Reinventarse a Puerto Rico        PAG 2
Claro, ¡cómo no se me había ocurrido antes!: en lugar de pedir un sólo status para toda la Isla, la mejor solución al problema es la de dividirla en dos partes distintas políticamente. Casi por la mitad, por el medio, de norte a sur. El lado del este, el Puerto Rico Oriental (o PROR), podría quedarse tal y como está actualmente, como colonia de Estados Unidos. Esto quiere decir que, permanecerá como un territorio no incorporado para que los grupos políticos actuales (y quiero decir todos: desde los autonomistas pasando por los republicanos y llegando a los independentistas) continúen disputándose el poder, tal y como han hecho tradicionalmente desde siempre. En este lado oriental de la Isla, el partido de turno podrá aumentar la dependencia a los fondos federales, tanto como al capital y mercado estadounidense. Le seguirá dando carta abierta a los inversionistas y desarrolladores para destrozar los recursos naturales de la isla. Podrá dedicarse a reciclar las desafortunadas iniciativas económicas desarrolladas durante la Guerra Fría sin mucha reflexión (o autonomía), bueno sólo un poquito, como para atraer esta vez a las empresas de la biotecnología, sin fiscalizar su actividad o sin que se suscite controversia alguna sobre la legalidad moral de la actividades de la empresa. Me parece bien. Podrá seguir además subsidiando la pobreza, lo suficiente para que los pobres no se alteren mucho, no desestabilicen más de lo que está el país y se asusten los inversionistas. Así continuará relegando a este segmento poblacional a la actividad del contrabando para su sobrevivencia, al no haber creado las oportunidades para empleos, ni contar con un mercado interno y haber aniquilado la producción agrícola. Y se podrá seguir justificando el aumento en la fuerza policiaca y en la compra de equipo. ¿Y que tal con que se siga con los abusos y violaciones de los derechos de la población más pobre (lo cuál significa casi la mitad de la población actual; ¡horror!: ¿no se suponía que éste era un país desarrollado, de primer mundo y que la industrialización por invitación resolvería el problema ese… o era el de desempleo?)?

Podrá aumentar cada vez más su dependencia al petróleo también. Más aún, el gobierno del PROR consentirá a seguir enviando a sus habitantes a las nuevas guerras petroleras que se avecinan provocadas por los estadounidenses, tal y como hacen ahora en Irak. Por su parte, los Estados Unidos estarán muy complacidos con seguir conservando parte de la Isla como su diminuto, pero tan codiciado, souvenir de guerra (sí, la cubano-española del 1898). Mediante su aferro a esta "posesión" podrá seguir ostentando su gran sueño de poderío sobre Iberoamérica y el Caribe. Y cuando se cansen de jugar al Gran Imperio y Policía Mundial (quién sabe cuando)  tal vez algún día se digne a resolver el problema de la subordinación política de los puertorriqueños orientales. Quién sabe.

El Puerto Rico Occidental (o PROC), al contrario, será soberano. En este país no habrá cabida para aquellos que repiten desde hace siglos la antigua letanía - legado de cuando Puerto Rico vivía en la más mísera de las condiciones coloniales- de que si la Isla no puede levantarse en sus propios pies, de que si los puertorriqueños son incapaces de auto- gobernarse, de que es imposible que mantengan un orden económico y… ¿cómo van a defender el país de los enemigos (¿son  ahora los bolivaristas o los terroristas árabes?) ja, já, tirándole cocos desde las palmas?. No. Esos desgraciados huyeron despavoridos al lado Oriental o a Estados Unidos, pues el miedo es la única suerte que han conocido y la única que suelen reproducir. No saben cómo es que es no ser un sujeto colonial en su propia tierra. Sobre los que sí se quedaron, en PROC habrá cabida para todo tipo de gente con distintas formas de ser y ver el mundo. Para hacer un largo cuento corto, pues ya se me acabó el tiempo y el espacio, entre muchos otros avances, PROC habrá trazado claramente cuál es su rol y participación en los mercados internacionales y será socio activo de las iniciativas de la región caribeña e iberoamericana. Su economía estará fundamentada en el desarrollo sustentable, en el turismo ecológico, en la protección de los mercados internos, el inversionismo y la banca local y la producción agrícola. Tendrá como estructura de base el respeto y la conservación de los recursos naturales. Sus recursos más preciados: los bosques nacionales, el agua. Sus dirigentes políticos estarán comprometidos principalmente con la planificación y eficiencia a todos los niveles de gobierno y a la implementación de estructuras de mantenimiento de la infraestructura. La planificación urbana y rural será prioridad. Destinará grandes esfuerzos en desarrollar múltiples fuentes de energías alternativas, entre ellas la solar, marítima y viento. En este lado no habrá pobreza subsidiada, sino subsidios para programas educativos innovadores. Estos estarán basados en la descolonización de todos los órdenes sociales y el desarrollo de una conciencia de libertad basada en la sensibilidad estética, el pensamiento crítico y el gusto por el conocimiento. Donde, sí, se enseñarán varios idiomas, incluyendo el francés, el chino, el inglés y otros. También habrá subsidio para programas de salud integrales, con énfasis en la prevención de todo tipo de enfermedades, la educación en salud, el ejercicio y la dieta. En PROC, el arte y la actividad intelectual serán tan valorados como la farándula. Resuelto ya al fin el problema del status, toda esa energía malgastada en la preservación de la repetición histórica, la mímesis colonial y el oportunismo y divisionismo político se ha de liberar para la continua articulación de movimientos de innovación y cambio.

Una de las mejores cosas de la política de PROC ha de ser ésta: para ser político, los dirigentes tendrán que tener título universitario y haber aprobado cursos especiales en Ciencias políticas, Historia de Puerto Rico y del Caribe (y de Estados Unidos y el resto del mundo, como electivas), Planificación y Desarrollo, Economía y Apreciación de arte, para poder ocupar sus puestos. Cómo si fuera poco tendrán que coger cursos en Filosofía, Etica y Estética todos los años y hacer Tai Chi todos los dias. Estarán firmemente convencidos de que el rol del político no es el de ser un cómplice a la depredación del país, magneto para los oportunistas, vendedor de favores, tanto como la presentación de farsas ante los medios de comunicación. Es el de encabezar, con efectividad y justicia, procesos para balancear las distintas fuerzas y dinámicas sociales, culturales, económicas y políticas logrando consenso, compromiso y cooperación. Es responder a tono con las nuevas realidades del nuevo siglo XXI, incluyendo enfrentarse a la eventual desaparición del petróleo. Su objetivo primordial es legar a futuras generaciones, no una isla violentada, arrasada, arruinada y en bancarrota moral y económica, sino una hermosa Isla: un país ordenado y bien cuidado, funcional, en donde todos y cada uno de sus habitantes puedan convivir como un gran organismo saludable, en armonía con su entorno y a tono con su propia naturaleza.