Quinta Parte: Un dolor en el corazón

"¡Rayo creciente de Venus... fulmina!"

Mina lanzó su rayo a la pared más próxima del almacén, y aprovechando de que hacía a un lado las llamas, salió corriendo tras de él. Finalmente pudo llegar a estar bajo las estrellas y al aire libre, estaba herida, eso era cierto, pero por lo menos estaba viva. Sailor V dio un profundo y largo suspiro y trató de relajarse un rato. Adolorida, pero feliz, Mina se dirigía a saludar a sus amigos, pero un pequeño hincón hizo que se apoyara en la pared más próxima que tenía... Entonces la vio. Sí, era Katherine, corriendo hacia el exterior. Mina sonrió,"me alegro de que hayas podido lograrlo". Aunque le dolía todo el cuerpo, y sentía frío, Mina se consolaba convenciéndose de que pronto estaría al lado de su amado Armand y que todo esto tendría un valor trivial. Que él la abrazaría de esa manera tan especial que tiene y le diría cosas dulces a su oído, él lograría que esta pesadilla no sea sino una brisa con el viento. Su corazón empezó a latir rápidamente tan sólo al pensar en su nombre. Armand era un ángel bajado del cielo, como el olor a flores en primavera, y la melodía del amor...

Katherine jadeante corría hacia alguien, y lo abrazaba. La vista de Mina se estaba volviendo borrosa.

"Armand... ella está muerta. Esta muerta" dijo Katherine llorosa.

El corazón de Mina dio un salto. ¿Armand? ¿él estaba aquí? Hizo un esfuerzo por enfocar su vista, y lo vio. El impacto hizo que Mina se olvidara de sus heridas, de lo cansada que se hallaba y de lo cerca que estuvo de morir. ÉL la estaba ABRAZANDO, BESANDO y CONSOLANDO a ELLA!!! A ella!!! Lágrimas cristalinas corrían por el rostro de Mina, bajó la mirada al suelo. Se sentía sola, sola y abandonada. Sus dos mejores amigos la habían traicionado... la habían engañado. ¿Y hasta cuando pensaban mantener en secreto su amor? ¿Hasta que sea demasiado tarde para negarlo? Un nudo se le formó en la garganta a Mina, se sentía desilusionada. ¿Cómo pudiste Katherine? Tú sabías que a mí me gustaba Armand, y aún así accediste a ser su novia... ¡YO te lo presenté! ¡Si no fuera por mí, no lo hubieras conocido! ¡¡Todo me lo debes a mí!! ¡¡¡A MÍ!!! Sin pensarlo cayó al piso, gotas de dolor brillaban bajo las estrellas. Pero eso ya no importa, lo que interesa ahora es que la sede del Negaverso en Inglaterra se encuentra destruida, se repetía una y otra vez. Sin embargo, mientras más se repetía que no importaba, más lastimada se sentía. El nudo de la garganta se hizo tan grande que se hacía dificultoso respirar, el pecho le pesaba y el viento volvió a hacerle sentir frío, la hizo sentir fría y... vulnerable.

"¿Mina? ¿Estás bien?" una voz susurró.

"Sí, estoy bien, Artemis... estoy bien" respondió ella con un hilo de voz.

La verdad es que no se hallaba nada bien, estaba cansada, algunas quemaduras, heridas, sucia, pero lo que más le dolía; descubrir que él eligió a ella... a ella. Artemis levantó la vista y vio a una pareja alejándose, ella estaba entregada al llanto y él estaba sosteniéndola fuertemente. Sin decir una palabra, Artemis miró a Mina y asintió. En sus ojos se podía ver lo mucho que sufría Mina en su interior, y lo mucho que deseaba salir de Inglaterra.

"Artemis... Quiero regresar a Japón" dijo ella suplicante, su misión ahí ya había acabado y nada más tenía interés en Inglaterra.

"Tu misión está terminada aquí, Mina, además debemos de regresar a reunirnos con las otras sailor scouts" contestó solemnemente Artemis.

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Mina ya se había recuperado casi del todo, y se encontraba ahora en el vuelo camino a Tokio, ahí, según Artemis, se reuniría con las otras scouts para derrotar definitivamente al Negaverso... ahí tendría tiempo para olvidarse de lo sucedido en Inglaterra. Ya los había perdonado por no decirle ni una palabra, pero eso no tenía nada que ver con el dolor que ella sentía al recordar verlos juntos en ese último momento. De seguro que ellos seguirían pensando de que ella se encontraba muerta, seguro que sí, y así quizá sería mejor. Pero por el momento eso no interesa, se dijo, el verdadero reto se encuentra en camino...