Ana Luisa MoloConsulora Naturalista

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Efectos físicos sobre el organismo

Efectos sobre la piel.

El primer efecto físico que produce un baño solar en el organismo es el de la quemadura  solar o eritema. En realidad el eritema que aparece en la piel tras la exposición a los rayos solares no es una quemadura, sino una inflamación. Esta puede producir esa desagradables trastornos como fatiga, inapetencia o cefaleas, aparte de la dolorosa sensación de quemazón localizada en la zona del eritema. Para estos casos es muy conveniente la utilización de filtros adecuados que impiden el paso de las radiaciones causantes de la inflamación. Pero siempre que se pueda es mejor abstenerse de utilizar los filtros ya que impiden el paso de rayos muy activos y beneficiosos en los tratamientos helioterápicos. Existen cuatro grados de eritema provocados por la exposición a la luz solar. El de primer grado se caracteriza por un ligero enrojecimiento de la piel, que no debe preocupar lo más mínimo y que permite tomar baños de sol a diario. El eritema de segundo grado se evidencia por un claro enrojecimiento dérmico, un ligero escozor y descamación granular a los pocos días. Conviene entonces hacer el tratamiento a días alternos. En el tercer grado hay ya una patente dermatitis con intenso enrojecimiento, inflamación de tejidos subcutáneos y descamación de la piel. Es necesario entonces cesar el tratamiento hasta que la piel se regenere. El eritema de cuarto grado se caracteriza por la formación de ampollas, que aparecen dos o tres horas después de la exposición. El paciente puede incluso sufrir náuseas o vómitos, dolor de cabeza, malestar general y fiebre. No se podrán tomar baños solares, al menos, hasta pasados 10 días.

Los tres primeros eritemas son estimulantes y bactericidas, y el tercero en particular, debido a que provoca congestión en los capilares sanguíneos, tiene un gran capacidad para la regeneración se deduce de aquí que los eritemas no son un aspecto negativo en los curas solares sino todo lo contrario; es una de las reacciones más útiles en todo tratamiento terapéutico a base de baños de sol. Una vez la piel se ha dejado descansar y ha tenido tiempo de recuperarse de la inflamación, debe exponerse de nuevo al sol, y adquirirá un tono bronceado, que técnicamente recibe el nombre de pigmentación. Esta es el resultado de la acumulación de gránulos de un pigmento llamado melanina, en ciertas células de la piel, provocado por la acción de los rayos ultravioleta.

La tonalidad oscura se acentúa con exposiciones repetidas y actúa como una medida de defensa contra la acción calorífica de los rayos solares. Una piel bien pigmentada puede exponerse al sol tanto tiempo como se desee, sin que aparezca afección alguna.

La pigmentación es un síntoma de la reacción del organismo ante una cura solar. Un enfermo crónico o grave tarda mucho en pigmentarse, y un paciente que adquiera un tono bronceado con rapidez curará también mucho más de­prisa su enfermedad.

Tras sucesivos baños de sol aparece también un endurecimiento de la piel o hiperqueratosis. Esto es debido a una defensa natural del organismo contra las radiaciones intensas (infrarrojos.~ ultravioletas).

Otro beneficio que aportan al organismo los .rayos solares es la formación de vitaminas. Gracias a la acción química de los rayos ultravioletas, los precursores de vitamina D se transforma en la piel en vitaminas D2 y 1) que es absorbida por el organismo y contribuye a la asimilación del calcio y el fósforo por parte del tejido óseo. Además, los rayos ultravioleta favorecen la acción de la vitamina C y colaboran en las reacciones químicas del organismo que producen energía en las células.

La radiación ultravioleta ejerce también un efecto bactericida en toda la superfi­cie corporal y es un eficaz antiséptico para las heridas superficiales.

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Efectos sobre la sangre y el sistema circulatorio

La luz, a través de la piel, influye notablemente en la mejora de la calidad de la sangre. Los rayos ultravioletas producen un aumento de glóbulos rojos en el torrente circulatorio, una mayor capacidad de transporte de oxigeno y una consiguiente mejora de la oxigenación de todos los órganos. Además, se refuer­za el poder bactericida de la sangre con el incremento de los glóbulos blancos, células sanguíneas que tienen como función primordial la defensa del organismo frente a toxinas o microbios portadores de enfermedades.

En cuanto a los vasos sanguíneos, se produce una dilatación debido a la acción calorífica principalmente de los rayos infrarrojos y esto hace que aumente el flujo sanguíneo en la superficie corporal y permite que el corazón trabaje con menos esfuerzo, además de descongestionar los órganos Internos.

Efectos sobre el sistema nervioso

Las radiaciones aplicadas metódicamente ejercen su acción favorable disminu­yendo el ritmo de la tensión arterial, y la respiración, por medio del sistema neurovegetativo.

Los baños solares son también un gran alivio para el estado psíquico de la persona. La sensación de bienestar que produce estimula todos los órganos del paciente y, especialmente, calma el sistema nervioso. Además, los rayos infrarrojos son sedantes y reducen los estados de tensión y excitabilidad. Su acción calorífica provoca una dilatación de los vasos cutáneos que conlleva un gran incremento de flujo sanguíneo en la periferia corporal, lo que produce un descongestión de los órganos internos. La descongestión del cerebro es precisa­mente lo que causa el amodorramiento y debilidad tan característicos de las tomas de sol. En general, la exposición reiterada a la luz solar lleva consigo un aumento de la capacidad mental. Se adquiere claridad, mayor precisión y mayor concentración en cualquier tarea.

Efectos sobre los huesos y músculos

Los baños solares son un  excelente regenerador de los huesos, debido a su acción estimulante en la formación    de vitamina D. Ya que también combaten la pérdida de sales minerales, son uno de los mejores tratamientos contra la tuberculosis ósea.

El sol mejora la irrigación sanguínea de las células musculares, contribuye al desarrollo armónico de la musculatura, la cual se vuelve tersa y vigorosa. Un buen desarrollo de los músculos abdominales facilita el funcionamiento del estómago y los intestinos, por lo consiguiente mejora la digestión.

Efectos sobre el metabolismo y las glándulas endocrinas

Los baños solares tienen la ventaja de influir beneficiosamente sobre las glándu­las tiroideas e hipófisis. Una correcta regulación de su funcionamiento puede resolver problemas de obesidad. También actúan positivamente en el metabolismo de los glúcidos, con la disminución de concentración del azúcar disuelto en la sangre. Los diabéticos no deben olvidar por tanto, que los baños de sol son una fiel ayuda contra su enfermedad.

Efectos de la luz sobre la retina

La luz que penetra por la retina llega al cerebro por medio de impulsos nerviosos que actúan muy favorablemente sobre la hipófisis, glándula importantísima que regula a todas las del organismo, y equilibra el metabolismo en general. De este modo se favorece la formación de hormonas, en especial las sexuales.

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