DECISIONES ESTRATÉGICAS Vs. INFORMACIÓN, TIEMPO,  FUTURO E INTUICIÓN

20/02/2003.Las organizaciones modernas están soportando el embate de los cambios bruscos del ambiente externo;   el tiempo de   respuesta a los estímulos del entorno es cada  vez más corto, por tanto,   los   procesos  de toma de decisiones deben ser rápidos y flexibles. La supervivencia de las organizaciones de hoy depende de la adopción apresurada de  decisiones estratégicas; resta poco tiempo   para   la   reflexión,   para   la   contrastación  de ideas, para la maduración de los procesos intelectuales. Las decisiones deben formularse  ya,   sin   dilación; no significa esta premura que la calidad de las decisiones deba pasarse por alto;   el cumplimiento  de la misión, la consecución de la visión, el posicionamiento en el mercado, la prevalencia sobre el adversario,  la vida misma de la organización está en juego. Las decisiones deben  ser  rápidas pero seguras;  improvisadas   pero eficientes.   Cabría   preguntarse  si  es  racionalmente  posible  la formulación de decisiones en un contexto como este;   la respuesta  parece   ser  negativa.    Entre   las   mayores dificultades que se le presentan,  en  la  actualidad,  a las organizaciones está aquella que tiene que ver con la relación que   existe   entre   el   manejo   de   la  información disponible y  el  tiempo que requiere la toma de decisiones. Aún siendo posible la reunión  de  toda  la   información   que pueda ser requerida para atender las situaciones problemáticas, el tiempo  se   presenta   como   un   arbitro   implacable:   la decisión   podría   ser   tardía,   podría   arribar   después    de    la   victoria   del   adversario,   de   su posicionamiento en el mercado. La información proviene   tanto    del    contexto   interno   como  del ambiente externo de las organizaciones; su vigencia dependerá de la estabilidad  de  este contexto  externo: mientras mayor sea la estabilidad del ambiente externo, mayor será el período de vigencia de la información; pero, lo cierto es que los ambientes de hoy  cambian en forma  tan   acelerada   y tienen un  nivel de incertidumbre tan elevado que la información  que   se recibe en un instante deja de tener vigencia en el siguiente; además, el volumen de información  que se percibe del ambiente es de tal magnitud que su procesamiento puede superar  la  capacidad   de  las  organizaciones en cuanto a disponibilidad de tiempo y recursos. La toma  de  decisiones en un ambiente tan ambiguo  y complejo es, verdaderamente, un proceso    tan   difícil   que puede conducir tanto al éxito como al fracaso;  la diferencia entre estos dos extremos   puede estar en la simplificación de la complejidad y la disminución del tiempo que se  requiere para   la generación de las ideas que sirven de base a los procesos decisorios.    El    liderazgo   de  la organización  no   necesariamente   debe captar   la realidad  en   toda   su   complejidad;   la rápida   aprehensión de esta es posible si se   captan  sus elementos   esenciales.   La    intuición ayuda a captar tales elementos en forma instantánea; por el
           
BIENVENIDO
PUBLICACIONES
Envìe sus comentarios sobre el sitio y/o Nuestra Organizaciòn.Click Aquì
Estrategias
Organización
Objetivos
Publicaciones
Eventos
Afiliación
Contáctenos
SIED
Coordinador
de Sección
Inicio
Valores
  Reflexión
     Los Analfabetas del Siglo XXI no seràn los que no pueden leer ni escribir, sino los que  no  pueden aprender, desaprender  y reaprender.                                                           
                                           ALVIN TOFFLER
Envìe sus comentarios sobre el sitio y/o Nuestra Organizaciòn.Click Aquì
Envíe sus comentarios sobre el sitio y/o Nuestra Organización. Click Aquí
contrario la aprehensión racional de la realidad requiere de un  tiempo relativamente prolongado. El tiempo no es un factor   de   trascendencia   en   ambientes   estables y de bajo nivel de incertidumbre, pero cobra importancia vital en presencia de ambientes de cambio acelerado e incertidumbre.
            Por otra parte, se tiene que las decisiones estratégicas se adoptan para el futuro y no para el presente.  Ahora bien,    el    futuro    es  impredecible,   indefinible   e  inalcanzable   por medio de la razón; la conciencia humana esta enclaustrada   dentro   de   los   estrechos   límites  de  su  finitud  y  no puede, por tanto, alcanzar algo que está en el contexto de lo infinito. La aproximación hacia el futuro tendría que   ser,  así  pues,  intuitiva.   La   intuición   permite el establecimiento de una relación inmediata entre el planificador y el futuro; entre  el  ser  humano y lo absoluto.   Si se construyese un futuro sobre la base de la proyección de  un  presente dado  (aproximación racional), ese futuro sería una imagen tan similar a ese presente que su  utilidad  como  punto  de   partida  para   la  adopción  de   decisiones estratégicas sería insignificante.   Para construir  un  futuro que sirva de alguna utilidad para la organización, se hace necesario establecer una   discontinuidad entre el presente y el futuro que permita romper los lazos racionales entre ambos; esta ruptura es posible   por   medio   de   la intuición. Las imágenes del futuro que se creen por medio de la intuición   contribuirían   a   disminuir   la   incertidumbre   que   coarta   los   procesos   de  toma de decisiones de las organizaciones.
                En resumen,   es   posible   afirmar   que   los   procesos    intuitivos   contribuyen   a disminuir el tiempo que pueda utilizarse para el procesamiento de la información disponible, a facilitar la simplificación   de  los procesos de toma de decisiones y  a establecer una discontinuidad entre el presente y el futuro.

                                                                            
Msc. Néstor José Contreras Pineda

Bibliografía:
-Day, George, Shoemaker, Paul y Gunter, Robert. (2000). Gerencia de Tecnologías Emergentes. Buenos Aires: Javier Vergara Editor.