La Unidad Nacional Latinoamericana debe ser la política central

Por Luis Alberto Terroba

Como diría don Arturo Jauretche: "Patria Grande o Patria Chica", es la simple elección que ha planteado la historia a los latinoamericanos. La Patria Chica que han elegido los cipayos de todas las épocas, y La Patria Grande, que ha sido la elección de los criollos patriotas de todas las épocas. Es cierto, las épocas cambian, y ambas políticas, van tomando otros nombre y otras formas. Los lenguaraces del imperialis-mo británico eran sus abogados, con triquiñuelas y rebuscadas teorías leguleyas, los lenguaraces del imperialismo norteamericano son hoy economistas, que intentan elevar un simple instrumento de la polí-tica, al carácter de ideología, que se denomina economicismo.

En el fondo de la argumentación, la cuestión sigue siendo la misma. Así como la planteaba Belgrano y San Martín, con un monarca inca, con un príncipe europeo, o como la promovida por el general Perón, mediante el ABC (Argentina-Brasil-Chile) y su concreto lanzamiento del ATLAS (Asociación de Trabaja-dores Latinomericanos Sindicalistas), o en su libro "Latinoamérica, Ahora o Nunca", la unidad en la for-ma que sea, será mil veces mejor que la balcanización. La formula de la Unidad, es la fórmula nacional, la de la balcanización es la fórmula del imperialismo. O sea, que la peor de las nuestras, será mejor que la mejor de ellos, porque sencillamente, la unidad será la subsistencia de todos nosotros, y la balcaniza-ción será el fin de colonizados de todos nosotros. Tan sencillo como eso.

Aceptada la Unidad, a cualquier precio, es legítimo discutir, sobre cual es la mejor forma de esa unidad, o cuales son los mejores caminos para llegar a ella. En eso, es donde si, debe existir una absoluta li-bertad y pluralidad. Pero, aquí ya estamos descendiendo de las magnitudes celestiales, a la miserable realidad terrenal. Ya que muchos de los caminos que dicen en su cartel de orientación "Unidad", en rea-lidad están empedrados con esa "buena voluntad" que también conduce al infierno.

Obviamente, que la Unidad Nacional Latinoamericana, o su intento de llevarla adelante, no es una cues-tión meramente teórica. Es un hecho político de trascendencia mundial, es una pieza en el tablero del ajedrez del poder mundial, es una cuestión de "Poder", y como todos sabemos, con el Poder, no se jue-ga ni se puede ser distraido. Le costó el exilio y la difamación a Perón, a Arbenz, a Goulart; le costó la vida a Torres, a Vargas, a Allende, a Torrijos, al cnel. Villarroel, a Sandino, a Zapata, a Madero, a Eliécer Gaitan; la cárcel a Albizu Campos, a Farabundo Martí, a Noriega, el aislamiento a los Sandinis-tas, y, aún triunfante, el aislamiento a la Cuba revolucionaria, sólo para hablar del s. XX, ya que, nuestra historia común, está plagada de los mismos hechos, porque no otro fin tuvieron nuestros americanos en el s. XIX, sea el exilio de los San Martín, los Artigas, los intentos de asesinato a Bolivar, o la muerte de los Sucre, Laprida, Moreno, Monteagudo, Morelos, Hidalgo, Morazán, o el olvido de su memoria bajo una montaña de perros muertos, como decía Carlyle de Cronwell. Rescatar esa historia, cuya "montaña de perros muertos" ya a sido, en gran parte, removida por la revisión de nuestra historia, es nuestra tarea, no histórica, sino política, ya que, se trata de la historia de nuestros maestros, de los que nos precedieron en esa lucha, que solo pasará a ser historia, el día que se proclame la Unidad Nacional Latinoamericana. Hasta ahora, es POLITICA, el punto principal de nuestros objetivos políticos.

El Ser Política, actual y vigente, nos lleva a la discusión y los planteos, sobre los mejores caminos, aun-que, como ya sabemos, todos los caminos conducen a Roma, mejores o peores, todos conducen a Ro-ma. Ahora bien, cuales son las opciones "viables" hoy, y no para las calendas griegas, o para la práctica declamativa, de emprender un camino concreto hacia la unidad nacional Latinoaméricana, cuales son los obstáculos y cuales son los "peligros" que implica emprender ese camino.

La situación internacional

La situación mundial está enmarcada en un, en general, "sordo" enfrentamiento entre el imperialismo norteamericano y el imperialismo europeo por una parte, impulsados por sus propias situaciones inter-nas, a requerir una mayor participación en la expoliación de mundo colonial y semicolonial. La urgencia de las empresas norteamericanas de frenar la caída de la tasa de ganancia, urgencia que también aqueja a las empresas europeas, adquiere un distinto matiz, en tanto, las mencionadas empresas (mo-nopolios, trusts, y cartels, todos bajo la batuta de sus sectores financieros) se fundamentan en distintas ramas del mercado, por una parte: petróleo y armamentos en EE.UU.; industrias alimenticias, biotecno-lógia, industria de consumo, telecomunicaciones, electricidad, etc., en la Comunidad Económica Euro-pea.

Por otra parte, la creciente participación del mercado asiático, China, la India, Japón, agrega un tercer participante no grato, en la competencia por el mercado mundial. Del otro lado las colonias y semicolo-nias: Africa, la Nación Arabe y la Nación Latinoamericana. El punto central del enfrentamiento, como lo fue en su momento, aunque de menor voltaje, la disputa por los "petrodólares", que llevaron a la des-trucción del Líbano, es el sistema monetario. Dólar o Euro, como moneda internacional, es la base del choque entre los colosos imperialistas. Esa es, podríamos decir, "la pelea de fondo", el gran conflicto en estos principios agitados del s. XXI. El control de la moneda internacional, será parte importante del control del mercado mundial.

¿Como llegan ambos contendientes, a esta instancia internacional?.

En general, ambos están afectados por el hecho que, el desarrollo tecnológico, determina una caída en mano de obra ocupada por unidad de capital. El aumento de la inversión no se traduce en un aumento automático de la ocupación, o al menos en el nivel que requiere el crecimiento demográfico, y esto im-plica "mayor ayuda social". El contendiente que resulte "perdedor" tendrá sin duda un crecimiento "más allá" de los soportable del índice de desocupación. Ahora bien, desocupación no significa "rebelión". El aumento de la desocupación, trae como consecuencia una mayor presión del ejército industrial de re-serva, sobre los "ocupados" y por lo tanto una tendencia al decrecimiento de los salarios, al aquieta-miento de los movimientos políticos en parte, y la necesidad de una mayor represión interna para prote-ger los intereses de las burguesías metropolitanas. Esto en un país altamente desarrollado tienen un nombre: Fascismo. Ahora bien, tal situación se plantea de una forma diferente para los EE.UU. que para Europa. El movimiento obrero de los EE.UU., con menor tradición política, tiene dos caminos: verse arrastrado por su propia burguesía, a una carnicería internacional en busca de recursos, o una madura-ción política acelerada a efectos de asumir la conducción de los destinos de su país, lo que, por el mo-mento, parece utópico. El movimiento obrero europeo, también tiene ambos caminos abiertos, pero, cabe aclarar, que su mayor tradición política, le puede permitir recuperar (y en parte lo ha hecho, no otra explicación tiene "el pacifismo" de sus burguesías") su tradición y lanzarse a una conquista del poder ya largamente retrasada por la historia, en virtud de las traiciones del stalinismo en 1945, por ejemplo. Por suerte para los obreros, y desgracia para las burguesías refugiadas en las archipodridas socialdemocra-cias, el stalinismo, al menos en su forma policial, ya no existe, aunque subistan sus detritus pseudoi-deológicos.

Ahora bien, ahí termina la comparación. Hay una abismal diferencia en la estructura industrial de ambos sectores del imperialismo. En EE.UU. la estructura industrial resulta obsoleta, para enfrentar al moderno equipamiento industrial del Mercado Común. No puede competir en condiciones normales, con su mer-cado heterogéneo, con el homogéneo mercado europeo. He allí todas las bases de este enfrentamiento interimperialista, que ambos contendientes intentan paliar, expoliando al tercer mundo.

Y ¿cuál es la perspectiva del tercer mundo?, que pareciera tener que elegir entre un león norteamerica-no sediento de sangre, carnívoro y representado por sus tropas de paracaidistas y portaaviones, y ese otro león con una rama de olivos, pacífico, con iguales intenciones, pero que intenta devorar "carne no agitada" para no arruinar su sabor, simbolizados por el oficial inglés sin armas y con solo el aristocrático bastón de mando, con mayor "experiencia", con más "política", "más humano", o sea la diferencia entre asesinos inexpertos y torpes, y asesinos expertos y con "glamour", que no otra es la diferencia entre los "drogadictos y puritanos burgueses de norteamérica", y los "cínicos burgueses europeos, sean ellos ateos liberales o ateos clericales escondidos tras las togas religiosas".

La perspectiva no sólo pasa por la propia decisión política, que no puede ser otra que la unidad, sino también por el hecho de una comprensión clara de sus pueblos, de que, el enemigo de su propia sub-sistencia, que para nosotros es externo y débiles cómplices internos, en su caso, es su propia y sangui-naria burguesía. O sea, su comprensión de que ellos duermen con el enemigo. No es un secreto tal cuestión.

Las confesiones de parte del imperialismo norteamericano

El ex consejero del presidente Kennedy, y uno de los intelectuales de más prestigio de los Estados Uni-dos, Arthur Schlesinger Jr., dijo: "Si en el siglo XXI la democracia liberal fracasa nuevamente en cons-truir un mundo humano, próspero, y pacífico, abrirá las puertas al totalitarismo". No hay dudas. La de-mocracia liberal, tal cual la conciben los demócratas, estadounidenses y europeos fracasará, pero fraca-sará no solamente si los Estados Unidos triunfan en sus "guerras carniceras", también fracasará si triunfa. Y ¿por qué somos tan categóricos en nuestra afirmación?.

Veamos la opinión de Schelesinger, o sea la de un teórico culto y "no ciego", de alguien de "peso", y concediendo toda la buena fe, que se pueda conceder, porque las mismas devienen en "confesiones" de la impotencia del "liberalismo norteamericano".

Por supuesto, la visión es "norteamercano-céntrica", lo cual deviene en el primer error. Así, según The New York Times, "3.100 millones de personas viven en democracia, mientras que 2.660 millones está sometida a regímenes autoritarios", donde ellos son los "democráticos" y los que viven en otro sistema son los "autoritarios". Pero debemos observar que en Libia impera en la Yamahiria Popular Socialista, un régimen de democracia directa, superior al americano. Por otra parte, no tenemos noticia que ningún país "autoritario" haya invadido los EE.UU., cosa que han hecho hasta hartar al mundo, los "democráti-cos norteamericanos", de donde resultan ser ellos los verdaderos "autoritarios".

Aclarado el punto, sigamos con las confesiones de Schlesinger.

Para Schlesinger, "la Revolución Industrial se extendió a lo largo de varias generaciones y dió tiempo para el ajuste humano e institucional".... "La Revolución Industrial creó más fuentes de trabajo que las que destruyó, la Revolución Informática, en cambio, apunta a destruir más trabajos de los que crea". "Los cambios que genera la transición de una economía sustentada en las fábricas a una economía basada en computadoras es más traumático que la transición del campo a la ciudad que debieron so-portar nuestros abuelos". "También amenaza con erigir nuevas y más rígidas barreras de clase, espe-cialmente entre los que tienen y los que carecen de acceso a la educación". Schlesinger cita a Felix Rohatyn, el banquero que salvó a la ciudad de Nueva York de la quiebra, para afirmar que "la enorme transferencia de riqueza desde los trabajadores de clase media baja con menores calificaciones hacia los propietarios de bienes de capital y hacia una nueva aristocracia tecnológica". Schlesinger rechaza ". "La interactividad"... escribe Schlesinger: "fomenta respuestas instantáneas, desalienta pensamientos más reflexivos y ofrece oportunidades para la demagogia, el ego, el insulto, y odio". "El mejor ejemplo son los talk-shows televisivos en donde los debates apasionados generalmente conducen a posiciones poco reflexivas". "Internet ha hecho bastante poco para refinar y ampliar el horizonte democrático de la gente", concluye Schlesinger.

Efectivamente, a la democracia liberal norteamericana, le resulta imposible controlar las consecuencias que han devenido como consecuencia de la Revolución informática. O sea, a la burguesía norteameri-cana. O sea, se ha fundamentado la "impotencia de la democracia liberal norteamericana", y todos sa-bemos que el fascismo está formado por solo "liberales asustados".

Más adelante se completa esta confesión: "La democracia es imposible sin propiedad privada porque la propiedad privada -los recursos más allá del alcance arbitrario del Estado- provee la única base segura para la oposición política y la libertad intelectual. Pero el capitalismo no constituye una garantía de de-mocracia, como lo han demostrado Deng Xiaoping, Pinochet, Franco, Hitler y Mussolini. La democracia necesita del capitalismo, pero el capitalismo no necesita la democracia, por lo menos a corto plazo". Y allí, es donde se encuentra el verdadero punto débil de Schlesinger como teórico, que el punto débil de todo el sistema norteamericano. En realidad, Schlesinger de la propiedad privada, como propiedad de la plutocracia, propiedad sobre las riquezas robadas en todo el mundo, y a sus propios trabajadores, por la felonía de la burguesía norteamericana. O sea, esa propiedad sobre los medios de producción, propie-dad burguesa que constituye un verdadero "robo" de sus genuinos propietarios, sobre el derecho que los productores tienen a la propiedad del producto de su trabajo, que es la "propiedad privada" que no-sotros defendemos. Esa propiedad plutocrática, a la que le ha sonado la "hora de la hora" ante la de-sesperación de la burguesía, a la que no le queda otro medio de defensa que las brigadas de paracai-distas, la eficacia de su portaaviones y la brutalidad de sus bombas. Pero tal asiento, como todo asiento sobre las "ballonetas", es, al menos, incómodo, para no ir a extremos.

Otra manifestación en el mismo sentido, ha salido de alguien insospechado de "socialismo". Así el mag-nate George Soros dijo: "temo que la intensificación del "vale todo" y la diseminación de los valores del mercado en todas las áreas de vida, ponga en peligro nuestra sociedad abierta y democrática." Soros reconoce el malestar general esta sociedad que niega lo que exige: un trabajo y un salario, diciendo "la persecución desenfrenada del interés privado, resultará en inestabilidad e inequidades insoportables."

Este fenómeno de degradación, cumplida su tarea histórica, a que han llevado las burguesías imperia-listas, ha quedado demostrado en ese fenómeno denominado: "globalización" Es una meta de la huma-nidad, construir una sociedad mundial en Paz. Pero, en manos de los cartels y monopolios, y como uno de sus objetivos, adquiere las consecuencias "no previstas", que todos conocemos. La destrucción del Estado-Nación, no en sus fronteras geográficas, hechos caprichosos de la política y la fortuna en la his-toria, sino del la legítima y permanente tradición de los pueblos. Las computadoras eliminan las fronte-ras, pero no en una forma humana avanzada, sino el la forma burguesa: ampliando las disparidades de riqueza dentro y entre las naciones, destruyendo normas laborales, degradando el ambiente, creando una economía mundial sin la participación de la humanidad en sus decisiones. En la forma burguesa, gobierna el "lucro", pero no como producto del genio, sino como producto de la expoliación. ¿Qué lugar le está reservado a la democracia liberal burguesa en esa situación?, ninguno, pues se reduce a teoría de la "democracia liberal", pues el interés burgués solo puede ser protegido por el "fascismo". Esa es la parte de atrás de la historia que le es mostrado a los pusilánimes al estilo de Tony Blaird o del Franco revivido y devenido en Aznar. Para ese fascismo, más útil es un descerebrado como Bus y acompañado de la comparsas de traidores de los países periféricos al estilo del innombrable de nuestro país, muca-mos con cama adentro de los grandes complejos financieros e industriales, que son el verdadero "poder detrás del trono mundial".

Así, en este siglo XXI, la democracia burguesa se encuentra con la necesidad de "administrar las pre-siones tecnológicas, raciales, y del capitalismo", pero la burguesía necesita afrontar las frustraciones y anhelos que se generan en el anonimato de la sociedad global, y para eso no le queda otro camino que enviar al basurero de la historia, a la democracia liberal y adoptar el retógrado fascismo. La humanidad se encuentra en la separación de caminos, en que la burguesía ya no le es útil para la conquista del futuro. La democracia de la humanidad deberá llenarse con otros contenido, que la burguesía no es capaz de darle.

¿Adonde va la burguesía norteamericana?

Citemos a alguien insospechado de socialismo, comunismo, europeismo, comunismo o peronismo. Veamos lo que ha dicho el escritor norteamericano, Norman Mailer: "Mi hipótesis es que el presidente Bush y muchos conservadores llegaron a la conclusión de que la única manera en la que pueden salvar a Estados Unidos y revertir su declive actual es convertirse en un régimen con una mayor presencia militar... Cuando hablo de declive me refiero no sólo a los escándalos financieros, a los escándalos de la Iglesia y a los escándalos del FBI... Irak es la excusa para avanzar en esta dirección... También esperan poder llevar la democracia a la región porque creen que, en sí misma, ayudará a combatir el terrorismo. Yo, personalmente, creo que sucederá lo contrario. Los terroristas no se sienten impresionados por la democracia. La aborrecen... Sólo hará que los terroristas estén más desesperados por derrotarla. El único obstáculo importante en el camino hacia el imperio en la mente bushista es China... De hecho.., el declive de Estados Unidos es que los "estudios base" como la ciencia, la tecnología y la ingeniería tienen malos resultados en nuestras universidades... La cantidad de doctorados norteamericanos se reduce constantemente. Sin embargo, la cantidad de asiáticos que obtienen doctorados en esas mismas áreas de estudio aumenta a un ritmo acelerado. La administración Bush percibe que, de aquí a 20 años, llegará un momento en el que China tendrá tecnología superior a la nuestra... Lo que sucedió, por su-puesto, es que los bushistas se toparon con mucha más oposición de lo que imaginaba en otros países y entre la población interna... lo queramos o no, vamos a ir a la guerra porque ésa es la única solución que Bush y su gente pueden ver... La perspectiva calamitosa que se nos abre por delante, por ende, es que Estados Unidos va a convertirse en una megarrepública bananera donde el ejército tendrá cada vez más importancia en nuestras vidas, sofocando cada vez más al sistema norteamericano. Y antes de que todo termine, la democracia, noble y delicada como es, tal vez le ceda el paso. Mi larga experiencia con la naturaleza humana sugiere que es posible que el fascismo, no la democracia, sea el estado natural... la combinación de la corporación, el ejército y el total fanatismo por la bandera como por un deporte popular ya creó una atmósfera prefascista en Estados Unidos... Robar los votos de Florida durante la última elección presidencial fue un ejemplo perfecto de lo que los bushistas son capaces de hacer... Una vez que se roban las elecciones, ipso facto, se termina la democracia... La gente a cargo de la campaña de Bush y del recuento de votos en Florida tenía una corriente genética maravillosa, heredada de todos esos abogados y banqueros durante los últimos 125 años, que eran perfectamente capaces de ir a la iglesia el domingo y ejecutarle una hipoteca a una viuda el lunes".

La burguesía debe ir al psiquiátra.

Como ajustándose a los patrones de conductas establecidos por el viejo Freud, la burguesía, como toda clase social a la que le ha llegado "la hora de la despedida", no se despide sin su baño de sangre, su cobarde y criminal baño de sangre. Pero, como siempre que se está frente a un asesisno, el peor con-sejero, es el miedo, y la razón para no tenerlo, es que, como decía Mao: "el imperialismo, es un tigre de papel".

Pero, retomando al viejo vienés, la burguesía, obviamente, no admite sus "culpas", las pone afuera. Los culpables son los otros. Y los otros son sus enemigos, a los que, por otra parte necesita como justificati-vo de su brutalidad. Si no existen, los inventa. Pero reales o inventados, siempre son los otros. Antes eran los "dictadores latinoamericanos" (criterio compartido con esos sibaritas del crimen, que son los aristocráticos burgueses ingleses), después eran los "comunistas" (aunque del stalinismo solo reci-bieron favores, que ya he mencionado), ahora se han repartido los enemigos: el narcotráfico en Lati-noamérica y los fundamentalistas musulmanes en Oriente.

Así, para el sr. Schlesinger, el fundamentalismo, es una de las manifestaciones de aquello qué Samuel Huntington llama "el retroceso cultural". En particular, el fundamentalismo islámico se presenta como un enemigo de la libertad de expresión, los derechos de la mujer y a contramano del Islam histórico y de otras religiones.

Ahora bien, que decir de los norteamericanos cuando a una encuesta Gallup de 1995, "más de un tercio de los adultos estadounidenses sostiene que Dios habla con ellos diariamente", y el presidente Bush reparte Biblias (que no sabemos si son reales o truchadas a su gusto).

Así, el sr. Schlesinger, lo mejor de la democracia liberal, solo puede exponer expresiones de deseos: "Para moverse de manera constructiva, el capitalismo debe subordinar las ganancias y los planes a corto plazo a las necesidades sociales como son la inversión en educación, investigación y desarrollo, protección ambiental, extensión de la salud pública, reciclado de infraestructura, rescate de la ciudad". Si eso fuera posible hoy, la burguesía ni siquiera habría aparecido en la historia. Su norte ha sido en su faz ascendente: "el lucro desmedido", su presente es "el lucro desmedido" y su intención de futuro es "el lucro desmedido". Si no fuera así, sería bueno que el sr. Schlesinger propusiera algo más fácil: "Que devuelvan todo lo que han robado". Si lo logra reconoceremos que la democracia liberal bu-guesa, tiene futuro.

Su perspectiva liberal burguesa, es lo que le hace decir: "Una mayoría de habitantes del planeta puede vivir bajo la órbita de la democracia en 1997, pero la hegemonía democrática no es más que un destello en el oscuro túnel de la historia". Creemos que más que un destello, la democracia directa de los pue-blos como forma de la libertad, es una antorcha, lo que si es un destello cada vez más tenue, es la inse-pulta democracia burguesa.

La tecnología seguirá evolucionando según la ley de la aceleración, el capitalismo burgués es un freno que la asfixia con su "todo-vale", en donde la mala "moneda" (en todos sus aspectos) reemplaza a la buena moneda. "Ante el capitalismo desenfrenado, con salarios bajos, jornadas largas y explotación feróz de los trabajadores, generando resentimientos sociales, revive la contienda de clase", dice Schle-singer Jr., y ante esa situación solo hay dos caminos, decimos nosotros, la dictadura de la burguesía imperial bajo la forma del fascismo, o la democracia directa de los Pueblos. El resto son ensueños de noche de alcohol.

Por otra parte, Schlesinger, haciendo suya la afirmación del sociólogo Daniel Bell con respecto a que "los Estados-Naciones continuarán declinando como unidades efectivas de poder: son demasiado pe-queños para resolver los grandes problemas, y demasiado grandes para resolver los problemas peque-ños", comete un grave desliz, ya que los Estados-Naciones, no pueden ser definidos como categoría absoluta y válida para todo el mundo. Es esencial, distinguir a tales estados, entre los que ya han dado todo lo que pueden dar, y otras zonas del orbe, como el tercer mundo, donde todavía no se han llegado a constituir, como es el caso de América Latina, donde la nación incoclusa hace que el nacionalismo político persista, no solo como uno de los principales motores de las emociones políticas sino de sus necesidades vitales.

Lo que en realidad nos confiesa Schlesinger es lo siguiente : "la imposibilidad de la sociedad capitalista, de absorver las transformaciones de la revolución informática y de la globalización", que manejadas por las burguesías imperialistas, devienen en fuerzas fuera de control.

Una sola cosa compartimos con Schlesinger: "el siglo XXI no será un jardín de rosas, precisamen-te". La lucha entre el fascismo en el que derivarán las burguesías imperialistas centrales y su propios movimientos obreros, y la lucha entre esos países metropolitanos y los pueblos que reclaman su dere-cho a la vida, justamente, no será un jardín de rosas. Del resultado de esa lucha, dependerá el destino de la humanidad, y no sólo de Norteamérica.

Las confesiones de parte del imperialismo europeo

Por supuesto, que la burguesía norteamericana no está sola. Su congénere europeo, también siente ese frío helado que le recorre la columna vertebral. Sin los inconvenientes "económicos" de los americanos del norte, sin la obsolescencia de sus equipos industriales, con su población homogénea, los motivo de su decadencia son otros. Sus propios movimientos obreros, altamente organizados, con toda una histo-ria y una tradición de revoluciones hechas, fortalecido por la unificación europea y por el desarrollo que sucedió al fin de la guerra del 45, toca a las puertas de la burguesía a cobrar su deuda histórica, con una sola frase "pague o entregue".

Con los enormes beneficios sociales, la burguesía europea no tiene con que pagar, y recurre al mercado mundial de la rapiña para hacerse de las rupias que le permitan la supervivencia.

Pero si, se deben remarcar, algunas notorias diferencias. En Europa no existen políticos improvisados, ni meros empleados al estilo Bush. Existen si, esas aves de pico corto, al estilo de Blaird, pero la clase política cuenta con una larga experiencia, y es producto de un proceso cultural. No se asienta en los "inventos de candidatos" aptos para todo uso. Su clase política tiene cierta autonomía, y tiene políticos aptos de recambio. Ni de Gaulle, ni Mitterand, ni Adenauer y tantos otros de una lista interminable. No son políticos improvisados. La burguesía europea "prepara" a sus políticos. Ellos saben que hacer con su "especialidad". No hay improvisados. Más cínicos, más hipócritas, más criminales, si se quiere, pero de ninguna manera improvisados.

Por lo tanto, sus políticas, no se asientan en cabezas huecas, invocando supuestos "derechos divinos", al estilo Bush, sino en realistas análisis de intereses, que van al fondo de la cuestión. Sin duda, son infinitamente más peligrosos que Bush. Así es la "vieja canalla Europa", y ese dato no se puede sosla-yar.

Tiempo atrás, el diario Página 12, publicó un reportaje al general francés Eric de la Maisonneuve, en un reportaje que le hiciera Eduardo Febbro, en París, y como todos sabemos, en Europa, un general no habla, si no tiene el acuerdo del presidente francés (al menos para ciertas cuestiones), y el presidente francés no habla si no hay un acuerdo con el canciller alemán. No son improvisados, son gente seria. En Europa, la única excepción, es el payasesco Berlusconi (el único espécimen que sigue el modelo nor-teamericano), y así le va, con el pueblo italiano convocándose en las plazas de Roma y Florencia y 52 procesos penales sobre sus espaldas.

Del análisis de Eric de la Maisonneuve, en cuanto a puntualizar los focos, se desprende claramente, si lo comparamos con Schlesinger, la diferencia entre EE.UU. y Europa. No habla de "democracias" en abstracto, sino de "poder", "peligros", "objetivos", concretos y palpables. O como decimos en la Argenti-na: este general, no menos imperialista que el gral........... "va a los bifes". Así define a los Estados Unidos, al terrorismo, Irak, China, al estado-nación (por supuesto que desde la perspectiva europea, y más precisamente de la burguesía imperialista europea), y por supuesto, indi-rectamente, transmite los problemas de esa burguesía y las soluciones que apetece esa burguesía.

Por supuesto, de la Maisonneuve, afirma que "han desaparecido los enemigos" y, por lo tanto, ha desa-parecido la noción clásica de política, por una parte, y la desaparición de la importancia del Estado, ya que, según él, la función principal del estado era: la designación del enemigo. "Pero ya no hay que defi-nir más el amigo y enemigo. El Estado ha perdido su importancia, el EstadoNación, el modelo europeo del siglo XVII se desvanece en todas partes, no funciona o no llega a asumir la misión esencial, es decir, alimentar, educar, curar, etc.", insiste el general. Para luego agregar como prueba, de esta "desaparición de los enemigos, que: "La eliminación del enemigo empezó en 1945, con la supresión del japonés y del alemán en tanto que enemigos para volverse los mejores aliados de los norteamericanos".

En prueba de sus argumentos, el general afirma que: "Ese proceso se está produciendo con Rusia. Los rusos eran Satán y ahora son los mejores amigos. Imagínese, hacer entrar a Rusia en la OTAN es un paso gigantesco. Rusia es el gran socio petrolero, que hace lo que quiere en su mundo. La construcción europea se hizo, por ejemplo, contra Rusia. Si el imperio soviético no hubiese existido la construcción de Europa habría sido mucho más difícil. El mundo que construimos se hizo en torno de la noción de ami-go-enemigo, pero el cambio que vivimos nos obliga a volver a pensar el mundo, las relaciones interna-cionales".

O sea que de la Maisonnneuve, simplemente está expresando aquí las necesidades de la burguesía imperialista europea. Desean una "Pax europea", donde esa burguesía pueda pacíficamente expoliar al mundo a fin de obtener las riquezas que le permitan mantener a sus obreros tranquilos. O sea, que Te-lefónica, Telecom, British Petroleum, Fiat, Peugeot, puedan seguir drenando pacíficamente las riquezas de las colonias y semicolonias. Y si alguien los trastornara en ese disfrute, pues entonces si, allí apoya-rían a las Naciones Unidas, para que actúe de gendarme, o eventualmente a los rusos, como en la épo-ca de los zares.

Pero la burguesía europea, entra en contradicción con la burguesía norteamericana. Por diferentes mo-tivos, ambas luchan por su disminución de la cuota de ganancia en el interior, y se enfrenta, en cuanto ambas quieren ser las dueñas de la "expoliación" de las colonias y semicolonias. Entonces de la Mai-sonneuve, explica a los norteamericanos, al decir: "Efectivamente, EE.UU. es un imperio en decadencia, que se está muriendo. En realidad, su ocaso empezó con la guerra de Vietnam pero el hundimiento del imperio soviético fue una catástrofe para los norteamericanos. La potencia estadounidense se va a transformar, va a pasar de ser un imperio y una potencia a ser un país entre otros, un poco más influ-yente que los demás". O sea, le dice a los norteamericanos, "sean un país entre otros, y todos juntos vayamos por las riquezas del tercer mundo", pero vayamos en paz "pues en lugar de la brigada 101 aerotransportada, hagamos pesar la mayor composición orgánica de nuestros capitales para quedarnos con las riquezas de los 'negritos'", y los negritos somos nosotros, los latinoamericanos, los árabes, los africanos, los del sudeste asiático, los coreanos del norte. Eso si, dice Maisonneuve, pero "El único enemigo de talla en el que se puede pensar es la China. Pero sería una estupidez designar a China como el gran enemigo del mañana. Sería un error, primero porque son más numerosos que nosotros y, en segundo lugar, al ritmo en que se desarrollan serán más fuertes que nosotros dentro de 20 anos. Si buscásemos diabolizar a China estaríamos preparando la derrota más grande que podemos imaginar. Sería el fin de la civilización occidental".

De la Maisonneuve, confía en que el euro, se transformará poco a poco, en la moneda internacional, que irá sacando espacios al dólar. Pero aquí choca con las "necesidades", de una burguesía norteame-ricana desesperada. Estos necesitan disciplinar a su propio pueblo, y por lo tanto, necesitan inventar a sus enemigos exteriores, para imponer su fascista ley Patriótica interna. O sea, la brutalidad norteameri-cana, y no la democracia liberal, es una necesidad. Ha sonado una nueva hora para los McCarthy, ya que no otra cosa es Bus, ya que alguna utilidad le debe dar su "potencia militar, sus... 10 o 15 porta-aviones nucleares, fuerzas militares considerables y un presupuesto para la defensa de 380.000 millo-nes de dólares".

Pero de la Maisonneuve, el europeo de una larga experiencia no quiere errores, que comprometan a toda la burguesía, y así señala: "Las bombas de 500 kilos que cayeron sobre Afganistán no sirven para nada porque el enemigo no existe... y existen individuos, grupos... organizados en red que pueden hacer daño y, sobre todo, las grandes redes criminales o terroristas como Al-Qaida. Usted piense que las re-des criminales, los carteles colombianos, la mafia turca, la mafia rusa, están interconectados con el te-rrorismo. Las redes de la droga, de la prostitución, del tráfico de armas, del tráfico financiero, del tráfico de animales, son una auténtica galaxia que cubre el mundo entero y que, encima, funciona de manera totalmente independiente de los circuitos oficiales. Vamos a terminar teniendo, por un lado, un imperio norteamericano en ocaso, con reglas sobrepasadas y una potencia militar inaplicable, y, por el otro, una conexión de redes mafiosas y terroristas cada vez más potentes". O sea, el francés no quiere terceros competidores incontrolables, Y este francés no confunde a estos terceros con los pueblos del tercer mundo, y lo expresa: "cuando vemos la identidad de los terroristas del 11 de septiembre enseguida ad-vertimos que todos son muchachos oriundos de la burguesía árabe, provenientes en muchos casos de Arabia Saudita o de los Emiratos, países que no son pobres. Casi todos hicieron estudios superiores, tenían capacidades intelectuales notables y recursos técnico-profesionales considerables. Quiero tam-bién señalar que la miseria del mundo no es capaz de fabricar el terrorismo. El terrorismo es un lujo de burgués... Si lo que dicen los servicios de inteligencia es cierto, es decir que existen 3000 o 4000 terro-ristas capaces de seguir los pasos de los del 11 de septiembre, la situación es preocupante, demencial".

Simplemente, el burgués europeo, ve como "peligroso" el accionar norteamericano: "¿Acaso Saddam Hussein posee armas de destrucción masiva? Mire, no existe ningún servicio de inteligencia en el mun-do que esté seguro de ello. Como cualquiera puede imaginarlo, si hubiese habido la más mínima certe-za hace mucho que lo sabríamos. La segunda pregunta consiste en saber cuál es la estrategia nortea-mericana. ¿Van a erradicar a Saddam Hussein y limpiar Irak o tienen otra idea en la cabeza? Puede pensarse en una estrategia petrolera, pero sería asombroso en momentos en que Rusia se vuelve el primer productor y exportador mundial de petróleo. El otro interrogante es militar: ¿acaso el ejército norteamericano es capaz de cumplir su misión en Irak? Dudo de ello. No pienso que hoy las guerras puedan ganarse únicamente con medios aéreos. No desemboca en nada, como ya lo hemos visto. Lue-go está el tema de los sobresaltos que una guerra en Irak acarrearía en los países árabes. Todo el mundo está persuadido de que no ocurrirá nada. Por mi parte pienso que no es así. Queda un interro-gante peligroso. La estrategia es el arte de limitar el azar y en esta situación encuentro que hay dema-siados interrogantes sin respuesta. Eso me hace dudar de la estrategia que se adoptará a partir del mes de enero. Soy muy escéptico". Lo peligroso del asunto, es que esta imprudencia de Estados Unidos, ponga en riesgo el dominio del "euro", por una parte, y que las controladas burguesías dependientes de los países árabes, al estilo Moubarak en Egipto, se vean sobrepasadas por sus pueblos, y den al traste con la burguesía norteamericana y arrastren a la europea, la que quedaría inerme antes su propio mo-vimiento obrero.

De la Maisonneuve, no es un improvisado, pero tampoco tiene el pico corto de los Blaird, Aznar o Ber-lusconi. Y finalmente, se rebela contra la prepotencia de EE.UU. en Europa, porque ahí si, le tocan el bolsillo, y una cosa somos los negritos, y otra cosa son los delicados y aristocráticos europeos, para quienes todavía no se inventó el inodoro en el que puedan hacer sus necesidades, diciendo: "La cumbre de la OTAN y su ampliación es un asalto hecho por los norteamericanos. Los norteamericanos han puesto así 27 países bajo la bota norteamericana, con una fuerza de acción rápida que, en mi opinión, permitirá que cuando los norteamericanos decidan intervenir en un país van a contar con un cuerpo internacional. Es un disfraz. Más aún, todo esto va en contra de la creación de una fuerza europea. Se trata aquí de un sabotaje a la defensa europea que acarreará muchas consecuencias".

Y nosotros ¿qué? ¿Cuál es nuestra política exterior nacional?

Resulta claro que ningún gobierno, incluido el argentino, ha declarado la verdad. La política de paz es la que nosotros queremos, indudablemente. Pero también es cierto que los "Comités de Paz o de No inter-vención", resultan una política vacía, cuando sucede la guerra, como sucedió con el "Comité de No in-tervención Anglo-Francés" durante la guerra civil española. Para nosotros, que somos partidarios de la paz, como lo declaró Yrigoyen, para nosotros: "los pueblos son sagrados para los pueblos", y ante un hecho concreto debemos denunciar internacionalmente al agresor, puesto que ante una guerra concreta "Intevención" significa lo mismo que "No intervención", en ambos casos se está de hecho a favor del agresor. Esa no es nuestra tradicional política exterior, y tomo como política nacional nuestra, la de Yri-goyen y Perón. No intervinimos en las carnicerías imperialistas y las denunciamos en 1914 y 1939, pero Perón envió ayuda muy concreta a la Guatemala de Arbenz, ante una agresión concreta como la que EE.UU. realiza hoy en Medio Oriente. Intervención a favor del agredido es la política de los pueblos amantes de la paz. La defensa propia está contemplada en todos los Códigos Penales del Mundo. Esto es lo que los cobardes, genuflexos, arribistas y traidores de todo el mundo callan: que hay que intervenir a favor del agredido. Sobre todo recordando, que ante la agresión en Malvinas recibimos apoyo, en pri-mer lugar de nuestros compatriotas de Latinoamérica (Panamá votando en contra en el Consejo de Se-guridad y Perú cuidándonos las espaldas). No temblaron Panameños y Peruanos en asistirnos, en pri-mer lugar, y de algunos países árabes en segundo lugar, y solo la timidez o la blandura de la chancille-ría impidió que se quebrara el frente europeo. Impulsar una política latinoamericana contra la interven-ción en Medio Oriente, no es algo sin importancia, es una cuestión de defensa propia. No hacen en me-dio Oriente algo distinto de lo que hicieron con el Paraguay de Solano López. Si pasan allá, vendrán por el petróleo venezolano, contra la industria de Brasil, contra la integridad Argentina, con el Plan Colombia para imponer el ALCA, detrás del fraude en Bolivia, o sea, vendrán con su política bradenista.

Y para el final lo concreto.

Para el final de esta nota, que siempre como todo final es un principio, debo decir, que en la Argentina, hay elecciones el 27 de abril. Y eso no es secreto para nadie. Pero a la hora de elegir se terminan las palabras y empieza la acción. De todos los candidatos a presidente, el único que ha dado una serie de pautas, de política latinoamericana, en sus más de cien medidas de gobierno, para los primeros cien días, ha sido el Dr. Adolfo Rodríguez Saa. Obviamente por ahora, es solo una propuesta, pero hecha la misma, corresponde opinar sobre ellas.

El Dr. Rodríguez Saa, ha propuesto en una de las medidas angulares, la nº 6, la revisión de toda la le-gislación, en la intención del establecimiento de un nuevo Pacto Social. Entre esa legislación, de la cual la Constitucional es la primera, se encuentra la legislación atinente a las relaciones llamadas "interna-cionales". Pero, existe, a nuestro entender, una serie de medidas, excelentes por otra parte, que exce-den al país de los argentinos, y que no son específicamente internacionales, a las que llamaré como las realmente "nacionales", porque así es para los que nos consideramos sanmartinianos, bolivarianos o artiguistas. Nuestra Nación real es Latinoamérica. El Dr. Rodríguez Saa ha dado un puntapié político inicial, con toda una gama de medidas para el MERCOSUR, no deteniéndose allí, sino continuando en la convocatoria de todos los países de América Latina.

En nuestra opinión, y por una cuestión de principios, sería bueno, que al dictarse la nueva Ley de Mi-nisterios, que el Dr. Rodríguez Saa, ha anunciado, se ajustara la organización, a la realidad de las ta-reas. Considero que no es la misma situación la de Paraguay, Venezuela, Chile, Perú o México, para citar algunos países, que la de Francia, Inglaterra, Alemania o EE.UU. Creo que las primeras son espe-cíficas relaciones "nacionales", y las segundas son específicas relaciones "internacionales". En ese sen-tido sería conveniente, que distintas políticas, las manejen distintos ministerios. Las relaciones interna-cionales, son materia de "diplomáticos", las relaciones nacionales son materia de "políticos". El funda-mento de los análisis, el fundamento de las políticas, las características de los funcionarios, los objeti-vos, el grado de compromiso con los pueblos, es totalmente diferente. Aspiramos a que venezolanos, panameños, bolivianos, paraguayos, brasileños, argentinos, usemos un documento único, lo que no sucede con un ciudadano francés que deberá usar pasaporte y está protegido por otra legislación, que si es internacional. En cierta medida, el espíritu de la Cancillería es el de funcionarios altamente profe-sionalizados en el campo de la diplomacia, el espíritu de la unidad nacional latinoamericana, adosa a la capacidad diplomática un espíritu militante en una causa histórica para los latinoamericanos. En este sentido, las medidas anunciadas como programa de gobierno para los primeros 100 días, y que se co-rresponden con las Nº 9, 50, 64, 66, 67, 73, 74, 77, 80, 92, 93, 94, 95, 96, 97, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 104, 105, 120 y 125, nos parecen el intento más serio y fundado, de presentar el inicio de una polí-tica coherente para Latinoamérica, ya que, propone transformar aquel mercado previsto solo para las empresas monopólicas instaladas a ambos lados, de fronteras irracionales, en un genuino mercado nacional, para todos los pueblos.

Es un importante y revolucionario anuncio, un principio para ejercer una "legítima defensa política" de nuestra economía, que sin duda merece nuestro voto militante. Por supuesto, que habrá dificultades en su realización, no porque sea difícil en si, sino porque todos los intereses que intentan mantenernos en un estado semicolonial tratarán de difamar, ocultar, desviar, torcer, retorcer, desprestigiar y aniquilar la propuesta de Rodríguez Saa. Eso lo sabemos, como también sabemos que el 27 de abril tanto como el 25 de mayo, son solo un comienzo, pero los días que siguen necesitan también de todos los argentinos, y después de ver los comportamientos internacionales del imperialismo, resulta bueno aprender en cuero ajeno.


 

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