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Crónicas del Milenio de Plata

Un encuentro casual


Mina estaba muy preocupada. ¡Y no era para menos!. Su pequeño amigo Artemis caminaba despacio por la calle junto a ella, con la cabeza abajo, mientras trataba de seguirle el pensamiento.

- Menudas vacaciones ¿Eh? - dijo al fin Artemis

- Ni me lo recuerdes... Ni Serena, ni Rei ni Darien. Ya me había acostumbrado a trabajar con todo el equipo.

- Pero Mina, piensa en lo positivo: Lita y Ami tomaron el mismo curso de verano que tú y puedes contar con ellas para esta misión - respondió Artemis, tratando de animarla.

Pero lo que menos tenía la pobre Mina en ese momento era ánimo. Con la mitad del equipo en vacaciones y totalmente inubicables por el momento, se veía en la obligación de combatir un nuevo enemigo. Y se sentía casi tan sola como antes de conocer a las demás Sailor.

- Es verdad... - dijo Mina al fin - Lita y Ami. Es una suerte que estén con nosotras. ¿Qué hora es?

- Como las ¡Cuatro y cuarto! - gritó Artemis

- Dios mío - Exclamó Mina, abriendo sus enormes ojos en una clara y divertidísima expresión de angustia - Te dije que estábamos atrasados, gato perezoso, holgazán, irresponsable, ...

- ¿Qué?.. - gritó desesperado el poble Artemis, que jalado de una de sus patas por Mina, es llevado en calidad de bulto por el resto del camino... ¡Y aún quedaban diez cuadras para llegar al departamento de Lita!

Jadeando y con Artemis abolutamente mareado, hace su aparición la pobre Mina, exactamente a las cuatro diecinueve. Por supuesto, Lita y Ami estaban esperándola sentadas en la sala, pero no la regañaron. Estaban demasiado intrigadas con el nuevo enemigo, y no habían perdido el tiempo; levantando el diario, Lita interroga a Mina inmediatamente después de que toma asiento en una de los cojines frente a la mesa.

- Escuché tu llamada e inmediatamente encendí el televisor. La noticia ya es vox populi, lo que nos quita mucha libertad de acción.

- No todos los días secuestran al representante Chino de las naciones unidas, sobre todo cuando está en visita aquí en Japón. - Sentenció Mina, un poco más calmada

- Ese no es el único problema - Agregó Ami, enfrascada en calcular algo en su computadora de bolsillo -. Este secuestro parece cuidadosamente planeado, como si una mano siniestra estuviera detrás de todo. No es lógica una acción de este tipo, pues las relaciones diplomáticas de ambos países han estado muy mal debido a los atentados ocurridos en Pekín y Tokyo.

- El punto de Ami es de la mayor importancia - dijo Mina -. Es muy raro que en ambos países, y al mismo tiempo, se formen grupos fanáticos racistas que quieran exterminar al otro bando. Es ridículo.

- Agrégale además el tremendo poder que han demostrado - exclamó Lita, preocupada y enojada a la vez -. ¿De dónde sacan tanto dinero? ¿Quién los está apoyando?.

- Sin embargo todavía no entiendo con claridad por qué nos mandaste a llamar - preguntó Ami -. es un asunto importante, sin duda, pero me parece que le corresponde más a policía internacional, no a nosotras...

- La policía está detras de ellos hace mucho tiempo - dijo Artemis súbitamente - pero se les escapó de las manos hace poco. Es por eso que les pedí ayuda. Yo compartía el pensamiento de Ami hasta que vi por mis propios ojos lo que pasó ayer en el hotel donde se alojaba representante de la ONU.

- ¿Ah?,¿Cómo?, ¿Qué fue lo que ocurrió? - Gritaron Lita y Ami a la vez, mientras Artemis seguía serio y Mina tomaba cada vez más el aspecto que otrora le diera fama de Sailor V, la justiciera uniformada

- ¡Bueno, ésta es una de las ventajas de ser un gato! - comenzó diciendo Artemis - En principio pude escabullirme a la Suite principal a través de la terraza pero créanme que ni siquiera a mí me fue sencillo entrar con una vigilancia policial tan extrema como la de anoche. Incluso me descubrió uno de los guardaespaldas que, por fortuna para mí, era muy amable con los gatos y me permitió acercarme un poco más a él y escuchar dentro de la sala.

- Hasta ahora vamos bien - dijo Ami - ¿Pero y luego qué?

- Escuché el sonido de una ducha y sospeché que el representante estaba en el baño; me acerqué a la puerta mientras el guardaespalda iba por un momento a la cocina para ofrecerme leche en un plato. Entonces fue cuando todo pasó... -Los ojos de las chicas estaban absolutamente absortos. Si una de ellas hubiese respirado muy fuerte se habría notado. La tensión en la sala era extrema. - Un grito aterrador surgió del baño, con la consecuente sorpresa del guardaespalda y de los guardias de la puerta, que se abalanzaron al baño a ver qué ocurría. Por fortuna la puerta estaba abierta y, como yo estaba más cerca que ellos, pude entrar antes. Y lo que ví me quitó la respiración ...- Lita y Ami saltaron de sus cojines en ese momento - dentro del baño, y cogiendo fuertemente al representante de la ONU, había un ¡DEMONIO!.

- Un maldito demonio, lo sabía - gritó Lita, golpeándose la palma de su mano con un puño -, cuando le ponga las manos encima le enseñaré un par de cosas que ...

- Qué horror - exclamó Ami - y ¿Cómo era ese demonio?

- Jamás había visto uno de esas características. Era algo similar a los seres humanos, pero muchísimo más grande, de unos tres metros y medio de largo y muy corpulento. Su piel era verde-azulosa, su pelo corto pero muy desordenado, y sus ojos azules y muy, muy fríos. Usaba ropas muy rudimentarias, parecían pieles de animales salvajes. Su cara era muy angulosa, y ... babeaba.

- Guacatela, púaj - dijo Mina - No te envidio, Artemis

- En fin - dijo Artemis -. Antes de que pudiera atacarlo, llegaron los guardias y este "ser" abrazó al representante, lo llenó de esa baba asquerosa y desapareció como si fuera un fantasma

- Bueno chicas, es un trabajo para las Sailor, o lo que queda de ellas - Dijo Lita - ¿Tienen pensado cuál es el próximo paso del nuevo enemigo?

- Nos juntaremos primero en la puerta del colegio Jyuban, hoy a las ocho. Los demonios están claramente involucrados en estos nuevos movimientos fanáticos y la marcha que van a realizar hoy en la calle frente a nuestro colegio no me presagia nada bueno. ¡Debemos estar preparadas para todo! - Terminó de decir Mina

- Bueno. Quedamos tres, así que podemos llamarnos por ahora las mosqueteras-Sailor - Dijo Ami levantando su broche de transformación y diciendo - Todas para una...

- ¡Y UNA PARA TODAS!...

Eran casi las siete y media y casi todo el colegio estaba amontonado en la calle para ver el desfile. Por supuesto no eran muchos, pues se estaban dando cursos especiales de verano, pero vistos desde lejos hacían un buen montón. Y justo en medio de todo el gentío, nuestras tres heroínas, hablando temas de profunda importancia...

- Te digo que el nuevo esta muy guapo - dijo Mina, mirando a un chico de cabello castaño, delgado y alto, de ojos pardos, que estaba parado sólo, a unos diez metros detrás de ellas -. Ayer supe que viene de China, y sus padres lo abandonaron mucho antes de que los conociera. ¡Pobrecito!

- Sí ... se parece al muchacho que me abandonó - (Respondió ¡Adivinen quién!)

- Chicas por favor, que nos está mirando - dijo Ami, sonrojándose

- Es cierto - dijo Lita de nuevo - a veces me pone nerviosa de tanto que me mira y no estoy bromeando. Yo soy de un carácter muy fuerte, así que espero que no quiera problemas.

- Lita por favor más despacio - dijo Mina -. No dudo que seas muy fuerte, pero este chico, hace poco, en la clase de gimnasia...

Pero Mina no alcanza a terminar. Lejanamente se empiezan a escuchar los gritos de una multitud enajenada y violenta, que con palos y pancartas, acompañaban una ola de insultos y descalificativos al pueblo Chino que iba en aumento. A lo lejos, se observaba ya el compacto grupo que se acercaba ocupando toda la calle, mientras periodistas y policías los rodeaban y aumentaban más el alboroto. En total eran unas quinientas personas caminando por la calle dando gritos... todo un espectáculo.

Pero esta marcha, más que un espectáculo, era un extraño fenómeno. La gente de la calle que los observaba pasaba de la sorpresa a la total euforia, y se ponía a gritar con ellos casi como si estuvieran embrujados. Y los jóvenes espectadores del colegio Jyuban no fueron la excepción. Todos, inclusive las Sailor, empezaron a caer en un profundo sueño que les quitaba los sentidos y la razón. Que les incentivaba odios racistas e irracionales. que les hacía sentirse superiores a los demás, e incluso con el derecho a someterlos y matarlos.

La multitud estaba pasando casi al frente del colegio Jyuban. El embrujo entre los alumnos era ya casi total. ¡Gritar, destruir, humillar!. Todo era lícito, posible. ¿Acaso no somos seres superiores?... ¡Vamos, unámonos a la protesta! parecía decir una voz secreta. Los absortos estudiantes ya empezaban a dar los primeros pasos hacia la calle con expresión eufórica. Por fortuna, Artemis (algo menos embrujado, o algo más astuto) logró safarse del trance y con un tremendo y no muy delicado RAJUÑÓN le recordó a Mina que su gato no sólo sabía hablar... las lágrimas y el chillido de ésta fueron más que elocuentes.

- Dios mío - Dijo Mina - ¡Es horrible!. Estaba a punto de seguir a esos locos. ¡El poder del enemigo es terrible!

- ¡Rápido - gritó desesperadamente Artemis - ¡Alcanza a las chicas y tranfórmense en Sailor Scouts!

Antes de dar alcance a Lita y Ami, Mina se percata de que el alumno nuevo no había caído en el embrujo de la marcha. Al contrario, parecía muy atento y alerta, aunque sus puños apretados y sus brazos temblando daban la impresión de rabia contenida. Sin embargo, Mina no le dio mucha importancia por el momento. Se dedicó a alcanzar y despertar lo más rápido posible a Lita y Ami, aunque sin demasiada amabilidad.

- Rápido - se apresuró a decir Mina - Transformémonos detrás de esos árboles, nadie se dará cuenta en el estado que están. Ami, necesitamos tu computadora de inmediato.

- ¡Sí! - Gritaron ambas y se apresuraron a cruzar la calle antes de que llegara el grueso de la turba. En menos de un instante, ya se habían transformado en Sailors.

Sailor Mercury había encendido su visor digital y no paraba de hacer cálculos con su computadora de bolsillo. Era obvio que existía una presencia maligna pero era demasiado poderosa para estar concentrada en un solo lugar; claramente, debía estar distribuida por toda la multitud, pero ¿Dónde?.

- Existe una fuerte distribución espaciotemporal que altera el tejido hiperdimensional - dijo al fin, dejando un poco colgadas a sus compañeras - Necesito una distracción para aclarar la fuente.

- ¿Podrías hablar en español? - exigió Sailor Júpiter

- Lo siento - dijo Mercury, algo acongojada - Es que no puedo descubrir dónde está el enemigo. Necesito que alguna de ustedes lo obligue a salir.

- Con una distracción por ejemplo ¿Eh? - agregó Venus - Yo lo haré. Júpiter, prepárate a cubrirme si es preciso.

Con un salto tremendo, Venus se coloca justo al frente de la multitud, que en ese momento estaba ya frente al colegio Jyuban. La aparición fue tan sorpresiva que la gente se detuvo en el acto. El silencio que vino después fue sepulcral. Pero Venus es una muchacha de acción, y su ataque no se hizo esperar.

-¡CADENA DE AMOR DE VENUS! - Gritó mientras dirigía su ataque directamente contra uno de los carteles. El disparo fue certero, pues tomó el lienzo con su cadena y lo hizo volar por los aires ante la mirada atónita de todos.

Esa fue la distracción que Mercury necesitaba. Las lecturas estaban ahora claras, pues el ataque de Venus había despertado a los demonios, mientras que la gente entraba en pánico.

- Son los policías, Sailor Júpiter - Gritó desesperada - debes atacarlos de inmediato o Sailor Venus estará en problemas

La respuesta de Lita no se hizo esperar. Parada encima del árbol donde se habían escondido, hizo una aparición estupenda...

- Que venga el trueno de júpiter y la Tierra haga temblar... - dijo mirando al primer policía que ya estaba frente a Sailor Venus - TRUENO DE JÚPITER, RESUENA.

El policía recibe el impacto y se retuerce en el suelo con desesperación. Pero en unos instantes razga sus ropas en una grotesca metamorfosis... algo chamuscado por el ataque de Lita, pero totalmente rabioso aparece un demonio de características muy similares a la descripción de Artemis. Con un movimiento de su brazo, la gente que lo seguía en la marcha avanza en dirección a Lita con expresión de Zombie. Los demás policías tambíen se metamorfosean y con un movimiento muy rápido, rodean a Sailor Venus.

Con Lita rodeada de gente y Mina rodeada de demonios, algo había que hacer. Pero Mercury no estaba de ociosa y calcula perfectamente su ataque. Había que liberar a Lita primero y salvar a la gente de un sólo golpe.

- FULGOR DEL AGUA DE MERCURIO! -grita Ami, y su ataque impacta sin misericordia al primer demonio que había atacado a Mina, que cae totalmente congelado y sin sentido. Al mismo tiempo, toda la gente de la marcha pierde el conocimiento y cae frente a los espantados ojos de Sailor Júpiter.

- ¡Rápido Sailor Venus, sal de ahí! - gritó Mercury - debemos alejar a los demonios de este lugar, o la gente no estará a salvo.

Usando su cadena, Mina escapa en el mismo instante en que los demonios le lanzaban una baba viscosa desde sus bocas. En total eran siete, pero con uno fuera de combate le correspondían dos a cada Sailor. El combate estaba a punto de comenzar y el enemigo aún no había manifestado todo su poder, lo que tenía muy nerviosa a Mercury

-El colegio está totalmente vacío - Dijo Mercury con su visor digital puesto -. Llevémoslos al patio principal de prisa.

Dicho y hecho. Pero una vez que las tres saltan en dirección al colegio, dos demonios les cierran el paso frente a la puerta. Un certero rayo creciente los ciega el tiempo necesario para que las tres entren al patio. Una vez ahí, Mercury cubre todo el lugar con una espesa niebla. Las Sailor aprovechan el factor sorpresa y el primer demonio que entra es literalmente fulminado por Mina.

- ¡Cuidado detrás tuyo, Lita! - advierte Mercury, aunque un poco tarde. Abrazando fuertemente a Lita con sus brazos, aparece otro demonio muy de improviso. Pero la fuerza de Sailor Júpiter no es sólo habladurías...Con un fuerte golpe logra safarse y una demoledora patada de media vuelta deja al demonio K.O. por un rato.

Pero no todo estaba de parte de las Sailor Scout. Aún quedaban cuatro demonios, que cambian radicalmente de táctica atacando de improviso. Dos de ellos se encargan de inmobilizar a Sailor Venus con sus babas, mientras que Júpiter esquiva el ataque apenas y Mercury logra congelar en el último momento esa extraña baba viscosa.

- De prisa, escap... - logra gemir Venus antes de ser totalmente cubierta. En un instante desaparece junto con los dos demonios que la habían atrapado dejando estupefactas a sus dos compañeras.

- Venus, Venus... ¡¡VENUS!! - grita Mercury desde una esquina.

Desgraciadamente, Lita pierde toda la calma y ataca sin control a su perseguidor. Por supuesto que al final logra derribarlo, pero en el suelo el demonio logra dispararle directamente a sus brazos, inmivilizándola. Sailor Júpiter pierde el equilibrio y cae pesadamente al suelo.

- Maldito demonio - dice Lita frente a él - dónde la tienes... DONDE ESTÁ VENUS...

El demonio no logra contestar, pues el ataque de agua de Ami lo derriba en el momento justo. La batalla era desesperada, pues Mercury aún no se liberaba de su enemigo y su último ataque la debilitó demasiado. Sin posibilidad de mantenerse oculta en la niebla por más tiempo, cae atrapada por el otro demonio.

Con Mercury y Júpiter en el suelo los demonios se reagrupan y, por desgracia para Sailor Júpiter, el demonio que ella había nokeado hace algunos momentos ya estaba recuperado y se acercaba a ella decidido a vengarse. Aunque intentó zafarse con todas sus fuerzas, no pudo con esa baba pegajosa que le envolvía los brazos. De esa forma, el demonio la cogió del cuello y la elevó por sobre sus hombros ante el espanto de Sailor Mercury.

- ¡Déjala, por favor, DEJALA ! - rogaba Ami.

Con una risa sarcástica, el demonio lanza fuertemente a Lita en contra del piso, dejándola muy mal herida. Sin embargo, un instante antes de volver a tomarla, el demonio retuerce su espalda en una mueca de dolor. Era Artemis, que había llegado en el último momento. Desesperado, estaba tratando de ayudar a Lita.

- ¡Suéltate rápido, Sailor Júpiter!, sé que tú eres fuerte. - gritó Artemis

Pero no fue más que un acto desesperado. Con ayuda de otro demonio, tomaron a Artemis por una de sus patas y lo arrojaron fuertemente contra una muralla dejándolo sin sentido.

Sin otra ayuda más, las Sailor parecían condenadas. Entre dos demonios empezaron a cubrir completamente a Ami con sus babas, mientras Júpiter recibía golpes sin misericordia. Una vez en el suelo, casi inconsciente, logra ver la silueta de Sailor Mercury, inmovilizada por la baba viscosa de los demonios.

- Malditos, malditos demonios... - dijo apenas.

Lita sabía que ahora iba a ser cubierta al igual que Ami y Mina, y eso era justamente lo que se disponía a hacer el demonio que tenía frente suyo. Cerrando los ojos, se prepara para el fin.

Pero ese momento nunca llegó. En vez de ser cubierta por la baba del demonio, Lita siente cómo una fuerte ráfaga de viento cálido pasa justo frente a ella, provocando un grito espantoso del demonio que estaba a punto de atacarla. Asustada por el grito abrió los ojos y el demonio llacía MUERTO y carbonizado frente a ella.

Sailor Júpiter estaba demasiado golpeada y cansada para ver con claridad, pero distinguió a lo lejos una silueta, un ser humano que se erguía en el otro lado del patio.

Asustados por la presencia de este nuevo enemigo, los demonios dejan a las sailor y atacan juntos al intruso. Lo único que alcanzó a recordar Júpiter antes de perder el conocimiento fue que unas bolas de fuego muy brillantes salían del lugar donde se encontraba ese misterioso individuo...

Sailor Júpiter despierta sobresaltada. Su fuerza era tan grande que, a pesar de que la cabeza le daba vueltas, sólo pensaba en sus compañeras. Se miró las manos y se dió cuenta que ya no tenía esa baba viscosa alrededor de sus brazos. Sus heridas en el hombro y en la cara habían sido vendadas y, aunque eran de cuidado, parecían haber mejorado un poco. ¿Cuánto tiempo habría estado inconciente?.

Al fin atinó a mirar a su alrededor. No era de noche, pero estaba oscureciendo rápidamente. De lejos se distinguían las luces de unos faroles eléctricos. Estaba en un edificio abandonado, derrumbado y lúgubre en las afueras de la ciudad. No le habría extrañado encontrar una pandilla de criminales en ese lugar o incluso un escondite de vampiros. Hacía un poco de frío y se dió cuenta en ese momento que no estaba vestida como Lita, sino como Sailor Júpiter. No se había des-transformado (por así decirlo) desde el último combate, lo que la tenía muy confundida y nerviosa. Si lo hacía en ese momento, corría el peligro de delatar su identidad.

Decide esperar un tiempo prudente hasta que volviera la persona que los había salvado. Era obvio que alguien aparecería, al menos para preguntar cómo estaban. Pero no, ni en 15 minutos ni en una hora apareció nadie. Cansada de esperar y segura de que las heridas que tenía le permitirían al menos caminar por alrededor, Sailor Júpiter se para y examina los alrededores. Era el primer piso de una construcción abandonada, estaba llena de pinturas y rayas hechas con aerosol y los escombros llenaban el piso. De repente un ratón pasaba cerca de ella causándole más de un susto. Luego de caminar por unos diez minutos, se convence de que no hay nadie.

- Qué curioso - se dijo para sus adentros -; tampoco logro "sentir" la presencia de nadie. Quien quiera que nos haya ayudado, se debe haber ido...

Sailor Júpiter toma entonces su broche de transformación y se convierte de nuevo en Lita. Era mejor, pensó, así podría pasar por la calle sin llamar la atención y pedir ayuda por algún teléfono. Después de todo, los padres de Ami y Mina deberían estar muy nerviosos, y aún no se le ocurría qué decirles.

- Veo que eres muy poco cuidadosa. Si delatas así tu identidad, podrías tener problemas...

La voz surgió exactamente detrás de Lita que, aunque asustadísima, da una rápida media vuelta y se pone frente a la voz en posición de guardia. Con los dientes apretados y el corazón aceleradísimo, descubre finalmente la silueta de un joven, más o menos de su edad, que la observaba con un gato en sus brazos. Aunque la luz era escasa, pudo distinguir los rasgos de su cara, que se encontraba a escasos dos metros de la suya.

- Tú, tú ... eres del colegio Jyuban ¿verdad? - dijo Lita, mientras relajaba de a poco su gesto de batalla - eres ¡el nuevo!

- Prefiero "Bruce" si no te importa - dijo el joven, relajando un poco el ambiente -. Y sí, somos compañeros y puedes estar tranquila, pues tu secreto estará a salvo conmigo.

Lita, aún perpleja por la extraña e inesperada amabilidad de Bruce (que ni siquiera las conocía bien), se queda observando parada mientras éste prende una linterna ubicada frente a la cama donde ella había dormido y deja encima un gato blanco que parecía muy herido. Era Artemis.

- ¡Artemis!, cómo estás - gritó mientras se acercaba a la cama - tienes una pata quebrada ¡Qué horror!

- No te escuchará aunque le grites - respondió Bruce - le acabo de dar un calmante y va a dormir todo el día. Tiene heridas muy graves y quizás una hemorragia interna, así que no lo toques.

La cara de Lita estaba un poco más relajada, aunque sufría mucho por la suerte de Artemis. No paraba de mirar estupefacta a Bruce, que con un cariño de padre desinfectaba los rasgullos de Artemis y lo dejaba bien abrigado sobre la cama.

- ¿Dónde está Ami? - dijo al fin sobresaltada

- Ella está muy bien - dijo Bruce -. Logré sacarle a tiempo esas babas que la cubrían y ahora duerme. Tú eres realmente fuerte, creí que despertarías después que ella.

- Un momento - dijo Lita encarándolo -, creo que nos debes a todas una explicación. Primero, no entiendo cómo te escondiste de forma tan perfecta entre estos escombros y segundo, quiero que me expliques qué relación tienes con esos demonios que controlaban la protesta.

Al oír sobre los demonios, la cara amable de Bruce cambió radicalmente a una expresión de furia contenida. Cerrando luego los ojos y un poco más calmado, le respondió a Lita:

- No tengo nada que ver con esos demonios que viste. Es más, los odio con todo mi ser. En China han causado desgracias muy grandes y numerosas muertes de gente inocente. Te ruego que no vuelvas a confundirme con ellos.

- ¡Dios mío, lo siento! - dijo Lita, acongojada - Es que estaba confundida, no sé qué hago aquí y una amiga muy especial está en manos de ellos y ...

- No necesitas excusarte - interrumpió Bruce con una sonrisa -, yo habría reaccionado igual que tú en estas circunstancias. No lo tomes a mal, pero te encuentro muy parecida a mí en algunas cosas - Lita se sonroja -. En fin. Creo que sí, te debo una explicación, pero no puedo dártela porque yo tampoco la tengo.

- ¿A qué te refieres?

- A que no sé quién soy ni de dónde vengo. Y lo que es peor, a donde voy están ellos

- ¿Quieres decir, esos demonios? - preguntó Lita entusiasmada

Bruce la miró con cariño y luego respondió:

- Es extraño. Contigo me siento en confianza, casi como si te conociera hace tiempo. De hecho, te debe sorprender que un perfecto desconocido te cuente esto.

Lita lo mira con asombro y descubre que también siente esa confianza. Casi como si no necesitaran hablar para entenderse. Eso fue suficiente para romper el hielo y hacer que el duro carácter de Lita se ablandara al fin.

- Bueno - dijo ésta, sentándose al lado de Bruce - como ya sabes mi verdadera identidad, no vale la pena que sólo tú cuentes tu historia, así que ahí voy. Soy nueva en este colegio y mis padres murieron hace algunos años en un accidente de avión...

- Lo siento mucho.

- No hay problema - dijo guiñando un ojo -. Me encontré hace un buen tiempo con una chica que tú no alcanzaste a conocer. - Bruce escuchaba atentamente - Una chica muy distinta a mí, indefensa y llorona como nadie. ¡Jamás imaginé que sería una súper heroína y que su gata (igual a Artemis pero de color negro) me daría los poderes del trueno!. Aprendí que mi carácter duro y difícil podía cambiar, y que toda esa energía que antes usaba para estar sóla me serviría después para defender a los que yo más quería; a mis amigos.

- Perdona pero ¿dijiste el poder del TRUENO? - preguntó repentinamente Bruce

- Sí, el trueno de Júpiter. Aunque luego fui perfeccionándolo y...

- Entonces, tú eres la Sailor del planeta Júpiter.

- este, sí - dijo Lita.

Bruce adoptó de pronto una expresión seria. Miró a Lita de arriba a abajo y dió un paso atrás como si no pudiera creer lo que veía. Sus ojos se llenaron de lágrimas y le tomó la mano en expresión de súplica, haciendo que Lita se sonrojara.

- Tú, tú ... puedes ayudarme a descubrir quién soy - balbuceó Bruce

- ¡Espera un poco! - pidió Lita, un poco incómoda - Creo que tú no me has explicado nada de tu vida, así que estoy esperando.

- Lo siento, lo siento - dijo parándose de nuevo, un poco avergonzado -. Yo también perdí a mis padres hace algunos años, pero nunca los conocí. Nací en China y viví en orfanatorios toda mi niñez. Sólo recuerdo innumerables peleas callejeras y el susto de mis compañeros al verme. Creo que mi fuerza los asustaba... - la cara de Lita denotaba sorpresa - Hace algunos años tuve un sueño terrible, y ese fue el principio de todo el embrollo en el que estoy metido.

- ¿Qué sueño tuviste?

- Siempre partía igual. Un hermoso palacio, una fiesta de gala, una Reina y una princesa. Nunca logro fijarme con claridad en los rostros, pero su belleza era deslumbrante. Brillaban además con una luz de plata. - Lita creía recordar algo muy similar - Luego, veo cuatro princesas sentadas cerca de la primera, conversando muy alegres. Una de ellas se acerca y me da una fuerte palmada en la espalda, mientras las otras ríen. Luego todas se van y veo que otra de las princesas se queda en su lugar. No veo su rostro pero sé que me está esperando. Me acerco, la abrazo y ella me acoje. Siento entonces que la amo desde siempre.

- Yo no veo nada de terrible en ese sueño - comentó Lita haciendo reír a Bruce.

- Espera, aún no termina. Después de eso, una explosión tremenda se escucha a lo lejos. Las princesas se transforman en guerreras, todos entran en pánico. Después me veo luchando entre muchos otros compañeros contra terribles demonios. Todo es confusión y caos, el castillo es tomado y las defensas sucumben. Alguien me hiere, yo caigo, luego siento un dolor profundo y la sangre que brota. estoy muriendo - Lita se pone muy triste sin darse cuenta -. En el suelo veo a las princesas luchando y muriendo; luego una gran luz, y luego nada.

- Espera un poco. ¿No recuerdas algo más, otro sueño, más detalles? - insiste Lita.

- Sí, pero es muy distinto a ese. Estoy en otro mundo, inhóspito y frío, que curiosamente me hace sentir en casa, a gusto. Me sorprendo al ver la luna en la noche, porque no es como la nuestra, es tan grande que ocupa la mitad del cielo; además, tiene nubes espesas de diferentes colores. Otras lunas adornan el paisaje además, pero son mucho más pequeñas.

- ¿Qué más, qué mas? - decía Lita encantada.

-Yo entrenaba con muchos otros. Día y noche, sin descanso. Todos eran fuertes, más aún que yo. ¡Ah!, y recuerdo que una de las princesas del otro sueño me acompañaba a veces, y combatíamos juntos. ¡No me mires así! - dijo al ver la cara de pícara que tenía Lita - no, no era a la que yo abrazaba, era la otra. La que me golpea fuertemente en la espalda ¿Recuerdas?

- Yo lo recuerdo mejor - responde repentinamente Artemis, desde la cama...

- ¡ARTEMIS! - grita Lita - ¡estás consciente, gracias al cielo!

- UN... UN GATO QUE HABLA - gritó asustado el pobre Bruce - y además, ¿C... cómo se recuperó tan rápido?

- Artemis no es un gato ordinario - dijo Lita, mientras le hacía cariño en el lomo -. Pertenece a la corte del milenio de Plata de la Reina Serenity, y su misión, junto con Luna, es descubrir y guiar a las Sailor Scout.

- Hola Bruce - dijo Artemis con voz temblorosa - he escuchado tu relato y te agradezco mucho que hayas ayudado a las Sailor. Yo las metí en ésto y me siento muy desgraciado. Espero poder ahora responder a tu amabilidad interpretando los sueños que acabas de relatar.

- ¿Tú sabes qué significan mis sueños?, n.. no puede ser... - dijo Bruce emocionado - He esperado ésto toda mi vida.

- Sí, conozco el significado. Pero créeme que tu historia es tan fantástica y la coincidencia de haberte encontrado aquí con Lita es tan grande que ya no van a creer en las casualidades. - Se levantó como pudo ante el desacuerdo de Lita y miró seriamente a Bruce.

- Cierra los ojos y libera tu mente de todo pensamiento. Voy a despertar tus recuerdos dormidos hace ya muchos siglos dentro de tu alma, y si no mantienes la concentración durante todo el proceso puedes incluso morir. ¿estás preparado?

- Sí, estoy preparado - respondió

Con los ojos cerrados, Artemis empieza a emitir una luz color plata desde la marca de luna en su frente. Luego un rayo muy preciso surge desde esta marca y se fija en la frente de Bruce, que lo observa desconcertado. Gracias a la ayuda de Artemis, la mente de Bruce abandona este mundo y esta época, transportándose al antiguo milenio de Plata. Lita por su parte observa estupefacta la frente de Bruce, que empieza a dibujar lentamente el símbolo de una antigua familia de orgullosos guerreros, el símbolo del planeta Júpiter.

El proceso duró sólo un par de minutos. Después de permanecer con una mirada perdida y ausente todo ese tiempo, Bruce estalla en lágrimas y cae al suelo de rodillas. Todo era tan claro, tan claro y tan hermoso. Nunca había pensado que conocer su pasado lo haría tan feliz.

- Bienvenido al fin al siglo XX, príncipe Heracler. - dijo Artemis con una penosa reverencia - lo reconocí cuando defendió a la princesa Lita con el volcán de Io, pero no pude estar más seguro que cuando escuché el relato de sus sueños

- Viejo Artemis, amigo mío. - dijo solemnemente Bruce, con los ojos aún llenos de lágrimas - El honor de volver a verte sólo se compara a la alegría que me inunda en este momento.

- ¿Alguien me puede explicar QUE DEMONIOS PASA AQUÍ? - gritó Lita, que ya no aguantaba la curiosidad.

- Lita, te presento al príncipe de Júpiter y guardia principal del Palacio del Milenio de Plata y de la Reina Serenity: El príncipe Heracler, TU HERMANO.

- ¿¡¡QUÉ!!? - grita Lita, entre incrédula y emocionada -¿Te refieres a que en el milenio de plata... ? - dijo mientras Artemis asentía con la cabeza - entonces, ¿La de la fiesta de gala, del golpe en la espalda y las bromas y los entrenamientos...

-Sí, eras tú Lita...

Quizás en otras cirscuntancias Lita se habría portado más incrédula con Artemis. Pero la conversación previa con Bruce, la coherencia de los relatos y por sobre todo las sensaciones que tuvo mientras compartió sus historias con él, le impidieron dudar un sólo instante. Esos ojos pardos eran los de su hermano, su hermano de siempre. Se avalanzó sobre él llorando muy fuerte, apretándose contra su pecho, sintiéndose por primera vez en mucho tiempo, en total confianza, en familia, como en casa...

- Tengo un hermano, tengo un hermano - lloraba feliz Lita -. Se lo voy a decir a todo el mundo, Bruce, quiero decir, Heracler...

- Lita, sin apresurarse - Dijo suavemente Bruce -. Aún tienes mucho que escuchar y, como te darás cuenta, mucho que hacer. No te hemos explicado de dónde vienen estos demonios.

- Hay muchas cosas que tú todavía no sabes, Lita - siguió Artemis -. Tu planeta natal Júpiter es conocido por la gran fuerza de sus habitantes. Poderosos guerreros del milenio de plata salían de ahí a proteger el reino de la Luna. Tu familia se encargaba de entrenar a los miembros de la realeza para que fueran los mejores y los más fuertes, y esos eran los entrenamientos que recordaba Heracler - Lita miraba a su hermano con cara de sorpresa -. Ustedes dos fueron los únicos hijos de la Familia Real de Júpiter y resultaron ser los más fuertes del Reino, aunque Heracler nunca pudo competir con la fuerza de su hermana, elevada a la categoría de Sailor. Eso acaparó la envidia de muchos guerreros de tu propio Reino que añoraban pertenecer a la guardia personal de la Reina Serenitiy.

- Pero ¡Qué fastidio! - exclamó Lita.

- De esta forma - continuó Artemis - siete de estos guerreros traicionaron a tu familia y viajaron a la Tierra para unirse a la rebelión organizada por Beryl. Ésta los convirtió en los demonios que ahora ves y que conservan aún la fuerza y la altura de los guerreros de Júpiter.

- Estuvieron de hecho en el ataque final contra el palacio - precisó Heracler - pero su capacidad de confundir los corazones de la gente hizo que muchos de nuestros guerreros se pelearan entre ellos antes de que nos atacaran, lo que nos debilitó mucho. Tú misma te diste cuenta de eso frente al colegio Jyuban.

- ¡Es cierto! - dijo Lita - son muy poderosos. Pero ¿Cómo llegaron aquí? y sobre todo ¿Cómo podremos detenerlos?

- Preguntas demasiado difíciles, me temo, hermanita. - dijo Heracler - Pero ya llegará el tiempo de responderlas. Por ahora debes descansar y recuperarte para la batalla. Y creo que tenemos mucho de qué conversar.

- Eh, no quisiera interrumpir el coloquio familiar - dijo repentinamente Artemis -, pero ¿Y Sailor Mercury?

- ¡Es cierto! - exclamó Heracler - Debe haber despertado. Vamos hacia allá.

En el camino hacia el lugar donde estaba Ami, Lita reflexionaba sobre los acontecimientos que hace sólo unas horas le habían cambiado la vida completamente. Ahora tenía un hermano, y eso era suficiente novedad para cualquiera. Pero su curiosidad fue mayor aún y no pude evitar preguntarle a su hermano sobre un punto que aún no quedaba muy claro.

- Oye Heracler - le dijo al oído mientras caminaban - se te olvidó contarme algo...

- A tí no se te escapa nada ...

- Claro que no, tonto, por algo soy tu hermana - le dijo con un pequeño golpe en la espalda que casi lo deja sin respiración - y qué pasó con ésta "princesa" que amabas desde siempre, ¿Ah?

- Eh, bueno ... - dijo Bruce ruborizándose - creo que eso lo averiguarás muy pronto.


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Creado por: Leonardo Valencia