En este sector se aprecia una
realidad incuestionable: las armas nº 1, 3, 5, 7 y 9 ofrecen muchas semejanzas morfológicas
y estilísticas. Representan modelos de puñales o espadas de hojas triangulares largas
y estrechas, con una ratio de 2'8, siendo sus magnitudes extremas 2'2 (nº 3) y 3'5 (nº 4).
Incluso la empuñadura de todos estos especímenes es de trazado muy similar. Interesante
es el ejemplar nº 9, pues además de mostrar dos leves incisiones en el remate proximal
de la jhoja (los cuales deben ser interpretados como referencias a remaches), esta posee
en su diseño filos ligeramente cóncavos. en consecuencia, creemos que es viable tomar
estar figuraciones, en líneas generales como imitaciones con alta intencionalidad
realista. Un detenido examen de estas armas revela asimismo una cuidada factura
individual de cada pieza, exceptuando la nº 1, de dibujo un tanto descuidado. En las
armas nº 3,5 y 7 el esmero puesto por el artista en su ejecución le llevó a plasmar
empuñaduras desarrolladas, diferenciando elegantemente el mango del pomo.
Sin embargo, en el caso nº 9, si bien opinamos que en la concepción de la hoja se
siguió una directriz realista, en la concrecciónm de la empuñadura prevaleció una
óptica más secundaria. En consecuencia, dá la impresión de que para las
armas nº 1, 3, 5 y 7 el/los artista/s concedieron una importancia significativa al
artefacto en conjunto, pero en la nº 9, el interés se centró más bien en un simbolismo
emanado prioritariamente de la hoja, o por lo menos es lo que se traduce de una
primera observación. De todos modos, que el arma poseía su significado tomada
en conjunto que da perfectamente demostrado al haber sido silueteadas, sin diferenciar parcelas
internas, si bien tal consideración habrá de ser matizada cuando nos refiramos al
especimen nº 9, donde, como se ha visto, se le concedió mayor connotación simbólica
a la hoja en detrimento de la empuñadura. Todos estos ejemplares fueron grabados con
la punta hacia abajo, pero no se distribuyeron por la superficie de la roca de un modo
regular. Sin embargo, al haber sido dispuestos muy próximos entre sí, casi paralelos, dejaban
entre los respectivos filos espacios triangulares, circunstancia que fue aprovechada,
a nuestro juicio, con relativa posterioridad para añadir las formas de nuevos puñales.
Como ya hemos examinado, son éstos los nº 2, 4, 6 y 8. Si para los diseños de la
"primera fase" parece ser que lo perseguido era la representación de un simbolismo
que emanaba del mero trazado de un puñal, sin ser necesaria una detallada fidelidad
con modelos reales.
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