Introducción
CUANDO
SIMON
Bolívar escribía la Carta de Jamaica en 1815, quizás no imaginó
la complejidad del futuro de las entonces nacientes repúblicas americanas,
que se emancipaban del yugo español. Sin embargo, sí visualizó lo
que sería un presagio funesto, "si las nacientes repúblicas no se
mantienen unidas por los lazos de cooperación, caerán fácilmente
presas de las aspiraciones colonialistas europeas o norteamericanas.
Y así fue, las ambiciones de las oligarquías latinoamericanas, detentadoras
del poder político y económico, que nunca tuvieron en mente un proyecto
de nación incluyente, (en el cual mestizos, indígenas y negros no
fueran excluidos), aliados al capital transnacional, han sido las
principales impulsoras de esta estrategia neoliberal. Estrategia
que lo único que ha dado a las mayorías en América Latina es mayor
pobreza.
En
una sociedad justa (2), los derechos concedidos por la justicia
no deben estar sometidos a la negociación política, asimismo, los
proyectos para el bien humano deben ser hechos sobre bases morales
y políticas tanto como económicas. Sin embargo, finalizó el siglo
XX y con él, las esperanzas de lograr si no una sociedad justa,
sí una menos injusta con un "modelo económico incluyente y equitativo"
en el cual todos los individuos no importando su diversidad tengan
cabida y sean beneficiarios y no víctimas del crecimiento económico
y del desarrollo tecnológico.
Hoy
día, el modelo económico de "libre mercado" imperante en todo el
orbe ha dado como resultado que de los 6 mil millones de habitantes,
1,300 millones sobrevivan en la "pobreza extrema" con menos de un
dólar al día y otros 3 mil millones en "pobreza" con menos de dos
dólares diarios. Un modelo económico que ha reconocido que "lamentablemente"
40 millones de personas mueren anualmente víctimas del hambre, el
equivalente a los caídos durante la Segunda Guerra Mundial.
En
la otra cara de la moneda de este modelo de desarrollo difundido
por los "organismos financieros internacionales" desde finales de
la década de los setenta, ha generado una impresionante concentración
de la riqueza entre las naciones y dentro de ellas. Un reporte de
las Naciones Unidas (ONU) indica que 100 de las principales compañías
transnacionales del planeta detentan activos empresariales por más
de 4.2 billones de dólares (14.6% del valor de la economía mundial),
cantidad que supera en 139.3% el Producto Interno Bruto (PIB) de
todos los países de América Latina y el Caribe y en 809.7% el PIB
de todos los países africanos que en 1998 ascendió a 463 mil millones
de dólares.
América
Latina así como los países africanos y asiáticos han sido las zonas
que más han padecido el proceso de reestructuración económica, en
particular, la región latinoamericana desde la crisis que se iniciara
en la década de los ochenta y a pesar de los costosos programas
de ajuste y reestructuración de sus sistemas económicos implementados
durante casi dos décadas, no se ha logrado que el crecimiento económico
esperado se traduzca en el bienestar para la mayor parte de la población.
El nivel de vida de los latinoamericanos ha retrocedido a niveles
inferiores a los registrados en las décadas anteriores y en la actualidad,
según cifras dadas a conocer por el Banco Mundial reportan "conservadoramente"
que 37% de la población latinoamericana vive en pobreza y el 16%
en extrema pobreza, en total 255.5 millones de personas, más de
la mitad de la población se encuentra en esas condiciones.
En
el caso de México, diversos son los estudios y variadas las publicaciones
a nivel nacional e internacional en donde se ha señalado que el
actual modelo económico es la causa de la cada vez más onda brecha
entre ricos y pobres, es decir, la política social del Estado mexicano,
supeditada a la política económica desde 1982 a la fecha, ha propiciado
una insana concentración del ingreso, lo que ha provocado el incremento
en el número de pobres de 29.7 a 73 millones de personas, un incremento
del 145% durante ese período. (3)
El
modelo económico imperante, ha generado que el uno por ciento de
la población más rica del país, que en 1984 detentaba el 8.3% del
ingreso nacional disponible, elevara su participación en el período
hasta alcanzar 29.8% en la actualidad, lo que representa una cantidad
de riqueza equivalente al 18% del Producto Interno Bruto. Como se
ha señalado, el proceso económico ha concentrado la riqueza entre
y dentro de las naciones y México no ha sido la excepción, ya que
en 1998 los activos de los 100 principales empresarios del país
sumaban dos billones 76 mil 400 millones de pesos, el equivalente
al 53% del PIB de ese mismo año.
Por
tanto, esta problemática expuesta se explica en el ámbito internacional,
por la aplicación acrítica de un modelo de desarrollo adoptado por
los países de América Latina y el Caribe durante las tres últimas
décadas, el cual ha sido promovido por los principales organismos
económicos financieros internacionales como el Banco Mundial (BM),
el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID) (4) , cuyo resultado ha sido mayor pobreza y
desigualdad en nuestros países. Además, el crecimiento de la pobreza
se acrecienta principalmente debido a una falta de sensibilidad
y compromiso por parte de los gobiernos de la región, que entre
sus prioridades no está la aplicación de una política social realmente
consciente de las necesidades más apremiantes de la sociedad en
general y de los grupos marginales en particular (5).
Es
decir, al implementarse en América Latina esta estrategia de desarrollo
neoliberal (6), el Estado redefinió su papel en la sociedad, se
"adelgazó" debido a un proceso de privatización, en un intento de
corregir el déficit público, convirtiéndose así, en un "eje que
regula su inserción en el mercado mundial", y desligándose de su
compromiso social. Sin embargo, a pesar de esto, ha aparecido en
nuestros países un "incipiente" proceso de democratización, y una
creciente organización política de la sociedad civil, que cuestiona,
cada vez con más fuerza, el establecimiento de tal estrategia.
Bajo
esta estrategia de desarrollo, el Estado de bienestar se empezó
a deteriorar, mediante recortes presupuestales, dejando de sostener
e impartir educación, prestar servicios de salud, crear empleos.
Es decir, se desliga de la seguridad social de antes, que constituía
un patrimonio para la población.
Por
todo esto, hoy más que nunca es imprescindible la implementación
de políticas concertadas, discutidas y analizadas por amplios sectores,
que son los directamente involucrados, y no dejarlo exclusivamente
al interior de los centros decisorios de las políticas públicas.
Tal política social debería contrarrestar el deterioro del Estado
de bienestar, ante una población cada vez más empobrecida, que ha
pasado por una larga etapa de recesión económica, caída de ingresos
y deterioro social.
Originados
por esta realidad, han surgido diversos análisis que enfatizan la
necesidad de que se le obligue a asumir un rostro humano a la estrategia
de desarrollo neoliberal, que no se sacrifique a la población de
escasos recursos ante la aplicación de tal modelo económico, es
decir, que se conceda más importancia a la política social y no
sólo a la política económica. Puesto que, el cierre de empresas
medianas y pequeñas que no pueden competir, origina despidos masivos;
la apertura de fronteras perjudica a campesinos, descapitaliza al
campo debido al atraso tecnológico; el adelgazamiento del Estado
que vende sus empresas perjudica a sectores burocráticos que son
despedidos, se sufren devaluaciones del salario, lo que obliga a
buscar empleos adicionales. Es decir, el Estado supedita la política
social a la política económica, lo cual significa que no es una
prioridad la salud, la nutrición, la educación y la vivienda, en
la consecución de esta estrategia de desarrollo.
- El
crecimiento de la pobreza
Innumerables
son las explicaciones que tratan de definir el fenómeno de la pobreza,
así como varias las instituciones nacionales e internacionales que
se dedican a monitorear y evaluar el incremento de los niveles de
ésta, con la finalidad de diseñar políticas y estrategias adecuadas
que combatan este problema crónico que afecta a varias regiones
del mundo, principalmente a América Latina, zona en donde se encuentran
los más altos niveles de pobreza.
Por
lo tanto, hacer referencia a la pobreza significa entrar en una
serie innumerable de conceptos y nociones, pues no existe una definición
única sobre este fenómeno, como tampoco lo hay de los conceptos
vinculados a ésta, como son desarrollo, polarización, desigualdad,
marginación, exclusión, etcétera, y es que en cada tipo de nociones,
se reflejan la orientación teórico metodológica que cada autor utiliza
para explicar el fenómeno.
Asimismo,
cuando se trata de conocer los niveles de pobreza en el mundo (personas
que se encuentran en pobreza o en extrema pobreza) no existe un
criterio unívoco que mida los niveles de ésta de la misma manera,
por ende, las cifras suelen variar entre los organismos internacionales,
mientras el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
en su informe de 1997 indica que alrededor de mil 300 millones de
personas viven con menos de un dólar al día, de los cuales 110 millones
se localizan en América Latina (7). Dos años después, el Banco Mundial
en la Reunión Anual de Gobernadores de este organismo y del Fondo
Monetario Internacional (FMI) de 1999, el señor James Wolfensohn
señaló que en la actualidad existen mil millones de personas en
el mundo que sobreviven con menos de un dólar de ingreso al día
y otros 3 mil millones con menos de dos dólares (8). En el caso
de América Latina, este organismo en su informe anual de 1998 señala
que el 37% de la población (178.4 millones de personas) vive en
pobreza y el 16% (77.1 millones) en pobreza extrema. (9)
Por
su parte, en el Informe Anual del BID se indica que la pobreza en
la región latinoamericana afecta a 150 millones de habitantes (31.1%
de la población), en donde una de cada tres personas gana menos
de dos dólares al día (10). Sin embargo, en un Informe de actividades
publicado en 1999 señaló que la pobreza sigue avanzado y en la actualidad
el número de pobres se eleva a 169 millones (11). Por otra parte,
la CEPAL publicó en su informe de 1998 que el número de la población
en pobreza supera los 200 (41.1%) millones de personas, de los cuales
alrededor de 90 (18.6) millones son indigentes. (12)
Específicamente
en México, la situación es la misma, las cifras de mexicanos que
se ubican en pobreza y extrema pobreza varían entre los índices
dados a conocer por los organismos internacionales, la información
oficial y los datos que sobre el tema proporcionan académicos y
Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s).
De
esta manera tenemos que mientras el Banco Mundial considera que
por lo menos el 40% de los 96 millones de mexicanos (38.4 millones)
sobreviven con un ingreso menor a dos dólares diarios, mientras
otro 14.9% (14.4 millones) apenas recibe un dólar norteamericano
(13). El BID, indica que el 30% (28.8 millones) de mexicanos se
ubican en el rango de pobreza moderada y 17% (16.3 millones) en
extrema pobreza, con ingresos inferiores a los dos dólares por día.
(14)
Por
su parte el PNUD en su informe sobre el Desarrollo Humano de 1998
clasifica a México entre los países con un "alto desarrollo humano"
ubicándolo en el lugar 49 a escala mundial, con un ingreso real
per cápita de 6 mil 769 dólares, una esperanza de vida al nacer
de 72.1 años y una tasa de alfabetización de 89.6% en los adultos
(15). Sin embargo, en su Informe de 1997, este organismo consideraba
que en 1994 el 49% de la población (44 millones) vivía en pobreza,
de los cuales 15% (13.4 millones) se encontraba en extrema pobreza
(16).
En
el ámbito nacional, por una parte el Gobierno Federal reconoce que
dos tercios de la población (66 millones de mexicanos) (17) viven
en la pobreza, de los cuales 26 millones, el 27% del total de los
mexicanos se encuentran en extrema pobreza (18). Sin embargo, algunas
ONG´s, así como la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de
Diputados, con datos tomados de la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto
realizada en 1996, indican que el número de pobres asciende a 70
millones de personas (19). En esta misma orientación, algunos han
señalado que en México la pobreza afecta a 72 millones de personas
de las cuales 52 millones se encuentran en extrema pobreza (20)
*
Nota: En el World Bank Atlas 1998, México esta considerado entre
los doce países en los cuales se concentra el 80% de la pobreza
mundial con un nivel de pobreza del 75% de su población. Aproximadamente
69.8 millones de pobres, si tomamos como referencia la población
de 1996 (93.1 millones) que aparece en el documento, sin embargo,
si se toma como base la población de 1998 (96 millones) la pobreza
alcanza 72 millones de mexicanos, que es igual a la cifra de 72
millones de personas en pobreza que considera la doctora Campos.
** Nota: Los datos se tomaron del Informe Sobre el Desarrollo Humano
1998 del PNUD, sin embargo, los cálculos sobre el nivel de pobreza
en México no están actualizados ya que el Informe utiliza como base
información de la población de 1994.
Como
se puede apreciar, las cifras que se publican sobre los niveles
de pobreza y pobreza extrema en América Latina y México son divergentes
entre los distintos organismos internacionales, así como en el ámbito
nacional. Sobre esta problemática el investigador Julio Boltvinik
señala que cuando se quiere saber cuantos pobres hay en América
Latina, la cifras nunca coinciden entre los estudios elaborados
por los diferentes organismos internacionales. Según el autor, esto
se debe a la concepción del fenómeno, pues las características de
las condiciones de vida de la población en pobreza difieren de los
diferentes criterios de quienes tratan de definir a quienes se considera
pobres, sean hogares o personas. Además, de que el problema no se
reduce a los distintos métodos de medición, sino desde los conceptos
básicos como qué es la pobreza, cómo se mide, y qué estrategia se
propone para enfrentarla. (21)
-
La definición de la pobreza
El
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considera
a la pobreza como un fenómeno complejo y multidimensional resultante
de desequilibrios estructurales profundos y arraigados en todos
los ámbitos de la existencia humana: el Estado, la economía, la
sociedad, la cultura y el medio ambiente. Señala que con frecuencia
las personas pobres están desnutridas con viviendas inadecuadas,
disponen de escasos o ningún acceso a los servicios sociales básicos,
por lo que no disfrutan de buena salud y su educación es deficiente
(22). En su Informe sobre el Desarrollo Humano de 1997, da un concepto
de pobreza más amplio, señalando que "pobreza significa que se niegan
las oportunidades y las opciones más fundamentales del desarrollo
humano como son: vivir una vida larga, sana y creativa y disfrutar
de un nivel decente de vida, libertad, dignidad, respeto por sí
mismo y de los demás". Asimismo, destaca que la pobreza entraña
mucho más que falta de ingresos para sobrevivir a las necesidades
mínimas de subsistencia.
Por
tanto, al estar privados de un acceso equitativo a los mercados
y las instituciones, las personas que viven en pobreza sufren marginación
y exclusión social, por lo que la pobreza también refleja la falta
de gravitación política de los afectados que se traduce en una carencia
de poder que los mantiene aislados, vulnerables e imposibilitados
de liberarse de lo que los encadena a esa situación (23). Asimismo,
en su Informe de Pobreza de 1998 da definiciones de los diferentes
conceptos de pobreza que comúnmente se utilizan a nivel mundial.
(24)
- La
metodología de la pobreza
Es
frecuente ver en publicaciones nacionales e internacionales, números
o porcentajes que se refieren a la población que se encuentra en
situación de pobreza o pobreza extrema, asimismo, es muy común escuchar
afirmaciones como las siguientes: la brecha de la pobreza se ha
incrementado o ha disminuido; ante estas aseveraciones, uno se pregunta
¿cuál es el criterio para hacer tales planteamientos?
Para
dar respuesta a este planteamiento, es necesario hacer referencia
a estudios realizados por el PNUD, Banco Mundial, BID y CEPAL, quienes
han establecido "líneas de pobreza", con la finalidad de conocer
la evolución de este fenómeno en los países y de esta manera diseñar
sus políticas y estrategias para el combate de este fenómeno.
En
algunos países en desarrollo se han fijado líneas nacionales de
pobreza, utilizando en general el método de la pobreza en alimentos.
Estas líneas indican la insuficiencia de los recursos económicos
para satisfacer necesidades mínimas básicas en materia de alimentos,
existiendo tres métodos para medir la pobreza de alimentos. (25)
Estos
métodos son susceptibles al nivel de precios utilizados para determinar
el costo del paquete, y los tres se concentran principalmente en
las calorías o la energía dietética, porque se entiende que la deficiencia
proteínica resultante de la insuficiencia de los recursos económicos
es poco común en la mayoría de las sociedades.
El
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha elaborado
su propio índice de pobreza, denominado Indice de Pobreza Humana
(IPH), ya que considera que el ingreso es sólo una opción que la
gente desearía tener, que aunque es importante no es el fin sino
un medio para tener un nivel de vida decente.
El
IPH mide la privación en tres dimensiones: longevidad, conocimientos
y nivel decente de vida. Las variables utilizadas son el porcentaje
de personas que se estima que morirán antes de los 40 años de edad,
el porcentaje de adultos que son analfabetos y el aprovisionamiento
económico en términos del porcentaje de personas sin acceso a servicios
de salud y agua potable, y el porcentaje de niños menores de cinco
años con peso insuficiente. (26)
El
Banco Mundial en su Informe sobre el Desarrollo Mundial de 1990,
define a la pobreza "como la imposibilidad de alcanzar un nivel
de vida mínimo". Señala, que los ingresos y los gastos per cápita
de las unidades familiares son una vara adecuada para medir el nivel
de vida, siempre que se incluya la producción propia. Sin embargo,
indica que ninguna de estas medidas logra captar las dimensiones
del bienestar, como la salud, la esperanza de vida al nacer, la
alfabetización, y el acceso a bienes públicos o recursos de propiedad
común, ya que las familias que tienen acceso a servicios públicos
gratuitos están en mejor situación que las que no lo tienen, aún
cuando sus gastos quizás no sean iguales. (27)
Asimismo,
con la finalidad de realizar comparaciones entre los niveles de
pobreza a nivel mundial, estableció un umbral de pobreza
universal el cual permite la comparación entre los países. De esta
manera, se fijó un "umbral de pobreza" en términos de Precios Constantes
(PPA) en dólares de 1985, de 275 dólares per cápita al año para
los "extremadamente pobres" y de 370 dólares per cápita al año para
los "pobres". Asimismo, estableció un "índice de recuento de
la pobreza" el cual define el porcentaje de la población que
está por debajo del umbral de la pobreza, y "la brecha de pobreza",
que indica la insuficiencia agregada de ingresos de los pobres como
porcentaje del consumo agregado. (28)
En
un estudio titulado La macroeconomía de la pobreza en América
Latina (29) se nos dice que se debe tener cuidado en las mediciones
de pobreza, ya que las definiciones y los métodos difieren en forma
considerable, según la problemática conceptual en la definición
de pobreza y en la determinación de la línea de pobreza, pues si
se define a un individuo como "pobre" su consumo total (o
ingreso total) debe estar por debajo de un nivel especificado, y
si lo que se evalúa es el nivel de vida, la "línea de pobreza"
se define como un determinado múltiplo de ingreso necesario para
comprar una canasta de alimentos necesarios (el multiplicador depende
de la parte del ingreso que una familia de bajos ingresos gaste
en alimentos), por lo tanto, quienes se encuentran por debajo de
esta línea se les denomina en nivel de "pobreza extrema".
(30)
Inclusive,
para determinar el índice de pobreza existe una amplia gama de documentos
que proponen una diversidad de índices que miden la pobreza en una
escala de cero (no pobre) a la unidad (toda la población es pobre).
Sin embargo, el procedimiento más fácil para calcular un índice
de pobreza, es contar primero el total de la población pobre y calcular
el porcentaje de la población que pertenece a esta categoría.
Además,
se han señalado otros índices como el de la "brecha normalizada
de pobreza", que es igual al déficit agregado de ingreso de
los pobres en proporción a la línea de pobreza, dividido por la
población, el cual se concentra en la evaluación de la indigencia,
y el "índice elaborado por Amartya Sen", el cual propone
que la brecha de pobreza se establezca por el rango que la persona
ocupa en el orden existente entre los pobres. (31)
Por
su parte, el economista chileno Felipe Larraín (32), señala que
existen diferencias en el grupo clasificado en pobreza extrema,
ya que en éste se encuentran a "subgrupos de indigentes"
que son aquellas personas que aún destinando la totalidad de su
ingreso a la alimentación, no logran cubrir sus necesidades básicas
de nutrición, por lo que esta situación es mucho más difícil que
la pobreza en general. Además, señala que existe la "pobreza
critica" que está compuesta por los que carecen de la capacidad
necesaria para participar en los mercados formales de trabajo.
Por
lo tanto, la debida diferenciación entre los diferentes grupos de
pobreza es importante a fin de que los esfuerzos en la aplicación
de la política social se centren hacia los más necesitados. Asimismo,
el grupo de pobreza crítica prácticamente no se beneficia del crecimiento
económico, ya que no participa del crecimiento generado en su país,
porque carece de habilidades para ingresar a los mercados laborales
formales, y su única esperanza son básicamente los servicios de
auxilio social.
Además,
en la definición de pobreza se debe distinguir entre la medida de
la pobreza "basada en el ingreso y la basada en el consumo".
Ambos tipos son diferentes, ya que el consumo de los pobres incluye
los bienes y servicios proporcionados por los programas de auxilio
social, mientras que la medida basada en el ingreso no los incluye.
Por lo cual, la medida basada en el ingreso ofrece una mejor descripción
de las características de la pobreza de una persona, sin embargo,
la medida basada en el consumo es un mejor indicador de la situación
real de los pobres. (33)... referencias
...SIGUE
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