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CARTELERA
SALIDA

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Sala de Investigadores (Publicaciones Periódicas
Antiguas)
Una Sombra Ya Pronto Serán

Si
vamos a hablar de la sala de publicaciones periódicas antiguas (actualmente
esta denominación alcanza a títulos editados hasta 1930) nos parece elemental
mencionar el estado decadente del material que circula en la sala diariamente,
como así también los mecanismos de preservación y conservación casi nulos a
los que se encuentra sometido, y aún la falta de una política de adquisiciones
en materia de publicaciones periódicas, con el efecto que estas falencias
producen en la comunidad de investigadores y el personal de la hemeroteca
cotidianamente. Como no todo es crítica negativa, observamos ciertos síntomas
alentadores que señalan alguna predisposición a revertir el estado de abandono
que padeció el sector en administraciones anteriores, y a ésta apelamos, sin
pedir permiso ni esperarlo, en el intento de aportar nuestro punto de vista como
trabajadores de la B.N., sabiendo que pocas veces -o ninguna- se nos ha dado
participación en lo que hace al funcionamiento de una biblioteca más efectiva,
apenas sí el de asegurar el mantenimiento de un estado de las cosas, frente a
lo que entendemos, debería ser sometido a un debate institucional hoy ausente
en la Biblioteca.
La cuestión del estado del patrimonio de la Biblioteca fue planteado
públicamente en la sucesión de medidas de fuerza que llevamos a cabo y
denunciado por cuanto medio cubriera cada una de esas luchas, la mayoría de
ellas reivindicaciones coyunturalmente gremiales, en el intento de crear
conciencia sobre la verdadera implicancia que tiene la defensa de la fuente de
trabajo en relación a la materia con la que se trabaja. Superadas las
coyunturas de los reclamos gremiales, poco o nada fue lo que se hizo para
señalar hacia dentro de la institución en procura de resolver sus problemas
que, fuera de algunos pocos gestos de efecto balsámico y tal vez a consecuencia
de aquellos planteos mediáticos, se han vuelto crónicos sin que nadie les
preste atención alguna.
PPA - ¿Papeles
Pudriéndose Abajo?
Si tenemos en cuenta que entre las principales funciones de la biblioteca esta
la de velar por la conservación, para su posterior difusión, del material
impreso en el país, quienes trabajamos en la hemeroteca nos enfrentamos a la
continua contradicción de tener que entregar al usuario un material con el que
muchas veces nos da vergüenza tratar por el estado en que se encuentra.
Creemos que nos hemos acostumbrado a trabajar con una gran carencia: la de una
seria y eficaz política de preservación acorde a las actuales necesidades de
la biblioteca, que nos permita entregar el material al usuario con la
tranquilidad de que este se encuentra con el cuidado que requiere como memoria
escrita de nuestro pueblo; y cuando hablamos de política de preservación
alertamos sobre los siguientes aspectos:
RESTAURACIÓN: (el eterno argumento fue) "Por falta de presupuesto",
por ausencia de políticas de conservación y restauración o por desinterés
oficial la hemeroteca ha quedado aislada del Depto de Preservación y
Restauración, que tiende a priorizar al sector de libros dejando en el olvido
centenares de volúmenes de periódicos que permanecen en los depósitos en
condiciones mas que vergonzosas. Cabe aclarar que no tienen ninguna
responsabilidad los trabajadores del sector, ya que no son ellos quienes deciden
qué y cuánto se restaura. Esto, sumado a que muchos usuarios y algunos
empleados no tienen ninguna formación en lo que hace al trato del material, da
como resultado que cantidad de ejemplares hayan quedado fuera de consulta con
mínimas posibilidades de regreso por las condiciones en que se encuentran.
Por ejemplo: El diario LA NACION, cuyo inicio de publicación data de 1870, en
la Biblioteca se encuentra disponible desde el segundo semestre de 1894. Desde
dicha fecha hasta 1935 el 50 % del material se encuentra fuera de consulta. El
diario LA PRENSA se encuentra mal microfilmado desde sus primeros números (año
1869) hasta 1909; desde dicha fecha hasta 1940 el 30 % se encuentra fuera de
consulta. El diario LA RAZON en edición desde 1905, en la Biblioteca se
encuentra disponible desde 1908, y su continuidad hasta 1940 se interrumpe en un
29,5%. El periódico anarquista LA PROTESTA, actualmente en proceso de
microfilmación, se coleccionaba en la Biblioteca desde 1881 (de continuidad
irregular) y los originales desde 1901 hasta 1933 se encuentran fuera de
consulta aproximadamente en un 50%. Este es el triste presente de algunos de los
diarios más importantes de la historia Argentina y la lista sigue y es enorme y
se extiende hacia otras colecciones fundamentales. Dentro de los volúmenes que
circulan podemos mencionar a modo de ejemplo, también, el caso de la revista EL
TONY, primera revista de historietas del país y una de las primeras del mundo,
en cuyo primer volumen (1928) se encuentra la primera página del Número 1,
absolutamente inhallable y de altísimo valor, completamente desprendida del
encuadernado y en vías a su deterioro total. Y ese volumen así está, sin que
nadie reclame su urgente reparación, sin que nadie se responsabilice por él,
mientras los distintos funcionarios que, por responsables son culpables de esta
destrucción por omisión, imprimen lujosas revistas de autobombo, invierten el
presupuesto en uniformar a los empleados, y son aplaudidos por los responsables
directos (jefaturas departamentales) que hacen la vista gorda a cambio de algún
huesito. Mientras tanto, al investigador que espera un material en restauración
lo que se le recomienda es que se busque otra biblioteca.
MICROFILMACIÓN, LECTORAS DE MICROFILM Y OTROS SOPORTES TÉCNICOS: En relación
al material antiguo que hay en los depósitos, los diarios microfilmados siguen
siendo mínimos.
Durante la gestión de Sbarra Mitre - De Vedia la microfilmación del material
en papel que requería el usuario quedaba en manos de una empresa ajena a la
Biblioteca sin ningún tipo de control. El investigador debía oblar setenta
dólares por cada rollo de microfilm, vía la Dirección de Hemeroteca, que
gestionaba el trabajo. Cuestión que ha traído una gran cantidad de problemas
tanto para la institución como para los usuarios. El diario CRITICA -octubre de
1914 / marzo de 1956- es el último diario que se microfilmó. Extrañamente la
primera etapa de la microfilmación demoró años en realizarse. Actualmente se
esta completando, mientras ya se han enviado LA PROTESTA y LA VANGUARDIA. Este
trabajo fue encomendado a la División de Microfilmación del Ejército
Argentino (Resolución B.N. 297/00. firmada por el doctor Delich). Aquí nos
ahorramos los chistes fáciles que nos surgen de la paradoja de que sea el
Ejército el encargado en velar por las principales tribunas gráficas del
socialismo y el anarquismo vernáculos.
Cabe saber que:
A) El microfilmado del material evita la exposición de los originales y con
ello asegura su conservación.
B) Un tomo de La Nación de fin del siglo XIX mide 48 cm de ancho por 64 de
largo aprox. Este formato (sábana) con su respectivo peso hace dificultoso su
traslado tanto para los investigadores como para el personal de la casa con los
perjuicios que para el material esto implica. Es decir, el mero traslado de este
tipo de material ya le ocasiona daños.
C) Un microfilm en caja (10,5 cm. x 10,5 cm.) ocupa un mínimo lugar en los
depósitos.
Es evidente que la Biblioteca necesita tener un Departamento de Microfilmación
propio dada la cantidad de títulos que posee, como se hace evidente también la
urgente necesidad de definir políticas para con el material una vez
microfilmado ya que hoy nadie se pregunta cuál es el destino de los originales
una vez microfilmados. La digitalización aparece también como un soporte
adecuado, de bajo costo, de fácil reproducción y de cómodo manejo, pero hasta
ahora la Biblioteca no ha desarrollado siquiera pruebas en este soporte en
cuanto a publicaciones periódicas, en tanto que ya los diarios capitalinos
vienen utilizándolo desde hace años.
La sala de investigadores dispone de una computadora arcaica para consultar la
Base de Datos y 3 lectoras de microfilm (una parcialmente averiada). En
ocasiones hemos tenido que restringir la consulta dada la demanda del público y
la falta de máquinas.
ADQUISICIÓN DE PUBLICACIONES PERIÓDICAS ANTIGUAS: Por uno de los problemas
básicos y más nefastos de la Institución, la completa desconexión entre las
distintas áreas, tema que esperamos alguien desarrolle en otro artículo, no
tenemos idea alguna de cómo se adquiere el material que no ingresa por
donación de editores o particulares. Es obvio que en publicaciones periódicas
antiguas, la mayoría cerradas hace mucho tiempo, esta mecánica es imposible.
Lo que sí sabemos bien es que no se hacen relevamientos sistemáticos de
existencias reales del material, que hay títulos y fechas que aparecen en la
Base de Datos, y aún más en los ficheros antiguos (o sea que forman -y/o
formaron-parte del patrimonio institucional) pero que no aparecen por ningún
lado. Faltan años enteros al comienzo, en medio o al fin de una colección y ni
siquiera se releva o se detalla esta ausencia, con lo que aún menos se espera
que esta se complete algún día. O sea: tenemos lo que encontramos y lo que no
andá a buscarlo a otro lugar y suerte. En esto señalamos que a medida que pasa
el tiempo, el material en cuanto a publicaciones periódicas, es más difícil
de obtener, porque aumenta su valor y disminuye su existencia disponible.
REPRODUCCIONES FACSIMILARES: Las reproducciones facsimilares que la sala posee,
en su gran mayoría donadas por diferentes instituciones, son insuficientes. No
cubren las necesidades del público lector y son mínimamente consultadas. Al
momento jamás se hizo un relevamiento de ediciones fascimilares de
publicaciones periódicas antiguas para procurar aquellas que no tengamos. Del
mismo modo jamás se le ocurrió a alguna de las últimas administraciones el
editar fascímiles de algunas de las más importantes colecciones existentes en
la BN, especialmente de aquellas que no se encuentran en ninguna otra biblioteca
del país. ¿Será eso la "difusión" del patrimonio édito?
CURSOS DE FORMACIÓN Y CAPACITACIÓN: Aprovechando la oportunidad que nos da
este artículo, nos sumamos a todas las voces de denuncia que hablan del manejo
clientelista que se ha hecho con los cursos de formación (cuando los hubo) para
el personal en la Biblioteca. El resultado puede verse en la atención que se le
da al usuario día a día donde aparece gran cantidad de material mal formateado
que el lector consulta una vez y jamás vuelve a encontrar; en la cantidad
enorme de títulos abandonados en los depósitos sin ningún tipo de
identificación y en el maltrato que el material recibe cotidianamente desde los
más diversos frentes. Mientras se ofrecían cursos de manejo de Word y de
redacción administrativa, jamás se creyó necesario dictar un mínimo curso
sobre historia de las publicaciones periódicas. Digamos que lo poco que
sabemos, lo sabemos por pura curiosidad personal, sin que haya estímulo alguno
al estudio y al conocimiento y con ello a la excelencia en la prestación de
servicio. Así estamos y así nos tienen y así es más fácil entender la
prosperidad del burro y de los tuertos, y en ocasiones, el fastidio de los
usuarios.
¿LO CONVERSAMOS DESPUÉS?
Estos aspectos no agotan lo que es la problemática del sector, pero apuntan a
llamar la atención sobre algunas cuestiones que se eternizan y no se resuelven,
y la no resolución, en este caso, implica directamente la destrucción del
patrimonio nacional. Desde ya esperamos que los actuales directivos no opten por
lo que hicieron los anteriores ante un informe de otro sector realizado por los
empleados: en vez de resolver los problemas señalados dispersaron al personal,
enviaron a Siberia a los más firmes y "reeducaron" a base de
zanahorias a los más flojos, es decir, buscaron matar al mensajero de las malas
noticias, y así las noticias se convirtieron en crónica costumbrista.
Esto agrega un compañero de PPA: Trabajamos para una Biblioteca Nacional que
sea para todos y cuando decimos todos incluimos también a las futuras
generaciones. Buscamos definir una política de Biblioteca Nacional donde queden
cubiertos tanto los aspectos de preservación como de difusión, entre cuyos
objetivos está la voluntad de contar con la participación crítica de los
trabajadores en todos los espacios que se presenten en lo que respecta al
diseño de esta casa de la memoria y el conocimiento. Teniendo en cuenta que
dicho espacio viene siendo ocupado por un sin fin de administradores políticos
con los resultados que están a la vista debemos saber que mientras ellos pasan
y seguirán pasando quienes quedamos y llevamos adelante el servicio (por mas
que muchos no quieran darse cuenta) en la Biblioteca seguiremos siendo los
trabajadores.(...)
Sáquenle el micrófono, por favor...
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