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Bono, Larry Mullen Jr, the Edge, Adam Clayton


(Cómo no querer a) Los irlandeses


Todo comenzó en agosto de 1976, cuando Larry Mullen Jr. pegó una nota en la cartelera del colegio Mount Temple de Dublín buscando formar una banda. El primero en unírsele fue Adam Clayton, pero pronto aparecieron Bono y The Edge. The Hype, como se los conocía por entonces, transmutó en U2 en 1978, y poco tiempo después ganaron un concurso para novatos en Limerick.
      Con algo de dinero en sus bolsillos comenzaron a producir algunos demos y a contactarse con gente del medio. Un periodista reconocido escribió un artículo sobre ellos y le sugirió a Paul McGuinness que los viera en vivo. McGuinness lo hizo, y lo que vio lo convenció para convertirse en manager de la banda (hasta el día de hoy, sigue siendo su manager, y los cinco comparten las ganancias de manera igualitaria).
      En 1979 grabaron un EP con tres temas llamado U2-3. Empezaron a tocar junto a otras bandas y se autofinanciaron una mini-gira por Inglaterra. Para marzo de 1980 habían firmado contrato con Island Records.

Bono explicó hace poco tiempo sus comienzos y el efecto del éxito temprano sobre ellos: "[Cuando nos conocimos] Larry Mullen tenía 14 años, The Edge, 15 y yo 16... Y ahí nos quedamos. Pero no me quejo, es el precio a pagar por haber conocido todas esas rutas y desvíos extraordinarios. Lo que fui perdiendo en el camino no tiene ninguna importancia. Nunca quise tener una vida normal. Desde mi infancia me sentí un inadaptado, un retrasado. Nunca fui capaz de hacer algo. El único trabajo que me llegó a gustar fue el de cargar nafta en una estación de servicio. Era una buena época: laburaba mecánicamente, lo que me daba tiempo para pensar letras de canciones. Trabajaba de noche, sólo aparecía un cliente cada diez minutos... Después vino la crisis petrolera y el miedo a las restricciones: cuando me encontré con autos haciendo cola para cargar nafta, me fui inmediatamente. Pero todos esos supuestos problemas que me impedían trabajar normalmente, se transformaron en ventajas cuando me convertí en una estrella. Mis defectos se convirtieron en cualidades. [...] A los 13 años, yo me sentía un poroto blanco. Realmente tenía toda la pinta: mi piel era bien blanca y estaba lleno de pecas. Recién a los 14 empecé a tomar forma humana: me empezó a crecer la nariz, luego el mentón y las cejas. Entonces me miré al espejo sorprendido y me dije: "Al final, no sos un tipo feo, tampoco sos lindo, pero todo va a estar bien". Y fue en ese momento cuando empecé a caerles bien a las chicas y a los chicos. Yo era un inútil, pero la música me resultaba lo más fácil y natural del mundo. Cuando caminaba por la calle andaba siempre con canciones en la cabeza, pensando que las había escuchado en la radio. Y un día comprendí que eran mías."

"Al principio no éramos demasiado ambiciosos con respecto a lo que tocábamos," cuenta The Edge, "la idea de tocar era suficiente. Tocábamos cualquier cosa; no teníamos idea de lo que estaba sucediendo. Eran los días previos a la MTV. Los únicos shows que enganchábamos de la BBC eran Top of the Pops y The Old Grey Whistle Test. Cualquiera que estuviera interesado en la música miraba esos shows. Era eso de lo que hablabas con tus amigos cuando hablabas de música.
      Después, a fines de los '70, the Jam estuvo en Top of the Pops y unas semanas después, the Sex Pistols, y de repente cambió todo. Vimos que unos chicos como nosotros estaban en televisión, tocando canciones simples. Eso puso en órbita nuestra imaginación. Después de eso empezamos a escribir nuestras propias canciones. No creo que hubiéramos pensado hasta ese momento que podíamos escribir canciones o que podíamos tomárnoslo en serio".

Tras firmar para Island, grabaron y editaron su primer sencillo, 11 O'Clock Tick Tock. Poco tiempo después lanzaron su primer LP, Boy, producido por Steve Lillywhite, en Irlanda y el Reino Unido. El disco, que contenía el simple "I will Follow", fue recibido como un debut prometedor, y expresa una urgencia ingenua, idealista y conmovedora. La banda comenzó a girar por Canadá y los Estados Unidos y el disco fue editado allí en marzo de 1981.
      "A veces nos sorprendía la música que hacíamos", cuenta Edge, "recuerdo cómo escuchábamos nuestro primer disco cuando terminamos de grabarlo, y nos encantaba y estábamos orgullosos de haberlo hecho, pero también pensábamos, ¿de dónde salió eso? Yo no sabía cómo había pasado. Era una sensación curiosa. Parecía mágico. De alguna manera sucedió. Actuábamos mucho por instinto y todo ocurrió muy rápido. Había una especie de frescura. Un tema como "I Will Follow", de ese primer disco, todavía se sostiene, es fantástico. Suena como algo salvaje".

Steve Lillywhite produjo también el segundo disco de U2, October (que cumple con la máxima: 3 acordes y la verdad), editado en octubre de 1981, y el tercero, War, lanzado en 1983. Este último recorrió el mundo de la mano de "Sunday Bloody Sunday", que se convirtió en el primer número uno de U2 en el Reino Unido.
      "Creo que ese álbum envolvió todas nuestras creencias y nuestra confusión en un mismo paquete," comenta el guitarrista, "Muchos sentimientos políticos, nuestra rabia por lo que sucedía en Irlanda del Norte. Y el aspecto espiritual de lo que estábamos haciendo también cambiaba: a esa altura rechazábamos la religión convencional porque no era para nosotros. Nos dimos cuenta de que el sectarismo era otra forma de tribalismo, una excusa que la gente usaba para matarse el uno al otro. Se había puesto feo. Veíamos una lucha en cada frente, y esa palabra "war", guerra, imponente como era, definía dónde estábamos en nuestra lucha por entender lo que estaba bien y hacia dónde íbamos. Era la palabra que le daba sentido a un país que atravesaba un momento muy duro en todo aspecto, políticamente, espiritualmente. Ese disco contenía "Sunday Bloody Sunday", que fue nuestra declaración con respecto al Norte. Escribimos la canción sin considerar cuán serio era ese tema para los demás. Para nosotros era lo más natural del mundo. [...] En cierto modo, probablemente la única manera que teníamos de articular cómo nos sentíamos fuera a través de la música. Para nosotros era claro que una lucha violenta no iba a funcionar. Nos enojaba el hecho de que la gente estuviera muriendo todavía en Irlanda del Norte debido a una guerra que nos parecía vana y estúpida. Nuestra postura era completamente anti-bélica".

Tras la edición de War, regresaron a los Estados Unidos, y en noviembre dieron un recital en el anfiteatro Red Rocks de Denver, Colorado. El show fue filmado para ser editado en video bajo el nombre de U2 LIVE Under a Blood Red Sky, y más adelante fue lanzado como disco. Rápidamente alcanzó el número uno. U2 se había ganado al público norteamericano.
      Pronto regresaron a Dublín, y en mayo de 1984 comenzaron a trabajar junto a Brian Eno y Daniel Lanois en la grabación de su cuarto álbum. Fundaron también Mother Records, su propio sello discográfico, para editar nuevas bandas irlandesas.

En octubre de 1984, U2 editó en todo el mundo The Unforgettable Fire. "Pride (In The Name Of Love)" se convirtió en el mayor hit de la banda. En sus discos anteriores, U2 había sido un grupo post-punk casi ortodoxo, pero en su nuevo disco daban vuelta su sonido, incorporando nuevas texturas, gracias al trabajo con Eno y Lanois.
      La experiencia en la memoria de The Edge: "Queríamos hacer algo nuevo, y Brian Eno y Daniel Lanois también estaban en una fase de verdadera experimentación. Habían estado trabajando con músicos de vanguardia como Harold Budd, y estaban en el proceso de inventar lo que ahora se llama ambient.
     "Hablamos mucho de usar algunas de las ideas que ellos estaban desarrollando y aplicarlas al rock. Realmente queríamos explorar el uso del ambiente de una habitación y de los músicos tocando juntos en un cuarto, en lugar de usar un sentido del espacio artificial, lo que era muy común a principios de los '80. Queríamos grabar de manera más naturalista, para poder tener la sensación de espacio, que le diera a la grabación una sensación real de dimensión. Eno estaba interesado en estas ideas, así que tocamos mucho juntos en una habitación y lo grabamos. Lo podés oír en algunas pistas. Tiene un sonido real."

Tras la edición de The Unforgettable Fire, comenzaron una exitosa gira por los Estados Unidos, y en 1985 editaron otro EP, con temas en vivo de la gira: Wide Awake In America incluye una excelente interpretación de "Bad".
      En 1986 se unieron a la gira de Amnesty International, y volvieron a grabar. En marzo de 1987 lanzaron The Joshua Tree. "With or Without You" y "Where The Streets Have No Name" fueron sus simples, y el disco vendió 15 millones de copias.
     La potencia de The Joshua Tree yace en una suerte de frustración espiritual, "una tensión que habita cada uno de sus temas en busca de un momento climático de liberación que no llega". La nota política y combativa viene de la mano de "Bullet the blue sky" y "Mothers of the disappeared".
      "Con The Joshua Tree trabajamos un poco más antes de empezar a grabar", cuenta Edge, "teníamos una idea real al respecto. Nos propusimos hacer un disco particular, y eso fue útil; es por eso que da la sensación de ser un disco más redondo.
      "En lo que se refiere al trabajo de estudio con Brian, y Danny Lanois también, no había líneas de demarcación. El metía partes de teclado en los temas. Danny agarraba una guitarra acústica o un bajo, o shakers o tambourines, lo que fuera, y tocaba. Funcionamos como un grupo de seis durante gran parte de ese disco, pero teníamos nuestro sonido juntos antes de entrar al estudio. Teníamos escritas 'Bullet the Blue Sky', 'Red Hill Mining Town' y casi toda 'With or Without You'. Escribimos 'Running to Stand Still' mientras grabábamos, y 'I Still Haven't Found What I'm Looking For' y 'One Tree Hill'. Escribimos 'Where the Streets Have No Name' durante un descanso. Nos faltaba una canción, y yo lo sabía, lo sentía. Así que todos se fueron de vacaciones y yo me quedé y aparecí con la música de 'Where the Streets Have No Name'. Recuerdo haber pensado, no hay temas en este disco para que toquemos en vivo. Así que me puse a escribir una canción de vivo y eso es lo que salió."

"Durante mucho tiempo hicimos una música triste y melancólica", explica Bono, refiriéndose al aspecto espiritual del disco, "Ser serio era un deber: había que reaccionar a los '80, a esa sensación de que la música estaba en una fiesta frívola, en un cocktail. Era Wall Street, la dulce música de las cajas registradoras, las chicas materiales. Por eso nosotros nos hicimos ascéticos y nos sacábamos fotos en el desierto... Nos pusimos a tocar esa música pseudo-religiosa -que en el fondo no era tan pseudo: creíamos realmente en lo que decíamos-. Cuando llamamos a Anton Corbijn para que nos fotografiara en el desierto, él no fotografió a U2, fotografió nuestra música: la gente empezó entonces a pensar que éramos tan serios como nuestra música. Mientras que, entre nosotros, no dejábamos de gastarnos."

La curiosidad religiosa de Bono puede sonarle graciosa (si no irritantemente pretenciosa) a muchos músicos y oyentes; para él es natural. Durante años formó parte de Shalom, un grupo de reflexión cristiana. "Nunca voy a dejar de intercambiar ideas", comenta. "Sigo buscando, levantando un poco el velo que cubre los por qué, los cómo, los dónde, los qué... A los de mi generación les da risa, pero yo soy demasiado curioso como para dejar de investigar. Aprendí mucho de Shalom, más allá de que las respuestas definitivas no existan. Para mí, que adoro leer y estudiar, su presencia era maravillosa... Todo lo que escribo sale de ahí: del estudio de la Biblia con ellos. Adoro el lenguaje de la Biblia. El profeta David es, para mí, el primer bluesman de la historia. Se enfurecía con Dios, lo interpelaba... Siempre me resultó apasionante."

Subidos al éxito de The Joshua Tree, los U2 empezaron a trabajar con el cineasta Phil Joanou en una película y pronto grabaron nuevas canciones. El resultado fue un nuevo álbum no del todo logrado, Rattle & Hum, editado en 1988 junto al film, U2 Rattle & Hum, sendos homenajes a la música norteamericana. El grupo fue tildado de pretencioso y ególatra, sobre todo debido a la película.
      "Lo que sucedió," explica Edge, "fue que, en cierto momento, permitimos que la película pasara de ser una película de bajo presupuesto que podíamos controlar a ser una película de Hollywood distribuida por Paramount y lanzada en cientos de cines a lo largo de los Estados Unidos. Para ser honesto, no puedo recordar cómo sucedió. Solamente puedo recordar que no fue mi idea. De cualquier manera, se armó un presupuesto promocional enorme, y recuerdo haber visto un poster gigante de mi cara, en el que alguien había retocado mi barbita para que se viera más perfecta. Entonces me di cuenta, Dios mío, algo está mal, nosotros no estamos en esa, nunca quisimos llegar a esto. Así que tuvimos que soportar el desagradable hecho de que hubiera demasiado U2 por todas partes. No fue planeado. Nosotros no estábamos prestando atención y de pronto terminamos ahí".

"Tuvimos mucho éxito siendo muy jóvenes", explica Bono. "Después llega The Joshua Tree, y el éxito se vuelve inmenso. Entonces pensamos: Pero es ridículo, los grupos no deberían llegar a ser tan inmensos. Sin embargo, por otro lado, ¿no era precisamente lo que deseábamos desde el principio? Sí, pero... Empezamos a tomar conciencia. ¿Era una forma de culpabilidad católica o el resultado de haber sido formados en la escuela del punk? Lo cierto es que nuestra reacción ha sido encontrarle un sentido a todo esto. Y así llegamos a los Estados Unidos. Nos vamos de gira, escuchamos la radio, nos encontramos con esas estaciones radiales: country, música negra. Recogemos todo eso. Fue completamente espontáneo."
      "Para nosotros era importante llegar hasta allí. Lo importante no es solamente descubrir el rhythm'n'blues o el sexo en la música, sino la tradición: la influencia ejercida por Irlanda en la música norteamericana, en el country, por ejemplo... Pienso en Johnny Cash, en Bob Dylan o incluso en Willie Nelson. [...] Miramos una última vez hacia atrás para estar completamente seguros: ¿aún queda algo por aprender o cosechar? Y elegimos ir hacia el futuro, con esta idea de William Burroughs en la cabeza: hay que cortar el pasado en pedacitos para descubrir el porvenir. El hip-hop es eso: cortar el pasado en pedacitos. Fuera de eso, en la música anglosajona lo que reina es la nostalgia. Es muy bueno robar, pero hay que proyectarlo a otra dimensión. En Rattle & Hum, hay canciones magníficas como 'Love rescue me'. Me siento orgulloso del trabajo realizado: es un disco de fan."

En noviembre de 1990, U2 y Daniel Lanois se instalaron en Berlín para grabar su séptimo disco. Brian Eno se les unió a principios de 1991, y regresaron a Dublín a terminar el trabajo.
      Achtung Baby fue editado ese mismo año y vendió más de 10 millones de copias. La banda se embarcó entonces en la ambiciosa gira ZOO TV, que cargaba sus armas contra la sobrecarga mediática. Achtung Baby probó que U2 era capaz de entrar en la nueva década renovado, dejando atrás la pomposidad de algunos de sus trabajos anteriores. "Mysterious Ways" y "One" son dos de sus temas más conocidos, pero también contiene perlas no tan expuestas como "Acrobat".
      Sobre la ironía que aparecía finalmente en la actitud y en la música de U2 Bono declaró: "En la década del '80, U2 había sido un grupo que desnudaba totalmente sus sentimientos. Aunque haya sonado cursi, eran sentimientos realmente muy fuertes, en carne viva, los que aparecían [en nuestras canciones]. Eramos un blanco muy fácil en esa situación. Necesitábamos desarrollar una piel más gruesa."
      Durante un recreo de la gira ZOO TV, grabaron Zooropa con Brian Eno y Flood. Este interesante disco incluye los simples "Numb", "Lemon" y "Stay (Faraway So Close)", y trae algo de frescura al universo de U2, tanto en el aspecto temático como en el musical.
      En 1997 lanzaron su noveno álbum de estudio, el excelente Pop, y lo promocionaron con una gira mundial, POPMART, cuyo punto culminante tuvo lugar en Sarajevo.
      Todos los grandes temas de U2 están en Pop: el bien, el sexo, el amor, la fe, el deseo. La influencia de The Edge sobre las letras de Bono fue positiva, el cantante sonaba maduro con todas sus contradicciones; humano y contenido a la vez, más sutil, menos atolondrado. Los críticos, por supuesto, adjetivaron abundantemente; el disco fue descrito como post-moderno y sentido, sexy, hedonista, político, tan luminoso como oscuro, tan humilde como imponente. Todos estuvieron de acuerdo en que U2 se había superado a sí mismo, creando un álbum encantador que está bien alto entre sus mejores trabajos.
      Pop juega con los sonidos de la música dance y la electrónica, elementos que nunca se habían presentado en la música de U2.
      "Es verdad que al principio desconfiamos un poco de la música dance," admite Bono. "Seguramente porque los irlandeses no bailan bien. Yo soy más bien del tipo de bailar acostado... Sin embargo, es mi cultura de base: escuchaba Parliament antes de descubrir a Clash. Pero durante años no me permití escuchar esa música, era algo casi inconfesable... Quebrar estos prejuicios me llevó años. Es el problema de la música blanca, no sólo el de U2. Grunge, punk, etc.: música de wasps, en las que la noche terminará sin sexo. Sólo tenemos la brutalidad, la rabia... El hip-hop sabe siempre, incluso de mal humor, mover las caderas. Pero convivimos con eso, no quiero que U2 se convierta en un grupo dance. [...] Pop no es un disco dance. Si la gente baila con Pop será en sus casas, no en las discos."
      Los últimos días de 1998 vieron la edición de The Best Of 1980-1990, una retrospectiva de su obra, por cierto bastante mediocre.

"Sentimos enseguida que teníamos algo extraordinario," asegura Bono, "ni siquiera sabíamos usar los instrumentos, éramos incapaces de hacer un cover y, sin embargo, muy pronto sucedió algo mágico entre nosotros. Cuando nos empezamos a llamar U2, en el '78 o '79, ya éramos invencibles: nadie podía desalentarnos ni detenernos. Por primera vez, nos sentíamos bien en el lugar en el que estábamos. Los otros buscaban una especie de aceptación social, pero yo buscaba algo más arrogante: quería hacer algo de mi vida. Porque yo era como los otros chicos, no tenía nada especial para ofrecer. Pude empezar a ser alguien a partir del momento en que conocí a los otros músicos de U2. Fuera del grupo no era nadie. Lo que lográbamos juntos era excepcional: yo ni siquiera era cantante, ni sabía escribir... Eramos más chicos que R.E.M. o los Rolling Stones en su época. Eso explica gran parte de nuestras torpezas: crecimos en público, pero todo lo importante lo aprendimos juntos, exploramos el fondo, antes de explorar la superficie de las cosas... Eramos idealistas, no como esos grupos que empiezan a los 25 con un solo objetivo: conseguir chicas. Aspirábamos a algo más, nada nos parecía imposible. El peligro es que siempre funcionó, y terminamos creyendo que, efectivamente, todo era posible".

U2 está lejos de haber terminado su sorprendente travesía musical. Lo que los ha hecho únicos es su capacidad para transformarse, recrearse y frustrar las predicciones. Según las palabras de Bono: "nuestro esfuerzo por reinventarnos, como suelen llamarlo, no es sino nuestra curiosidad musical en acción".
     "Creo que nos aburrimos rápido," dice Edge, "y hay un cierto apetito en la banda por seguir encontrando cosas que nos exciten, que nos inspiren. Tenemos hambre de nuevas ideas, lo que sea que esté pasando ahí afuera. Somos conscientes de que el rock and roll siempre ha estado desarrollándose y cambiando. No es una forma estática, nunca lo ha sido."

Son una anomalía, la excepción a la regla, una banda que ha logrado instalarse en una posición en la que pueden salirse con la suya siempre. Su imagen pública ha sido estereotipada como muchas cosas: calculados post-modernistas, rockeros virtuosos, bienhechores sin sentido del humor, la banda más pretenciosa del universo. Sin embargo, U2 es también lo que muy pocos grupos son, a fuerza de cambios impredecibles pero naturales: cuatro músicos capaces de hacer grandes discos, y de ser a la vez complejos y divertidos.

O, como escribió Adam Clayton, "la premisa básica del Pop según Andy Warhol era que 'cualquiera puede hacer cualquier cosa', premisa de la cual U2 es la prueba viviente".


m.
junio de 1999

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