Ni siquiera pensó en el riesgo de salir embarazada, no tomaron las precauciones del caso, el volcán había erupcionado derramando su lava ardiente en las frondosas praderas de su cuerpo, se vistieron con calma y salieron abrazados riendo de felicidad.
Pasó un mes y ella le dio la noticia que no había tenido su menstruación, pero que no había motivo de preocupación por que esto era frecuente, su ciclo era irregular y a veces demoraba hasta 15 días en normalizarse. Es por eso que a la hora de salir del consultorio recién se percató que ya habían pasado dos meses, el doctor se lo hizo recordar. Abrazada a su enamorado le preguntaba: "Y ahora que hacemos? Mi papá me mata, mis estudios, Dios mío, que hago? Que desilusión para mis padres, por favor Ricardo dime que hacemos?..."
"Solo queda una salida", le contestó, "no estamos en condiciones de tenerlo, yo no trabajo, mis padres están separándose, tú tienes que viajar a estudiar, creo que no hay otra salida, si es que tú estás de acuerdo por supuesto".
No estaba en condiciones de pensar y tomar una decisión correcta por lo que le respondió que él tome el control de la situación, que ella aceptaría todo.
- "No tengo nada gordita", le respondió, "creo que me va a dar la gripe, voy a recostarme un rato, no tengo ganas de comer, mas tarde estaré mejor ya lo verás."
- "Quieres que te lleve algo caliente a la cama? Alguna pastilla, un mate que te alivie?"
- "No mamita, de verdad lo que quiero es descansar."
- "Entonces ve hija mía, mas tarde tenemos que conversar, acordar que haremos para la noche buena, tenemos que armar el "nacimiento", ver lo de los regalos, hacer la lista de compras, ay hija, necesito tanto de tu ayuda, por favor tratemos de pasar lo mejor este año, tiemblo al pensar que pronto partirás y ya no estarás a mi lado".
En silencio se dirigió a su habitación, cerró la puerta y miró el calendario que colgaba detrás, efectivamente era 8 de Diciembre, la Navidad estaba "en puertas". Pero a ella no le interesaba los regalos, ni nada que se relacione con esta fecha, su mente estaba en otra cosa, en tratar de salir de este grave problema.
De esto pasó una semana, el día 15, Ricardo le dio la noticia, tenía la dirección de un enfermero que atendía en su casa que quedaba cerca al mercado, irían a las 2 de la tarde, Javier los esperaría, los presentaría y se retiraría.
- "Es necesario que el vaya?", le respondió, "tengo un poco de vergüenza, no será que comente esto con el resto de los amigos?". "No creo", le dijo, "es mi pata, mi mejor amigo, es como mi hermano".
A la hora acordada fueron al lugar, una casa antigua con un enorme portón de entrada en la que se indicaba la dirección: "Jr. Amazonas 348". Ingresaron por el empedrado pasadizo, varios cuartuchos se ubicaban en ambos lados, llegaron al interior "F" y tocaron la puerta. Fue Javier el que les abrió, les indicó que tomen asiento en unos mullidos muebles, sucios, llenos de grasa.
Una cortina de tela que hacía mucho tiempo no lavaban separaba esta salita con la otra habitación, se percataron que aparte de su amigo había otra persona, un muchacho de unos 18 años, los movimientos de sus piernas que las separaba y juntaba en un ritmo acelerado indicaban que estaba preso de los nervios, miraba al otro cuarto con desesperación y gotas de sudor le caían por el rostro.
- "Está operando a su novia", les susurró Javier al oído, "ya debe terminar, esto es rápido, no demora mas de media hora, ustedes se han demorado mucho, yo estoy acá mas de dos horas."
La cortina se abrió y una linda muchachita salió por ella, su palidez era extrema, sus pasos eran lentos y caminaba como mareada, el novio la tomó del brazo y la hizo tomar asiento, luego ingresó al otro cuarto por indicaciones del enfermero.
- "Le va a cancelar", les dijo Javier, "el no es como otros que cobra adelantado, estén tranquilos que ya le adelanté el asunto de ustedes, como son dos meses no cobrará mucho, es más, ahora no te operará por que tiene que regresar a su trabajo, pero acordarán la fecha, ya les explicará lo que tienen que traer ese día."
Estelita miró a la otra chica y no contuvo el deseo de abrasarla y consolarla, se sentó a su lado y le dijo: "Te encuentras bien? No necesitas nada?" Ella sólo lloraba y no respondía, no tuvo tiempo a otra pregunta, el enamorado salió y le indicó que tenían que retirarse.