Al día siguiente empezó la segunda parte del proyecto: el seguimiento fotográfico de las imágenes. La secuencia de destrucción, el registro de la existencia de cada uno de los ángeles. El primero que cayó fue el del Banco Industrial. Fué eliminado clínicamente y con cierta viceralidad. A las 11 de la mañana no quedaba ni la sombra. El resto del día lo sobrevivieron practicamente todos. El martes salió publicado en El Periódico una  foto del ángel de San Sebastián con un pie que decía que había sido la ODHAG quién había mandado a hacer y pegar los inmensos afiches por toda la ciudad. Hubieramos preferido que todo quedara en el anonimato, pero nos pareció importante resaltar que la propuesta había sido una iniciativa de la sociedad civil, y no de una institución. También los independientes tenemos nuestras cositas. Platiqué con Maurice en culturales de El Periódico y, luego de entrevistarme, me dijo que un día de esos iba a salir la nota. Efectivamente el 1o. de mayo salió y pasó de inmediato a ser parte de la instalación, porque este tipo de proyectos integran todo lo que se mueve en derrededor de ellos.

Ya por estos días empezó lo que yo llamé la "cacería de ángeles". Los segundos que fueron capturados y desaparecidos fueron los que estaban pegados en el estadio del ejército, el campo de marte y el que estaba frente a la antigua escuela politécnica.

            
Instalación en muro perimetral del "Campo de Marte"

Luego les siguieron, mi favorito, el que estaba en el paso a desnivel de Tecún Umán y el que estaba colgando en el puente del Trébol. Este último lo quitaron dos hombres a eso de las 23:30 hrs. Yo pasaba por causalidad cerca y algo me dijo que fuera a ver y cabal, allí estaban metiendo sus manotas entre la baranda del puente, tratando de alcanzarlo. Me dió gusto ver sus caras descompuestas, ver que les estaba costando. Por fin supongo que lograron jalarlo y desaparecerlo como a muchos guatemaltecos a quienes estos ángeles representan. Al día siguiente pase por el lugar y solo quedaba su ausencia. Volviendo al ángel de Tecún Umán, este como dije era mi favorito porque el lugar donde estaba es muy especial. Uno se siente en un mundo subterráneo al estar allí, como en una catedral urbana y profana donde habita el ruido y el miedo. Al verlo, el ángel parecía haber llegado a refugiarse de sus perseguidores. Estuvo seguro por unos días, asechando y sorprendiendo a todos los que pasaban. Cuando uno se desplaza viniendo por el boulevard "liberación" hacia el Trébol, hay una sensación de vértigo cuando se empieza a bajar para pasar debajo de los puentes. La velocidad es de 90 Kms. por hora más o menos y de pronto allí estaba gritando su reclamo. Si uno seguía recto, la visión era muy rápida y paralela, pero si cruzaba a la izquierda, como iyendo hacia los museos, el ángel pasaba frente a los ojos. De noche era todavía más sorprendente cuando se iluminaba con la luz de los carros. Este era, sin duda, el lugar más mágico de todos.


Instalación en el paso a desnivel de Tecún Umán.
Quizás el momento más intenso y contradictorio fue cuando tuve el privilegio de presenciar la "ejecución" de un ángel. Era el que estaba en el antiguo Teatro del Puente. Se colocó, como era lógico, en una de las antiguas carteleras.

Instalación en "Teatro del Puente"
Era natural que allí estubiera. Pero parece que los dueños, o por lo menos, el guardián del edificio, no tenía la misma opinión. Eran casi las seis de la tarde y estaba tomando las últimas fotos del día. La luz era ya débil, lo que me permitía bajar bastante la velocidad para registrar el movimiento de los carros que pasaban frente al teatro y producir "manchones" de color frente al ángel. Hice muchas ímagenes y, cuando me disponía a subirme a mi carro, me llamó la atención ver a Felícito que caminaba armado de una escalera y una espátula, acia el ángel. Lo va'ser mierda pensé. Me agarró una sensación de angustia y sentí como que tenía que defenderlo, pero al mismo tiempo me dije a mi mismo: no hagás nada, no podés hacer nada. Estás teniendo el privilegio de ser testigo de la destrucción, captura o muerte de unoi de los ángeles, así que tranquilo y tomá fotos del proceso. Ahora sos un documentador, nada más. Felícito, le se el nombre porque el fue guardián de la casa de Pedro un cuate de la U, se subió a la escalera y luego de arrancar unos pedazos de la parte inferior, dirijió su espátula hacia el rostro del angel y procedio a destruirlo. Me llamó la atención la saña con que lo hacía. Yo tomaba fotos, mientras en mi interior sentí como que era a mí al que estaban deshaciendo. En mi estómago sentía un escalofrio potente. Me dije: tengo que hablar con el y aprovechar sacarle porque lo está haciendo, así que me acerqué y le dije lo más "tranquilo" posible:

-¿señor, por que lo está quitando?

-Porque es una foto horrible y afea la casa. Imagínese, que falta de respeto. Aquí en Guatemala ya nadie respeta nada. Como se les ocurre venir a pegar esta cosa espantosa, contestó.

Luego el diálogo siguió más o menos así:

-Yo: Pues fíjese que yo soy periodista y he estado tomando fotos de estas fotos, porque hay otras más pegadas en otras partes de la ciudad, y vi cuando estaban pegando una y hablé con los muchachos que la estaban poniendo, y ellos me dijeron que eso es arte.

-El: Que arte ni que nada. Aquí ya no respeta la propiedad privada y creen que pueden hacer lo que se les da la gana.

-Yo: Pero mire, yo me imagino que si ellos piensan que esta foto es arte y aquí pues es o era un teatro, lo más lógico era que vinieran a pegarlo aquí, en las antiguas carteleras.

-El: Aquí ya no es teatro y nadie tiene derecho a venir a pegar o pintar babosadas (en la otra cartelera alguien pintó: "¡Abner vive! Central"), ya voy a quitar estas tablas (refiriéndose a las planchas de plywood que servían para pegar los carteles, y dándoles jalones) para que dejen de estar chingando.

-Yo: Otra cosa que me dijeron es que esta foto es para recordar a los que murieron en la guerra. Y yo pienso que por eso es que las alas son como huesos.

-El: Que muertos ni que nada, a mi que me importa recordar a gente que yo ni conocí y no se ni quienes eran.

-Yo: Pero imáginese que hubiera sido yo o talvés usted el que hubiera muerto, que triste sería que nadie se recordara de usted ahora.

La atmósfera ya estaba demasiado cargada y el diálogo se estaba haciendo cada ves muy difícil, entonces se sonrió incomodamente mientras bajaba de la escalera, dejando al ángel semidestruído. Comenzamos a hablar de que si el me recordaba y resultó que si, cambiamos de tema y hablamos de: hace como 23 años de eso, ¿verdad? etc., etc..... Yo me fuí, no sin antes volver a tomar lo que había quedado del ángel.  Mi conclusión fue que realmente no quería quitarlo porque lo considerara feo, sino que consideró que el mensaje que la imagen tenía, podría incomodar a su jefe, a quién el conoce bien y a quién quiso evitar del disgusto. En fin, fue toda una experiencia y aprendí bastante.

                
Instalación en el "Teatro del Puente": secuencia de la destrucción.

Este texto seguirá......
 
 

Poesía y Crímen

Home

Atrás