalteco Jacobo Arbenz. Frida moriría diez días
más tarde.
Frida mira hacia adentro. Kahlo nos devuelve las imágenes reveladas
en su laboratorio interior. Lo hace con un saludable exhibicionismo
de sus heridas, evidentes o íntimas, donde la sangre se mezcla con
el óleo, los huesos con las piedras, la nodriza con la máscara,
las selvas con los astros, los frutos con el sexo, el agua con los
acontecimientos de su vida. Donde su habitación se convierte en
teatro-museo recubierto de espejos y su lecho en escenario de vida-muerte.
Frida exprimió lo que tuvo, a conciencia, y, probablemente, supo
disfrutarlo.
Acerca de sus pinturas se ha escrito mucho; de su militancia política,
también; de sus amores se sabe casi todo; de la veneración que despierta
todavía más.
A estas alturas, hablar de Frida Kahlo, al menos en lo que a mí
respecta, es acercarme peligrosamente a las amables orillas de un
estanque turbulento.
"Pues si bien, Señora, en mucho aprecio vuestra gloria, no quisiera
ser yo quien se acercara a vuestro misterio".
(Con este bello texto, Ana de Begoña
introduce el Monográfico Frida Kahlo, en el que encontramos además
los trabajos siguientes:
"La vivencia de la muerte en Frida Kahlo" (Andere Larrinaga Cuadra)
"De Diego Rivera" (Concha Garrido)
"De ella y de los otros" (Oscar Moreno Ibarra)
"De la política y el activismo" (Koldo Ocejo Tapia)
"De sí misma" (Andere Larrinaga y Amaia Gallego)
"Frida. De una infancia maltrecha a una juventud rota" (Amaia Gallego
Sánchez).
Todo ello sazonado con los poemas visuales (distintas visiones de
Frida) de José Blanco, Angela Serna, María Da Silva Andrade, Carmen
Peralto, Francisco Aliseda, Francisco Peralto y Juan López de Ael.
Al Monográfico K accedemos desde su propia portada, realizada, en
esta ocasión, por María José Plasencia.)
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Artículos
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J.
Seafree
Fernando Aguiar o los
signos esenciales
...
Las
obras visuales y las acciones o performances de Fernando Aguiar
comparten determinadas señas de identidad: el hallazgo y el poder
de persuasión de los elementos empíricos, es decir, la participación
del mundo sensorial como medio para transmitir al espectador los
mensajes, y como fin hacia el que el hecho o acto devienen. Nuestros
sentidos aguardan tales descubrimientos y su percepción, su lectura
o su interpretación hace que nos sintamos elegidos.
Además, cuando Fernando Aguiar abre sus manos, mueve sus brazos,
enfatiza con su voz vocablos y frases, dispone, en fin, heterogéneos
enseres, figuras y trazos, la mente des espectador queda agitada
con benevolencia, del mismo modo que una hermosa sinfonía envolviera
nuestros oídos, puesto que el poeta/performer especula lo menos
posible con la arbitrariedad de cualquier código lingüístico...
(El texto completo está acompañado
de fotos de acciones realizadas por Fernando Aguiar en Tokyo y en
Portugal)
Ángela
Serna
Mosaico de
escritura (Apuntes para la lectura de Description de san Marco de
Michel Butor)
Publicada en 1963, Description de san Marco refleja, con más fuerza
si cabe que las obras anteriores, la búsqueda y ambición literarias
de Michel Butor. Un Michel Butor "constructor" de un espacio de
escritura cuyos límites "sobrepasan" el plano que, en tanto que
soporte, proporciona la página. Description de san Marco es concebida
por el autor y recibida por el lector como un espacio tridimensional
en el que se deja sentir no sólo el volumen del edificio descrito
sino también el del texto que lo describe. San Marco consigue plasmar
simultáneamente cuantos materiales configuran su arquitectura: Reflejo
de la autorreferencialidad presente en toda la trayectoria de Michel
Butor en los distintos dominios que cultiva. [...]
( Description de san Marco
se estructura en 5 apartados-capítulos-estancias y en tres cajas
de texto, en un guiño mallarmeano evidente. Este artículo ofrece
algunas pautas de lectura con el mero objetivo de facilitar el desplazamiento
por los distintos itinerarios propuestos en el libro.. Ha sido traducido
al español por Angela Serna y publicado por Ed. Bassarai, Vitoria-Gasteiz,
2000, en su colección de poesía por deseo del autor, con el título
Descripción de san Marcos )
Bartolomé Ferrando & Carmen González Royo
La sexualidad
en el arte de acción: Juan Hidalgo, Esther Ferrer y Carles Santos.
Resumen
La mirada que observa, la mirada que siente, la mirada que goza;
pero también la mirada que interpreta, que lee, en definitiva. Hemos
querido leer cómo aparece, como nos aparece, a los ojos del espectador
la sexualidad en las performances o en las propuestas de artistas
actuales tan individuales y que se valen de recursos tan diferentes
como son Esther Ferrer, Juan Hidalgo y Carles Santos. Porque todo
es lenguaje, el lenguaje está por todas partes, parafraseando a
Barthes.
Résumé
Le regard qui observe, le regard qui sent, le regard qui jouit,
mais aussi le regard qui interprète, et qui lit, enfin. Ici, on
a voulu lire, comment la sexualité surgit et apparaît aux yeux du
spectateur dans les performances ou les propositions d´artistes
dont le travail inclassable est si personnel et le langage si différent,
comme celui d´Esther Ferrer, de Juan Hidalgo et de Carles Santos.
Parce que tout est langage, le langage est partout, en citant Barthes.
Abstract
The sight that watches, the sight that feels, the sight that enjoys,
but also the sight that performs, that reads. We want to read the
sexuality in the performances as il is shown, or as it is shown
to the spectator´s eyes, or in the proposals of individualistic
artists such as Esther Ferrer, Juan Hidalgo and Carles Santos who
use very different resources. Because everything is language, language
is everywhere, paraphrasing Barthes.
(Bartolomé Ferrando y Carmen González
Royo son profesores en la Universitat de Valencia. El artículo recogido
en Texturas fue presentado en el congreso "Miradas sobre la sexualidad
en el arte y en la literatura del siglo XX en Francia y en España",
29/febrero - 4/marzo 2000, Valencia.)
Sandra
Monleón
Simbología
de la visión-ceguera en Pasión de la tierra
[...] "cierra los ojos" dice Aleixandre. Mas no debemos ceñir la
imagen tan sólo en relación con la realidad, pues también cabe considerarla
como un atributo de la figura del cuerpo, símbolo usado en Pasión
de la tierra dentro de la ecuación amor=muerte que configura parte
de la cosmovisión aleixandrina.
Las imágenes visión-ceguera, en nuestro caso, aparecen desmarcadas,
marginales, pero no por ello hemos de imaginarlas aisladas del conjunto
de poemas, pues en sí dans lugar a la misma lucha contra los límites
reales o simbólicos del caos en que se encuentra el poeta.
Tal y como Aleixandre nos dice, su poesía ha sido "un camino hacia
la luz" [...]
Seve
Calleja
Jules Supervielle,
poeta marino
De Jules Supervielle (1884-1960) se ha dicho que hizo de puente
entre Francia y América Latina por su doble condición de francés
y uruguayo. Se ha dicho también que, junto a Saint-John Perse, cuenta
menos en Francia que fuera de ella y acaso sea por haber permanecido
al margen del Surrealismo y sus variantes de época. Junto con Jules
Laforgue e Isidore Ducasse, Conde de Lautréamont, fue uno de aquella
pléyade de franceses fuera de Francia. Y si se le pregunta sobre
él a un uruguayo dirá: "una de las puntas de aquel triángulo de
montevideanos que sólo cumplieron con el rito de nacer en la capital
del Plata". Y esto a pesar de haber vertido en su obra las esencias
del americanismo ( El hombre de la Pampa, 1923). Aunque sea cierto
que optó por rehusar a cualquier compromiso político o social, excepción
hecha tal vez de su poemario Por la Francia desdichada, de 1924,
que son cantos de guerra desde los que mira a su patria con dolor.
[...]
(El presente artículo incluye
la traducción de algunos textos de Supervielle que reenvían a la
imagen de "poeta marino" anunciada en el título)
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"Galería Itinerante"
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