A veces quisiera que mi memoria no fuera tan torpe... para poder acordarme de ella, de casi un año de romper sombras, de ocho meses de cambios radicales en mi vida. Creo que ya han pasado más de tres años de que la conocí, pero a veces me acuerdo de ella y la deseo... la deseo más que a nadie. Siempre arreglada, siempre a la moda, vamos, ni haciendo el amor se despeinaba. La conocí en una novatada en la universidad, yo era un veterano y ella una novata. A pesar de estar toda pintarrajeada por el vandalismo de mis compañeros, lucía preciosa: Ojos color miel, cabello largo, ondulado y castaño... en fin, una chulada. Inmediatamente puse mi cinturón en su cuello y le dije que iba a ser mi esclava (y casi lo fué), y así con la bola de barbajanes que tenía por condiscípulos recorrimos la avenida Juárez, en un momento dado ella se quitó el cinturón del cuello y lo puso en el mío. Así que ahora yo era su "perro" a pesar de ser de los más veteranos y miembro de la primera generación de la universidad. Un poco después la turba salvaje se echó a correr y nosotros con ella, pero la pobre chica tropezó, y yo, que venía amarrado a ella, tropecé también y la tiré. Fué entonces cuando sentí la fragilidad de su ser, en ese momento la emoción que sentí al verla como una chica bonita y nada más se transformó en una especie de ternura agradable y atractiva. Se cortó la mano, tuvimos que detenernos así, todos pintarrajeados y revolcados en una farmacia para comprar un curita. Regresamos a la universidad ya a paso normal, por cierto, ahora me viene a la mente que una chica del Liceo Italiano nos preguntó desde su salón: - Oigan, ¿por qué vienen pintados?
- Por que estamos locos - Respondí
Llegamos a la universidad bastante después que los demás, y ya conociéndonos bien. Mi novia nos estaba esperando echa un energúmeno, no se de dónde sacaba el concepto de que yo era un mujeriego y que donde ponía el ojo ponía también la verga. Ya no me acuerdo exactamente qué pasó pero terminé con mi novia y me quedé sin ninguna de las dos.
En la Tarde-Noche iba a ser la fiesta de bienvenida de la escuela, por esto quedé de verme con Rodrigo (Mi mejor amigo en ese entonces) en su casa un poco antes. Rodrigo tenía dos botellas de Wiskey (según me dijo) mismas que empezamos a liquidar, me extrañó que me gustaran por que nunca me ha gustado el wiskey, pero al segundo pomo me confesó que era mezcal, y entonces sí nos lo liquidamos más a gusto. Le conté que había terminado con mi novia, no le extrañó en lo más mínimo por que todas las semanas era la misma historia. Nos decidimos al fin ir a la fiesta, yo guardaba la secreta esperanza de ver a la chica de la mañana, a la que he decidido llamar "Humo".
Llegando a la escuela busqué desesperadamente a Humo, pero no la encontré, a la que sí encontré fué a mi novia, que volvió a serlo gracias a que Rodrigo, con la inspiración que dan dos botellas de Mezcal, nos reconcilió. Pasamos con mi novia el resto de la fiesta y cada quien se fué a su casa. Llegando a mi casa todavía me sentía bastante pedo, pero sin sueño, así que le escribí una poesía a Humo.
Los siguientes días los problemas con mi novia continuaron, así que decidí que lo mejor sería darnos un tiempo para descansar el uno del otro, estaba yo en la tarde dando un curso en una oficina cuando mi novia llegó con su hermana, su hermana me dijo que teníamos que hablar mi novia y yo y se fué. Saqué de mi cartera una tarjeta de presentación para un cliente y accidentalmente se me cayó la poesía que escribí para humo, mi novia la recogió con intención de dármela, pero casi en seguida reconoció de lo que se trataba y quizás pensó que era para ella, no pude hacer nada para impedir que la leyera por que estaba con un cliente, así que ella salió, entonces sí me valió madre el cliente y salí tras ella, no se que fué lo que hablamos, lo que sí recuerdo fué el cachetadón que me dió, que distinta de la fragilidad de Humo. Esta vez el rompimiento fué definitivo.
El rompimiento con mi novia no me afectó mucho por que creí que ya no la amaba, y estando solo tenía más tiempo para mis cosas, en ese entonces me encontraba estudiando tres carreras, dando clases como becario y trabajando para mantenerme; pero a pesar de eso sentía que me faltaba algo. Después me dí cuenta de que ese algo era Humo. Un día fui a ver el estreno de "Batman" al cine con Pablo, un amigo, le conté de mi inquietud por Humo y él me dijo que ella era su novia, y efectivamente los había visto mucho juntos. Me dije a mí mismo que no debería rayar las libretas de los cuates y me intenté olvidar de Humo.
Antes de proseguir quisiera describir la personalidad de Pablo por que es interesantísima, era un tipo un poco más alto que yo (o sea, como 1.75 m), moreno tipo color chocolate (pero del negro), bigote siempre arreglado y una boca de aproximadamente tres metros de diámetro con una lengua aún mayor. Si, era el tipo más largo (pero no sexualmente) que había conocido, como dato curioso una vez le dijo a Rodrigo que había aprendido ADA en la NASA. De ese tamaño eran las puntadas de Pablito. El presumía ser el mejor programador de la universidad, y realmente era bueno (por eso era mi cuate), pero no para tanto. En fin Pablo sabía lo suficiente como para poder impresionar al común de la gente (pero no a mí) y era en extremo vanidoso. Por cierto, me dí cuenta de que me admiraba cuando me propuso que yo hiciera una computadora y que él hacía el lenguaje (ponía su ego en sistemas al mismo nivel que él consideraba que yo estaba en electrónica).
En fin, Pablito era un tipo bastante hocicón, pero se veía todo el día con Humo y tenía por qué creerle. Sergio, que sí era uno de los dos mejores programadores de la escuela (por modestia excuso decir quién era el otro). era (y es) muy buen amigo mío, y casualmente tenía cierta rencilla con Pablo. Pues pasó que con Sergio cierta vez nos encontramos a Humo, y él, con el sano afán de joder a Pablo, le preguntó si realmente era su novia, Humo primero se puso de mil colores, luego nos dijo casi al borde de un colapso nervioso que nunca había siquiera salido con él a pasear, que se le pegaba como chinche todo el día y no sabía cómo quitárselo de encima. Cuando Humo vio que Sergio y yo llevábamos quince minutos de histéricas carcajadas y que empezaban a salirnos lágrimas de los ojos, cambió su actitud fúrica por una especie de preocupación por nuestra salud mental. Le expliqué parte de la situación y ella también rio de buena gana.
Me di cuenta entonces de que tenía el camino libre y sin rayar libretas ajenas, y lo que más ayudó fué que mi novia (ya no era mi novia pero tengo que llamarla de alguna manera para diferenciar, así que desde ahora la llamaré simplemente "Novia"), bueno, pues Novia me dijo cierta vez que estaba dando mis consabidas asesorías de seis a siete en las computadoras de la escuela, me dijo: "A que no se te hace con Humo". Quizás no se me hubiera hecho de no ser por la encabronada motivación que un reto significa para mí. De haber tenido el tiempo necesario yo hubiera sido el triple de pegoste que Pablo, pero no lo tenía, de todos modos me volví pero de verdad perro para con Humo, buscaba la ocasión de verla en cada descanso, me hice amigo de casi todos sus compañeros y compañeras, vamos, creo que hasta se hicieron apuestas en su salón para ver con quién quería yo.
Al fin un viernes me decidí a invitarla a salir, ella aceptó, pero me topé con un gran inconveniente: Resulta que Roy Diez, un amigo, también quería con ella, y Roy era más que un cuate y merecía respeto y no-gandalléz. Convinimos con Roy jugar un volado para ver quién se quedaba con Humo, perdí y como buen caballero le dije que ni madres, que Humo era demasiado especial para jugarla en un volado. Convinimos entonces cada quien hacer el intento, pero sin interferirnos mutuamente. Así que al día siguiente para mi cita con Humo fuimos cuatro: Roy, Humo, la Hermana de Humo y yo, en realidad no nos la pasamos nada mal, pocas veces habíamos coincidido en lugares Roy y yo, era un tipo bastante agradable, Humo y su Hermana eran bastante simpáticas y los cuatro la pasamos de maravilla. Comenzamos así a salir con bastante regularidad (Diario) los cuatro, el inconveniente era que en determinados momentos había que formar parejas y Roy hacía pareja con Humo y yo con su Hermana.
Todo paresia indicar que yo quería con la Hermana de Humo, cosa totalmente falsa, por que si bien la chica me agradaba bastante, no me atraía más que como amiga. Así que, como buen caballero, le dije a Roy que si iba a hacer algo lo hiciera por que yo ya iba a atacar. Roy se le declaró al día siguiente, según me dijo, y fué bateado de una manera cortés y encantadora, al día siguiente le entregué a Humo la poesía que provocó el rompimiento con Novia, no tuve tiempo de estudiar su reacción al leerla (oye, estudiar tres carreras, dar clases y trabajar no es cualquier mamada). En la tarde fui a ver a Humo, por más que lo intentaba no podía agarrar tema, cada que quería hablarle de mi poesía sentía que (por cursi que parezca) los latidos de mi corazón eran tan fuertes que mi iban a romper una costilla, solamente tenía una hora libre en esa tarde y estuve en su casa como tres horas, al fin cuando ya me despedía tomé el suficiente valor para decirle que tenía algo así como un volcán en el pecho, que en mis pesadillas invocaba su rostro para alejarlas, que... que me tenía hecho un pendejo. Obviamente no le dije nada de eso, si no simple, llana y estupidamente: ¿Quieres ser mi novia?. Ella me contestó el clásico y de rigor: No se... necesito pensarlo... no nos conocemos muy bien... le exigí que me dijera cuánto tiempo necesitaba, me dijo que un mes, me negué, me dijo que una semana, acepté. Fué cuando empezó la cuenta sin fin para que llegara el Jueves (creo que también escribí una poesía sobre eso).
Los siguientes días fueron de hablar por teléfono casi una hora diaria con ella, aparte del tiempo que pasábamos juntos, descuidé horrores mis estudios y mi trabajo, pero valía la pena todo con tal de sentirla cerca o de siquiera oirla. En ese entonces yo estaba haciendo cierta chamba para el PRI y trabajaba toda la noche, creo que fué un sábado cuando salí con Humo y aproveché a pasar a cobrar, me pagaron cincuenta mil pesotes por tres días de chamba, así que mas desahogado la invité a tomar un café o algo así. Veníamos caminando por la tres poniente cuando se detuvo y me dijo: Si. No necesité más explicaciones y la besé, creo que fué media hora la que estuvimos así provocando las miradas reprobadoras de sus paisanos, pero para mí fueron como cinco segundos de beber el nectar de la gloria y fué como si Jim Morrison me cantara al oído "Love me Two Times". Entonces me dí cuenta que toda esa ternura y fragilidad eran amor mezclado con saliva y sangre que estaba hirviéndo en mis venas. Nunca Puebla me pareció tan bella como cuando iba con Humo por la calle. Creo que hasta el momento he olvidado decir que Humo es la chica más linda que alguna vez Haya tenido en mis brazos, creo que he olvidado decir que el ir con ella en la calle era provocar envidia en todo el género masculino, creo que he olvidado decir cuánto la amaba.
Desgraciadamente la memoria no me alcanza para recordar cada instante maravilloso que pasé con ella, desgraciadamente aún no hay una computadora que me pueda decir de cada beso que le dí, de cada frase que le dije, y fueron pocos los versos que le hice. Yo era el poeta y ella la musa, creo que como aprendiz de poeta soy bastante malo, pero se que el más inspirado de ellos envidiaría una musa como Humo. Alguien que como ella sepa plasmar su inspiración en un beso y sepa rendir con un te amo.
Creo que fueron tres meses en que me importaron madre mis estudios y mi trabajo, tres meses de consagrarme a amarla, en fin, tres meses que ya olvidé qué pasó, pero que me dejaron un sentimiento que jamás podré olvidar. Después de eso, la soledad en la que yo empezaba a vivir provocó cambios drásticos en mi personalidad, por ese entonces dejé de ser el niño mimado de la familia por que ahora vivía solo. Al principio me sentí libre y cometí muchos excesos, pero después empecé a extrañar la vida familiar, el llegar a casa y que alguien te hable, aun que sea para regañarte, el saber que si se oye un ruido en la casa es alguien de tu familia, en fin, el saber que no estás solo. Hoy día es una situación a la que me he acostumbrado tanto que incluso cuando voy de visita con mis padres ya me siento extraño, pero en ese entonces no, en ese entonces me sentía mal, me sentía raro, me sentía solo. Fui tan estúpido de no darme cuenta de que tenía a Humo, y fui tan pendejo de desquitar con ella mis frustraciones.
Empecé primero a compararla con Novia, que si Novia tenía tal o cual gusto, que si era mejor en esto y en otro, en fin, empecé a formar poco a poco un muro entre Humo y yo, luego empecé a culparla, después a enojarla y al último a humillarla, ahora en mis sueños la veía como un monstruo que me desgarraba la piel con sus colmillos, me empezó a gustar el salado sabor de sus lágrimas. Inicié un juego perverso de ver qué tanto la podía hacer sufrir y ver qué tanto podía ella soportar, y así poco a poco borré todos los besos y todos los versos que Humo generó con su maravillosa facultad creativa.
Todo empezó a terminar una vez que Novia, en plan de amigos, me invitó a ir con su familia a Cancún, se lo comenté a Humo, ella se negó rotundamente, le tiré como dos horas de rollo explicándole que entre Novia y yo ya no había nada, que ella, Humo, era mi novia y que sólo a ella quería (¿Joder?). En fin, la convencí y aceptó no de muy buena gana que fuera. Al otro día llegó muy enojada y me dijo: No vas, por que no vas. Entendí entonces que se lo había contado a su mamá y que venía ahora totalmente aleccionada. Entonces me puse a pensar muchas cosas, ¿Cuántas cosas que eran exclusivamente de Humo y mías no sabría ya su madre?, no era realmente algo muy malo por que su mamá es una bella y finísima persona, pero sentí violada mi intimidad, sentí que mis más íntimos secretos eran comentados entre risitas por señoras en el VIP'S, sentí que ella, a la que tanto había yo lastimado, había encontrado al fin un modo de partirme la madre emotivamente; sólo que en ese momento no me dí cuenta de que ella era tan niña como yo (teníamos 19 años) y lo único que buscaba era retenerme consigo. Después atacó directamente sobre novia, no se por que, pero éste último ataque logró ponerme furioso, intenté entonces darle un golpe donde más le doliera, y le dije algo que hasta la fecha me hace despertar en las noches ahogado por el remordimiento. Lloró como dos horas seguidas, y esa vez si me sentí como un pedazo de mierda tirada en el suelo, nunca en mi vida me he sentido más patán, más poco hombre, más mala leche. Esa vez, auténticamente arrepentido le pedí mil y un disculpas, al fin de cuentas nos reconciliamos una vez más. Pero yo ya había roto algo muy grande en nuestro amor, algo que nunca se podría arreglar, algo como una porcelana que, aunque se pegue después de rota, siempre se notan las grietas. Toda esa semana me sentí muy mal conmigo mismo, sabía que la amaba, pero algo me decía que si en ese momento era capaz de hacer eso, uno de estos días la iba a extrangular o iba a provocar que se suicidara nada más para estudiar reacciones, decidí entonces que lo más sano era alejarme de ella hasta que yo madurase mucho más, hasta que fuera digno de algo como lo que ella me inspiró en su momento. Cuando le dije que termináramos lo tomó muy bien, después me dí cuenta de que tuvo la suficiente dignidad de no dejarme verla llorar por última vez, y además, hizo muy bien.
Tiempo después, me fui a Cancún con Sergio, regresé y todo era igual, en navidad le hablé a Humo para felicitarla, ya habían pasado cinco o seis meses desde que habíamos terminado, su mamá me contestó muy amable, después hablé con Humo y charlamos un rato en un plan muy agradable. Poco después de año nuevo unos primos me invitaron a tomar unos tragos, yo venía de ver a un cliente así que iba de trajecito y muy propio, nos tomamos varias cervezas (aproximadamente un chingo) y nos pusimos medio pedos, después se nos ocurrió tomar tequila, fué entonces cuando me dí cuenta que el tequila es letal para mí, primero me dio por demostrarle a mi primo el que medía uno noventa que a pesar de estar grandote me la pelaba a los madrazos, después de vapulearnos un rato seguimos chupando.
Llegó un momento en que, como cuando cortan las películas y de repente aparece un escena totalmente distinta, estaba en casa de Humo, no se ni cómo, es más, ni siquiera puedo recordar claramente qué pasó, recuerdo que le decía que era la más bonita que había conocido, que su papá llegaba, que me iba y le daba un beso en la mejilla (a ella, no a su papá) y que llegaba a mi casa y me ponía a platicar con un inexistente amigo. Todo esto lo recuerdo como entre sueños, al día siguiente, así todo crudo, le hablé a Humo para disculparme con ella, me dijo que su papá no quería que volviera a poner mis patotas en su casa, y que ella tampoco. Después mi primo me contó que después de haberme zarandeado con mi otro primo, llevaba la camisa rota, el traje hecho un asco, y la corbata colgando en toda la facha del perfecto alcohólico, me dio tanta vergüenza que no volví a hablar con Humo en mucho tiempo, es más, llegué a la conclusión de que la había perdido definitivamente, creo que ya son dos años desde eso.
Cierto día fui a visitar al Pede, un amigo del cual me distancié cuando dejé de tomar, y me encontré a su hermana, me preguntó por mi novia, le dije que nos llevábamos muy bien, después me preguntó por Humo, ella la conocía a ella y a su familia también, le dije que hacía ya mucho tiempo que no la veía ni sabía de ella. - Pues por ahí me enteré que sigue llorando por tí. ¡ ¿Qué? ! - Dije para mi mismo - pero si me odiaba, y con razón. He de aclarar que para estas alturas ya la había olvidado por completo y estaba muy enamorado de mi novia, pero al saber eso me entró un deseo obsesivo por saber de ella. No me entró amor ni nada de eso, era más bien curiosidad. Me abstuve por que amaba a mi novia, no sé si yo lo provoqué o qué pasó, pero hace como cuatro meses mi novia me mandó a volar, sufrí, y sufrí, y sufrí... Es más, a pesar de que ya no bebo, esa noche agarré el pedo y de no ser por la oportuna intervención de Sergio me hubiera pegado un plomazo. Pasé tiempo reubicando mis sentimientos y me dí cuenta de que yo tampoco amaba ya a mi novia, es más, ya no amaba a nadie, salvo a mis computadoras. Empecé entonces a trabajar día y noche en la computadora, en realidad me sentía bastante a gusto pero todavía tenía una obsesión: Humo.
Ultimamente no sé lo que me pasa, estoy muy confundido, me gusta mucho la vida que llevo, tengo tres computadoras y con ellas no me falta nada, pero tengo una tremenda inquietud por ver a Humo, creo que ya no la amo, pero no estoy seguro, creo que tengo una deuda con ella, que le debo algo, pero no se qué.
He llamado varias veces a su casa los últimos dos meses, he hablado dos o tres veces con ella, creo que la última vez (¿o fué la penúltima?) la invité a salir, pero me dijo que no por que su novio se enojaba, le expliqué a medias que no se trataba de nada amoroso, si no de simplemente vernos, conocer cómo hemos cambiado en este tiempo, pero no me supe explicar bien. No sé si después de eso se ha negado a hablar conmigo o es que efectivamente no está, pero siempre que hablo y me contesta su mamá, que supongo identifica inmediatamente que se trata de mí, con toda cortesía me dice que está trabajando o que está durmiendo. No puedo hablarle diario por que desgraciadamente ya no tengo teléfono. Hace una semana fui con un amigo a buscarla a su casa, no fui solo por que aún me da vergüenza presentarme después del estado en el que fui la última vez. Le compré unas flores y le pedí a mi amigo que tocara y preguntara por ella, yo lo esperé en su coche, vi que abrió su mamá y sólo de verla sentí tanta pena que no atiné a hacer otra cosa que esconderme. Mi amigo pasó un buen rato en la puerta platicando con alguien que yo no podía ver, supuse que era la mamá, cuando llegó al fin al coche me dijo que había estado platicando con Humo, que me hizo mil señas para que me acercara - pero no lo vi - hasta que me chifló, el chifildo hizo que saliera el papá de Humo y que le ordenara entrar a casa. No atiné más que a tirar las flores y pedirle al amigo que me llevara a mi casa, al día siguiente tuve que salir a México por una semana para arreglar diversos asuntos, cuando regresé quise hablar con ella, primero me contestó su hermana, me dijo que esperara, después oí a lo lejos voces que decían que tenía visita (¿a las diez y media de la noche? ¡ya corran a ese cabrón! - pensé) pasé como diez minutos esperando respuesta, me contestó su mamá.
- ¿Sabe qué? Humo tiene visita
- Muchas gracias, llamo después - contesté
- Está con su novio.
No sé si reconoció mi voz y fué un sutil "No estés chingando", pero sigo con esa inquietud, definitivamente si tiene novio no quiero que termine con él, no quiero echarle a perder una relación, ya bastante la hice sufrir, pero la inquietud obsesiva que tengo no me deja dormir (por ejemplo hoy toda la noche he escrito esto), necesito verla, saber cómo es ahora, no quiero tener una relación afectiva con ella, pero siento que dejamos algo inconcluso, que falta algo para que acabe la película... pero sobre todo, siento que tengo una deuda con ella, como que le debo algo, lástima que mi memoria sea tan torpe para no recordarme qué es.
Spanish Banner:Intercambio de Enlaces.
Este cuento lleva visitas desde el 8 de Febrero de 1997