Puedes dibujar en mi rostro
la sonrisa tierna
cuando inocente te detienes
a contemplar un juguete,
pero puedes también darme
la furia del beso ardiente,
confundiendo nuestras pieles,
enredando nuestros cabellos,
dejando que mi amor penetre en el
tuyo,
haciendo de tu amor y el mío,
uno sólo.