DISCULPE EL SEÑOR (JOAN MANUEL SERRAT) Disculpe el señor, si le interrumpo pero en el recibidor hay un par de pobres que preguntan insistentemente por usted. No piden limosna, no, ni venden alfombras de lana, tampoco elefantes de ebáno, son pobres que no tienen nada de nada. No entendí muy bien si "nada que vender" o "nada que perder", pero por lo que parece tiene usted alguna cosa que les pertenece. ¿Quiere que les diga que el señor salió?, ¿que vuelvan mañana en horas de visita?, ¿o, mejor les digo como el señor dice: "Santa Rita...lo que se da no se quita"...? ...se nos llenó de pobres el recibidor, y no paran de llegar desde la retaguardia, por tierra y por mar. Y como el señor dice que salio y tratándose de una urgencia me han pedido que les indique yo por dónde se va a la despensa, y que Dios se lo pagará. ¿Me da las llaves o los echo? Usted verá que mientras estamos hablando llegan más y más pobres, y siguen llegando. ¿Quiere usted que llame a un guardia y que revise si tienen en regla sus papeles de pobre...? ¿..."Bien me quieres, bien te quiero, no me toques el dinero...? ...pero este asunto va de mal en peor. Vienen ya millones y curiosamente vienen todos hacia aquí. Traté de contenerles pero, ya ve, han dado con su paradero. Estos son los pobres de los que le hablé, le dejo con los caballeros y entiéndase usted. Si no manda otra cosa me retiraré, si me necesita, llame. Que Dios le inspire o que Dios le ampare, que ésos no se han enterado que Carlos Marx está muerto y enterrado...
JUAN Y JOSÉ (JOAN MANUEL SERRAT) Juan y José, sentados contra el muro del frontón, hacían planes mientras reponían fuerzas. Dudaban entre ir a la escuela o al río a pescar cuatro cangrejos para la merienda. Nadie, jamás, vio amigos más unidos que esos dos que a un tiempo descubrieron el fuego del licor, el brillo del dinero, el automóvil, el cine y la mujer. Tibio era el sol, ancha la mar, y el mundo, aún, por estrenar. A Juan y a José se les acabó pronto la niñez segada con la mies, pisada por los bueyes. Y mientras José tomaba los caminos de la mar el otro le despidió desde el muelle. Del que se fue, llegaron cartas con olor a ron cargadas de promesas que Juan leía mientras ponía la mesa, y releía, sin prisa, en el café. Caña dulce, mamey colora´o, verde la palma, blanca la garza, con un ojo abierto, en la charca, vigila el caimán. ¿Cómo puedes conformarte, Juan, con un solo cielo si hay toda una América del otro lado del mar? José viajó de las Antillas a la Cruz del Sur. Huaquero en Fundación, buhonero en la Puna, cafisho en un quilombo flotante en el Paraná, y, con los años, llegó a hacer fortuna. Juan se quedó trabajando la tierra y se casó con su novia de siempre. Después, los años discurrieron mansamente, frío en invierno, y en verano, calor... ...los días que llegaban cartas de José... ...volvieron a encontrarse en el frontón medio siglo después y, como si tal cosa, Juan preguntó: "¿A cuál le vas: azul o colora´o?", y respondió el indiano: "Al que vaya esa moza. Qué cosas Juan, tanto rodar y estamos otra vez en donde lo dejamos" "Pero, a tí, Pepe, que te quiten lo bailado, y, gracias, Pepe, por llevarme a bailar..." ...Tú cabalgabas y yo iba a la grupa en las largas tardes, junto a la estufa del viejo café. Con las alas de tus cartas, José, atravesé todos los cielos de América, contigo ¡amigo...!
Y EL AMOR (JOAN MANUEL SERRAT) El milagro de existir, el instinto de buscar, la fortuna de encontrar, el gusto de conocer, la ilusión de vislumbrar, el placer de coincidir, el temor a reincidir, el orgullo de gustar, la emoción de desnudar y descubrir, despacio, el juego, el rito de acariciar prendiendo fuego, la delicia de encajar y abandonarse, el alivio de estallar y derramarse. Y el amor...
TOCA MADERA (JOAN MANUEL SERRAT) Nada tienes que temer, al mal tiempo, buena cara, la Constitución te ampara, la Justicia te defiende, la policía te guarda, el sindicato te apoya, el sistema te resgurda, y los pajaritos cantan y las nubes se levantan. Cruza los dedos, toca madera, no pases por debajo de esa escalera. Evita el trece y al gato negro, no te levantes con el pie izquierdo. Y métete en el bolsillo, envuelta en tu carta astral, una pata de conejo por si se quiebra un espejo o se derrama la sal. Vigila el horóscopo y el biorritmo, ni se te ocurra vestirte de amarillo. Y si, a pesar de todo, la vida te cuelga el "no hay billetes", recuerda que pisar mierda trae buena suerte... ...arriba los corazones... ...pero nunca están de más ciertas precauciones... ...Que también hacen la siesta los árbitros y los jueces. Con tu olivo y tu paloma camina por la maroma entre el amor y la muerte... ...Y ajústate los machos, respira hondo, traga saliva, toma carrera, abre la puerta, sal a la calle...
LLEGAR A VIEJO (JOAN MANUEL SERRAT) Si se llevasen el miedo y nos dejasen lo bailado para enfrentar el presente, si se llegase entrenado y con ánimos suficientes, y después de darlo todo, en justa correspondencia, todo estuviese pagado, y el carné de jubilado abriese todas las puertas, quizás llegar a viejo sería más llevadero, más confortable, más duradero, si el ayer no se olvidase tan aprisa, si tuviesen más cuidado en dónde pisan, si se viviese entre amigos que, al menos, de vez en cuando pasasen una pelota, si el cansancio y la derrota no supiesen tan amargo, si fuesen poniendo lucen en el camino a medida que el corazón se acobarda, y los ángeles de la guarda diesen señales de vida... ...sería más razonable, más apacible, más transitable, si la veteranía fuese un grado, si no se llegase huérfano a ese trago, si tuviese más ventajas y menos inconvenientes, si el alma se apasionase, el cuerpo se alborotase y las piernas respondiesen, y del pedazo de cielo reservado para cuando toca entregar el equipo repartiesen anticipos a los más necesitados... ...sería todo un progreso, un buen remate, un final con beso, en lugar de amontonarlos en la historia convertidos en fantasmas con memoria, si no estuviese tan oscuro a la vuelta de la esquina, o simplemente si todos entendiésemos que todos llevamos un viejo encima...
MI NIÑEZ (JOAN MANUEL SERRAT) Tenía diez años y un gato peludo, funámbulo y necio que me esperaba en los alambres del patio a la vuelta del colegio. Tenía un balcón con albahaca y un ejército de botones, y un tren con vagones de lata, roto entre dos estaciones. Tenía un cielo azul y un jardín de adoquines, y una historia a quemar temblándome en la piel. Era un bello jinete sobre mi patinete, burlando cada esquina como una golondrina, sin nada que olvidar, porque ayer aprendí a volar, perdiendo el tiempo, mirando el mar. Tenía una casa sombría que mi madre vistió con ternura y una almohada que hablaba y sabía de mi ambición de ser cura. Tenía un canario amarillo que al viento trinaba sus penas oyendo algún viejo organillo o mi radio de galena. Y en julio, en Aragón, tenía un pueblecillo, una acequia, un establo y unas ruinas al sol. Al viento los ombligos, volaban cuatro amigos picados con viruela, y huérfanos de escuela, robando uva y maíz, chupando caña y regaliz. Creo que entonces yo era feliz. Tenía cuatro sacramentos y un ángel de la guarda amigo y un "París-Hollywood" prestado y mugriento escondido entre mis libros. Tenía un novia morena que abrió a la luna mis sentidos jugando los juegos prohibidos a la sombra de una higuera. Crucé por la niñez imitando a mi hermano, descerrajando el viento y apedreando al sol. Mi madre crió canas pespunteando pijamas, mi padre se hizo viejo sin mirarse al espejo, y mi hermano se fue de casa, por primera vez. Y, ¿con quién?, y ¿dónde fue mi niñez...?
POCO ANTES DE QUE DEN LAS DIEZ (JOAN MANUEL SERRAT) Te levantarás despacio, poco antes de que den las diez, y te alisarás el pelo que con mis dedos deshilé, y te abrocharás la falda, y acariciarás mi espalda con un: "hasta mañana". Y te irás sin un reproche, te perderé con la noche que llama a mi ventana, y bajarás los peldaños de dos en dos, de tres en tres. Ellos te quieren en casa... ...¡Véte! Se hace tarde, véte ya... ...Y en el umbral de la puerta... ...borrarás la última huella que en tu cara olvidé. Y volverás la cabeza y me dirás con tristeza: "adiós" desde la esquina, y luego saldrás corriendo, la noche te irá envolviendo en su oscura neblina. Tu madre abrirá la puerta, sonreirá y os besaréis. La niña duerme en casa y en el reloj darán las diez...
TU NOMBRE ME SABE A HIERBA (JOAN MANUEL SERRAT) Porque te quiero a tí...cerré mi puerta una mañana y eché a andar... ...dejé los montes y me vine al mar. Tu nombre me sabe a hierba de la que nace en el valle a golpes de sol y de agua... ...me lleva atado en un pliege de tu talle y en el bies de tu enagua... ...aunque estés lejos yo te siento a flor de piel... ...se hace más corto el camino aquél... ...mi voz se rompe como el cielo al clarear...
POEMA DE AMOR (JOAN MANUEL SERRAT) El sol nos olvidó ayer sobre la arena, nos envolvió el rumor suave del mar, tu cuerpo me dio calor, tenía frío y, allí, en la arena, entre los dos nació este poema, este pobre poema de amor para tí Mi fruto, mi flor, mi historia de amor, mi caricias. Mi humilde candil, mi lluvia de abril, mi avaricia. Mi trozo de pan, mi viejo refrán, mi poeta. La fe que perdí, mi camino y mi carreta. Mi dulce placer, mi sueño de ayer, mi equipaje. Mi tibio rincón, mi mejor canción, mi paisaje. Mi manantial, mi cañaveral, mi riqueza. Mi leña, mi hogar, mi techo, mi lar, mi nobleza. Mi fuente, mi sed, mi barco, mi red y la arena. Donde te sentí, donde te escribí mi poema...
PENÉLOPE (JOAN MANUEL SERRAT) Penélope, con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo... ...se sienta en un banco en el andén y espera a que llegue el primer tren meneando el abanico. Dicen en el pueblo que un caminante paró su reloj una tarde de primavera. "Adiós, amor mío, no me llores, volveré antes que de los sauces caigan las hojas. Piensa en mí...por tí." Pobre infeliz, se paró su reloj infantil una tarde plomiza de abril cuando se fue su amante. Se marchitó en tu huerto hasta la última flor, no hay un sauce en la calle Mayor para... ...tristes a fuerza de esperar, sus ojos parecen brillar si un tren silba a lo lejos... ...uno tras otro los ve pasar, mira sus caras, les oye hablar, para ella son muñecos... ...que el caminante volvió y la encontró en su banco de pino verde. La llamó: "Penélope, mi amante fiel, mi paz, deja ya de tejer sueños en tu mente. Mírame, soy tu amor, regresé." Le sonrió, con los ojos llenitos de ayer, "no era así tu cara ni tu piel, tú no eres quien yo espero". Y se quedó...sentada en la estación...
HOY PUEDE SER UN GRAN DÍA (JOAN MANUEL SERRAT) "Hoy puede ser un gran día", plantéatelo así: aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de tí. Dale el día libre a la experiencia para comenzar y recíbelo como si fuera fiesta de guardar. No consientas que se esfume, asómate y consume la vida a granel... ...duro con él... ...donde todo está por descubrir, si lo empleas como el último que te toca vivir. Saca de paseo a tus instintos, y ventílalos al sol y no dosifiques los placeres, si puedes, derróchalos. Si la rutina te aplasta, dile que ya basta de mediocridad... ...date una oportunidad... ...imposible de recuperar, un ejemplar único, no lo dejes escapar. Que todo cuanto te rodea lo han puesto para tí. No lo mires desde la ventana, y siéntate al festín. Pelea por lo que quieres y no desesperes si algo no anda bien... ...y mañana también...
FIESTA (JOAN MANUEL SERRAT) Gloria a Dios en las alturas, recogieron las basuras de mi calle, ayer a oscuras, y hoy sembrada de bombillas. Y colgaron de un cordel, de esquina a esquina, un cartel y banderas de papel verdes (lilas), rojas y amarillas. Y al darles el sol la espalda revolotean las faldas bajo un manto de guirnaldas para que el cielo no vea, en la noche de San Juan, cómo comparten el pan, su mujer y su galán gentes de cien mil raleas. Apurad, que allí os espero si queréis venir, pues cae la noche y ya se van nuestras miserias a dormir. Vamos subiendo la cuesta que, arriba, mi calle se vistió de fiesta. Hoy el noble y el villano, el prohombre y el gusano bailan y se dan la mano sin importarles la facha. Juntos los encuentra el sol a la sombra de un farol, empapados en alcohol, magreando una muchacha. Y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el Señor Cura a sus misas. Se despertó el bien y el mal, la zorra pobre al portal, la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas. Se acabó, el sol nos dice que llegó el final, por una noche se olvidó que cada uno es cada cual. Vamos bajando la cuesta que, arriba, en mi calle, se acabó la fiesta...
AQUELLAS PEQUEÑAS COSAS (JOAN MANUEL SERRAT) Unos se cree que las mató el tiempo y la ausencia. Pero su tren vendió boleto de ida y vuelta. Son aquellas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas en un rincón, en un papel o en un cajón. Como un ladrón te acechan detrás de la puerta. Te tienen tan a su merced como hojas muertas que el viento arrastra allá o aquí, que te sonríen tristes y nos hacen que lloremos cuando nadie nos ve...