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Mitología Afroamericana

 

 

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    En la América colonial, cuando a los invasores europeos se les hizo necesario mano de obra buena y barata, no dudaron en ningún momento en traer a los nativos de África. La esclavitud era sólo otra forma de comercio. Los negros de más demanda eran los originarios de Nigeria, por su bajo precio en el mercado.

    Los africanos trajeron consigo sus costumbres, tradiciones y creencias. Los colonizadores intentaron por todos los medios erradicar estas "herejías", pero no tuvieron  un éxito total. Los nigerianos y sus descendientes cultivarían una especie de síntesis religiosa entre el cristianismo y los dioses nativos de África. Así que, si para poder vivir tenían que venerar una imagen de la Virgen María, pues lo hacían, pero "disfrazando" a una de sus deidades orishas. Así le hacían creer a los europeos cristianos que le rezaban a un santo, cuando en realidad estaban venerando a una deidad africana. Tenemos, por ejemplo, el caso de Ogún, que representa a San Jorge y San Antonio de Padua; a Changó que representa Santa Barbara y San Jerónimo;  Ochún, representada por la Inmaculada Concepción (virgen del cobre); etc.   

    Esta sección del Rincón Mitológico está dedicada a esta suerte de sincretismo religioso que es conocida como "Santería". Aunque ella misma sea ya considerada como una religión, queremos exponer este interesante grupo de creencias del continente negro.

 

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LA CREACIÓN

PANTEÓN AFROAMERICANO

ALGUNAS LEYENDAS

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La Creación

    Cuando Olodumare vino a este mundo, había sólo fuego y piedras ardientes. Olodumare decidió entonces que la Tierra existiría, con sus montañas, valles y sabanas. Los vapores calientes de las llamas que se acumularon en el espacio las convirtió en nubes. En las partes de las rocas donde el fuego había sido más violento quedaron unos huecos profundos. En estas profundidades nació Olokun, el Océano.

    Luego creó a Obatalá quien a su vez creó al Hombre cuya alma es aliento de Olodumare.

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Panteón Afroamericano

Los orishas: Son los emisarios de Olodumare, o Dios Omnipotente.  Ellos gobiernan las fuerzas de la naturaleza y los asuntos de la humanidad.

Olodumare: Dios padre, omnipotente. Es la fuente del ashe, la energía espiritual de la que se compone el universo, todo lo vivo y todas las cosas materiales.

Ochun: Hermana de Yemayá, gobierna los ríos y riachuelos. Rige también el conocimiento y en este sentido trabaja muy de cerca con Orumnila. Rige también el amor y la fecundidad. Salvó al mundo convirtiéndose en buitre y volando al cielo. Engañó a Echú y obtuvo de él el dominio del juego adivinatorio de los caracoles.

Yemayá: Diosa del mar. Rige así mismo la maternidad. Es la madre de todos los seres humanos. Es la fuente de todas las riquezas, las cuales comparte con su hermana Ochun. Viste  7 faldas representando así los legendarios 7 mares, profundos y misteriosos. También es conocida como Okutti (reina de las brujas). Es hija de Odudua y Obatalá. Su hijo Orungan la violó una vez y la segunda vez que lo intentó su cuerpo (el de Yemayá) estalló y salieron de él quince dioses.

Eleggua: Dios de los caminos y las puertas del mundo. Es mensajero entre este mundo y el de los Orishas.

Orunila: Es el Dios de  la adivinación y la sabiduría. Es uno de los dioses más importantes, pues fue testigo de la creación del Universo por parte de Olodumare.

Echú: Es el encargado de llevar las peticiones y traer las respuestas de los dioses. Es el servidor del orisha. Cada orisha tiene su Echú.

Ogún: Es el dios del hierro, de la guerra y de la tecnología. Se enemistó con Changó a causa de los favores recibidos por Ochún.

Obatalá:Es el creador del mundo y de los hombres. Es el padre directo de todos los orishas. Se manifiesta en los "Dioses Blancos" de la justicia como: Orishanla, Oshala, Oshagiyan, Oshalufon, Orisha Oko y Osha Funfun. Es hermano de Odudua. Es el Dios del Norte.

Obá: Rige los vientos y las puertas de los cementerios. Fue esposa de Ogún.

Changó:Es el Dios de los relámpagos, truenos, la danza, el fuego y los placeres. Se le representa con un hacha doble. Es hijo de Yemayá y Oshalá. Esposo de Obá, Oya y Ochún. Oya le robó secretos de magia. Ochun es su favorita por sus artes culinarias. Obá trató de ganarse su amor ofreciéndole su oreja como comida; él la echó lejos y se convirtió en el río Obá, el cual es muy turbulento cuando se une al río Ochun. Históricamente fue Rey del pueblo Yoruba.

 

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Algunas Leyendas

La Ira de Olokun

    En cierta oportunidad, Olokun (el Dios de los Océanos) pensó en castigar a la humanidad por su poco respeto hacia él. Así que decidió hundirla en el gran Océano. A sus órdenes, olas inmensas invadirían toda la tierra, todo quedaría en tinieblas. La gente horrorizada imploró a Obatalá para que intercediera. Obatalá se puso entre la inmensa ola y sus criaturas. Olokun vino en una gran ola con un abanico de plata. Obatalá le ordenó parar. Olokun lo respetó y le prometió que renunciaría a su plan de aniquilar a la humanidad. Sin embargo, cada vez que el mar se pone violento, es porque Olokun está molesto y hay que calmarlo.

Ozain y los Tambores

     Hace mucho tiempo, los animales eran los dueños de los tambores. Los seres humanos no los conocían ni los sabían tocar. Un día Ozaín, el brujo, escuchó a lo lejos un ruido acompasado muy extraño y se metió en la selva para descubrir de donde provenía. Allí fue capturado por los animales, quienes lo iban a ofrendar a su Dios Donouu y así salvar a su jefe Orangután, que estaba muy enfermo. Ozaín les dijo a los animales que él lo podía salvar con sus hierbas, a cambio de su libertad y de que le enseñaran a tocar los tambores. Entonces Ozaín curó a el Orangután y los animales quisieron romper el pacto, así que Ozaín se robó los tambores. Desde ese entonces, son los hombres los que tocan los tambores y el guardián de éstos es Ozaín , el brujo.

Historia de Yewa

    Yewa era la hija de Olofi, quien se jactaba de decir que tenía a la hija más pura de todas. En una reunón de amigos se encontraba Echú, Changó y Olofi. Estaban hablando de las coqueterías de todas las mujeres y Echú mencionó a Yewa, y aseguró que ella sí que era una mujer pura y sin malicia. Changó escuchó esto y se fue al día siguiente a visitar a Yewa. Ésta al verle llegar no pudo aguantar y lo miró de lleno a su cara. Luego, Yewa muy averginazada le diría a su padre que había cometido una falta muy grave y le pidió que la mandara a un sitio muy solo, donde los que estuvieran reposaran eternamente. Es por eso que Yewa, Diosa del Cementerio, vive dentro de él y allí es su Reino.

 

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Página realizada por Arturo Cuevas.

Última actualización: 15/11/2002

Agradecimientos a Gabriel Vivas por su colaboración.