LO SÉ

Ahora lo sé.
Ahora entiendo cómo la locura
se parece tanto al amor,
por empaparte a besos,
por sentir tus pétalos,
por acariciar tus alas de vapor,
tú como aire invisible,
y tu piel bañada de rocío intenso.

No había entendido
la importancia de que caiga
lluvia tersa por tu cuello,
y ahora que bien puedo mojarme
en tu agua personal,
tal vez debo pedirte permiso
para robarme algunas gotas
de tu ansiado líquido prohibido.

Casi no sumo los respiros que he perdido,
casi no veo el humo en que me he convertido,
estrecharte bajo la luz de un fuego
hace que los ángeles me construyan nuevamente
y que el duende atrapador de todos los tiempos
me regrese los besos tuyos que había perdido
aquella vez cuando por fin supe
que tus alas eran de un ángel cuando te vi dormida.
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