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Una obra inolvidable:
Benito Arias García
<bag@arrakis.es>
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Prácticamente, no hay antología de literatura fantástica que supere a la del psiquiatra Juan José López Ibor en número de páginas. Hay otras, de tipo temático o con periodicidad de revista, que se le acercan y hasta superan si sumamos todos los tomos editados a lo largo de varios años (las serie de cuentos de fantasmas compilada por Robert Aickman, para Fontana, es un ejemplo; otro los Pan Book of Horror Stories de Van Thal); por lo demás, muchas con fama de exhaustivas, como The Dark Descent (1987) de David Hartwell (hay traducción parcial con el título El Gran Libro del Terror. Barcelona, Martínez Roca, 1989) quedan muy por debajo de la que comentamos, y sólo La Grande Anthologie du Fantastique en 3 tomos de más de mil páginas cada uno y preparada con todo el rigor posible por Jacques Goimard y Roland Stragliatti en Francia la supera a este respecto, aunque no por mucho. La antología de Hartwell, por ejemplo, aun con más de mil páginas en su edición original, sólo incluye 56 relatos. Otras recopilaciones célebres de Montague Summers, Roger Caillois o Rodolfo Walsh no llegan al volumen que alcanza el material compilado por López Ibor en estos dos tomos con XXXI + 1319 páginas a doble columna y un total de 136 relatos. Se editó en 1958 en la colección de Grandes Antologías Labor, y su título, Antología de cuentos de misterio y terror, advierte que no todo el material es propiamente fantástico. Tampoco lo es todo Poe o Hawthorne; pero no por ello dejan de ser autores que consideramos ligados indisolublemente al género. En todo caso, el estremecimiento está asegurado. La Antología se divide en dos secciones: Parte española (pp. 1-229) y Parte Extranjera (pp. 231-1319), así que puede ser considerada igualmente la primera compilación de cuentos fantásticos españoles. Y si tenemos en cuenta el predominio casi absoluto del cuento social en este periodo, el trabajo se merece aún más nuestro aprecio; pero es que, además, están muy bien escogidos los autores y sus cuentos. Habrá que esperar a la selección de José Luis Guarner (Antología de literatura fantástica española. Barcelona: Bruguera, 1968) para disponer de una muestra histórica del género en España incluyendo fragmentos de novelas, novelas cortas completas, cuentos o fragmentos dramáticos; pero si nos limitamos a lo prometido por el título, la selección de López Ibor es coherente y acertada. Podrán apreciarse más o menos los autores y los cuentos escogidos; pero no cabe reservar dudas acerca de su valor histórico. Es, por ejemplo, la primera vez que se reimprime una de las historias trágicas de Pérez Zaragoza, cuya Galería fúnebre de espectros y sombras ensangrentadas data de 1831, siendo aquí donde se inicia su posterior rescate, desgraciadamente aún no terminado. A las obligadas presencias de Don Juan Manuel, Quevedo, Alarcón, Bécquer, Pardo Bazán y otros, se añaden autores que gozaron de popularidad en su tiempo para pasar a un segundo plano o que han sufrido el olvido desde el principio: es el caso de José de Selgas, hoy sepultado a pesar de su popularidad a fines del siglo pasado, o de Castro y Serrano, Serrano Alcázar, Palacio Valdés o Sánchez Silva. Se destaca el lado mistérico de la producción de Blasco Ibáñez y del Padre Coloma, se pone en el sitio que en buena parte les corresponde a Baroja, Azorín y Fernández Flores, y se reproducen unos sorprendentes cuentos del cubano (pero español de elección) Hernández Catá.. En fin, son un total de 35 cuentos en castellano, y si bien notaremos enseguida las claras ausencias, también tendremos que sorprendernos y descubrir autores y textos injustamente postergados. La Parte Extranjera incluye 101 narraciones; y no todas son propiamente cuentos o relatos, pues se da entrada a algunas novelas cortas, como La Metamorfosis de Kafka, El músico pobre de Grillparzer, El haya de los judíos de Droste-Hülshoff, La puerta tapiada de Hoffmann, Té verde de Le Fanu o El horror de Dunwich de Lovecraft. Otros autores clásicos del terror están presentes con obras de menor extensión; pero lo más destacable de esta parte de la antología es el sorprendentemente amplio elenco de autores anglosajones prácticamente inéditos en España, representados con ficciones de notable calidad, a veces dos o tres: Henry Wood, Frederick Treves, Morley Roberts, Arthur Quiller Couch, Barry Pain, Ford Madox Ford, J. D. Beresford, James Francis Dwyer, Mary Webb, Richard Middleton, Hugh Walpole, William Fryer Harvey, Shane Leslie, Thomas Burke, Stacy Aumonier, Alexander Wolcott, Conrad Aiken, E. M. Delafield, Oliver Onions, Cynthia Asquith, Ann Bridge, John Metcalfe, Richard E. Connell, Michael Arlen, Leslie Poles Hartley, Margaret Irwin, William A. Gerhardi, Vincent Sheean, John Collier, Lady Eleonor Smith, Geoffrey Household, J. S. Morrison, A. M. Burrage, Douglas G. Browne, H. Russell Wakefield, Cyril Landon, A. J. Alan, Carl Stephenson, D. K. Broster, Claire D. Pollexfen o Ethel Colburn Mayne son algunos de esos escritores, en muchos casos presentes aquí por primera y única vez en castellano. Muchos de estos autores, británicos y americanos, escribieron sus obras en el primer tercio de nuestro siglo: sus relatos solían aparecer en antologías ya clásicas como las de Cynthia Asquith o Dorothy Sayers; pero ninguna de estas compilaciones, hasta donde sabemos, queda reproducida o copiada íntegramente. En suma, la Antología de López Ibor fue una andanada de Terror con mayúsculas presentada en un magnífico y eficaz estilo literario, cuando los escritores de género no se planteaban la necesidad de elegir entre literatura a secas o literatura popular. La calidad de los originales queda protegida por unas traducciones anónimas para el grueso de los relatos, aunque otras se descubre el artesano oculto: de hecho, incluye la primera aparición en España de la versión borgiana de La metamorfosis de Kafka. ¿Qué más se podía pedir a finales de los cincuenta? Hoy diríamos que la introducción no es demasiado buena desde la perspectiva de la crítica literaria, ya que se centra en la psicología del terror, como no podía ser de otro modo viniendo de quien viene, o que las notas biográficas de los autores son demasiado concisas y no hay distinciones temáticas ni por países en el amplio panorama del cuento universal. Salvando estas deficiencias, se trata de la primera antología editada en España del género: nuestra primera y más generosa antología de literatura fantástica y de terror. Conseguirla a estas alturas, y puesto que nunca se ha reeditado después de la tirada inicial, es prácticamente cuestión de suerte o de eficacia en el trato con los libreros de lance; aunque siempre cabe consultarla en alguna biblioteca y admirarse del magnífico comienzo que tuvieron las antologías de literatura fantástica en España. |
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15/4/98 http://www.oocities.org/SoHo/Cafe/1131/03ibores.html Copyright 1998 malacandra, los autores
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