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Leo García


Mar

Finalmente el segundo y esperado disco solista de Leo García verá la luz el tres de julio. Mediante la compañía discográfica EMI Leo García se convirtió en el primer artista argentino en firmar con la multinacional Virgin, empresa que edita en el exterior grupos como Air o Spice Girls. A continuación dejamos un poco de info sobre el demorado lazamiento.

(Gacetilla distribuida por EMI adelantando el nuevo disco tema por tema)

Y en el principio, reinó la paradoja: Leo quería ponerle "Mar" a su segundo álbum solista, pero no conocía el mar real. Para él, "Mar" era una palabra mágica. Le connotaba lo más sublime de la naturaleza, lo más inabarcable, lo máximo: el cielo en la tierra. Y a la vez, en la palabra resonaba el verbo "amar". Cuando conoció el mar real, no hubo decepción: le impresionó tanto azul, tanto infinito, tanto vértigo en tanta agua. Entonces, la idea de "Mar" cobró forma: sería una colección de canciones que hablara de lo bueno y de lo malo del amor con simpleza pero con profundidad. Pop con perspectiva, impulso y abismo de mar. Canciones con la emoción a flor de piel. Estribillos con relieve de latido. Palabras que se paladean. Música y palabras que se entienden mejor si uno alguna vez estuvo enamorado y cerca del naufragio del amor. Efectivamente: las de "Mar" son canciones para que el enamorado no se sienta tan solo. Valga la paradoja (que de paradojas, dijimos, se trata). Tiene un férreo concepto musical: la mixtura del fogón y la pista de baile, el rasguido y la programación, la guitarra criolla y el sampler, el Folclore y el House. Y sobre todo, la voz cálida y afinada del mejor cantante del nuevo rock argentino. Todo al servicio de los "afectos de sonido". A remar cada track entonces:

1-"Isla": Situación Robinson Crusoe: Un hombre-isla aprendiendo a vivir. Una afirmación de la individualidad y un disfrute del "ser un solitario" (nada de duelo por "estar solo"). La sensación de eternidad que da ese relámpago de luz "donde el mar es espejo del sol/ donde el sol es espejo del mar" se siente cada vez que Leo arroja sus rasguidos con swing latino e intensidad tropical.

2-"Morrissey": Un homenaje a la gran estrella del Brit Pop que cuenta una historia de enredos donde triunfa el desamor.

3-"Amor al arte": Al final, no se pueden hacer canciones de amor si no se sufre de amor. Y al final, las canciones de amor sirven para curar los males que el amor causa. ¡Qué círculo vicioso! Techno pop puro. La canción también reivindica la belleza más simple e inmediata: la del ser amado y la de la naturaleza.

4-"Eco": ¿Por qué será que dos personas que se juran amor no podrían jurar que sienten lo mismo? Los destiempos del enamoramiento en una canción donde el swing y el rasgueo característico de Leo vuelven a airearnos los pulmones con esa "respiración medicinal" del flechazo.

5-"El amor es ciego": Un homenaje a la poesía del refranero popular. Los estados alterados del que "queda enganchado" aunque la relación con el otro ya terminó. Leo dramatiza con una de sus mejores performances vocales la sensación de no poder despegarse de un fantasma. Un estribillo cuya emoción a flor de piel es difícil de olvidar. Aquí la banda suena ajustada y económica pero siempre efectiva. Y "afectiva".

6-"Humo": Inteludio "dark": Leo entra en un trance que recuerda los "viajes" sonoros de su debut para describir la visión del humo que se borra en la niebla. Una pincelada de penumbra a tempo de tren. Eso: una visión.

7-"Cerca": He aquí el "tema dance" del disco: una canción house que va ganando en intensidad y arreglos a cada compás hasta entrar en un laberinto de ritmos sincopados (¿una jungla jungle?). La letra consta de pocas palabras y pocos versos que retoman la temática de "Eco": el amor libera de uno mismo, pero uno cae en la esclavitud de ser amado. Otra vez, las contradicciones del amor.

8-"Por qué": Lo intenso, sí breve, dos veces intenso. La más metafórica de las letras en un ruego que Leo interpreta al borde del ruego y el quebranto. Uno cree liberarse del peso del otro en la separación, pero tampoco quiere sentirse solo (típico: "Dejame, pero no me dejes solo". El paisaje es invernal y en miniatura: como el de una bola transparente donde nievan papelitos sobre un paisaje falso. "Fin" para una película romántica.

9-"Muerto": Leo y su guitarra frente a frente, con un estilo trovador. Otra vez, la frase hecha se pone densa y dice más de lo que parece: el amor mata. Y uno se anula por amor creyendo que el otro nos va a solucionar la vida y... La respuesta en la próxima canción.

10-"Nadie salva": La gran obra en clima e interpretación de Leo. Una viñeta de trip hop criollo a su estilo donde la desesperanza ya no desespera. El duro aprendizaje de no esperar más que otro nos solucione la vida.

11-"Mar": La suite donde Leo demuestra que puede alcanzar picos de intensidad increíbles sin exagerar el dramatismo. Cambios de ritmo y de situaciones melódicas para dar rienda suelta a todo lo que la imaginación pueda encontrar de poético entre el mar y el amor. La irrupción de la batería conmueve.

12-"Poesía rock": El tema "rockero" del álbum. Cerati aporta sus guitarrazos de electricidad para la canción que habla de cómo otras ("I wanna be your dog" de Iggy & The Stooges y "People are strange" de The Doors) de cómo a veces los duelos del amor lo dejan a uno estúpido, desalmado, frío. Anestesiado al punto de perder toda identificación con la música que ama. Crisis.

13-"Renacer": Ave Fénix. Una balada downtempo con un estribillo rotundo y luminoso. Crepúsculo del amor: el mismo color del alba que del atardecer. La esperanza de superar el duelo. (Continuará).

14-"Alguien": No buscar más salvadores, estar dispuesto para encontrar a "alguien". La contracara de "Nadie salva". La máxima desnudez acústica del disco. La voz en toda su crudeza y su fragilidad. Como cantaba Charly García, alguien en alguna parte piensa en mí. Y después de los vaivenes de una historia de amor, alguna lucecita habrá en el horizonte. Una mañana del mañana. Alguien por fin. El amor de nuevo.

Hasta aquí, una historia de Mar. Que la disfruten.

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(c) Mariano Lago 2001

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