Esta vez no he vuelto a perder como dice la canción.

Un dedo juguetón anda y corretea por tu espalda desnuda, es un gatito en un armario lleno de ovillos. Una risita se oye tras la almohada.

Te incorporas rápidamente y me besas, mitad mejilla, mitad mis labios.

¡¿Como puede un beso darme tanta paz?!

Te acomodas otra vez en la cama usando mi pecho como almohada y mi brazo de tierna bufanda.

Mientras tus dedos pasan suaves por mi piel, me cuentas al oído esas cositas que tanto te gusta contarme. Yo siempre me quedo inmerso en tus palabras, entramos en un mundo mágico de palabras en el aire, donde unas tonterías mías sacan el premio grandioso de tu risa.

Y que risa.

Una risa llena de alegría y pasión, una risa de colores llamativos, una risa que es una melodía contagiosa.

Te susurro al oído: "¿Que haría yo sin ti?"

Me besas en un ojito y dices: No seas tonto, ¿no ves que soy la línea de tus manos? ya pertenezco a tu cuerpo, a tu vida, he destronado a tu Kaos para observar la belleza de la noche juntos.

Nos unimos en un abrazo lleno de sentimientos puros, somos un vaso de agua donde las gotitas son alegrías y tristezas vividas y que serán vividas.

Imagino cinco estrellas de agua, mundos llenos de paz, la generosidad de tu espíritu, pero no hay color.

Cierro la ventana, que la luna no es tan bella a tu lado.