Es bajo tus miradas donde
nunca zozobro;
es bajo tus miradas
tranquilas donde cobro
propiedades de agua; donde
río, parlera,
cubriéndome de flores
como la enredadera.
Es bajo tus miradas azules
donde sobro
para el duelo; despierto
sueños nuevos y obro
con tales esperanzas, que
parece me hubiera
un deseo exquisito dictado
Primavera:
tener el alma fresca,
limpia; ser como el lino
que es blanco y huele a
hierbas. Poseer el divino
secreto de la risa; que la
boca bermeja
persista hasta el silencio
postrero, bella, fuerte,
¡y libe en la corola
suprema de la Muerte
con su última abeja!