[m a l a c a n d r a]

Cuentos de (nuestros) fantasmas

Eduardo Pablo Giordanino egiorda@hotmail.com

El fantasma de Henry James y otros relatos, Benito Arias García. Madrid: Huerga y Fierro Editores, 1998. 89 p.

Veinticuatro cuentos fantásticos: breves, ultracortos, filosóficos, satíricos forman este nuevo volumen de cuentos de Arias García. Además del cuento del título, que invoca al fantasma tutelar de Henry James, hay otros cuentos basados en lecturas y sueños; algunos homenajes a la literatura pulp, como La llave y El libro; toques de humor como El hombre que quería desaparecer, un personaje con «complejo de fantasma». El libro es una acertada «reiteración sobre el tema» del libro maldito -no decimos variación porque casi todo cuento sobre los libros malditos termina igual-, tan cara a los afectos de los relatos lovecraftianos.

Si bien Arias García no lo especifica en su informativa «Nota final» (p. 89), La zona fantástica tiene un antecedente en La puerta en el muro de H. G. Wells. Una adolescente, alejada de su novio por la mudanza de sus padres, encuentra en la nueva ciudad «la zona». «Al principio la vio casi sin verla (...) No es que hubiera un indicador señalándola, nada de eso, y seguramente le habría pasado desapercibida si no apareciese tan clara una vez que se la veía. De hecho, allí estaba, a un tiro de piedra de donde se había sentado, imponiéndose sin esfuerzo a la mirada y con todo el atractivo de las cosas irrazonables y misteriosas» (p. 75). El clima es muy ambiguo y está construido con una precisión que hace homenaje a James (Henry).

La Hermandad Pre-Literaria es un relato satírico con reminiscencias de The A.L.C.B. (American League for the Circumvention of Bores) de Ambrose Bierce, cuya lectura en el atribulado fandom argentino causaría revuelo y retos a duelo. Esta hermandad «se compone de un grupo de 'escritores' con poéticas diversas, pero con un punto en común: su producción, o la falta de ella.» Uno de los toques más cómicos del cuento es que está narrado precisamente por el secretario de dicha asociación, que describe las teorías de los «hermanos» y «hermanas». Uno de ellos construye un programa multimedia que «escribirá directamente en imágenes»; otro cree que escribir es un oficio inmoral; luego desfilan quienes pretenden la originalidad absoluta, el hecho de que para escribir antes hay que vivir, quien busca la 'página exacta'; en fin, no podía faltar el funcionario que reclama que hay que tener tiempo. Consejo: escritores aficionados sin sentido del humor, abstenerse de leerlo.

El argumento de El soldado invisible podría ser una novela de doscientas páginas, pero en su exigua brevedad nos deja con las ganas. Se trata de ocho reclutas y un sargento ubicados en una casona que se inventan el juego del «soldado invisible», cuyo reglamento varía más tarde incluyendo el castigo si el «invisible» es visto.

El fin de la luz natural está narrado por una esquizofrénica de veintitrés años de edad y logra una pavorosa descripción de la cosmovisión de quienes, como la protagonista, pierden las vivencias del espacio y de las «evidencias naturales», sumergiéndonos en el horror de un universo distinto. Nos dice la narradora: «Para ustedes la muerte es un fantasma molesto; para mí, que habito con ella como si dijéramos en la misma casa, que la recibo cada noche y cada día, que he de luchar contra ella y su punto de vista absoluto pero firme, por lo demás con tan poco éxito como el que tengo en todo lo que emprendo, para mí la muerte es más que un temor, es el pánico cotidiano: soy yo misma». Su identidad -nuestra identidad- es la del fantasma; su relato es nuestra revelación, constatar que somos -como en la segunda acepción de la definición de fantasma que sirve de epígrafe al libro- la «imagen de una persona muerta que, según algunos [¿quiénes?], se aparece a los vivos». Este cuento está basado en sendos casos clínicos psiquiátricos y constituye uno de los aportes más originales del libro.

Estos hermosos cuentos nos llevan a un mundo cotidiano, pero fantástico; cercano, pero lejano: nos enfrentan a nuestros fantasmas.


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27/1/1999
http://www.oocities.org/SoHo/Cafe/1131/06fantes.html
Copyright 1999 malacandra, los autores

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