I Ching
El I
Ching es un libro antiquísimo, escrito por sabios chinos que
concentraron en su contenido las continuas alternancias
en los ciclos de la vida. Personalmente me ha servido de mucho; como guía,
fuente de inspiración y también como oráculo.
Líneas enteras y líneas cortadas, luz y oscuridad, movimiento y calma; es el
calendario más antiguo del mundo, el más sabio de los libros chinos sobre la
naturaleza. En el mismo se expresa que existe un tiempo para cada cosa, tiempo
para vivir y tiempo para morir, tiempo para la siembra y tiempo para la cosecha,
tiempo para el temor y tiempo para la satisfacción, tiempo para el trabajo y
tiempo para el reposo..
Cómo consultar el I Ching
Consulta con las tres
monedas
Se pueden usar monedas chinas u otras cualesquiera. La cara en la que se
encuentran los ideogramas chinos tiene el valor 2, y aquella en la que están
representados los ocho trigramas tiene valor 3. En el caso de usar otras se
asignan los mismos valores libremente.
Se sostienen las monedas en
la mano a la vez que se hace la pregunta sobre la cual queremos obtener una
respuesta, aproximadamente por no menos de cinco minutos; se efectúan seis
lanzamientos sucesivos, los cuales permiten trazar, partiendo de abajo hacia
arriba, el hexagrama que responde a la pregunta hecha al oráculo.
Al lanzar simultáneamente las tres monedas, se obtienen estos posibles
resultados:
2+2+2= 6: línea yin mutante - -
2+2+3= 7: línea yang ___
2+3+3= 8: línea yin - -
3+3+3=9: línea yang mutante ___
Así se obtiene uno de los 64 hexagramas donde hallaremos la respuesta a nuestra
consulta.
Cómo
leer el I Ching
Para los chinos, el Universo es un Macrocosmos inseparable del Microcosmos que
es el Hombre; sostienen la idea de que en nosotros coexisten el Cielo y la
Tierra, los pensamientos y las imágenes, las diversas formas de la energía
cósmica. Los hexagramas definen la situación en sus aspectos esenciales;
proponen ciertas alternativas e intentan ayudar a comprender el tiempo en el que
nos encontramos para con esa guía tomar una decisión y obrar en consecuencia. El
oráculo responde siempre, lleva un tiempo familiarizarnos con su lenguaje y en
cuanto a aceptar la verdad del mismo o no, eso ya es personal y depende de si el
mensaje resuena o no en nosotros.