LA CIA Y EL 11 DE SEPTIEMBRE

Por: Dr. Andrés Soliz Rada

Son tres, hasta ahora, los libros que sostienen que el Servicio de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) es responsable de los atentados a las torres gemelas de Nueva York, ocurridos el 11 de septiembre de 2001. El primero de ellos, titulado "Busch & ben Laden SA" (Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, Diciembre de 2001), fue escrito por el periodista argentino Víctor Ego Ducrot. El segundo pertenece al famoso escritor norteamericano Gore Vidal, cuyo epígrafe es "Dreaming War, Bllod for Oil and the Cheney-Busch Junta". El tercero corresponde al también argentino Carlos Suarez, quien ha elegido el siguiente título: "Justicia Infinita o Genocidio sin Límites". De este último trabajo sólo se sabe que circulará en próximos días, de acuerdo a declaraciones del autor al periodismo internacional.

El libro de Ducrot, reseñado por la periodista Silvia Maldonado, sostiene que los atentados del 11 de septiembre fueron planificados por el sector más agresivo del complejo industrial militar de EEUU, que, mediante ese genocidio, ejecutado por la CIA, ha desatado la primera guerra global de las corporaciones financieras. La hiperconcentración económica y la privatización de la gestión política y militar, que encabeza George W.Busch, impulsaron a la "nomenklatura" estadunidense a usar el camino del "11 - S" para neutralizar la amenaza que significan la Unión Europea y el creciente fortalecimiento del euro al dominio de Washington en el mundo del mañana. El control mundial de los yacimientos de petróleo es, según Ducrot, el elemento esencial que explica la demencial agresividad de la Casa Blanca.

De manera paralela, Vidal ha detallado las vinculaciones entre el poder petrolero y el régimen de Washington. He aquí sus palabras: "Busch padre estuvo en el grupo petrolero Carlyle; Busch hijo en Harkins Oil; el vicepresidente Cheney en Halliburton Oil; Gale Norton, la secretaria del interior, también está vinculada a firmas petroleras; Condolezza Rice, asesora de seguridad nacional, tiene relación con Exxon y Texaco. Y el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, es hombre de la Occidental. ¿Me van a decir, se pregunta el escritor, que es una coincidencia que el equipo nombrado esté al frente de EEUU y que estemos a punto de ir a una guerra por el petróleo de Irak? (Revista dominical "Oh", del Periódico "La Prensa", de La Paz - Bolivia, 2-03-03).

Vidal, en su libro citado, no formula denuncias irresponsables, sino preguntas lógicas no respondidas hasta hoy día. Sobre el particular, dice que el periódico "Times of India" reveló que, antes de los atentados, el jefe de la CIA norteamericana, G. Tenet, se reunió con su par de Pakistán en Islamabad. Poco después se pudo constatar la existencia de un giro de 100.000 dólares que hacen los servicios de inteligencia pakistaníes a Mohammed Atta, quien es justamente uno de los terroristas que secuestra uno de los aviones que derriba las torres de Nueva York. El diario inglés "The Observer" ha recogido la denuncia de Vidal, pero Washington se niega a responderla.

El escritor cuenta que su padre hizo aprobar una ley por la cual la Fuerza Aérea norteamericana debe intervenir en los cuatro o cinco minutos siguientes al descubrimiento de un secuestro aéreo. Pese a que los aviones que despegaron de Boston habían sido detectados por los radares con mucha anticipación a la anotada, la Fuerza Aérea mantuvo una pasividad incomprensible. ¿Por qué?, vuelve a preguntarse el autor de "Dreaming War". A lo anterior debe sumarse, insiste Vidal, en que George W. Busch logró impedir, hasta ahora, que la Comisión Conjunta del Senado y la Cámara de Representantes investiguen los atentados, a fin de "no distraer fuerzas en la lucha contra el terrorismo". "Si la comisión funcionaba hubiera sido el inicio de la lucha contra el terrorismo", dice el célebre novelista, para explicar que ahora existe la denominada "Ley Patriótica", que acusa de "traición" a quienes meten sus narices en el tema.

Ni magnicidios, genocidios y autoatentados son ajenos a las conductas imperiales. ¿O es que alguien cree todavía que Lee Harvey Oswald fue el solitario asesino del presidente John Kennedy? ¿Es que hubo reparos para lanzar de manera innecesaria bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki? ¿Es que los nazis sintieron escrúpulos para incendiar el Reichstag, el parlamento del Imperio Alemán, y acusar de este crimen a sus enemigos políticos? ¿Es que el dominio del mundo no vale el sacrificio de las 3.000 ó 4.000 personas que murieron el 11 de septiembre, aplastadas por las torres de Nueva York?

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