IRAK Y NACION ARABE
Cualquier proceso
liberatorio o de defensa de la soberanía en el marco de la nacionalidad árabe no la
puede emprender un solo país. De allí la estrategia unificadora del Presidente Nasser.
La acción aislada se torna aun más difícil dado que el desplome de la URSS suprimió
toda contrapeso a EEUU. Ante tal monopolarismo no cabe, sino emprender la tarea de
reintegrar las naciones centrifugadas del III mundo. De allí que las proclamas de Saddam
Hussein se dirigían no sólo al pueblo iraquí, sino a la nación árabe que
nuestra prensa señala, por error, como mundo árabe. La tragedia del Irak
demuestra cuan estéril es el heroísmo solitario de un Estado y la urgencia de reflotar
el proyecto reintegrador de esta nación deshecha que es Latinoamérica.
- Prof. Pedro Godoy P.
- Centro de Estudios Chilenos CEDECH
- cedech@chilesat.net
-
-
-