En el curso alto del río Verduxo, a su paso por la parroquia de Covelo, perteneciente al municipio pontevedrés de a Lama, hemos localizado una sugerente construcción popular utilizada para poder vadear cómodamente la corriente. Se trata de unas poldras, piedras hincadas en el lecho del río, sistema no desconocido por la investigación etnográfica gallega, si bien no ha recibido un estudio ni particular de casos concretos, ni tampoco de un modo general.
El monumento se localiza en el lugar denominado Candeira (punto geográfico 29TNG476964, de la hoja 5-10, 186, perteneciente a Pontecaldelas del Servicio Geográfico del Ejército; escala 1:50.000), cercano a la antigua aldea de A Vincurada.
El río Verduxo, en su curso alto, correspondiente a su paso por el municipio de Antas, discurre por una estrecha garganta, limitada al norte por la Serra do Seixo, y por el S. por las estribaciones de la Serra do Suido. Históricamente ambas riberas estuvieron pobladas desde tiempos muy antiguos, presentando las comunicaciones importantes dificultades, tanto debido a la orografía de la comarca como a la trayectoria del río.

El problema se agudiza a medida que descendemos, pues la corriente cada vez adquiere mayor entidad gracias a las aportaciones de múltiples regatos. Aguas arriba el problema tal vez no fuera tan insuperable, pues la naturaleza granítica del terreno, incluso del lecho, permitiría cruzarlo sin obras considerables. Pero al llegar a la zona en estudio las condiciones topográficas agravan el problema. En A Candeira, el río atraviesa un incipiente valle fluvial, con terrazas a ambas márgenes dedicadas desde antaño a cultivos. Ahora, por breve espacio la