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La Percepción e ilusión Otra contribución básica de Maturana para el entendimiento de la existencia humana es que la experiencia humana (auto-distinción) es una condición primaria para explicar la cognición como fenómeno biológico. Esto significa que nosotros explicamos nuestras experiencias con nuestras experiencias. En este nivel de experiencia no es posible distinguir entre ilusión y percepción. Debido a que es solamente a través del lenguaje que los seres humanos pueden explicar sus experiencia y asimilarlas en su praxis del vivir, entender es el ver una experiencia en un contexto más grande de experiencias en el dominio de las conversaciones. Todo el reordenamiento racional cognitivo que podemos elaborar está basado en premisas tácitas que han sido provistas por experiencias inmediatas cuando ellas aparecen en el lenguajear y el emocionar. En palabras de Maturana: "Todo sistema racional está fundado en premisas básicas aceptadas a priori a través de las preferencias(emociones) de uno, y es por esto que no es posible convencer a nadie con un argumento lógico si no hay una aceptación común a priori de esas premisas básicas" (Maturana, 1988, p. 17). Desde la perspectiva de la terapia, esta afirmación invalida la mirada racionalista que sostiene que a través de la práctica de la lógica humana es posible cambiar las emociones de los pacientes (Ellis, 1985; Beck, 1976). Tal cambio es posible solamente si el paciente cambia sus premisas aceptadas emocionalmente a través del emocionar implícito en las interacciones con el terapeuta durante la conversación lógica y racional. El multiverso Si, como Maturana apunta, el observador no puede tener acceso a una realidad objetiva independiente, y si, como el establece en su "Ontología del observar" (1987), el observador es constitutivamente participante de lo que él o ella observa, entonces lo que el propone es evidentemente radical: el pasaje de un Universo, esto es, de una realidad objetiva única que es la misma para todos, a un Multiverso, en el que hay tantos dominios de realidades como hay dominios de coherencias de la experiencia del observador que son vividos como dominios de explicaciones de las experiencias con coherencias de la experiencia. Tal y como Maturana apunta, en la mirada del Universo como un único (single, solo) dominio de realidad, la validez de una afirmación se apoya en sus conexiones con la realidad objetiva del Universo. En contraste, en la mirada del Multiverso, la validez de una afirmación se apoya en sus conexiones con las coherencias experienciales del dominio de realidad al cual pertenece. En estas circunstancias, desde el punto de vista de la terapia, la existencia de estas dos manera de encarar la pregunta por la realidad (y, por lo tanto, la existencia de dos diferentes visiones de lo que pasa en la vida diaria de quienes nos consultan, de dos diferentes concepciones de lo que ocurre en las transformaciones que toman lugar como resultado de la terapia) implican dos diferentes maneras de hacer terapia. En el primer caso, cuando el terapeuta cree que existe ahí un universo al que él o ella tiene un acceso privilegiado, él o ella actúa como el portador de la verdad que puede ser directamente transmitida al paciente. En el otro caso, el terapeuta no se ve a sí mismo como el portador de la verdad, y pasará a considerar que el mundo generado por el paciente es el único mundo posible para él o ella bajo sus circunstancias presentes. En este último caso, la tarea del terapeuta será la de ayudar al paciente a entender el mundo que él o ella genera como una apertura para la disolución de su sufrimiento. El primer caso corresponde al enfoque racionalista (Ellis, 1985; Beck, 1976), y el segundo al enfoque constructivista evolucionario o postracionalista de la psicoterapia (Guidano, 1991b; Mahoney, 1991; Ruiz, 1992). El concepto de cultura Para Maturana y Verden-Zöller (1993) la existencia humana toma lugar en el espacio relacional del conversar. Esto significa que, aún y cuando desde una perspectiva biológica nosotros somos Homo sapiens sapiens, nuestra manera de vivir, es decir, nuestra condición humana, toma lugar en nuestra forma de relacionarnos unos con otros y el mundo que generamos en nuestra vida diaria a través del conversar. El mantiene que una cultura es una red cerrada de conversaciones, y que un cambio cultural toma lugar en una comunidad humana cuando la red de conversaciones que la define como tal, cambia. Una cultura como una red de conversaciones (coordinaciones de lenguajear y emocionar) es conservada cuando los miembros de la cultura se hacen miembros de ella y la realizan al vivirla. Como tal, la identidad de los miembros de una cultura surge continuamente de nuevo cuando ellos viven la cultura que ellos integran. Tal identidad puede cambiar si las personas cambian la red de conversaciones en las que ellos participan. Su identidad (emocional y conductual) no preexiste como un rasgo de la cultura, sino que surge momento a momento cuando ellos generan con su conducta la cultura a la cual pertenecen. La Biología del Amor Maturana (y Verden-Zöller, 1993) es el primer científico que explica el amor. En su proposición, el amor no es una cualidad, o regalo o virtud, sino que es un fenómeno biológico relacional. De acuerdo a él (Maturana, 1993), el amor consiste en una conducta o clase de conductas a través de las cuales el otro aparece como un legítimo otro en coexistencia con uno en circunstancias que el otro puede ser uno mismo. De acuerdo con él, no es un asunto de legitimar al otro, o de hacer cosas intencionalmente para legitimar al otro, es un asunto de la conducta a través de la cual la legitimidad del otro no es negada, aún en el desacuerdo. De acuerdo con él, el amor es un fenómeno biológico básico, y es la emoción que constituye la existencia social. Maturana cree que nos enfermamos al vivir una manera de vivir que sistemáticamente niega al amor. Maturana afirma que el proceso terapéutico es siempre el mismo, cualquiera que sea la forma de psicoterapia, y que es lograda cuando el terapeuta tiene éxito, a través de la interacción con el paciente, en guiarlo a él o ella, consciente o inconscientemente, a abandonar la negación sistemática de sí mismo y de otros a través de recobrar la biología del amor como el hilo central de su vivir (en Ruiz, 1994, pp. 13). RESUMEN La contribución de Humberto Maturana Romesín a las ciencias de la complejidad y al entendimiento de la experiencia humana, se deriva de su explicación del observador a través de lo que él llama el dominio de las ontologías constitutivas. Este dominio aparece cuando él responde a la pregunta sobre qué es lo que los humanos hacen como observadores. En su mirada, el observador es revelado como alguien que opera en el lenguaje como participante constitutivo en todo lo que él o ella hace como ser humano. La mirada recursiva, circular y sistémica de Maturana está presente en sus reflexiones y en toda su argumentación explicativa. Si mantenemos esto en mente, podemos ver que sus contribuciones pueden sumarizarse como sigue: 1. Una mirada sistémica, circular, no linear de los sistemas vivientes que nos lleva al entendimiento de la vida como un proceso de conocimiento en la realización del vivir en congruencia con un medio. 2. El carácter ontológico no trascendental (su carácter de ontología constitutiva, en términos de Maturana), y la potencia explicativa de su propuesta en relación con el entendimiento de la experiencia humana. 3. Su descripción de la relación entre el observador y lo observado que lo guía a considerar al observador como un participante activo y constitutivo en todo lo que él o ella observa. Aquí el tanto el observador como la realidad emergen como explicaciones de las experiencias del observador y no como entidades trascendentales. 4. Sus explicaciones terminan con la separación de la mente y el cuerpo y con la suposición de que la mente tiene una localización en el cerebro. En sus proposiciones la mente es entendida como un fenómeno relacional que pertenece a la dinámica de relaciones del organismo. 5. Su entendimiento completamente consistente y no reduccionista. 6. Sus explicaciones del sistema nervioso como una red neuronal cerrada que no opera con representaciones del medio ni con símbolos. 7. Su mirar al conocimiento como acción efectiva y no como representación de una realidad independiente. 8. Su propuesta de una teoría de emociones y un lenguaje. 9. Finalmente, su mirar a la cognición como un fenómeno biológico que pone fin a la creencia en el conocimiento objetivo. Hay una contribución adicional significativa de Maturana; que es un resultado de su teoría de la cognición y su entendimiento de los seres humanos como seres lenguajeantes, y es lo que él llama la biología del amor. En el fondo, la mirada sistémica de Maturana de la experiencia humana conduce a un cambio en el entendimiento de lo humano. Yo pienso que una de la principales consecuencias de esto es una re-evaluación de las emociones como el fundamento de la vida humana y hasta de la racionalidad. Además, en estas circunstancias el acto terapéutico aparece obviamente como un acto en las emociones del paciente. En otras palabras, de acuerdo a Guidano (1991b) el terapeuta tiene que ser reconocido como un perturbador estratégicamente orientado de las emociones de sus clientes. Más tiempo tendrá que pasar antes de que podamos evaluar la enorme contribución de Maturana al entendimiento de la experiencia humana en el campo de la psicología. Este trabajo intenta presentar sus más importantes contribuciones en un esfuerzo de hacerlas más entendibles. Yo estoy consciente de que mi inclinación para escoger estas contribuciones también representa mis prejuicios personales, o mis "premisas a priori", en términos de Maturana. Anterior Volver al inicio Volver pagina inicio |