7 La Objetividad y el Equilibrio Universal

La Objetividad y el Equilibrio Universal


¿Cuantos hechos han sido tildados de "Subjetivos", "Injustos"?, el famoso refrán "El Fin Justifica los Medios", tiene una interpretación interesante en la siguiente frase: "La objetividad de los hechos y las acciones tomadas para obtenerlos depende completamente de los valores que sustentan la legitimidad de lo que se desea obtener". Si en las causas, por muy justas o lógicas que estas parezcan, no están sustentadas en valores reales, verdaderos; cualquier decisión, acción y consecuencia de estas, podrá ser interpretada bien como objetiva o subjetiva según sea el caso. En síntesis, se puede afirmar que "Existe la subjetividad de la objetividad del hombre": al existir un divorcio del hombre con los verdaderos valores, causa que sean subjetivas decisiones, posturas, acciones y hechos; los cuales, serían objetivos si su móvil fuesen los valores reales para los cuales fuesen concebidas inicialmente.

Los verdaderos valores son inmutables en el tiempo y lugar, y solo aislables mediante ampliación de la conciencia y la confrontación de la realidad observada con los valores primarios que todos tenemos en nuestro interior. Al ser diferentes los niveles de conciencia de los seres humanos, para algunos, pueden verse hechos como subjetivos, injustos, sin explicación razonable, tales como las muertes , el hambre, las enfermedades, etc. A esta falta de conciencia, se suman los "valores sociales", los cuales son añadidos por las sociedades a sus miembros. No significa que los seres que les ocurren estas situaciones consideradas por algunos como desgracias no sean dignas de misericordia, pero, la gran mayoría de los hombres, no conocen ni poseen valores necesarios como elementos de juicio sobre las cosas que observan. Hay que tomar en cuenta de que todo lo que ocurre tiene alguna razón, un origen y que todo está sometido a las leyes y normas de equilibrio universal, el cual permite que todas las cosas existan e interactuen entre si sin destruirse. Entiéndase bien que todo se transforma, no se destruyen y esto es real, pero el valor que hace esto posible es el equilibrio universal.

El Hombre en su trascender de lo mundano a lo divino, debe buscar enriquecer sus valores reales, descubrirlos y poseerlos a través de la ampliación de la conciencia y el autoperfeccionamiento, de manera tal de que con sus acciones y frutos de las mismas, pueda contribuir al orden y equilibrio universal, aportando su grano de arena en esta magnifica obra de Dios.


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